El autor de este blog agradece la reproducción total o parcial de los materiales aquí publicados siempre que se mencione la fuente.

30 noviembre 2010

La cúpula y sus bases

La responsabilidad de los dirigentes del FMLN respecto a la situación política actual es descomunal, aplastante. Pero no podemos separar esta responsabilidad de manera tajante entre los dirigentes y las bases. No es la misma, no tiene las mismas dimensiones, no obstane son las bases y sus dirigentes los que conforman el partido político.


Pero de qué situación estoy hablando, resulta que desde que fue nombrado Mauricio Funes como candidato a la presidencia hasta hoy los dirigentes habían guardado silencio sobre las motivaciones profundas de ese nombramiento. Hace unos días, José Luis Merino al justificar su proposición de que el próximo candidato tiene que salir de las filas del FMLN, afirma que ahora la gente que antes tenía miedo respecto a su partido y sus objetivos, ya lo perdió. Afirmó que ese ha sido el papel de la candidatura de Mauricio Funes. ¿Se lo explicaron esto a los militantes los dirigentes que pactaron la candidatura? ¿Los militantes pidieron alguna explicación? No sucedió ni lo uno, ni lo otro.


Pero si alguien escribe que los dirigentes del FMLN tienen doble lenguaje, los militantes saltan encabritados, amostazados, enfurecidos a defender a sus dirigentes. Pero estas declaraciones de Merino no están ellas mismas delatando este doble lenguaje. Si con Funes lo que apuntaban era hacer desaparecer el miedo, le estaban mintiendo a las personas que temían, pues les pusieron a Funes de carnada. Cuando en artículos publicados aquí mismo denuncié este doble lenguaje, hubo personas que me explicaron que se trataba de una estrategia, que ponían a Funes para que los indecisos votaran en favor del FMLN, que una vez en el poder ya las cosas iban a ser distintas. Repetí que un partido revolucionario no puede acceder al poder con ese tipo de triquiñuelas, con esas trampas. El partido revolucionario debe mostrar claramente cuáles son sus intenciones, no se puede construir una nueva sociedad basándonos en mentiras.


Algunos me afirmaron que era necesario ser prágmaticos, que lo que se perseguía era desalojar a Arena del poder, como primera etapa, que para eso iba a servir la candidatura de Funes. Este recurso a la palabra “pragmatismo” no es una postura filosófica, no es al pragmatismo en tanto que filosofía que los militantes del FMLN y sus allegados se referían al utilizar esta palabra. Se trata de otra cosa, se trata de una concepción reducida del pragmatismo, que se ha convertido en cinismo, alegando que el fin justifica los medios. Es de este pragmatismo que ellos hablaban.


Cuando afirmé que esa actitud no era revolucionaria, pues al mentirle a una parte del electorado, no se le estaba convenciendo de la justeza de la política del FMLN, sino que se le estaba tratando como un pez que hay que pescar. Una actitud revolucionaria no consiste en llegar al poder a toda costa, sino que el pueblo, sí, que el pueblo tome el poder usando el instrumento político que es el partido. Pero si los que dirigen este partido, no tratan, ni intentan ni un sólo instante de llevar adelante una lucha política de convencimiento hacia las clases medias y hacia gran parte de los obreros y campesinos que votan por la derecha o que no se decidían votar por el Frente, están capitulando, cediendole el terreno a las fuerzas de la reacción.


Pues de eso se trata. Ahora tenemos a un presidente que comenzó por declararse independiente del partido que lo llevó al poder, que adoptó actitudes autoritarias hacia sus propios ministros e insultante hacia los diputados de su partido. Tenemos a un presidente que se declara un aliado del imperialismo estadounidense, las cosas hay que llamarlas por su nombre. Sobre esto aún no han dicho nada los dirigentes del FMLN y sobre esto se quedan mudos los militantes del FMLN, pues todavía no tienen “línea”. Tenemos a un presidente que consulta sus leyes y proposiciones de leyes primero con el patronato y luego pasa la ley a la Asamblea. Tenemos a un presidente que tiene como primer objetivo servirle a la burguesía. Este presidente “espantamiedos” se enfrenta con el rechazo de cooperación de la ANEP, que hasta ahora salió a la palestra política actuando como partido político, mientras sus partidos se repusieran de la derrota. Este presidente nos propuso una pacto de “unidad nacional”, el resultado ya lo estamos viendo, este pacto consiste en que los trabajadores deben conformarse con las migajas y remiendos sociales del gobierno y que acepten endeudar al país para que los empresarios puedan recibir del Estado pedidos de construcción de carreteras, de presas, de escuelas, etc. Son los patrones los que se quedarán con la gran tajada y son los trabajadores los que pagarán las deudas contraídas. He escrito escuelas, pero no sé exactamente si hay un plan de construcción masiva de escuelas públicas, no lo creo. Lo más probable es que se construya mayor número de infraestructuras para uso exclusivo de la oligarquía. Sin que esta participe al esfuerzo fiscal.


Pero lo que es peor, José Luis Merino sin cubrirse con velos la cara, se ofrece a la oligarquía como sustituto de Arena. Merino ha hecho el análisis de que las clases medias y parte del patronato ha perdido el miedo al FMLN, que se han dado cuenta que no constituyen ningún peligro para sus intereses de clase. Es esto lo que significa el ofrecimiento de servicios que ha hecho Merino en nombre de su partido, insisto, en nombre de su partido, no sólo de la cúpula, no, es en nombre también de las bases, de las que pronto harán campaña, de todos esos que no admiten este tipo de crítica que estoy haciendo en estas líneas.


Tal vez me pregunten ¿qué proponés vos? Primero lo que propongo es que nos demos cuenta que al seguir una política oportunista, pues no es otra cosa lo que hicieron al poner a Funes como candidato, al seguir ese oportunismo nos han conducido a un callejón sin salida. Pues ahora se trata de volver a la lucha política, ir hacia la gente, pero no para “enamorarla”, sino que para politizarla. No sólo se trata de “enarmorar” a la gente como propone Merino, sino que se trata de combatir la ideología dominante, la idelogía de la burguesía, se trata de mostrarle a los trabajadores que sus intereses de clase no pueden verse unidos con los de la oligarquía. Se trata de mostrar que este sistema ha caducado, que no puede resolver los problemas del país. Todos los problemas sociales que nos agobian no son fatalidades, no nos han caído del cielo como una maldición divina, sino que son la consecuencia lógica de un sistema que tiene como prioridad el beneficio individual del empresario. La acumulación de riquezas en manos de tan poca gente es un factor antieconómico, pues toda esa riqueza no puede emplearse en beneficio de todos, ni reinvestirse en la producción de bienes necesarios para el país. Lo estamos viendo ahora mismo, no invierten, exportan capitales, evaden impuestos, se burlan del fisco al retener la devolución del IVA.


Claro que todo esto no conduce directamente a una victoria electoral inmediata. Movilizar a las clases trabajadores en defensa de sus intereses, es mucho más eficaz que acceder con mentiras al poder ejecutivo para proponer “pactos nacionales”. La lucha política se gana con argumentos, se gana convenciendo, se gana con un pensamiento revolucionario. La lucha política no se gana con patrañas electoreras, no se gana proponiendo sus leales servicios a la oligarquía.

27 noviembre 2010

El determinismo electoral del FMLN como estrategia contrarrevolucionaria

Por: Orestes Estrada y el Padre Mauricio Merino

Programa radial Creo en vos mi gente


“La moderación es otra de las palabras que les gusta utilizar a los agentes de la colonia. Son moderados todos los que tienen miedo o todos los que piensan traicionar de alguna forma. El pueblo no es de ninguna forma moderado”.


Mensaje de Ernesto Che Guevara a las juventudes el 28 de julio de 1960.


Todas las posiciones y declaraciones que ha venido haciendo la cúpula del frente recientemente, pretenciosas de análisis e interpretaciones del momento actual sobre la vida económica, social y política del país?, que consumó a propósito del 11 de noviembre en los actos públicos de manipulación política sobre la memoria de los caídos en dicha gesta, no son otra cosa que su propia visión distorsionada y muy particular de su mundo de ambiciones electorales, resumidas en su anuncio de la gran alianza con toda la derecha y de la insinuación de aspirar a convertirse en el instrumento partidario y hasta político de los empresarios, es decir de la oligarquía.


Las declaraciones al respecto, partieron de un análisis político de vanagloria por haber derrotado a la derecha en la contienda electoral anterior, haber logrado dividirla y haberla sacado del poder del Ejecutivo, cosa esta última que no es cierta. En la otra parte de los discursos vinieron los llamados a emprender la tarea pendiente de continuar luchando contra la derecha, contra arena, porque a pesar de tales victorias, aún es un poder decisivo y fuerte políticamente.


En la tercera parte, luego del argumento de que no obstante todo lo dicho arena es ya un instrumento partidario agotado e irrecuperable políticamente para el sector empresarial, vino la exposición de la estrategia. La empresa privada es una fuerza omnipotente, omnipresente e imprescindible para el país, la economía, la inversión, la sociedad y el gobierno, por lo que hay que saber dialogar con ésta.


Todas las condiciones anteriores, según la cúpula, constituyen un caldo de cultivo para impulsar acercamientos con la oligarquía, ya que se ha quedado sin instrumento partidario, y por lo tanto —y para coronar—, es necesario buscar apoyos decisivos de la empresa privada, proponiéndoles mejorar sus negocios e inversiones hasta llegar a tenerlos del lado de la dirigencia. En las palabras correctas y justas esto significa: hacer del fmln un instrumento atractivo y compatible con los intereses de la oligarquía, convertirlo en el instrumento sustituto del que perdió con arena.


Según esta cúpula, es posible creer que semejante aborrecible conclusión política es compatible con los intereses del pueblo. Su desfachatez va más allá de cualquier cinismo político. Una cosa es decir que la derecha y que el pensamiento conservador de derecha es aún predominante bajo muchas circunstancias. También es distinto decir que a pesar de haber ganado una batalla electoral, la influencia y poder político de la derecha tanto en las esferas del gobierno como en el del rumbo de la economía es apabullante. Pero al mismo tiempo hay que decir que esto es cierto porque la cúpula y sus funcionarios en todas las entidades del gobierno los cobijan y protegen.


Como igualmente diferente es decir que la derecha está dividida luego de los resultados electorales, y que la alternativa e instrumento partidario dominante de la oligarquía, arena, ha sido derrotada pero que aún conserva fuerza de influencia política y social, y que sin embargo se encuentra trasquilada y diezmada de tal forma que ya la oligarquía no ve en ésta la posibilidad de recuperarla como su instrumento partidario para hegemonizar el poder del Estado.


Sí, es distinto plantear todas estas apreciaciones que algunas tienen mucho de certeza, a aseverar en consecuencia con estas realidades que es el momento, que es posible dirimir, limar, eliminar electoralmente las contradicciones antagónicas. O peor todavía, que ya esas contradicciones fundamentales no existen ni están presentes —se han esfumado por arte de magia—, y que por tanto es el momento de una alianza entre las necesidades del pueblo con los intereses de la oligarquía.


Es imprescindible entender que cuando se analizan, interpretan y plantean las causas de la pobreza, marginación y exclusión de la mayoría por un lado, y las riquezas y lujos exorbitantes de muy pocos por el otro, se está hablando de contradicciones antagónicas. Contradicciones irreconciliables porque los procesos de acumulación de las riquezas, del poder y de los privilegios sobre la posesión del poder del Estado, se encuentran, subyacen en virtud del despojo y la explotación del pueblo y las mayorías. La causa de la pobreza está sujeta a la riqueza que se ha despojado de éstas, que son quienes las producen en todos los sentidos.


De modo que lo antagónico, lo irreconciliable es lo que en esencia suscita las diferencias de clases entre ricos y pobres, entre oligarquía y pueblo. Es la causa de las injusticias en todas sus formas estructurales y fundamentales. Por eso, la lucha es de carácter permanente entre los intereses de la oligarquía y las condiciones de vida del pueblo y sociedad, lo que significa que el problema es histórico y social.


Traigamos simples y recientes ejemplos para explicarnos de qué estamos hablando. Tan sólo a finales del año anterior, el entonces nuevo gobierno confeccionó una reforma fiscal que intentaba al menos tener mayor control sobre los procedimientos y mecanismos de declaración de impuestos de la empresa privada ?entre otros sectores productivos como los asalariados, mediana, pequeña y microempresa?, con mayor exactitud, de la gran empresa: sempiterna evasora, elusiva, embustera y desfalcadora del erario nacional.


El resultado final de esta pretensión fue que la gran empresa se impuso y no admitió siquiera procedimientos fiscales que permitieran la investigación y control idóneo sobre la elaboración y presentación de las declaraciones de impuestos. La lección es clara: no están dispuestos a controles tributarios sobre sus actividades productivas, ganancias y posesiones.


El problema es todavía más preocupante si se tiene en cuenta que la gran empresa no sólo evade y elude sus propias obligaciones tributarias que provienen de sus propias actividades productivas, sino que al mismo tiempo desfalcan, roban los impuestos que provienen de las transacciones económicas que realizan con otros y que ésta únicamente debería registrar, declarar y trasladar al Estado, por lo que el desfalco y robo es de mayor proporción.


Vamos a otro ejemplo aún más fresco. Hace pocas semanas, el mismo Funes reprendió a la banca y la empresa privada por la ausencia, por la falta de inversión y de interés por la inversión productiva que ambos sectores tienen y han mostrado, por lo que, según él, la economía salvadoreña no muestra signos de recuperación.


Pero lo que no se dice ni acepta es que la empresa privada no es capaz ni tiene voluntad de invertir. Jamás la ha tenido. Menos de invertir bajo riesgo. O sea, bajo los riesgos inherentes, propios y normales a que se expone cualquier iniciativa productiva.


En condiciones de arreglos amañados, fraudulentos y corruptos, a través de subterfugios y con la condición a priori de las concesiones —privatizaciones— que hace el gobierno y el Estado a la gran empresa asegurándole de antemano el éxito de los negocios, sí le resulta placentero. Allí sí se convierten en los emprendedores del desarrollo, del progreso, los motores de la economía gracias a la iniciativa privada ¿Se entiende este estribillo que recién comienza también a tararear la dirigencia revolucionaria, socialista y comunista del frente?


Veamos el caso de los medicamentos. Al tener como referencia este tema ¿le puede quedar duda a alguien sobre la voracidad, mezquindad y depredación de la gran empresa, de la oligarquía? ¿Cómo en una mente decente, podría caber la idea de creer que esta clase es capaz de preocuparse por la sociedad, por el pueblo, por el país, cuando ni siquiera tiene insignificante responsabilidad en la comercialización de los medicamentos, cuyo más preciado objetivo es obtener las mayores ganancias posibles con los menores costos posibles logrados con la mínima calidad posible para alcanzar las máximas e inmerecidas ganancias posibles?


Y encima de esto, todavía se atreven a rebuznar porque el sistema de salud pretenda aliviar las necesidades de los pacientes y las cargas de los costos onerosos y descomunales, procurando a la vez obtener suministros de medicamentos de una calidad con la que hasta hoy no se ha proveído a los necesitados, por privilegiar derechos exclusivos por décadas a una pequeñísima argolla de proveedores, importadores, distribuidores y comercializadores entre los que se encuentran Cristiani y Saca.


Las salidas más fáciles de la empresa privada siempre son las mismas: una, que sea el Estado el que asuma los riesgos. Otra, despojar a éste obligándolo a que se someta a procesos de privatizaciones renunciando a iniciativas económicas, al control de los abusos de precios y del mercado por la vía del financiamiento propio para adquirir, importar y proveer productos de la canasta básica y de primera necesidad —como los medicamentos—, y a las potestades de regir y administrar los servicios públicos que puedan generar riquezas e incrementar la calidad de los servicios y las entradas al erario nacional.


Al final, sobre el asunto de los impuestos quienes terminaron trasquilados fueron la mediana, pequeña y microempresa, y los asalariados. Como siempre. En consecuencia, con respecto a las fuentes de inversión, son estos mismos actores económicos los que terminan cargando con los impactos del financiamiento, pues son en realidad los que pagan impuestos que el Estado ocupa para pagar los préstamos que obtiene para financiar la inversión de la gran empresa privada.


Esos mecanismos y procedimientos fraudulentos, arbitrarios, exclusivos y de prerrogativas de privilegios tanto en la adjudicación como para facilitar el financiamiento de la inversión privada por la vía del endeudamiento del Estado, lo mismo que hemos visto por al menos las dos décadas anteriores, van a profundizarse y vamos a enfrentarlo nosotros con nuestros propios pellejos próximamente cuando el actual gobierno del cambio concesione a grandes empresas privadas el Puerto de Cutuco, los proyectos y producción de energía eléctrica, los Centros Penales y servicios de salud y hospitalarios, entre otros.


Estas referencias señaladas, estos hechos económico-políticos, bastan para descartar, para ridiculizar a la cúpula del frente con respecto a sus aseveraciones de que es la empresa privada la redentora de la economía, de la productividad, de la sociedad y del desarrollo social y humano del pueblo. Ni decir si bajo estas condiciones es posible concluir que el antagonismo entre ricos y pobres es un asunto del pasado, esfumado por los vientos electorales.


De manera que cuando la cúpula del frente se inclina a favorecer su predilección por la empresa privada ?entendida ésta aquí no bajo el término de empresa en general con que se define a todos los actores productivos y toda actividad productiva y económica privada, sino a la gran empresa privada, a la oligarquía como clase dominante— como dinamizadora y adalid de la producción y la economía no hace más que una demostración de rendición, una reverencia de rodillas, una muestra de entrega incondicional a sus intereses para lograr su venia electoral, y no como una estrategia ni táctica política de sobarle el lomo a la bestia. Su incondicionalidad es sincera y su pretensión de entrega es total, sin miramientos ni remilgos.


¿A caso en realidad creen que la gran empresa privada, que la oligarquía, va a votar por ellos en las próximas elecciones? No, no lo creen. Saben que esto no será así —¿O creerán de verdad que esto es posible? Quizá sí—. Y aunque así fuera, no les garantiza el triunfo porque se trata de una minoría que no llega ni al tres por ciento de la población.


Entonces ¿cuál es el propósito del coqueteo con la derecha y la oligarquía? La semana anterior hubo una reunión entre la cúpula del frente con la cúpula de arena intermediada por Funes, según ellos, para establecer un acuerdo de gobernabilidad. Pero ya esta semana la derecha y arena han emprendido una campaña de propaganda crítica y durísima contra el frente y el gobierno de éste y Funes. Mal paga el diablo a quien bien le sirve.


Es evidente, y está probado históricamente, que la derecha puede estar dividida coyunturalmente a razón de que cada fracción de ésta persigue sus propios intereses de grupo, pero cuando se trata de proteger los intereses de la oligarquía, de la gran empresa privada, son infranqueables y acérrimos en su defensa, ya sea con los votos en la Asamblea Legislativa como poniendo a funcionar todas sus maquinarias de poder, y en cuanto a esto no podrá haber jamás división ni fragmentación. Jamás.


En las elecciones de 2012 la derecha irá dividida, no porque la cúpula del frente propicie ese distanciamiento con sus grandes estrategias y tácticas políticas, sino porque simple y sencillamente cada una de las facciones luchará por su propia sobrevivencia como agrupamiento partidario, porque les es vital ganar correlación de fuerzas propias para presentarse como fuerzas políticas indispensables de tomar en cuenta en las negociaciones, porque es una estrategia y táctica de tirarse la bola entre unos y otros para mantener al frente entretenido en el juego de buscar alianzas, y porque tienen necesariamente que mantenerse en los negocios de los privilegios que derivan del parlamentarismo.


Pero hay algo de esto que hasta el momento la dirigencia revolucionaria y socialista del frente no ha logrado entender: este es el juego de la oligarquía, dividir para ganar. Mientras una o cualquiera de sus fracciones que representa sus intereses se desgaste política y socialmente, tiene diferentes alternativas de las que disponer para mantener el control de éstos, y nunca pierde los votos.


Así, a la vez se le facilita la posibilidad de entretener al fmln persiguiendo la pelota de un lado para otro buscando las alianzas con pactos que también le van restando credibilidad ante el pueblo y lo desgasta políticamente. La cúpula ha caído en un juego en el que ha llegado a convertirse en otra fracción más con la que tiene la oligarquía la propicia oportunidad de dominarla hacia sus intereses.


Por esa razón, jamás los diputados y la dirigencia del frente han podido ganarle una batalla legislativa de importancia a la derecha y la oligarquía, ni siquiera una de mediana importancia durante 16 años de parlamentarismo.


Ahora, volvamos a la pregunta ¿cuál es el propósito de la cúpula del fmln del coqueteo con la derecha y la oligarquía? De manera franca: intereses por los privilegios personales. Porque han hecho de esta vida su única forma de vida. Ya no se trata de rumbo ni de ideología ni de principios ni de política ni del proceso, sino llana y enteramente de sus intereses, ese ha sido su precio.


Esto explica porqué la dirigencia del fmln se aferra a su mundo electoral. Es un mundo al que además de asignarle la verdadera prioridad por los intereses personales y de grupúsculos que desde allí se transan y se logran en privilegios, lo han instaurado como el todo y lo único que rige cualquiera de sus acciones y pensamiento.


De allí que sobre la base de esa vida muy propia y muy particular de ambiciones electorales construyen su propia cosmología y cosmovisión nacional, que han convertido en una nueva teoría: la del determinismo electoral. Cualquier análisis, cualquier interpretación, cualquier idea, cualquier discurso, cualquier coyuntura, cualquier cosa por muy inmensa como por muy insignificante que sea y que parezca está determinada por los anhelos electorales. Todo inicia y todo termina con las elecciones.


Es este un determinismo implícito y explícito en lo social, económico, político y cultural. Es decir, nada es posible cambiarlo, nada es posible que pueda moverse, “ni la hoja de un árbol” puede caer si no es por la voluntad de las elecciones.


Este su mundo electoral al que le han dado carácter metafísico irreal, lejano e imposible ?según ellos? a la capacidad de entendimiento del pueblo y la sociedad y de su militancia, constituye hoy toda la base filosófica e ideológica de su doctrina y su quehacer.


Por eso no es casual, no es coincidencia que la cúpula haya desistido desde hace ya bastante tiempo a la lucha política y con ello renunciado a continuar con el proceso revolucionario salvadoreño.


Al mismo tiempo actúan con descaro y cinismo político, mostrando a la luz pública su enclenque esqueleto ético y moral ¿Por qué lo hacen, por qué caen, por qué se ponen en evidencia irrefutable a la vez que sus discursos aparentan compromisos revolucionarios, socialistas?


Hay momentos, hay coyunturas en que no tienen otra posibilidad que ser lo que en realidad son. Hay momentos en que las contradicciones entre lo que deben decir y lo que en realidad hacen son tan profundas que eligen irse por sus verdaderas inclinaciones, sin importarles las consecuencias políticas y sociales que entrañan. Hay momentos en que tienen que defender la verdadera naturaleza de sus intereses.


En este juego, jugado de esta manera, la única que gana siempre es la oligarquía y la derecha. Porque la oligarquía no es sólo la dueña del tablero, sino de las piezas, de los colores de los cuadros, de la madera del tablero y de las reglas del juego. Y, principalmente, de las mentes y del pensamiento de los jugadores, y de los jugadores mismos, de ambos jugadores, donde no importa quien gane, la oligarquía gana, no importa quien pierda, la oligarquía también gana. Si llegan a tablas, la oligarquía también gana.


Pero dentro de todo esto quizá lo más repudiable a la cúpula no es tanto su supuesta ingenuidad política, sino su mísera solvencia moral y ética en su quehacer político y social, su indiferencia frente a las injusticias, y sobre todo sus prácticas y conductas derechistas. Y de ribete, sus propias prácticas de injusticia social, porque al final las estrategias y tácticas si fueran políticas podrían ser discutibles. Esto es, si no fueran electorales.


Este es uno de los momentos más apremiantes para la reflexión profunda, sincera, sin arrebatos, de pie y con la mirada puesta sobre la verdad de lo que en la realidad circundante y de nuestras familias se vive cotidianamente, sin fanatismos ni displicencias, para encontrar la respuesta verdadera, y no la que se acomode al gusto o a las añoranzas.



Reproducción a partir del blog: Blog El Trompudo

25 noviembre 2010

Alba Petróleos y Sherlock Hids

Debe de ser frustrante inventarse una historia espeluznante, tejerla lentamente, armar todo un andamiaje argumentativo y no lograr espantar a nadie. Es lo que le ha sucedido al experto de El Diario de Hoy, Manuel Enrique Hids. El 21 de noviembre de 2010, publicó una crónica en el espacio reservado para los “observadores” del matutino. Voy a seguir paso a paso su epopéyico trabajo de espantador.


Irrumpe con un dramatismo shakespearino: “La multimillonaria empresa...”. ¿No les suena esto a una transnacional? Así de entrada pensé que el “observador” nos iba a referir la historia de la petrolera BP, por lo menos, tal vez de la General Electric, de la TEXACO. No, nos va a hablar de algo muchísimo más peligroso, de un gran pulpo internacional, ni más ni menos que de Alba Petróleos. Sólo con el nombre, algunos de sus lectores asiduos habrán sentido sus espaldas recorridas por un escalofrío. Pero el cronista es despiadado, inmediatamente nos informa que esa “multimillonaria empresa” es “propiedad de varias alcaldías del FMLN y controlada por altos miembros de la jerarquía formal e informal del partido”. Ya con esto algún lector desprevenido puede sentirse abatido. El sudor comienza a abrirse camino por los poros de la frente, las manos humedecen poco a poco, la espalda ya está erizada.


La denuncia del cronista apenas ha comenzado. Les advierto que voy a seguir citando, así que no me acusen luego de impiedad por no prevenirles a tiempo. Manuel Enrique Hids va implacablemente a enumerar las actividades a las que se dedica esta empresa y sus planes: “Además de controlar el mercado de diésel del país y de importar gasolina y otros combustibles, la empresa ha comenzado ya a exportar café a Venezuela, y está considerando incursionar en el gas licuado, cereales y energía alternativa”. A estas alturas del primer párrafo, uno puede imaginar la justa e indignada cólera que ha comenzado a subir desde los calcañales hasta las coronillas de los virtuosos lectores del eminente cronista.


Manuel Enrique Hids se ha olvidado que ya nos ha dicho que la “multimillonaria empresa” es propiedad de alcaldías del FMLN. Pero esto es supuestamente. Por eso nuestro articulista formula crudamente la pregunta: “¿Y quién es el dueño de esta gran empresa? Es evidente que el cronista nos va a ofrecer revelaciones. Lean ustedes mismos: “Supuestamente, la dueña es la Asociación Intermunicipal para El Salvador (Enepasa), constituida por 20 alcaldías del FMLN, que tiene 40 por ciento de las acciones, y una empresa propiedad del gobierno de Venezuela (PDV Caribe, subsidiaria de PDVSA, poseída exclusivamente por el gobierno del presidente Hugo Chávez), que tiene el resto. Pero la percepción pública es que el dueño salvadoreño no es un grupo de alcaldías sino el FMLN mismo. Esta percepción se alimenta de tres hechos.


Juzguen pues la despiadada actitud de este cronista, de un solo tajo nos pone frente a frente con el mismo diablo, Hugo Chávez y su sucursal salvadoreña, el FMLN. No sé si en este caso basta con la señal de la cruz. Pero ahora el cronista se troca en jurisconsulto y nos instruye que el real proprietario de una empresa, no es el que figura en los registros legales, sino al que designa la “percepción pública”. Sobre todo si esta “opinión pública” es alimentada por artículos como el suyo y con pseudo demostraciones lógicas.


Leon Tolstoi desde joven tuvo la costumbre de exponer sus ideas, incluso en su diario íntimo, enumerando punto por punto. M. E. Hids opta por esta opción que le confiere los visos de seriedad a lo argumentado.


Los puntos por mucho que vengan en forma de enumeración no convencen. Según nuestro informado economista los ciudadanos de las alcaldías del FMLN ignoran las actividades de la empresa; la alcaldía de San Salvador fue expulsada de los accionarios cuando el FMLN perdió las elecciones, lo que prueba que es necesario ser miembro del FMLN para ser accionista y no sólo ciudadano de la capital y el tercer punto que viene con coda es que los dirigentes del FMLN dan declaraciones sobre la empresa como si fueran los dueños, sin ser alcaldes de los municipios concernidos y la coda brillante y presta: “Todo esto, más el hecho percibido por la población de que en el FMLN no pasa nada si la cúpula no lo decide, tiende a sugerir que el que manda en Alba Petróleos es el FMLN”.


Para un científico que desea llegar a la verdad es necesario justamente salir del campo de la simple percepción, de la impresión, por mucho que sea toda la población de un país que la tiene. Es necesario investigar. Lo extraño es que el cronista nos ha informado hasta de los planes futuros de la “multimillonaria empresa”, con detalles y la población de los municipios no está enterada de nada. ¿La información que tiene M. E. Hids se la procuró en alguna destilería de alquimia investigativa o ha salido en los diarios del país? Estas informaciones las dio en conferencia de prensa el Director Secretario, Carlos García Ruiz.


Pero al cronista no le interesa la verdad. El está espantado que una empresa de economía mixta esté produciendo ganancias, esté dando trabajo a salvadoreños, está demostrando que no es necesario tener como único objetivo el beneficio privado. Es posible que Alba Petróleos no es lo suficientemente transparente de cara a los ciudadanos de los veinte municipios. Es posible que también pudieron haber conservado en su seno a la Capital. En lo que concierne las declaraciones de los dirigentes del FMLN son siempre respuestas a las preguntas que les formulan los periodistas, sobre todo de carácter político, preguntas que insinúan siempre que la empresa sirve para transferir fondos al FMLN. Durante el gobierno de Saca se hizo ya una investigación propuesta por diputados de ARENA sin resultados comprometedores. Si esto no fuera así, todos estaríamos enterados. No creo que El Diario de Hoy hubiera retenido oculta esta información.


Pero siguiendo la “lógica” demostrativa de Hids, compuesta de a a zeta de meras insinuaciones y percepciones tendenciosas, llega a la conclusión que ya tenía planeada y vista antes de comenzar su demostración: Venezuela ha comprado a través de Alba Petróleos al FMLN y a través de él se va apoderar de nuestro país. Pues la “multimillonaria empresa” va a dominar toda la economía nacional y los propietarios reales son los dirigentes del FMLN.


Pero este señor si que se ahoga en un charco. El mismo parte de impresiones suyas que comparte con sus lectores y a partir de ellas teje una ficción que nos vende por una ineluctable predicción.


Ahora bien, Hids termina proponiendo que se edicte pronto la Ley de Partidos. Pero esta ley permanece precisamente estancada por la negligencia de los diputados de los partidos de derecha y uno de los puntos es precisamente el financiamiento de los partidos y de las campañas. Si, es necesaria una Ley de Partidos Políticos clara, estricta y equitable.


Alba Petróleos tiene su sitio en internet, todos pueden consultarlo. En el sitio hay una página que informa sobre los proyectos sociales de la empresa.

19 noviembre 2010

Del socialismo "pipil"

En agosto de este año escribí un artículo en el que comentaba la nota semanal de Norma Guevara de Ramirios, sobre el carácter democrático del FMLN. Titulé mi nota, “Un partido sin voz, ni pensamiento”. Todos fuimos testigos del proceso electoral del FMLN con los miles de purgados y su distingos entre los afiliados. En ese artículo me refería al concepto lenista de “centralismo democrático” y su perverción estalinista.


V. I. Lenin fue un gran táctico y un fino estratega. Durante muchos años llevó adelante una lucha revolucionaria por la creación de un auténtico partido revolucionario. La autenticidad no consistió en una simple declaración, sino que permanentemente buscó esclarecer a la luz del marxismo la situación política, social y económica de Rusia. Pero no solamente, sino que también supo analizar la situación internacional. Todo ello con una profundidad sin par, aplicando un análisis concreto de la situación concreta. Con ardor batalló por dotar al partido revolucionario de un órgano de prensa, que ayudara a los militantes, que difundiera las posiciones del partido, que llevara hasta el último rincón de Rusia, las noticias sobre las luchas de las clases trabajadoras. El órgano de prensa servía de cohesionador ideológico del partido.


La autenticidad revolucionaria del partido se determinaba por su constante y exclusiva defensa de los derechos de los trabajadores, contra sus explotadores y el Estado opresor. Lenin siempre estuvo atento a elevar el nivel de conciencia de los militantes y de los trabajadores en general. El partido era un instrumento de lucha. Para cumplir con sus objetivos era necesario configurar un modo de funcionamiento que correspondiera a las tareas y a las condiciones políticas de cada situación. La estructura organizativa en células y diferentes eslabones territoriales hasta llegar a los órganos de dirección correspondía al tipo de lucha que se llevaba a cabo a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Pero esta estructura piramidal no constituía la base del centralismo democrático, sino que era una estructura de funcionamiento. El centralismo democrático es la aplicación de una política decidida por todo el partido, a través de los delegados al congreso del partido. El centro es pues el congreso. Los organismos de dirección tienen que buscar justamente la aplicación estricta de lo que se ha decidido en el congreso. Toda la batalla que se inicía en el Partido Social Demócrata de Rusia, entre los bolcheviques y los mencheviques gira en gran parte alrededor de concebir el partido y la aplicación de las decisiones del congreso.


Sin destalinizar


El FMLN no ha tenido ningún congreso. Pues el FMLN no ha sabido, ni ha emprendido realmente una desestalinización de sus concepciones, ni de sus prácticas partidarias. Las conferencias que organiza no sirven para la reflexión, ni la elaboración de un pensamiento táctico, ni estratégico. Esas conferencias están para ratificar lo decidido por la dirección. Los militantes no tienen voz y ahora sabemos que algunos ni siquiera voto. Es por eso que titulé mi artículo “Un partido sin voz, ni pensamiento”.


No obstante esporádicamente los dirigentes del FMLN sienten la necesidad de proclamarse revolucionarios, marxistas-lenistas y luchadores por el socialismo. Hace una semana José Luis Merino, miembro de la Comisión Política del FMLN presentó su libro “Comandante Ramiro” y en esa oportunidad lanzó “Nos complace la presencia aquí de Roberto Bukele. Ojala pudiéramos llenar este auditórium con empresarios y plantearles el reto de construir un país viable para todos y todas, con salud y educación, el sueño del FMLN. Aspiramos a un socialismo pipil, fruto de nuestra experiencia, auténticamente nacional. Hicimos nuestra guerra, nuestros Acuerdos de paz, y necesitamos un pacto nacional para seguir avanzando y transformando el país…esos son los retos. Necesitamos invitar a los empresarios para que nos ayuden a producir riquezas, abrirnos como fuerza para encabezar este proceso de transformaciones”.


Esta manera de exponer sus aspiraciones y de nombrar la sociedad futura gozan de cierta originalidad. Me voy a referir a esta declaración, a lo que hay en ella de embrionariamente válido y lo que hay en ella de absolutamente contradictorio.


No obstante me permito hacer un recordatorio. Cuando el PCS recibía sus posiciones mascadas por los borrachos de Moscú, entonces criticaban acerbamente al Partido Comunista Francés, cuando declaraba que ellos iban a construir un “socialismo con los colores de Francia”. Pero esta denominación se acompañó de tanteos teóricos, discusiones, artículos, libros y programas. Lo discutieron y decidieron en congresos. Uno podía estar de acuerdo o no. Entonces los dirigentes que ahora nos proponen un estrámbotico “socialismo pipil”, me refiero concretamente al propio José Luis Merino, pero también a Schafik Handal, a Medardo González, incluyo también a Sánchez Cerén y al desaparecido comandante Marcial y al retirado comandante Fidel Castro, todos ellos no midieron sus palabras para calificar de revisionistas, aliados del capitalismo a los dirigentes del Partido Comunista Francés.


Una sutileza publicitaria


En la denominación hay algo de picardía, una sutileza publicitaria bastante lograda, pues tiene todo para llamar la atención y volver hasta cierto punto atractiva la mercancía que nos quieren vender, mostrándonos solamente el envoltorio y escamotenando el contenido en un palabrerío en el que se mezcla la doctrina burguesa de la unidad nacional, tan querida de nuestro presidentillo, “quitamiedos”, de alianzas con el enemigo de clase, adulando sus apetitos y ofreciéndole sus servicios. Aún no se atreven a decirlo a calzón quitado, “con nosotros en el poder, mantendremos con bozal toda protesta y la gobernalidad estará garantizada”.


Sin embargo no hay necesidad de escarbar mucho para darse cuenta que ese “socialismo pipil” ha sido simplemente una ocurrencia. A su respecto podemos también tomarlo en serio y pensar que más allá del juego publicitario, se esconde una visión, una concepción de nuestra nación. ¿Por qué optar por el nombre de los indigenas que poblaron Cuzcatlán? Se me ocurre que yéndose tan atrás en nuestra historia, se tiene un pensamiento vigoroso de rescate de nuestra identidad indígena. Seré franco, no lo creo. Desde siempre hemos negado nuestra indianidad y con vergüenza nos creemos mayoritariamente mestizos. Podríamos suponer que este ilustre pensador nacional tiene analizado los razgos de la vida india que pudieramos rescatar para nuestra futura sociedad transformada. Pienso en la posesión común de la tierra y de los insturmentos de labor. He dicho posesión común y no propiedad comunitaria. Pero ya sea una formulación, como la otra, le raya los oídos a los empresarios que le gustaría ver reunidos en un auditorio para “enamorarlos”. ¿Está pensando nuestro teórico del marxismo-lenismo pipil en volver a los egidos?


Digo enamorarlos pues parece que de eso se trata, de enamorar a los electores para afianzar el triunfo en las elecciones legislativas y presidenciales venideras. Sobre esto hablaré en otra ocasión.


Un embrión de pensamiento


Pero en la declaración de José Luis Merino hay otras palabras que nos hacen pensar que hay un embrión de pensamiento, que puede desarrollarse, que es menester poner en movimiento. Pues el comandate Ramiro dice además que este “socialismo pipil” será “fruto de nuestra experiencia, auténticamente nacional”. Enumera luego eslabones de nuestra experiencia nacional, “hicimos nuestra guerra, nuestros acuerdos de paz...”. Esto no es falso, tanto en la guerra, como en los acuerdos se manifestaron las circunstancias nacionales y a pesar de que son acontecimientos recientes se están yendo de nuestra memoria nacional y van quedando versiones falsas, escamoteadas, en las que tanto los ideólogos de derecha, como los de izquierda van narrando lo que les conviene en el momento, en este momento.


Doy un ejemplo de la versión actual de los dirigentes y de otras personas de izquierda. Los que dominan la cúpula provienen en su mayoría del antiguo PCS. Todos casi por unanimidad ocultan el papel que jugó Cayetano Carpio, “el comandante Marcial”. Ocultan la guerra de insultos que prodigaban a los “aventureros, extremistas de las FPL” porque habían emprendido una guerra de guerrillas imposible de llevar a cabo en nuestro país y que no tenía el asentimiento de los jefes de Moscú. Esa fue la posición del PCS durante la década de los setenta. Entraron a la guerra después de fracasar en sus politiqueria golpista y electorera, con alianzas con sectores “progresistas” del Ejército y de la burguesía. Entraron a la guerra y después del primer fracaso hicieron todo lo posible por acabar con la guerra. Desde el fracaso de lo que los del ERP se apresuraron en llamar “ofensiva final”, me refiero a la ofensiva del 10 de enero de 1981, desde entonces por iniciativa de los miembros del PCS se propuso entrar en negaciaciones, de abrir un diálogo. Esto vino poco a poco a cambiar el objetivo de la guerra. La guerra se inició por lograr una transformación radical de nuestra sociedad, por el socialismo, por el socialismo a llanas. Pero durante los años siguientes el objetivo se volvió lograr las negociaciones, mostrar la fuerza para negociar. Esto se puede establecer leyendo y analizando históricamente los documentos públicos del FMLN y de las distintas organizaciones que conformaron el Frente. En todo esto hubo también ingerencia foránea, poco clara, por no decir totalmente oscura de los cubanos y nicaragüenses.


Sí, el socialismo que van a construir los salvadoreños será a partir de las carácterísticas nacionales, tomando en cuenta nuestra historia, nuestro modo de ser, nuestra situación, nuestras circunstancias. Decir esto es enunciar algo muy general, abstracto. Para que esto tenga valor, para que signifique algo, es menester que tengamos un conocimiento claro de lo que realmente nos constituye, de lo que somos realmente. En esto urgimos muchos estudios prácticos de historia, de sociología, de economía, etc. Se necesita un debate nacional, se necesita saber discutir, se necesita posibilidad de discutir. En esto no pueden haber dogmas de partido, ni de Estado.


El legado teórico

Pero el socialismo no es solamente una construcción nacional. No se trata pues de ir inventando todo. El movimiento de la clase obrera mundial por el socialismo ha dejado un legado teórico rico y concreto. No podemos pues pensar que podemos apartar esta herencia con un simple adjetivo de “pipil”. El socialismo no puede conformarse con mantener el Estado burgués funcionando con todos sus aparatos ideólogicos y represivos. La explotación que sufren los trabajadores, no puede ocultarse con “pactos nacionales” con los empresarios. Esta explotación es menester extirparla de la sociedad. El Estado burgués si fue un adelanto respecto a los estados feudales, tanto en las libertades individuales, como en el ejercicio de la democracia, es también un límite, un obstáculo para el desarrollo de las libertades personales y una traba gigantesca al desarrollo del ejercicio popular de la democracia. Todos vemos, como ahora, con un presidente de izquierda, propuesto por un partido de izquierda, lo que tiene mayor peso es su opinión, sus compromisos con Carlos Slim, con el FMI, con la Banca Mundial, con los intereses regionales del imperialismo. Nosotros vemos como en la Asamblea se entra en jueguitos dilatorios por intereses mesquinos, por intereses egoístas de los empresarios.


El socialismo no puede dejar de lado un problema crucial, como es el asunto de la propiedad de los medios de producción. Este no es un problema que se puede ir posponiendo, es necesario justamente que lo abordemos claramente, con seriedad y coraje. Pues es necesario que veamos, cómo aquí, en El Salvador, vamos a transformar el Estado burgués en Estado socialista. Es necesario que esto lo tengamos claro. Pero además ¿qué significa Estado socialista? No podemos seguir pensando que lo que ha existido en los países del “socialismo real” correspondió al Estado socialista. Esos estados fueron totalitarios, le negaron a sus pueblos el pleno ejercicio de la democracia.


Como ven los problemas teóricos y prácticos surgen a borbotones. Aqui no puedo detenerme en ninguno de ellos. No obstante solo la enumeración nos indica que un partido que reclama un “pacto con los empresarios” sin difinir, ni aclarar en qué consiste el socialismo pipil que nos proponen, no puede ser el único conductor de un proyecto nacional de tal envergadura. El socialismo salvadoreño lo vamos a construir entre todos, pero con un bagage que tenemos que ir adquiriendo, diciéndonos las cosas claramente, pero también abiertamente, sin tapujos. Agrego también calmadamente, sin excomuniones, sin estigmatizaciones.

18 noviembre 2010

Una nota del 13 de abril de 2007

Voy a poner aquí un artículo que escribí hace ya algún tiempo, el 13 de abril de 2007. Entonces el FMLN estaba en la oposición y ARENA con el presidente Antonio Saca manejaban las riendas del país. Ahora las cosas han cambiado. ARENA ya no tiene el gobierno y es uno de los partidos de la oposición.


Mi opinión sobre uno de los actores de entonces ya no es la misma, me refiero al FMLN. Mis divergencias las he ido exponiendo durante estos últimos meses. Recientemente uno de sus principales líderes, José Luis Merino, presentó un libro de entrevistas bajo el título “Comandante Ramiro”. Durante la conferencia, según nos narra El Mundo, el miembro de la Comisión Política ha anunciado que el FMLN emprenderá una campaña internacional para dotarse de una estación de televisión.


El artículo que me propongo volver a publicar, habla de este tema, de un órgano propio, autónomo, para el partido que pretende transformar el país. Lo publico tal cual, sin cambiar nada, pienso que algunas cosas las diría ahora de manera distinta, aunque lo esencial de lo dicho lo sigo pensando de igual manera.


Un órgano de prensa que organice y eduque


Por Carlos Abrego


Hace algunas semanas escribí un texto en el que promovía la creación de un marxismo salvadoreño. Durante décadas, muchos jóvenes salvadoreños arriesgaron sus vidas tratando de leer o leyendo textos de Marx, Engels y Lenin. Las dictaduras eran feroces y no permitían ni siquiera la mención pública de los nombres de estos personajes, aun menos el estudio de sus obras y la discusión abierta de sus tesis. Si ha existido marxismo entre nosotros, ha sido ilegal, clandestino. En otra ocasión anterior me expresé sobre la dificultad de desarrollar un pensamiento libre en tales condiciones.


El centralismo y el verticalismo de las organizaciones que se reivindicabanmarxistas limitaban la posibilidad del debate y del análisis marxistas. El centralismo y el verticalismo eran impuestos por la necesidad de sobrevivencia de las organizaciones revolucionarias, ya que se trataba de partidos que conspiraban contra las sangrientas dictaduras y contra las cuales fue necesario emprender una guerra popular. Se trataba de circunstancias reales y muy concretas. No obstante si en lo militar el verticalismo y la subordinación al dirigente no constituyen inconvenientes, ni desventajas, al contrario en el terreno ideológico la falta de discusión y de diálogo es nefasta para los avances revolucionarios.


¿Cuál es la situación actual? En lo que concierne al régimen —aunque se vuelve cada vez más autoritario y despótico— no podemos realmente caracterizarlo como una dictadura. Lo es en el sentido general de imponer toda la fuerza del estado para defender y proteger los intereses particulares de las clases dominantes. Los trabajadores lo experimentan cada vez que se enfrentan a sus patrones, la policía y los tribunales intervienen para desalojarlos, para reprimirlos. Nunca se ha visto que la policía intervenga para obligar a un patrón a pagar los salarios retrazados, ni para imponerle que respete la escuálida legislación laboral existente en El Salvador. En esto no creo que haya que insistir por el momento.


Causas internas


Por ahora en El Salvador, existe espacio para el marxismo. No obstante este espacio sigue vacío. ¿Por qué? La primera causa es que para ocupar este espacio es necesario luchar ideológicamente, porque este espacio existe en el sentido de que todavía no se encarcela por las ideas políticas. El anticomunismo sigue igualmente violento en sus declaraciones y ocupa por el momento la casi totalidad del espacio ideológico. En este sentido la guerra aún no ha terminado. Pero estos momentos de relativa libertad —logrados por los esfuerzos de varias generaciones y con el alto costo de miles de vidas de revolucionarios y patriotas— surgen cuando las fuerzas revolucionarias se encuentran en receso después de sufrir duras derrotas durante todo el siglo pasado. La principal derrota fue por causas internas al movimiento. La osificación ideológica, la represión interna, lasacralización de líderes, el creciente y poderoso burocratismo, la sumisión de todo el movimiento comunista mundial al estalinismo han sido las principales causas del descalabro sufrido en las últimas décadas del siglo pasado.


No obstante no todo fue derrota. El marxismo, aún ahora que muchos lo declaran muerto, sigue siendo un útil eficaz de análisis económico e histórico. Muchos de sus conceptos son utilizados por la ciencia universitaria. Y podemos considerar fundamental el hecho de que si aún existe una esperanza de transformar el mundo y volverlo mejor, en gran medida, se debe al marxismo.


Las fuerzas revolucionarias salvadoreñas por primera vez, en la historia del país, tienen la posibilidad de discutir públicamente su estrategia y su táctica, el contenido de su programa e incluso la forma de organización interna que más les conviene en las circunstancias actuales. Por primera vez también diputados pueden defender los intereses de los trabajadores en el seno de la Asamblea Legislativa. Es evidente que al no ser mayoritarios sus protestas y sus proposiciones no reciben forma material y tienen escasa influencia en el acontecer político nacional. Sobre todo que los grandes medios de comunicación se esfuerzan por minimizar su actuación y en la mayoría de las veces simplemente deformarla y lo que es peor ocultarla. Una imperiosa necesidad para un partido político que pretende llegar al poder para transformar la sociedad es dotarse de los medios que le permitan entrar en contacto directo con los trabajadores.


La escritura es una condición de la reflexión


En un momento crucial de la historia de la revolución en Rusia, en el primer año del siglo XX, V. I. Lenin, se tomó el tiempo para escribir una largo artículo en “Iskra” bajo el título de “Por dónde empezar” que le sirvió de esquema para luego redactar una de sus obras claves, “¿Qué hacer?”. En esta obra Lenin insiste con fuerza y particular ahínco sobre la necesidad —para el partido de la revolución— de un órgano de prensa central. En primer lugar para la educación y formación ideológicas de sus militantes y para la clase trabajadora. Un órgano central de prensa le permite al militante saber exactamente las orientaciones y posiciones del partido, de informarse de las luchas que se desarrollan y además sirve de catalizador de la actividad militante. Cada uno de estos puntos están argumentados en detalle por el líder ruso. En El Salvador nunca ha existido un órgano de prensa que se distribuya y se venda libremente a nivel nacional y que tenga un contenido de defensa de los intereses de la clase obrera y demás trabajadores.


Ahora existen otros medios de comunicación mucho más poderosos, como son la radio y la televisión. Son poderosos desde el punto de vista político en el sentido de que son utilizados para darle a la gente un cuadro de referencia interpretativa de la realidad y que estructura a corto y medio plazo la opinión y la mentalidad de los radioescuchas y de los televidentes. La televisión en este aspecto es mucho más eficaz que la radio. La radio permite el debate y la reflexión. La televisión se basa justamente en la liviandad del trato de la información, la superficialidad es su método. Pero el sustento que le aporta la imagen la vuelve eficaz, pues le sirve para aparentar el reflejo fiel de la realidad. Combatir esta eficacia es muy difícil.


Lo más pernicioso de la televisión consiste en la costumbre, en el hábito que se va imponiendo de mirarla e ir poco a poco aceptando la pasividad intelectual. Eltelevidente es un ser inactivo, casi irreflexivo. La persuación que impone latelevisión es por momentos ostentatoria. Pero en la mayoría de veces se presenta como un espectáculo que distrae, pero nunca abandona su carga ideológica.


A veces uno está tentado en creer que para combatir la mediocridad de latelevisión basta con crear una televisión inteligente. En muchos países se han abierto cadenas televisivas culturales de rico contenido pedagógico. No obstante en casi todos los casos el carácter recreativo se incrusta desde la concepción misma de los programas y es el desenfado lo que subyace en la realización. En los programas educativos que no se acompañan de un mínimo de escritura por parte del tele-estudiante raras veces alcanzan sus objetivos. La palabra escrita es una condición imprescindible, necesaria para la reflexión. Es por eso que aunque resulte difícil contrarrestar la eficacia de la televisión, una revista semanal puede aportar a los militantes, a las direcciones locales, a los trabajadores un refuerzo para su formación intelectual y darle los medios que le permitan argumentar adecuadamente en cada caso que presenta la vida política nacional y local.