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30 abril 2011

El continuismo en pleno vuelo

Un amigo empresario le prestó un jet a la ministra de Asuntos Exteriores de Francia, Michèlle Alliot-Marie, fue durante las vacaciones de diciembre 2010. Tuvo que presentar su renuncia.


En realidad la ministra renunció a regañadientes, como la mayoría de los que aceptan este tipo de “regalos”, no veía ninguna incompatibilidad entre su función y recibir obsequios personales. Le parecía que no hay en esto nada que contradiga la ética, no veía que esto indica una suerte de mezcla entre el agasajo y el posible soborno.


El asunto que ha provocado la indiscreta cuñada de Mauricio Funes, al mostrar a sus amigos en Facebook las fotos del “viaje familiar” a Miami, en donde se ve al presidente en el parque de atracciones infantiles de la multinacional “Disney”. Se ve también el vehículo en que viajaron, se trata de un jet privado. El periódico en línea “La Pagina” que reveló este viaje, se decía ignorante del origen del dinero que sirvió a sufragar este costoso periplo de diversión. Era una manera muy discreta de pedirle cuentas al presidente.


El presidente dejó correr el asunto, tal vez esperando que se iba a calmar como una ola se desvanece a la distancia. Pero en realidad esto provocó al contrario una tormenta de comentarios en los distintos medios de la red mundial. La indignación fue grande, sobre todo porque la sospecha de que el pago había sido con dinero del Estado ha sido persistente y reiterativa. Vinieron a comentar muchos partidarios del presidente, tal vez enviados como infantería de línea, pero acudieron muy desarmados, pues el supremo argumento era que se trataba de un “viaje privado” y que eso no le incumbía a nadie más que al presidente, no obstante el escándalo no era el viaje en sí, sino la forma del pago. Este alegato era un intento de cambiar de tema. El otro argumento fue el mismo que usó Funes respecto al medio que ha revelado el asunto, desprestigiarlo, ponerle el mote de amarillista, que no debió publicar la nota si desconocía realmente quién había finaciado, que le faltó un verdadero periodismo de investigación. En realidad, no sabían mucho qué decir. Otros, con mayor pobreza de espíritu alegaban que los expresidentes areneros habían también aprovechado de los dineros públicos. Otros nos acusaban a todos los salvadoreños, metiéndonos a todos en el mismo saco, que todos nosotros —puestos en semejante oportunidad— pues aprovechariamos del pisto ajeno. Otros hasta llegaron a sugerir que si no aprovechaba sería un maje. Tristes defensores le salieron al presidente.


El vocero presidencial David Rivas contactó teléfonicamente a los medios y puntualizó que "Es el avión de un empresario amigo del Presidente y de este Gobierno quien lo invitó a realizar ese viaje a Estados Unidos". Por supuesto afirmó que “el flete del avión no había sido pagado con fondos públicos”. Al parecer tanto el presidente, como su vocero consideran que con esto se ha cancelado todo este asunto. Es posible que así sea, pues la actualidad salvadoreña cada semana trae su escandalito. No obstante pienso que moralmente esto no puede quedarse en una simple aclaración, sin dar los detalles. Pues el empresario es un anónimo. Un regalo de este monto y de este tipo no puede ser considerado como un asunto personal.


¿De dónde le han surgido al ciudadano Funes tantos amigos empresarios? ¿Era ya su allegado cuando ejercía como periodista? Supongamos que sea así. Su función actual le impone mayor recato en la aceptación de agasajos, regalos y otro tipo de prebenda. Pues aceptar ahora los regalos que no le hacían antes de ser presidente o candidato, es de alguna manera aprovecharse de su función, darle un uso inconveniente al puesto que ocupa. Los millones que aparecieron en su cuenta corriente personal, los justificó como un préstamo de parte del empresario Salume para financiar la campaña. Nunca explicó entonces por qué esta suma apareció en una cuenta personal y no en la oficial de la campaña. Todas las dudas y suspicacias fueron entonces permitidas, en realidad persisten, pues salta a los ojos que su antiguo salario de periodista y su actual honorario presidencial, no le permite devolver holgadamente ese préstamo. ¿Es peregrino pensar que el pago se hizo con servicios presidenciales, con el mantenimiento del pariente (el hijo del prestamista) en su función de Presidente de la CEL?


El secretario de Comunicaciones David Rivas insistió que el viaje presidencial al parque Disney en Estados Unidos lo hizo durante un fin de semana. Aclaración un poco chilosa, pues aludía a su fanfarrona prohibición a sus ministros de participar en mítines de su partido FMLN durante la próxima campaña electoral, pues ellos eran funcionarios todo el tiempo. El presidente no se toma vacaciones a su antojo, insinúa esta aclaración, su viaje fue fuera de los horarios legales de apertura de Casa Presidencial...


En realidad, el presidente no tiene una salida honorable. Pues aceptar regalos de empresarios del monto que sean, es comprometer la función de primer magistrado de la nación. Gastar los dineros del fisco para viajes de pálida diversión familiar es simplemente de muy baja calaña. Pero ya que su vocero nos dice que fue una dádiva de “un amigo empresario que no tiene negocios con este gobierno”, lo mínimo es que sea con nombre y apellido, con los documentos a vista de los gastos a costo del amigo y la demostración de que se trata de un viaje de fin de semana.


El vocero no dio estos detalles y deja a los periodistas el cargo de averiguarlos, el presidente avisa que no hará declaraciones, pues juzga que se trata de un asunto privado. Entonces si es privado ¿para qué manda al secretario de Comunicaciones a justificar el viaje y su modalidad de pago? Por supuesto que esto no es un asunto privado, una sola hora de vuelo es superior a los honorarios mensuales de presidente. ¿Acaso esto no es la puerta abierta para que cualquier empleado público acepte "regalitos de sus amigos privados y anónimos"? A eso se le llama "mordida".


El cambio prometido comprendía el momento ético, era lo que se esperaba, es lo que suponía la transparencia prometida. Pero también en esto el continuismo va en pleno vuelo.

15 abril 2011

De la "unidad nacional" al "pacto fiscal"

Los temas predilectos de Mauricio Funes son su política de “unidad nacional” y su busca constante de llegar a un “pacto fiscal”. Sabemos que el primero es un viejo tema de la dominación burguesa sobre el conjunto de la sociedad. Consiste en hacer creer que los intereses de la clase dominante coinciden con los de toda la nación. Se presentan como los más capaces de dirigir los destinos del país, sobre todo de su economía. Su principal estribillo es que las empresas tienen que obtener ganancias para garantizar el progreso nacional y sobre todo mantener las inversiones y el empleo. El cambio del sujeto gramatical no es inocente. Cuando hablan de ganancias se refieren a las empresas, a entes impersonales y no a los propietarios de esas empresas. A esto se le llama mistificación. El engaño consiste en ocultar que los que se apoderan de las ganancias son personas privadas, que disponen según su propia voluntad del resultado del trabajo de los productores reales, los trabajadores.


En esto se manifiesta la avaricia, el ansia vehemente de acaparar. Pero en tanto que agentes del capital, urgen aumentar las ganancias e investir, pero las inversiones no siempre son para producir más, sino que para ganar más lo más pronto posible y por eso se van hacia la compra de instalaciones o estructuras existentes. Esta tendencia es permanente, constante, es la que da las fusiones y la concentración de capitales. Esto conlleva como efecto “colateral” el despido de la mano de obra que juzgan excedentaria o inútil. Esta mano de obra es el sostén de familias, también son personas, son destinos personales, también son parte de la nación, son los que producen las riquezas.


Los capitalistas también tienen necesidad de mostrar su riqueza, de lucir ante los otros sus éxitos y granjearse ante los prestamistas la confianza para obtener créditos. Hay en esto dos tendencias, el que se muestra como un implacable agente del capital y el despilfarrador del capital, el “botarata”. Por lo general estos botaratas no lo son completamente, pues su afán acaparador, los lleva a comprar objetos de lujo, que conservan o aumentan su valor mercantil, joyas, obras de arte, inmuebles, etc.


La derecha, todos los partidos de la derecha, son partidarios de la política de la “unidad nacional” del presidente Funes y mientras no se llegue a un “pacto fiscal”, ellos siguen protegiendo los intereses de clase de la burguesía. Es lo que ha ocurrido en la Asamblea. Los diputados de ARENA, GANA, PCN y PDC superaron las “observaciones presidenciales” y reformaron el artículo 91 del Código Tributario. Los ricos, porque no se trata de otra cosa, podrán seguir luciendo sus riquezas, pero tienen derecho a ocultarlas ante el fisco. Ahora con este voto, nos dice El Diario de Hoy, los ricos “ciudadanos estarán obligados a declarar solo los bienes inmuebles, siempre y cuando tengan ingresos mayores a $75,151,20 o que posean bienes inmuebles valorados en $300,189,60 ó más, la cual deberán de anexarla a la declaración del impuesto sobre la Renta, cada año fiscal”.


Esta es una puesta en efecto del “pacto fiscal” del que tanto se habla. Esta ocultación no “permite que el ramo de Hacienda pueda detectar si efectivamente un contribuyente está declarando de acuerdo a todos sus ingresos en un año fiscal, y por ende, no se puede combatir la evasión y la elusión fiscal”.


No sé si nuestro flamante presidente ha ido a llorar al hombro del expresidente Saca, ya sabemos que se ha asegurado de sus serenatas en el Consejo Consultivo, lo que ignoramos si el trío recalcitrante de los expresidentes areneros traerán sus pañuelos o sus guitarras.


Esto es una aplicación concienzuda de la política del presidente, que va de la “unidad nacional” al “pacto fiscal”.

13 abril 2011

Salvador Cayetano Carpio. A la memoria de un revolucionario.

Otro aniversario más en el recuerdo de Salvador Cayetano Carpio. Hace 29 años la desaparición física del Comandante Marcial era noticia no sólo en El Salvador y conmocionaba a la inmensa mayoría de la población más pobre del país. Se apagaba así la llama que había estado encendida durante años en el movimiento revolucionario salvadoreño. Los movimientos revolucionarios de entonces no se creían lo que estaban oyendo en los medios de comunicación y de lo que sucedía a las Fuerzas Populares de Liberación, FPL.


La historia es tan tozuda que pone a todos en su sitio. “Compañeros” ideológicamente lábiles de esa organización determinaban que el Comandante Marcial era ya, un obstáculo para el proyecto burgués que tenían entre manos. Eran los primeros meses de 1983 y la guerrilla salvadoreña estaba en su mejor momento político y militar. Se estaba gestando ya casi el triunfo popular cuando suceden los hechos del mes de abril y ¿es quizá una de las razones por la que esos trágicos sucesos y la muerte del Comandante Marcial se produce?. Ellos preparaban, entonces, el camino para sentarse a negociar con la burguesía lacaya y sumisa al imperio usamericano.


Sin embargo la línea política que sí llegaba - y tocaba - los sentimientos de solidaridad más profundos de los más humildes y olvidados del país era la del comandante Marcial, ésta era - y seguirá siendo - construir el socialismo en el país. Es por esa razón que el 12 de Abril de 1983, deciden con la muerte-suicidio-asesinato de Salvador Cayetano Carpio, cambiar de rumbo en la lucha de una de las guerrillas más importante que ha dado el continente latinoamericano.


Para ellos Marcial era el “obstáculo principal” de sus posturas políticas y de su estrategia que por cierto, a la inmensa mayoría de los guerrilleros no convencía; el diálogo y la negociación era su propuesta, sin decir qué se negocibaba y con quiénes. Lo que se buscaba el fondo con dicha propuesta era nada más que la rendición militar de la guerrilla. Con el tiempo y pasado casi 20 años del fin del coflicto armado la realidad, los ha puesto en su sitio, en el que siempre han querido estar y se están identificando cada vez como uno más del sistema burgués salvadoreño.


Hablar de los hechos o sucesos de abril no es mi intención en este escrito, porque hablar de ello es redundar sobre las mentiras y falacias que se esgrimieron en los primeros días del mes de Abril. Además porque ya he escrito sobre eso y consta aquí mismo en Kaos. De estos trágicos sucesos se estigmatizó a quien fue el precursor de las guerrillas de nuevo tipo en el país. Fue el que con su práctica y su convicción pusieron en jaque al sistema burgués salvadoreño.


En el juicio llevado a cabo en Nicaragua meses después se deteminó que Marcial no tuvo ni tenía nada que ver con el execrable asesinato de la segunda responsable de las FPL Ana María, y eso la dirigencia lo sabe - y lo sabía -. Esa verdad, sin embargo, la ocultaron en su momento, y la siguen ocultando a miles de combatientes primero y ahora a la inmensa mayoría del pueblo salvadoreño. La verdad de ‘los sucesos de Abril’ la dirigencia del partido FMLN la tiene secuestrada.


Sin embargo, es allí en las mentiras y falacias en donde se esconden las verdaderas intenciones de aquellos que hoy están el cúpula del Partido del FMLN. Es la comandancia de entonces y ciertos miembros de ésta los que decidieron acabar con la vida de Marcial. Sus planteamientos políticos de hoy se sustentan en las mentiras de entonces quizá esa sea la razón por la que se pierden en sus análisis de la realidad salvadoreña como en los argumentos que esgrimen a la hora de justificar el por qué el Sr Obama visitó al país y se reunió precisamente con Funes, “su presidente”.


Hablar de la realidad de El Salvador es manifestar por escrito la magancería y la pátina de ciertos dirigentes de las FPL y por ende del FMLN que se valieron de mentiras para justificar primero el asesinato y segundo estigmatizar la figura revolucionaria del comandante Marcial.


La historia está poniendo pues, a cada uno en su sitio. Aquellos que en su momento traicionaron los principios revolucionarios, se representaban – y siguen representándose - como tales para sentarse a negociar y a dialogar con la burguesía, son los que ahora están en el gobierno. Aunque no sean ellos los que realmente gobiernen, pero eso a ellos, no les importa.


Si queremos ver con claridad - y entender - lo que ha pasado con el partido que hoy se dice de izquierdas en el país, debemos de leer y releer la historia y concretamente ese suicidio-asesinato del compañero Marcial. Es allí donde está la clave del porqué la burguesía y el imperialismo yanquí prefieren a estos lívidos dirigentes del FMLN. A ellos no se les considera ya, desde todos los puntos de vista, como un partido de izquierdas ni mucho menos revolucionarios. Ellos hacen posible que, la derecha del país como el imperialismo gringo vendan a los demás países del continente que en el pulgarcito de América, hay democracia.


En estos días en que se cumple el 28 aniversario de la muerte-sucidio-asesinato de Salvador Cayetano Carpio es cuando debemos de exigir con más rotundidad el exclarecimiento de los hechos. Que la cúpula política del FMLN dé explicaciones de los hechos y que de una vez por todas limpie la figura revolucionaria del Comandante Marcial. Sólo así harán que el movimiento revolucionario del país que sigue estando en las mentes de miles de campesinos, obreros, amas de casa, hombres mujeres etc…,sea una realidad el triunfo popular.

12 abril 2011

Por fin somos un país estable...

La situación política en el país se ha estabilizado de alguna manera. Se ha llegado a una suerte de compromiso entre el partido FMLN y el presidente. Este compromiso no se ha deshecho por la querella sobre el decreto vetado por Funes. El comunicado del FMLN es un acaecimiento sin mucha importancia, fue un simple berrinche. Es casi un mal entendido, los diputados efemelenistas no se esperaban que Funes vetara este decreto, después de haber admitido el anterior que asimismo maltrataba la resolución de la Sala de lo Constitucional. Pero sabemos que pronto van a prepararnos otro decreto que en definitiva no va a cambiar mucho en los resultados electorales próximos.


El compromiso del que hablo es una aceptación de parte del FMLN de plegarse a la política que decida Funes. Los diputados y dirigentes justifican y si hay ataques, defienden y salen a la palestra. Incluso a veces los dirigentes y el portavoz Lorenzana reaccionan con mayor ahínco y vehemencia que el mismo presidente y sus ministros. Incluso en estos días la cúpula ha movilizado sus bases, no para defender a los ciudadanos por las alzas de precios constantes de los productos de primera necesidad, sino para justificar la medida gubernamental, que ha provocado una nueva desenfrenada alza de la carestía. Los militantes han salido para crear “puntos rojos” en los que distribuyeron volantes, que explicaban los beneficios de la forma en que se distribuye la subvención del gas. Llegan a dar explicaciones sobre la misma carestía que provienen "por las malas cosechas, debido a los efectos climáticos y por el acaparamiento". Nada que ver por la ausencia de reales incentivos para desarrollar la agricultura de los productos necesarios para alcanzar una autonomía alimentaria.


En esto del gas puede llegar a suceder que el presidente le pida a su ministro revisar la medida y los diputados y dirigentes del FMLN saldrán de nuevo a justificar la revisión de la medida, que no era adecuada, etc.


Es decir haga lo que haga el gobierno, el partido estará siempre de lado del poder. Y este puesto es el que le corresponde, están al lado, no dentro del gobierno. Algunos ministros son miembros del FMLN, pero aplican la política del presidente, constantemente en contradicción con las antiguas posiciones del partido.


Por otro lado, la derecha sigue jugando su papel de oposición. Pero es oposición contra el FMLN que siguen llamando “comunistas”, “revolucionarios”, “rojos” y “chavistas”. Pero estos partidos pueden perfectamente votar con este partido en la Asamblea para apoyar medidas decididas en el Ejecutivo. Inclusive pueden votar con el FMLN, como ARENA en el primer decreto electoral sobre las condiciones del depósito de candidaturas independientes. O como lo han hecho los otros partidos en el segundo decreto. Esta vez ARENA jugó de nuevo el papel de oposición al FMLN y de aliado del presidente. Ambos defienden esta vez el fallo de la Sala de lo Constitucional y se muestran preocupados por la democracia y la opinión de la “sociedad civil”. Pero la estabilidad se logra en el hecho de que todos están de acuerdo en el principio de promover una política gubernamental de “unidad nacional”.


Es la que sirvió de cimiento para la “Comisión Económica y Social” (CES) y es esta política la que sirvió para que el actual presidente nos contara la fábula de que en todos los países del mundo, los presidentes en funciones llaman para consulta a los ex presidentes. Esta mentirita de cipote pícaro es la que le sirvió a Funes para convocar a los jefes areneros para pedirles consejo. Con esto se le acaba el traído argumento de la herencia de 20 años. Pues no se puede ser coherente, acusar a los presidentes de haber hundido al país en la miseria durante los veinte años precedentes y llamarlos ahora como los oráculos milagrosos ante la crisis nacional.


No obstante entre pícaros, los más pícaros fueron los areneros. Le exigieron una reunión aparte y le pusieron condiciones. En todo caso en esto se armó una alegre algarabía mediática. Lo cierto de todo esto es que la política de “unidad nacional” consiste en hablar de “justicia fiscal”, de que los que “tienen más, deben pagar más” y que para eso es necesario un “pacto fiscal” para ver si los patrones se deciden a no seguir evadiendo y eludiendo impuestos. Pero ese “pacto fiscal” es como nuestra Siguanaba nacional, todos hablan de ella, pero nadie la ha visto y el que la veya se muere.


Mientras tanto, hay alza del precio de la electricidad, que lo establece la CEL en una total oscurana. El gobierno decide otra subvención, otros millones para establecer a la alza los precios y esto en espera de otra alza dentro de tres meses. Una medida necesaria es la transparencia en la elaboración del precio de la electricidad y sobre todo que se puede tener un control efectivo. Pero no creo que esto se realice, también en esto hay consenso, se aplica el dogma de la libertad, la libertad de los patrones a seguir ganando (empresas extranjeras que distribuyen) más y más y la libertad de una empresa nacional de volverse el principal aliado y cómplice.


Los “pensadores” del patronato, los ideológos de FUSADES “revelan” que en 2010 ha habido aumento de la deserción escolar sobre todo en la educación media. La carestía obliga a los adolecentes a convertirse en un pilar del mantenimiento de los hogares salvadoreños. Pero estos “sabios” patronales, no se les ocurre que la revalorización de los salarios de los padres podría tener un efecto benéfico en esta situación. Estos señores le proponen al gobierno, basándose en la política de “unidad nacional” que se aumenten los “programas sociales” del Estado. Pero en esto callan sobre como financiar estos aumentos y estos programas, callan, no vaya ser el diablo y alguien piense que hay que dejarse de “pajas” y aumentar substancialmente los impuestos de las grandes empresas, instaurar reales controles de las cancelaciones y de la recolección del IVA por las empresas. Estas medidas no entran en el mismo consenso, entonces alguien va a proponer un nuevo y urgente préstamo. De todos modos, la Banca Mundial y el FMI dicen que todavía podemos seguir endeudándonos. En definitiva esos préstamos son parte del famoso “consumismo” del que son acusados los salvadoreños. Con la misma dichosa fatalidad, ese dinero va a ir a parar a los mismos bolsillos nacionales o transnacionales.


La situación política nacional es estable, hay mucho cacareo politiquero y muy pocas nueces para el pueblo. Hay simulacros de fogosos enfrenamientos, manzanas de la discordia que se pudren por temas tan viciados que proponen. ¿Hasta cuando va a durar esto? La respuesta no está a la vista. La ventana que se abrió hace dos años se ha cerrado, se abrió y vimos que un mundo mejor es posible, pero se apresuraron a cerrarla, estamos acostumbrados a vivir en la oscurana que esa luz del futuro tan rutilante, nos ha dejado a ciegas, tanteando, buscando alguna rendija. Del sueño hemos vuelto a la misma pesadilla de siempre.

El instrumento y el lenguaje II

El primer hilo que traté de deshilvanar o de hilvanar con coherencia en mi mente fue el que provenía de la insistencia de Engels: que los procesos fueron paulatinos y milenarios, que hubo un salto cualitativo, producto de una acumulación constante. Engels, de la misma manera que Marx, ha privilegiado la descripción y el análisis del trabajo, de los instrumentos, de los medios de producción. Ambos han dicho cosas importantes sobre el lenguaje, pero no lo hicieron de manera sistemática, ni tan en detalle como respecto al trabajo y los instrumentos.


Al estudiar el carácter arbitrario del signo (he publicado en este blog algunos artículos sobre el tema), en aquellos tiempos universitarios reparé en una frase de Ferdinand de Saussure, al comentar una idea persistente hasta hoy, sobre el carácter azaroso de la opción vocal del lenguaje humano y que expuso primero Whitney. No voy a recopiar todo el párrafo. Iré directamente a la sugestiva frase saussuriana: “Whitney va muy lejos al decir que nuestra elección cayó por mero azar sobre los órganos vocales; éstos de alguna manera nos fueron impuestos por la naturaleza”. (“Whitney va trop loin quand il dit que notre choix est tombé par hasard sur les organes vocaux; ils nous étaient bien en quelque sorte imposés par la nature”, Cours de linguistique générale, Ed. Payot, Paris, 1984, p. 26).


Engels le dedica a este asunto algunos párrafos en su folleto, nos habla de los cambios morfológicos necesarios en la anatomía de los monos para llegar a la producción de los sonidos articulados. Antes se ha referido a la mutación de la postura y de las manos. Estos cambios son simultáneos, imbrincados con otros cambios del esqueleto y cambios musculares. Pero también transformaciones en el cerebro, en la extensión y en el peso. Cambios paulatinos en las funciones de los distintos órganos que nos sirven para entrar en contacto con el mundo exterior, con la naturaleza. Pero estos cambios no nos sacan de la naturaleza, seguimos perteneciendo al mundo animal. Hay pues dentro de estas mutaciones una permanencia. Anoto de pasada que ahora ya se sabe que nuestros ancestros no son exactamente los monos.


Órganos de relación


Seguimos siendo mamíferos, tenemos en común con ellos muchos órganos, incluso no solamente los órganos, sino que también su posición en el cuerpo. Los “órganos de relación”, como los ha llamado André Leroi-Gourhan, se concentran en la faz, en la parte delantera. Voy pues a lo que la naturaleza nos ha impuesto, la producción de sonidos y su recepción, tienen sus propios órganos y su propia localización, un sitio en el cuerpo y muy problable su funcionamiento sea regida a partir de las mismas áreas cerebrales. La naturaleza ha liberado las manos de su funciones de locomoción, le ha cambiado su forma y ha refinado su función de prensión. O sea que la función vital de las manos es insustituible, al estar ocupadas en su accionar no pueden ocuparse en la transmisión de la información. Los ojos también están ocupados en mirar y dirigir a las manos. Estas cosas sencillas que estoy señalando, son justamente las que no dijo el sabio suizo, apenas si las insinuó. Aunque puesto a reflexionar en estas evidencias, que lo son una vez dichas, pero que permanecen ignotas si no se expresan, topé con un texto marxiano, que después he leido citado de varias maneras en la literatura marxista o en textos de marxeólogos.


En mi primera lectura de El Capital, encontré una pasaje que me interesó mucho, pero este texto lo leí en ruso, durante mis estudios moscovitas. Lamento ahora que mi conocimiento del alemán sea nulo. Lo he buscado en castellano, al parecer es muy sencillo encontrarlo, pues proviene de la máxima obra de Marx. Ahora con la red mundial, algunas limitaciones anteriores pueden ser subsanadas fácilmente. Pero con los textos de Marx no siempre las cosas son tan sencillas. En efecto el texto existe en castellano en la red, en el sitio de la Universidad Complutense (Biblioteca de Autores Socialistas), pero al leerlo de nuevo, algunos detalles me parecieron como significando otra cosa. Lo cotejé con otras traducciones y traté de compulsarlo con el original. La cuestión de la terminología tiene mayor importancia de que lo que aparenta. En el artículo anterior he mostrado como cambiar un tiempo verbal puede apartar la intención del autor o dar a entender otra cosa muy distinta.


En mis estudios lingüísticos tomé clara conciencia de esto. También en mi práctica de traductor tuve a veces que emprender investigaciones léxicas y semánticas para que mi traición no fuera total, lo digo por aquello de que traducir es traicionar.


El trabajo en su forma humana


Para retomar el hilo quiero recordarles que Engels en su folleto hace preceder el trabajo a la aparición del lenguaje. Para él la actividad manual, la fabricación de instrumentos, es anterior al lenguaje, éste surge únicamente con la necesidad de intercambiar informaciones en el transcurso del trabajo. Es aquí donde hago intervenir el texto de Marx que viene en El Capital:


“El trabajo es, en primer lugar, un proceso entre el hombre y la naturaleza, un proceso en que el hombre media, regula y controla su metabolismo con la naturaleza. El hombre se enfrenta a la materia natural misma como un poder natural. Pone en movimiento las fuerzas naturales que pertenecen a su corporeidad, brazos y piernas, cabeza y manos, a fin de apoderarse de los materiales de la naturaleza bajo una forma útil para su propia vida. Al operar por medio de ese movimiento sobre la naturaleza exterior a él y transformarla, transforma a la vez su propia naturaleza. Desarrolla las potencias que dormitaban en ella y sujeta a su señorío el juego de fuerzas de la misma. No hemos de referirnos aquí a las primeras formas instintivas, de índole animal, que reviste el trabajo. La situación en que el obrero se presenta en el mercado, como vendedor de su propia fuerza de trabajo, ha dejado atrás, en el trasfondo lejano de los tiempos primitivos, la situación en que el trabajo humano no se había despojado aún de su primera forma instintiva. Concebimos el trabajo bajo una forma en la cual pertenece exclusivamente al hombre. Una araña ejecuta operaciones que recuerdan las del tejedor, y una abeja avergonzaría, por la construcción de las celdillas de su panal, a más de un maestro albañil. Pero lo que distingue ventajosamente al peor maestro albañil de la mejor abeja es que el primero ha modelado la celdilla en su cabeza antes de construirla en la cera. Al consumarse el proceso de trabajo surge un resultado que antes del comienzo de aquél ya existía en la imaginación del obrero, o sea idealmente. El obrero no sólo efectúa un cambio de forma de lo natural, en lo natural, al mismo tiempo, efectiviza su propio objetivo, objetivo que él sabe que determina, como una ley, el modo y manera de su accionar y al que tiene que subordinar su voluntad. Y esta subordinación no es un acto aislado. Además de esforzar los órganos que trabajan, se requiere del obrero, durante todo el transcurso del trabajo, la voluntad orientada a un fin, la cual se manifiesta como atención. Y tanto más se requiere esa atención cuanto menos atrayente sea para el obrero dicho trabajo, por su propio contenido y la forma y manera de su ejecución; cuanto menos, pues, disfrute el obrero de dicho trabajo como de un juego de sus propias fuerzas físicas y espirituales”.


He citado todo el párrafo, pues se acostrumbra mutilarlo, ya sea en lo que precede la frase que he subrayado o el final. Antes de ir a los motivos que me llevaron a fijar en mi memoria este pasaje y como lo ligué a la problemática que me ocupa, deseo hacer algunas observaciones sobre la traducción al castellano.


Problemas de la traducción


La primera observación es un detalle, pues no cambia en nada el sentido. El traductor al castellano ha preferido dejar la traducción literal de “maestro albañil”, mientras que los traductores al italiano y al francés han preferido interpretarlo y poner “arquitecto”. Esto no es muy importante, pero donde si cambia y puede prestarse ya a diversas interpretaciones es la palabra “imaginación”, que en italiano viene como “idea” y en francés como “representación”. Idea e imaginación podemos decir que pertenecen al mismo campo semántico, pero no a la misma tradición filosófica. El traductor francés no ha puesto de manera inocente la palabra “representación”, aquí subyace un trabajo filológico que une esta palabra a todo un paradigma que concierne al pensamiento y al conocimiento. Esto lo señalo pues a veces creemos, al leer a autores extranjeros, que estamos hablando de lo mismo, pero en realidad este matiz, aquí pequeño, puede en el fondo conducir por caminos que se bifurcan.


No entiendo las razones del traductor castellano de cambiar “construido” por “modelado”. Esta elección oculta justamente la identidad de la acción mental y la acción física. Marx ha elegido el verbo construir y no modelar: „Was aber von vornherein den schlechtesten Baumeister vor der besten Biene auszeichnet, ist, daß er die Zelle in seinem Kopf gebaut hat, bevor er siein Wachs baut“.


Ahora me voy a referir a otras dos palabras, en las que claramente los caminos realmente salen en direcciones diferentes. El traductor al castellano ha preferido usar un neologismo y escribe “efectiviza su propio objetivo”. Los otros dos traductores han preferido escribir “realiza”. No se crea que estoy exagerando, aquí el paradigma es importante, me refiero al paradigma filosófico. En la VI tesis sobre Feuerbach aparece un sintagma que nos descubre la diferencia conceptual entre una y otra raíz: “realidad efectiva”. Por otro lado no veo la necesidad de “innovar” introduciendo una palabra que no existe aún en nuestro vocabulario. Esta introducción no puede ser gratuita, para conferirle el valor que tal vez tenga, se necesita una justificación teórica, filológica.


La otra palabra que lleva a una segura bifurcación es la que termina el párrafo: “espirituales”. Aquí la opción no me parece muy inocente. En el vocabulario marxiano llama la atención hacerle decir “fuerzas espirituales” en vez de preferir “fuerzas intelectuales”. Es la opción que han preferido los traductores al francés y al italiano. Me parece que tienen razón, pues “fuerzas espirituales” le confiere un no sé qué de idealismo al texto, totalmente ajeno al pensamiento de Karl Marx.


Me van a disculpar este vericueto lingüístico. Aunque me parece que era necesario hacerlo, pues no creo que estos deslices sean excepcionales, es posible que al contrario sean recurrentes. Lo que debe llevarnos a dudar mucho en si lo que estamos leyendo es totalmente seguro, si es digno de darle toda nuestra confianza. En todo caso es necesario que los que se dedican a interpretar a Marx, los que lo estudian en castellano, tengan en mente la posibilidad de estar, no por su culpa, malinterpretando. En todo caso, en los estudios marxistas es necesario también proceder a una lectura estricta del texto.


Ahora vuelvo a la idea que me hizo guardar en mi memoria este largo pasaje marxiano. Marx hace una distinción entre la forma del trabajo puramente instintivo, animal y el trabajo en su forma humana. Marx nos describe el caso del obrero, una actividad distinta, dándole una importancia primordial al hecho que el hombre tiene previamente un proyecto en su cabeza, en su imaginación, se representa en la mente los pasos futuros que dará en la fabricación exterior. Señalemos que aquí hay un movimiento del interior al exterior. Aunque es necesario también tomar en cuenta que Marx ya desde el inicio del párrafo indica otro movimiento que va del exterior al interior: “Al operar por medio de ese movimiento sobre la naturaleza exterior a él y transformarla, transforma a la vez su propia naturaleza”.


Este actividad mental interna, previa, anterior a su concreción, esta proyección nos conduce obligatoriamente a presuponer el lenguaje como un componente esencial de esta misma actividad.


Engels que nos indica, en su folleto, que las actividades instintivas, naturales no eran “trabajo en el verdadero sentido de la palabra. El trabajo comienza con la elaboración de instrumentos”. Y el antropólogo ya antes mencionado, André Leroi-Gourhan agrega casi un siglo después “”Un punto esencial puede despejarse: la posibilidad del lenguaje existe a partir del momento cuando la prehistoria nos entrega los instrumentos (outils), puesto que instrumento y lenguaje están ligados neurológicamante y puesto que tanto el uno como el otro son indispensables en la estructura social de la humanidad” ( “Le geste et la parole”, Albin Michel, Paris, 1978, p. 163).


Pero esto mismo, con los conocimientos de su época, F. Engels lo ha dicho claramente: “Primero el trabajo, luego y con él la palabra articulada, fueron los dos estímulos principales bajo cuya influencia el cerebro del mono se fue transformando gradualmente en cerebro humano, que, a pesar de toda su similitud, lo supera considerablemente en tamaño y en perfección”.


Tal vez sea necesario volver sobre el tema. Pero me parece necesario concluir que no se puede reducir el folleto instructivo de Engels a una frase casi teológica: “el trabajo creó al hombre”. Falsa incluso por el desarrollo mismo del raciocinio de Engels, los datos que nos aporta y las grandes intuiciones suyas. La ciencia antropológica moderna nos señala con detalles más precisos y más completos el esbozo de las transformaciones fisiológicas que nos describe Engels. Muchos puntos son sistemáticamente retomados por la ciencia actual, como su postura erecta, la posición del pulgar, la cavidad cránea, el desarrollo y extensión de las áreas del cerebro, etc. La diferencia es que ahora podemos decir que el desarrollo de la mano y sus capacidades son paralelas al desarrollo del lenguaje.

08 abril 2011

El instrumento y el lenguaje I

Un lector de estas « Cosas tan pasajeras » ha venido a despertar en mí un antiguo debate. Digo antiguo, pues ya va acercándose al medio siglo, lo que para mí es casi volver al momento de mi propio amanecer a las lecturas marxistas. Es cierto que algo había leído ya en El Salvador, pero como esto lo hice apretando el corazón dentro de las tinieblas de la clandestinidad, con el temor rastreando cualquier acecho y el entusiasmo, el fervor y la ilusión dirigiendo mi bastón de ciego, entonces el significado parecía plasmarse con letras macisas de la verdad absoluta e indiscutible. Eran aquellas primeras lecturas todo menos eso, lecturas. Había más esperanzas de magia, de inefables poderíos que me permitieran borrar para siempre la miseria social que me rodeaba. No había nadie que realmente pudiera sacarme a la luz pura para que mi mente no cayera en una nueva religión. Pues los que por esos tiempos me rodeaban, también habían caído en el mismo embrujo, víctimas de nuestra crasa ignorancia, esos textos se volvían sagrados.


No obstante pronto me enfrenté a otro mundo, me abría a la discordia, a la controversia, a las interpretaciones. Para muchos puede ser que la cosa sea hasta inaudita, pero fue en Moscú, con mis camaradas salvadoreños que aprendieron fácilmente a repetir los amenes conformistas y dogmáticos que supe, por contraste y por temperamento, que no todo lo escrito era absoluta verdad. Amigos de otros países interpretaban con menor conformismo los textos de Lenin y se permitían contradecir lo que expresaban los comunicados del B.P. del PCUS (Buró Político del Partido Comunista de la Unión Soviética).


El ambiente era animado en la Universidad “Patricio Lumumba”, tanto en las prolongadas tardes de la calle Kabelnaya, como en las noches sin sueño de la calle Storozhevaya, me fui metiendo al resbaladizo terreno del pensar por mi cuenta.


Fue en esos momentos, en el albor de mis estudios, cuando lo primero era despojarme de las ideas preconcebidas sobre el lenguaje, cuando iba aprendiendo que para que algo sea cierto es menester aportar la prueba y me iba dando cuenta, en la Lingüística, lo que era la “unidad de los contrarios” y que la ciencia no obedece a los dictados de la “ideología”, la teoría del signo, primero y la teoría sausssureana del lenguaje, después. Ahora estoy cometiendo un anacronismo, pues esa “unidad” la iba descubriendo en la práctica y entonces aún no la llamaba así. Esto vino luego, cierto tiempo después. Aquellos años fueron de intensas lecturas, leía varias novelas a la vez, varios ensayos al mismo tiempo, me avecinaba con bulimia a todo lo que pudiera rescatarme del pozo de mi ignorancia.


Una obligada lectura


Fue por esa época de aprendizajes que tuve una obligada lectura para los que anhelábamos “convertirnos” al materialismo científico, se trata de un folletito del que ha quedado en el mundo una sola frase, “el trabajo hizo al hombre”. El folleto se llama, “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”, el autor es F. Engels. La frase tal vez aparezca así en los múltiples manuales “marxistas”, pero en el folleto no está dicho en esa forma de aforismo y de alguna manera el amigo de K. Marx se expresa con mayor prudencia, abre sus reflexiones así: “El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en Economía Política. Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, proveedora de los materiales que él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre”.


Como se ve no es lo mismo, pero como en los catecismos se vino repitiendo en su forma aforística: “el trabajo hizo al hombre”, todo el contenido del folleto, toda la argumentación engelsiana, su prudencia, como su perspicacia se han ido borrando y olvidando. Así que yo mismo me quedé frente a frente con una especie de postulado del “Marxismo”. Esta caricatura me ha indispuesto siempre. He querido conversar mis dudas, discutirlas, pero nadie ha parado oídos a mis interrogantes. Para muchos no había o no hay nada que discutir, otros han pensado que deseo contarle siempre más patas al gato y que la frase es lo suficientemente diáfana, que no hay nada que discutir.


Recuerdo ahora una de las últimas veces que traté de discutir esto con alguien, fue en París, con dos amigos salvadoreños, en los años de la guerra, cuando a nuestra actividad de propaganda y de recaudación de fondos, se le llamaba “Frente externo”. Uno de ellos ahora es profesor en la Universidad Nacional y el otro, creo, también da clases. El primero es sociólogo y el segundo era todavía aprendiz de lingüística. Ambos fueron tajantes y hasta se sorprendieron que quisiera mezclarlos en peligrosas y absurdas heterodoxias. Me dijeron en duo que no habia nada que quitar, ni agregar a ese postulado científico. Había empezado por decirles a estos amigos que Engels no podía volver al trabajo un demiurgo, que en el raciocinio había mucho más que el trabajo, que tal vez se pudiera considerar el lenguaje como otro factor importante, como otro momento crucial del famoso “transito del mono al hombre”. Engels mismo en su folleto nos dice que “los hombres en formación llegaron a un punto en que tuvieron necesidad de decirse algo los unos a los otros”. Y en seguida agrega: “Primero el trabajo, luego con él la palabra articulada, fueron los dos estímulos principales bajo cuya influencia el cerebro del mono se fue transformando gradualmente en cerebro humano”.


Recovecos, atajos y deslisaderos


Ahora puedo contar mi recorrido en este tema. El recorrido ha resultado tortuoso, con recovecos, atajos, deslisaderos, cuestas arriba y encuentros inesperados. Voy a tratar de presentarles un resumen somero de él, tachando algunas cosas, cuya importancia juzgo ahora estrictamente personal y otras las omitiré porque pueden distraer de la ruta principal, del núcleo de la cosa.


Aunque esto puede parecer alejado del tema, mi primera reacción fue lingüística, mezclada con otra de deontología, de ética, de exactitud. La primera es que la frase tal cual es repetida “El trabajo creó al hombre”, deja de lado una reflexión constante de Engels en su inconcluso folleto, se trata de un proceso milenario, entonces querer expresar estos miles y miles de años por un tiempo verbal que en castellano refleja más bien un acto momentáneo, cerrado, perfectivo, es sencillamente inadecuado. El tiempo que trae la traducción es el perfecto, un tiempo abierto, en que la acción no tiene límites en el pasado, que se prolonga hasta el momento discursivo. Al trastocar la frase en su tiempo y omitir el “hasta cierto punto” que pone, aunque sea levemente, un bemol a la afirmación, se está desfigurando algo, de alguna manera se está cometiendo un error, el sentido exacto se ha trasgredido. Cuando se le atribuye a alguien una idea, es honesto citarlo adecuadamente, sin enmiendas, ni atajos verbales.


Otro punto con el que no he comulgado con muchos de nuestros “marxistas”, es el olvido que se produce por dar como postulado o dogma la desfigurada frase imputada a Engels, este olvido consiste en ignorar u obviar sin más, el hecho fundamental, en el que insiste Engels, que se trata de un proceso milenario y en el que se produce un transformación cualitativa, una transmutación, algo deja de ser y aparece otra cosa. Pero en el simplismo materialista pre-marxista de nuestros “marxistas”, la frase atribuida a Engels se opone y suplanta la frase de la teología: “Dios creó al hombre”. Esta similitud tal vez sea en parte la responsable de los oídos sordos que he encontrado. “El trabajo creó al hombre” era como la réplica materialista al idealismo religioso, pero lo era en el doble sentido de la palabra réplica: respuesta y copia. Se producen un espejismo y un reflejo espectral, la ilusión de dar con ello una respuesta laica, materialista a un dogma religioso y al mismo tiempo se copia el mismo error. Este error, lo repito no es de Engels, sino de los que produjeron el brevísimo resumen, este error lo señala Marx en la VI tesis sobre Feuerbach, a la que me he referido en estas “Cosas tan pasajeras”.


Pero antes de llegar al desarrollo de lo que esta VI tesis nos permite corregir, es necesario volver al relato de mis propios esfuerzos por entender este problema. Resulta que en aquellos años, aunque se insistiera en la necesidad de “aprender” la filosofía marxista, la teoría materialista, se dejaba de lado los textos mismos de los clásicos y “aprendíamos” en manuales del diamat soviético, se trata de la abreviación rusa de “materialismo dialéctico”. Aquello era una repetición casi sin corregir de las aberraciones interesadas que cometió Stalin. Muchos siguen aferrados a ese modo de mal pensar. Pero a esto vino a sumarse otra circunstancia, que viene ligada incluso a las tergiversaciones del Partido Comunista de El Salvador y de Schafik Handal sobre la vías de la revolución. Tergiversaciones que dieron lugar a largas discusiones en el seno del partido y afuera, pues en el movimiento comunista internacional esto también fue tema de discordia. Esta lucha “ideológica” nos obligó a dejar por completo las veleidades de filosofar. Y lo que importaba entonces era saber de qué lado nos poníamos, al lado de la revolución o de la reforma.


Lo único que importaba era la acción


Esto se agravaba también porque mis amigos chilenos del MIR, los uruguayos, los nicas, venezolanos, colombianos, bolivianos, peruanos se reñían en torno al librito de Regis Debray “La Revolución en la Revolución” y nuestro mundo se dividió en dos, los que estaban por la revolución y los que estaban en contra. Fue esa la primera vez que entendí que la verdad no tenía nada que ver con el modo de gruñir, algunos de mis amigos tomaron casi como catecismo el pasquín de Debray, nunca lo acepté, me pareció siempre que ese folleto promocionado por los cubanos, era más bien una justificación pseudo-teórica y una mala interpretación de la concepción “foquista” de la revolución cubana. Y a esto vino a sumarse una abusiva interpretación, que persiste hasta hoy, de la última tesis sobre Feuerbach, la famosa XI tesis: “Los filosofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Muchos han entendido que la teoría sale sobrando, lo único que importa es la acción. Esta actitud ha sido siempre un muro.


En medio de todas estas discusiones, de vía pacífica, vía armada, pro-cubano o pro-soviético, pro-chino o pro-comunismo occidental y muchas otras alternativas, tuve un primer gran encuentro, un profesor de la Universidad, nos daba unas cuantas horas de Lógica, era un curso casi opcional, algunos asistimos asíduos, otros a empujones y con bostezos, el profesor tomaba todo eso con estoicismo y con una sonrisa sobradora (como dicen los argentinos). Una vez nos dijo que además de la lógica formal y sus derivados, existía otra más interesante, más amplia y en definitiva más entretenida y que era mucho más útil para interpretar los descubrimientos ciéntíficos: la lógica dialéctica. Pero que por la lentitud que avanzabamos en los cursos, no iba a tener tiempo de darnos ni siquiera lo elemental. Nos prometió una bibliografía y ayuda si alguien se la pedía. Me atreví a reclamarle la bibliografía y empecé mis estudios.


Confieso que me adentré en ellos muy cojo y sin guía pues el profesor desapareció. A pesar de todo me di cuenta que para poder extraer la lógica de los textos que me recomendó el profesor, necesitaba de mayor preparación filosófica, que no se trataba solo de leer y de sacar algunos apuntes. No obstante estas lecturas me ayudaron a aclarar algunas intuiciones, algunos atisbos.


Me atreví a pensar que en el folleto de Engels no podía ser del todo muy exacto, pues los conocimientos concretos que tenemos ahora, con la arqueología moderna, eran desconocidos en su tiempo, que Engels tomaba como enteramente cierta la descripción fantasiosa de Darwin de los monos “ancestros” y el continente perdido, que Engels había usado muy a propósito su inteligencia, pero que por falta de información, buena parte de su exposición cojeaba. Esto me lo guardaba en silencio, esta “apostasía” me podía incluso valer más que una excomunión.


Y al mismo tiempo, en algún rincón de mi cabeza trotaba impaciente un concepto que había rechazado sin proceder a su crítica. Se trata del concepto “hombre”, de lo que se entiende cuando se le define. Eso no estaba para mí tan claro, ¿por qué remplazarlo, con qué remplazarlo desde el punto de vista del materialismo marxista?


Reflexiones sobre el lenguaje


De alguna manera acudieron en ayuda mis reflexiones sobre el lenguaje. En realidad hablamos del lenguaje humano, pero lo que podemos decir de él es muy poco, pues se trata de una abstracción, de generalizaciones que podemos unir en un concepto, pero que no corresponde realmente a algo observable. El lenguaje en tanto que tal no es una realidad tangible, lo real, lo que se manifiesta son las lenguas, las lenguas históricas dadas. Asimismo vinieron a agregarse las reflexiones sobre el lenguaje en potencia y el lenguaje en acción. Vinieron luego las discusiones sobre los “universales” del lenguaje, su carácter innato o no, el lenguaje como relación social o como paquete, nudo de relaciones, su existencia material en cada individuo y en todos los que hablan una lengua. Los temas se iban acumulando, la reflexión iba creciendo, no siempre me satisfacían las respuestas que me daban mis profesores. Tal vez sólo los soliloquios-conferencias de mi mejor profesor, Dimitri Evguenovich Mijalchi. Nunca falté a sus cursos, salvo realmente por fuerza mayor.


Recuerdo una de sus conferencias, en una de las que se dejaba ir a reflexionar en voz alta delante de nosotros. No le gustaba que perdiéramos el tiempo anotando, prefería que siguiéramos el hilo de su razonar. El tema era la propiedad o la ausencia de propiedad del simil entre el instrumento y el lenguaje. Se había vuelto muy frecuente decir que el lenguaje era un instrumento de comunicación y del pensamiento. Sobre esto último, me refiero a la unión del lenguaje y el pensamiento ha sido otro de los problemas que siempre me han acompañado y fue tema de una larga charla nocturna que Georgre Mounin compartió condescendiente comnigo.


Dmitri Evguenevich Mijalchi rechazaba la comparación, aceptaba que en algún sentido pudieran existir similitudes, que ambos, el instrumento y el lenguaje, eran vehículos de la voluntad de los hombres, que a través de ellos se alcanzaban objetivos, pero el instrumento es confeccionado con un objetivo preciso, capaz posiblemente de aplicarse con varios objetivos o ser utilizado con propiedad en actos para los cuales no fue concebido y fabricado. Recuerdo también que en su discurrir nuestro profesor, corrigió, “los insturmentos y las lenguas”, en vez del singular cambió varias veces al plural y en vez de lenguaje, repitió “lenguas concretas”. No recuerdo si este cambio del singular al plural fuera tema de otro curso, pero este detalle era significativo y detrás había un pensamiento profundo que me tocó que escudriñar.


El lenguaje no se interpone entre los hombres y la naturaleza, entre el sujeto y el objeto, como lo hacen los instrumentos. El lenguaje, las lenguas, relacionan a indivíduos y trasmiten información. Es posible que como lo dice Engels en el folleto que comento, “la cabeza que planeaba el trabajo era capaz de obligar a manos ajenas a realizar el trabajo proyectado por ella”, pero la substancia humana no ha sido trasmutada. El instrumento, en cambio, sí transforma el objeto al que se le aplica, de esto se deduce la estricta necesidad de una adecuación entre el instrumento y el objeto que hay que trasformar. El instrumento está en medio, entre el sujeto y el objeto, mientras que el lenguaje, si bien aparenta estar también en medio, no es totalmente cierto, pues para que la lengua funciones es necesario la comunidad lingüística, es menester que mi interlocutor me entienda, sin este complemento no existe comunicación, la lengua nos pertenece a ambos, a todos, mi enunciado se realiza en el otro, pero no en cualquier otro, sino en esos otros que comparten conmigo la misma lengua. Ambos, el instrumento y el lenguaje, son mediadores, pero uno lo es plenamente, mientras que el otro sólo en cierto sentido, tal vez solo en sentido figurado.


Aquí podemos ver que se nos ha armado un nudo, en el que se nos mezclan muchas cosas, como son proyectos, cosas, individuos, lengua, objetos, etc. Porque el instrumento antes de existir materialmente, está en el proyecto, en la concepción, en el cerebro. Su forma anterior, es decir, antes de concretizarse en los actos humanos, está en su forma-pensamiento, en gran parte, en su forma verbal. Es posible que en esto se puede admitir la existencia de un pensamiento no verbal, un pensamiento instrumental, en figuras, etc. ¿Estos modos de existir del pensamiento están separados estrictamente? ¿Es posible en su totalidad el modo intrumental de pensar sin el verbal? En todo caso hay en esto una imbricación de factores, de momentos, el cerebro, la mano, los sentidos, la conciencia, el pensamiento, el lenguaje (que es su manifestación material), los objetos y toda la naturaleza.


Pero para deshacerla esta madeja existen varios hilos, algunos se rompen, otros se esconden y algunos son tan largos que duran toda la vida. La clave de todos modos está en que estas interacciones nos permiten comprender las mutuas dependencias y sus desarrollos paralelos. ¿Puede una actividad producir un instrumento sin que exista un lenguaje? Proyectar significa la existencia mental, potencial del instrumento. Debo confesar que en estos tanteos que voy describiendo, ahora que los escribo, me esmero en reproducirlos tal cual se fueron dando en mis busquedas, en mis caóticas lecturas, también en conversaciones.