Aquí mismo publiqué la invitación del IDHUCA al Tribunal Internacional de Justicia Restaurativa en El Salvador. Muchos de entre ustedes habrán leído los artículos que han salido en la prensa salvadoreña. No obstante para los que deseen informarse le voy a dar aquí unos cuantos enlaces sobre esta actividad.
El primer enlace es el de Co-Latino. En este diario realizaron varios reportajes, pueden hallarlos en el archivo. El lunes salió también esta nota. La Prensa Gráfica informó con este reportaje que salió el jueves 26 de marzo. También en el sitio Centroamérica 21 comentaron este evento. Contra Punto asimismo informó a sus lectores con esta nota.
Algunos diarios españoles regionales también dieron la noticia. En Valencia pudieron leer la noticia a través del diario Levante. Hay evidentemente otros sitios que informaron. Quiero destacar este último reportaje que ha salido en España en el mismo diario Levante, en el da cuenta de las recomendaciones del Tribunal; salió este martes 31 de marzo.
En estos días tiene lugar en Camboya un juicio contra uno de los principales criminales de la época de Pol Pot. Este juicio es importante para los sobrevivientes. Lo han esperado. No lo han hecho en un espíritu de venganza, al contrario, han preferido que se erija un tribunal que investigue y exponga los hechos. No se trata tampoco para la memoria, pues estos hechos están presentes en las mentes de todos los camboyanos. Se trata de un tribunal que debe rendir justicia.
Algunos reporteros extranjeros han entrevistado a algunas personas que fueron torturadas, a familiares de los asesinados. Muchos de los reporteros preguntan a estas personas si perdonan al verdugo. La mayoría de las interrogados se quedan perplejos. Su respuesta es casi siempre la misma: "lo que nosotros exigimos es justicia". Una mujer contestó con otra pregunta: ¿me puede dar una razón para que yo le perdone la muerte de mi familia?" El periodista calló.
En nuestro país se ha hablado mucho del perdón. No obstante los que insisten sobre el perdón hablan muy poco de justicia, de rendirle justicia a las víctimas. Hablan del perdón como una obligación, como una exigencia para la convivencia futura entre las víctimas y los victimarios. Sobre esto ya he escrito varias veces. El perdón no puede exigirse. Los responsables de los crímenes deben pedir el perdón. La víctima está en su derecho de otorgar el perdón o de negarlo. El victimario si pide perdón tiene que saber esto. La víctima no está obligada, puede si quiere dar el perdón al que lo pide. Pero es totalmente absurdo que la víctima esté obligada a perdonar. El perdón no puede ser una exigencia.
Lo único que debe ser exigencia es la reparación con justicia. Es por eso que la negación de justicia es una afrenta, es por eso que en nuestra historia presente la ignominiosa Ley de Amnistía es la expresión más absoluta del desprecio hacia las víctimas de los crímenes que se cometieron en El Salvador. Mantener esa ley es continuar con el desprecio. Mantener esa ley es querer seguir arrastrando lo más oscuro que ha engendrado nuestra nación. Es necesario que la justicia pase, que venga a impartir su enseñanza de lo que no debe ser, de lo que no se puede tolerar. El perdón es un derecho de la víctima.
El primer enlace es el de Co-Latino. En este diario realizaron varios reportajes, pueden hallarlos en el archivo. El lunes salió también esta nota. La Prensa Gráfica informó con este reportaje que salió el jueves 26 de marzo. También en el sitio Centroamérica 21 comentaron este evento. Contra Punto asimismo informó a sus lectores con esta nota.
Algunos diarios españoles regionales también dieron la noticia. En Valencia pudieron leer la noticia a través del diario Levante. Hay evidentemente otros sitios que informaron. Quiero destacar este último reportaje que ha salido en España en el mismo diario Levante, en el da cuenta de las recomendaciones del Tribunal; salió este martes 31 de marzo.
En estos días tiene lugar en Camboya un juicio contra uno de los principales criminales de la época de Pol Pot. Este juicio es importante para los sobrevivientes. Lo han esperado. No lo han hecho en un espíritu de venganza, al contrario, han preferido que se erija un tribunal que investigue y exponga los hechos. No se trata tampoco para la memoria, pues estos hechos están presentes en las mentes de todos los camboyanos. Se trata de un tribunal que debe rendir justicia.
Algunos reporteros extranjeros han entrevistado a algunas personas que fueron torturadas, a familiares de los asesinados. Muchos de los reporteros preguntan a estas personas si perdonan al verdugo. La mayoría de las interrogados se quedan perplejos. Su respuesta es casi siempre la misma: "lo que nosotros exigimos es justicia". Una mujer contestó con otra pregunta: ¿me puede dar una razón para que yo le perdone la muerte de mi familia?" El periodista calló.
En nuestro país se ha hablado mucho del perdón. No obstante los que insisten sobre el perdón hablan muy poco de justicia, de rendirle justicia a las víctimas. Hablan del perdón como una obligación, como una exigencia para la convivencia futura entre las víctimas y los victimarios. Sobre esto ya he escrito varias veces. El perdón no puede exigirse. Los responsables de los crímenes deben pedir el perdón. La víctima está en su derecho de otorgar el perdón o de negarlo. El victimario si pide perdón tiene que saber esto. La víctima no está obligada, puede si quiere dar el perdón al que lo pide. Pero es totalmente absurdo que la víctima esté obligada a perdonar. El perdón no puede ser una exigencia.
Lo único que debe ser exigencia es la reparación con justicia. Es por eso que la negación de justicia es una afrenta, es por eso que en nuestra historia presente la ignominiosa Ley de Amnistía es la expresión más absoluta del desprecio hacia las víctimas de los crímenes que se cometieron en El Salvador. Mantener esa ley es continuar con el desprecio. Mantener esa ley es querer seguir arrastrando lo más oscuro que ha engendrado nuestra nación. Es necesario que la justicia pase, que venga a impartir su enseñanza de lo que no debe ser, de lo que no se puede tolerar. El perdón es un derecho de la víctima.
Se busca Justicia y nunca Venganza, sino nos volvemos peor aun que el violador de nuestros derechos!
ResponderEliminarSolo quien sabe perdonar merece el perdon, pero esa llave la han usado los manipuladores judeocristianos desde que Cortez quemo las naves!
Ya no hay victimas, sino Sobrevivientes!
Saludos Paisano!