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29 diciembre 2013

El discurso y la realidad

Este año he tenido un poco abandonado este blog. He sido muy parco. Hay razones para esto, no todas personales. No me voy a referir a ellas. Las otras son mucho más importantes, pues en realidad las declaraciones, los sucesos cotidianos en El Salvador han sido tantos como en otros años. Al mismo tiempo me ha parecido inútil o superfluo reaccionar a cada declaración o a las principales declaraciones proferidas por los hombres públicos salvadoreños. Por lo general, las declaraciones no se refieren a la realidad concreta, sino que son réplicas a otras declaraciones. Muchas de estas mismas declaraciones son provocadas por entrevistas organizadas de antemano o suscitadas en corredores u otros lugares donde se encuentra el hombre político.

Son estas declaraciones las que conforman la actualidad política que nos presenta la prensa que leo en internet. Nada o demasiado poco es lo que esta misma prensa nos habla de la realidad concreta. No hay reportajes sobre la dificultad que tienen las familias de juntar cabo con cabo todas las semanas, la angustia que puede sentir un padre que apenas gana el salario mínimo y que para eso tiene que viajar una hora y media a una fábrica en la que se ocupa en repetir a diario los mismos gestos. Luego vuelve agotado a su casa, ya tarde, casi sin apetito, pero sabe que tiene que comer para reponer sus fuerzas para el día siguiente. Sabe este hombre o esta mujer que sus hijos después de la escuela se han quedado solos, tal vez en la calle, corriendo los peligros que ahora existen en las calles de nuestro país. No saben si sus hijos han podido o no hacer sus deberes, no tienen fuerzas para ayudarles, para interesarse en las ocupaciones diarias de sus crianzas. Este esquema general que he descrito tiene realizaciones múltiples y variadas en la realidad. Es esta vida de preocupaciones de cómo se va a resolver el problema del remedio demasiado caro, de la imposibilidad de ausentarse del trabajo para ir con el hijo enfermo o la hija enferma al doctor o al hospital, es esta vida la que hay que remediar, la que hay que extirpar.

Por supuesto que esto que estoy esbozando es del conocimiento de todos, incluso de los que se encuentran alejados de ese mundo de ansiedades y desasosiegos. Estas madres (a veces, demasiado frecuentes esas veces, no tienen ayuda) y padres que lo único que desean es calma, silencio, poder entregarse a alguna diversión, por mínima que esta sea. Es en este agotamiento que estas personas encienden la televisión en la que ven películas sobre un mundo de maravillas, con casas espaciosas, inmensos salones, automóviles de lujo, decorados interiores sorprendentes, un mundo en el que no existen las mismas preocupaciones, en las que no se sabe cómo es que llega el dinero, que ni siquiera se ve trabajar a esos personajes desgarrados por pasiones tan fútiles como una mirada de sospecha. Estas películas o seriales son interrumpidas por publicidades que presentan objetos cuya compra es presentada como imprescindible, casi obligatoria si uno quiere realizarse en esta vida.

Me he referido a los que tienen trabajo, pero a esos hombres, muchachos y muchachas que salen de sus casas con la esperanza vana de encontrar trabajo, con la esperanza loca de encontrar a alguien que pueda prestarles algún dinero para poder alimentarse, los que salen con sus pocas mercancías a rematarlas. Estos durante todo el santo día se exponen a la agresión de las maras y de la policía. Y su situación económica es peor, pues viven de lo que va entrando cada día y sin poder contar con certeza con nada, todo es aleatorio. Esta gente también vive en este mundo de mercancías exhibidas en los carteles, por los anuncios radiales, en las televisiones y los mismos productos vistos, deseados, soñados en las vitrinas. El abatimiento en estas familias es peor. ¿Nos habla de ellas la prensa? Sí, a veces, como estorbo del tránsito, como ruin espectáculo de nuestras calles.

Es esta vida la que hay que cambiar, es a esta gente la que hay que organizar para que luche por sus intereses, es decir por una vida diferente, en la que el tiempo les pertenezca, en la que puedan decidir por sus actos. ¿Es posible? Sí, es posible, pero para ello es necesario que una organización política tome en sus manos organizar a los trabajadores. En estos días un consorcio internacional dueño de  hoteles se dedica a reprimir a sus empleados y les prohíbe arbitrariamente, despóticamente organizarse en sindicato, me estoy refiriendo al Hotel Royal Decamerón Salinitas. El trato que les dan, los salarios que se aplican en el sector, la carga de trabajo, etc. todo eso es consentido por el Ministerio del Trabajo, por las diferentes procuradurías, por el Ministerio de Turismo. La mayoría de contratos son temporalmente limitados, precarios. Un grupo de empleados tomó coraje y se organizó en sindicato, pero los fundadores del sindicato en su casi totalidad han sido despedidos. ¿Qué partido político actualmente tiene vocación para defender a estos trabajadores? Ninguno. ¿Qué diputados pueden interpelar a las autoridades para que intervengan en favor de los trabajadores? Ninguno. Y es lo que sucede en la práctica. Y lo vuelvo a repetir, no hay hoy por hoy ninguna organización capaz de llevar adelante y organizar la lucha de los trabajadores.


Es por ello que ocuparme de lo que dijo tal o cual fulanito en la campaña electoral, lo que dijo o no dijo “elquemandosoyó”, no tiene sentido, algunos se habrán dado cuenta que me repito y me repito, es necesario que surja una organización revolucionaria, pero revolucionaria no porque se proclame así, sino que lo sea por su actividad política hacia la gente y en su modo de funcionar. Una organización que sea capaz de llevar adelante el apremiante combate ideológico contra la dominación burguesa. El ejemplo del sindicato hotelero muestra claramente que es el patronato el que está representado en el Estado, es a su servicio que las instituciones funcionan. Y es esto lo que demuestra que la lucha de clases no es un invento, sino que una realidad permanente. El patronato no deja de atacar, lo hace de manera permanente.  Feliz año nuevo, entonces.

P. S.: He decidido agregar una vídeo que ha publicado el semanal El Faro. Lo ha realizado la periodista Marcela Zamora. Se trata de testimonios de mujeres que han trabajado en el servicio doméstico. Es este tipo de reportajes que necesitamos, que son los que nos hacen reflexionar sobre nuestra realidad social. En los pedazos de vida que nos cuentan estas paisanas vemos todo el peso del despotismo patronal, de la violencia social que se ejerce sobre los pobres. Veanlo en entero, dura un poco más de una media hora. Pero vale la pena, es un reportaje de gran calidad. Hagan clic aquí: "Las muchachas". 

17 diciembre 2013

ARENA versus ALBA-Petróleos

Por lo que se puede ver en el vídeo publicado por el diario La Página (haga clic aquí), el autoritarismo de Lorena Peña es el que menos me agrada. Pues cuando un diputado o diputada, en una comisión no puede exponer tranquilamente, sin interrupción los considerandos, motivos y presupuestos de su proposición de ley y se le exige que simplemente entregue la ley, se le priva al diputado o diputada de su derecho deliberativo.

Sobre el fondo, ALBA-Petróleos no es la única empresa mixta que existe en el país y aunque Ana Vilma de Escobar niegue que no se trata de una proposición especial contra ALBA-Petróleos, la insistencia en nombrarla, la insistencia suya como la de su partido y la del patronato, nos permite suponer que esos ataques no van dirigidos hacia la obtención de una mayor transparencia, sino que tratan de desprestigiar la gestión de esa compañía. Los objetivos de la empresa están claramente expuestos en sus estatutos, ALBA-Petróleos ha sido controlada casi permanentemente por la Corte de Cuentas. La diputada propone ahora que los controles de todas las empresas mixtas sean con mayor detalle.

Bien. En principio, uno puede discutir eso, no obstante la evasión fiscal, las exoneraciones fiscales no ocurren en las sociedades mixtas. La transparencia está por completo ausente de la gestión de todas las empresas. La empresa capitalista es el reino del más grande absolutismo, el patrón no da cuenta a nadie de sus decisiones, ni está obligado a justificarlas. Sus decisiones incumben a muchas familias, las familias de los empleados y de las familias que trabajan en las empresas con las que está vinculada, incumben también a la economía nacional en general. El absolutismo también se da en la ausencia total de la toma en cuenta de la opinión de los asalariados, ni en la organización de la producción, ni mucho menos en los objetivos de la empresa. Y por mucho que Sánchez Cerén considere que los patronos son “el corazón y motor de la economía”, son los asalariados el principal elemento productivo, son ellos los que transforman la materia prima para convertirla en productos, en mercancías. La fuerza de trabajo es la única fuente de beneficios.

Ana Vilma de Escobar acusa sin mayores detalles al FMLN y afirma “sabemos que [ALBA-Petróleos] está sirviendo para financiar al FMLN, sabemos que está sirviendo para corromper la campaña política, sabemos que está sirviendo para comprar la voluntad de los salvadoreños que quieren que voten por ellos”. En realidad ese “sabemos” no deja de ser más retórico que otra cosa. Pues si existiese ese conocimiento, no sería en la Comisión de Finanzas que oiríamos a la diputada arenera, sino en una solemne conferencia de prensa a la que invitarían incluso a los corresponsales de la prensa internacional.

La insistencia tenaz, casi estoica de ARENA y de los dirigentes de la ANEP en denigrar a ALBA-Petróleos no es tan sólo una manera de dañar al FMLN, esto se ve claramente, no obstante existe otra motivación. El éxito de la empresa pone en evidencia que la obstinada negativa de Antonio Saca (presidente arenero) de aceptar la proposición del presidente Chávez de crear una sociedad estatal para importar el petróleo venezolano en condiciones de precio favorables, no se justificaba y que las razones evocadas entonces eran estrictamente ideológicas. No se vio el interés del país, el interés nacional. Al partido ARENA y al presidente Saca no les interesaba en nada introducir en el país el veneno de una sociedad nacional de importación de petróleo. Eso contradice el credo liberal, contradice toda la política de privatizaciones que llevaron a cabo durante la gestión arenera de la cosa pública.

Esto me parece importante destacarlo, este aspecto de la cuestión no es abordado por los dirigentes del FMLN, por razones también ideológicas, pues ahora la cúpula efemelenista se ha plegado a las exigencias de la gestión capitalista de la sociedad. Incluso  José Luis Merino, miembro de la dirección del FMLN y de ALBA-Petróleos, llega incluso a afirmar que la empresa que dirige es una empresa privada, olvidando por completo que se trata de una sociedad mixta, con la participación de aportes municipales salvadoreños y de aportes de una sociedad del Estado venezolano.

Es decir que esta empresa es la muestra patente de que no es necesaria la existencia de un propietario privado para tener una expansión rápida y de cierta eficacia. Es cierto también que esta expansión se debe en gran parte a los precios que practica Venezuela en el cuadro de su cooperación internacional y su política de ayuda a otros países de la región. Se trata de un tipo de cooperación internacional que ARENA con su presidente Antonio Saca no podía aceptar de ninguna manera, pues entonces eran uno de los eslabones y relevos de la política estadounidense contra Venezuela chavista. Tampoco podían aceptarla por las razones de carácter liberal que anoté arriba.

Este tipo eficaz de cooperación internacional muestra que no era necesario tampoco votar una Ley de Asocio que entrega instalaciones y explotaciones ya existentes a capitales extranjeros. Y lo que es peor entrega a la explotación extranjera y privada los recursos naturales del país, es decir al capital de los monopolios internacionales, que no van a sentirse obligados a plegarse a los criterios de una gestión en beneficio de la nación, sino que van a obedecer a los criterios del máximo beneficio privado. Es por ello que aunque Funes ponga carita de cipote regañado, se trata de privatizaciones.

Se corre el peligro de la privatización de los recursos acuíferos nacionales y de nuevo veremos el alza de las tarifas, con el agravante que esto entra en un plan de largo plazo del imperialismo yankee de apoderarse de los recursos acuíferos mundiales. Esto no es un asunto que haya que desatender, va de nuestra soberanía y también del dominio propio de nuestro destino.

No se crea tampoco que estoy haciendo la apología de la gestión actual de ALBA-Petróleos. Señalo apenas los beneficios de una empresa mixta de cooperación internacional. Pero las exigencias de transparencia existen respecto a ALBA-Petróleos, pues la identificación que se hace de esta empresa con el partido FMLN no es lícita, pues las alcaldías en tanto que instituciones del Estado no le pertenecen al partido. Esta identificación es utilizada por la dirección del FMLN para su propaganda electoral, como si fuera la gestión partidaria la que ha permitido el uso social de los beneficios. Esta confusión entre partido y empresa es abusiva, pues los beneficios de los usuarios, de los clientes, de los proveedores nacionales, etc. son asimilados como “favores” que le hace al público el partido.

Hay algo más, la dirección de ALBA-Petróleos se comporta con el mismo absolutismo que practican los patrones en sus empresas. Los asalariados no toman parte en las decisiones, ni en la determinación de los objetivos. La administración también es verticalista. Por supuesto que no se le puede pedir peras al olmo, como no se le puede pedir a los administradores efemelenistas de ALBA-Petróleos que practiquen la cogestión con sus asalariados, que introduzcan la participación de los asalariados en todos los momentos de decisión administrativos y económicos de la empresa. Esto supone tener una concepción democrática radical del funcionamiento de la sociedad, no existe en el FMLN nadie que se plantee este tipo de problemas, ni de manera teórica, ni mucho menos práctica. El exacerbado centralismo en el partido se ve como el único posible, incluso como el más revolucionario.





13 diciembre 2013

El río está revuelto

La contienda electoral se ha venido realizando con sus altos y sus bajos, sus altos no tienen nada que ver con la calidad del debate político. Los bajos han sido sobre todo los trapos sucios que se han sacado a orear dejando en el ambiente el nauseabundo olor de la trampa, del robo, de la corrupción. Las acusaciones han llovido y no todas han sido calumnias, aunque los involucrados vociferen que no hay nada cierto en lo que se anda diciendo.

No creo que esta situación haya sorprendido a los salvadoreños, tal vez esto los aleje más del terreno político: un expresidente que iba a asesorar al candidato de su partido, ha tenido que desaparecer y sus correligionarios no tienen muchas ganas de defenderlo, los que lo hacen todavía prefieren irse por la tangente y hablar de otras temas: los diez millones de dólares no aparecieron en ninguna parte, han circulado de cuenta en cuenta, pero no fueron a parar a sus destinatarios presumidos, los damnificados de los terremotos. El presidente Funes no acaba de explicarse claramente del “préstamo-dádiva” que recibió de Salume, en todo caso también ese dinero oscurece el panorama. El episodio del bono navideño para los diputados ha mostrado una vez más el alejamiento de la realidad social y económica de los salvadoreños en el que se encuentran los que en principio los representan en la Asamblea. El presidente que hizo alardes de absoluta transparencia declara que sus gastos publicitarios son secreto de Estado y como esta cuerda era demasiado gruesa terminó diciendo que era por respeto a la libre concurrencia. En todo caso ha dejado muchos detalles de su gestión empañados por el vaho de sus opacas tergiversaciones. Los diputados no quieren pagar una multa por falta a la misma Ley de transparencia, ellos alegan que pagar la multa atenta a su patrimonio.  

La descalificación del otro, las insinuaciones han tomado el lugar del argumento, de la propuesta. El partido en el gobierno busca y encuentra aliados incluso en las filas de su principal adversario, por lo menos connotados areneros han declarado sus simpatías por el candidato del FMLN. El presidente Funes, que pasó de candidato del FMLN a aliado-presidente hace ahora campaña velada o casi abierta por un expresidente de ARENA, Elías Saca. El río está revuelto, pero no se sabe a qué pescador va a darle ganancias. Tan revuelto anda el río que un puñado de exefemelenistas han venido manifestando por separado sus viejas y sinceras simpatías por Elías Saca.

Al margen de todo este bochinche hay un ínfimo grupo de ciudadanos que prefiere no votar o anular el voto. Las motivaciones y las convicciones de esta franja reducida de ciudadanos tal vez no sean las mismas en cada persona. Se trata de un rechazo decidido a la práctica politiquera. Todos aspiran a darle un fuerte viraje al modo de hacer política en el país. La principal debilidad de este movimiento por la abstención o la anulación del voto es su desorganización, el carácter espontáneo del movimiento. Muchos de los que van a votar lo hacen resignados, otros, tal vez, la mayoría por simple inercia. Los núcleos “duros” de los partidos en contienda ya no son mayoritarios. Es decir que la aspiración a nuevas prácticas políticas no es tan marginal como ahora se presenta en esa franja a la que me he referido.

La mugre que flota en el ambiente político no es un simple síntoma, es la política misma vista y pensada, asumida y practicada por los hombres políticos, que aceptan administrar la cosa pública al servicio de la oligarquía. Incluso podemos decir que les despreocupa que la gente vaya o no a votar, mientras los abstencionistas sigan dispersos no constituyen una fuerza capaz de ponerlos en peligro.

O sea mientras los partidarios de un cambio radical en el modo de pensar la cosa pública sean incapaces de reunirse, de elaborar un pensamiento que sustente las nuevas prácticas, los politiqueros, los partidos políticos de hoy seguirán ordeñando al pueblo, viviendo a sus anchas con el erario nacional. El objetivo de todos los partidos es llegar al gobierno y desde allí dedicarse a la repartija entre ellos y sus allegados.



03 diciembre 2013

El fin por el que hay que comenzar

Ha salido a flote mucha mugre. Ha salido durante esta campaña electoral, pero no es la campaña la que es sucia, sino lo que ha aflorado de la vida política nacional, de la manera de administrar la cosa pública, de los desfalcos, de la práctica del compadraje. Nadie se escapa, los protagonistas de esta campaña acumulan faltas y sobre todo mucho silencio. Nadie asume nada, nadie se atreve a denunciar en su propio campo lo que está pasando y lo que ha pasado. El dinero fácil, fácilmente robado, fácilmente sacado del país, fácilmente ocultado en cuentas secretas, fácilmente borrado de las cuentas visibles. Evasión de capitales, elusión fiscal son modos de actuar de nuestra burguesía, oligarcas de todo tipo, de la antigua cosecha, como de la nueva. Aquellos que se apropiaron a la fuerza de las tierras ejidales, como los que se regalaron empresas y bancos nacionales en la campaña privatizadora, todos exportan capitales a escondidas y eluden los impuestos con la complicidad de los órganos encargados del control y de la fiscalización.

Nuevos ricos, viejos ricos con su ambición voraz e insaciable han ido desangrando al país, despojándolo de sus potencialidades, de todas sus riquezas. Esta clase que ha aprovechado de los desgobiernos y que ha sido la que mejor y mayormente ha aprovechado del desfalco del país, ha sido incapaz de darle a la nación un proyecto, una real identidad, una cultura de la que la nación pueda sentir orgullo. La oligarquía con sus gobiernos, con su Estado despótico, autoritario en ninguna época de nuestra historia ha emprendido nada para sacar al país del subdesarrollo. Ellos han vivido de rentas, de ordeñar al pueblo. No se trata pues solamente del ambiente político, no se trata solamente de los partidos y sus dirigentes. Estos pueden asumir la culpa, algunos pueden hasta sacrificarse y dejarse llevar a algún tribunal. Pero el sistema tiene que seguir intacto.

No se trata pues de pensar que nuestros problemas van a desaparecer, si imitando a foráneos, emprendemos campañas de “manos limpias”, el paliativo de manos limpias en Italia terminó llevando a Berlusconi como jefe de gobierno. Y la podredumbre mafiosa siguió contaminando a toda la sociedad, de arriba abajo. Algunos piensan tal vez inocentemente que hay que reunir a los partidos políticos para que elaboren un “plan de nación”. Hubo ya una reunión en un hotel y asistieron dos candidatos, el otro tomó sus distancias alegando que no se abordaban asuntos sociales. Pero el problema no es ese. El problema reside en que ese “plan de nación”, dentro del sistema actual, implica que la oligarquía consienta a cambiar su esencia, su modo mismo de ser. ¿Se dan cuenta de esto los que reclaman ese “plan de nación”?

Los oligarcas no van a aceptar menguar sus ganancias con mayor pago de impuestos, si una de sus fuentes de riquezas es la elusión fiscal y otra la exoneración fiscal, la que este gobierno no quiso suprimir. Porque para emprender acciones que mejoren la condición material e espiritual de la población es menester inmediatamente darle un viraje a toda la política del país, en la que el Estado asuma defender y representar los intereses de las clases pobres. ¿Esto se puede lograr con el consentimiento de la oligarquía? No creo que valga la pena responder de alguna manera a esta pregunta, cae por su propio peso.

¿Hay en esta contienda electoral algún candidato que proponga salir de este atolladero? Unos pretenden “recuperar al país” para seguir ordeñándolo, otros quieren volver para multiplicar de nuevo sus capitales y poder comprarse más y más cadenas de radio y de televisión y casas más amplias y más lujosas. Y otros quieren seguir haciendo cambios… Y tan profundo son sus cambios que han insistido sobre su buena voluntad de seguir administrando los asuntos del Estado sin interferir en los intereses de los grandes capitales. Es decir dejar las cosas en lo fundamental tal cual están ahora: toda la maquinaria que ha producido la mugre que ha salido a flote y que no puede dejar de producirla, pues es el mecanismo a través del cual se enriquecen los oligarcas.

Esta triste realidad no se va a resolver con ninguno de los posibles resultados de las elecciones. Es por ello que surge de manera tan insistente la necesidad de transformar el modo de hacer política, pero esto no se puede realizar desde adentro. Basta con ver cómo funciona ahora el partido que tuvo pretensiones de cambiarlo todo.

Es necesario una exterioridad primero para no corromperse con el mismo funcionamiento de la política actual (veamos lo sucedido con el aguinaldo, recuerden que este es ya un segundo episodio, ya hubo otro similar, primero todos votaron y luego se fueron retractando poco a poco). El cargo político ya no es una función social, por lo menos no es considerado de esa manera, sino que un empleo, un puesto con un salario que va más allá, mucho más allá de lo que perciben los trabajadores. No se piensa lo mismo con un sueldo mínimo, que con un sueldo de diputado con el resto de prebendas. Porque la corrupción no es solamente el robo del erario público, la corrupción es también moral, ideológica. Esta corrupción implica pensar el mundo según las reglas impuestas por el sistema, buscar soluciones dentro del sistema, con el sistema, obedeciendo y sirviendo los intereses de los que rigen el sistema. Hay un ministro que se considera como el mejor de este gobierno, simplemente porque dentro del sistema ha cumplido lo que se le exige honestamente a un ministro. No porque dentro de sus desempeño haya aportado algo que salga del cumplimiento estricto de sus funciones. No obstante hacer esto, que es un mínimo, constituye una excepción loable.

Claro que la exterioridad no es absoluta, pues todos vivimos dentro de la sociedad. Pero no todos participamos de la misma manera dentro del sistema, ni pensamos lo mismo del sistema. Para entender los límites del sistema hay que verlo desde afuera, a partir de otro modo de pensar la sociedad. Un modo que niegue justamente el funcionamiento del sistema, que lo niegue y que trate de superarlo, de remplazarlo por otra cosa. Es este el fin por el cual hay que empezar.

Y justamente es lo que está planteado hoy en nuestro país. Recientemente las Naciones Unidas publicaron un informe sobre el estado político, social y cultural del país. Ese informe muestra claramente que nuestra sociedad ha implosionado, que es urgente cambiar de rumbo. En una larga entrevista dada al semanario El Faro por Carolina Rovira, coordinadora académica del estudio de PNUD nos ofrece un panorama espeluznante, desolador. Carolina Rovira termina la entrevista respondiendo a esta pregunta: “¿Y cree que, con el mapa político actual, va a tener algún impacto real este informe? En la práctica, ¿dónde cree que pueda germinar algo?”

Voy a copiar integralmente la respuesta: “Pues no sé si lo que voy a decir es una posición PNUD, pero al menos es mi opinión como coordinadora académica del informe: yo creo que lo que decimos va a caer pesado al estómago, porque expone de golpe muchas cosas que no hemos querido ver desde hace mucho tiempo. Pero espero que sirva como un llamado para gente que no está en la esfera política actual, que despierte nuevos liderazgos, que despierte cosas que ahora no están ahí porque, como tú dices, con lo que está hoy probablemente no es suficiente. Espero que haya nuevos movimientos, nuevos partidos, nuevos líderes, y que los que hemos sido apáticos digamos “quiero hacer algo por este país. Yo no me voy a ir. Me voy a quedar”. Porque otro de los hallazgos del informe es que en este país está migrando todo mundo, no solo el más pobre sino también los que más oportunidades tienen, porque aquí consideran que lo que se les ha dado no basta o se trunca porque El Salvador es un país sin libertades políticas, sin libertades de tránsito, porque no pueden sacar a sus hijos al jardín, etcétera. Es triste. La gente le está perdiendo fe al país”.

Vale la pena meditar lo que ella nos dice. “un llamado para gente que no está en la esfera política actual”, “nuevos liderazgos”, “Espero que haya nuevos movimientos, nuevos partidos, nuevos líderes”. Realmente es la situación misma la que exige la total renovación, lo que vivimos ya llegó al tope, hay que botarlo al tarro de la basura de nuestra historia.  








   

08 noviembre 2013

¿La unión hizo la fuerza?

La sabiduría popular se manifiesta en proverbios y refranes, estos resumen experiencias milenarias. Se trata de verdades que se han ido imponiendo con el correr del tiempo, ¿quién puede negar que “la unión hace la fuerza”? Son muchos los casos, miles, en los que constatamos que al unir esfuerzos se logra lo que de manera separada es imposible. Existe un refrán africano que expresa esto de una manera todavía más contundente: “no se levanta una piedra con un solo dedo”. No obstante si nos salimos del campo de los esfuerzos físicos iremos constatando que no siempre se realiza lo que pregona el refrán. No obstante algunos piensan que este refrán se puede transferir sin restricciones al terreno político.

Pero la realidad es muy distinta. En política no siempre la unión hace la fuerza. Si consideramos que la fuerza en este sentido es llegar a los objetivos que nos proponemos. Los que tienden a hacer de la unidad la meta, olvidan que en política la meta no consiste en crear el instrumento. La unión debe servir para alcanzar lo que el partido, la organización se propone. A veces la creación del instrumento puede ser una meta intermedia y en algunas coyunturas llegar a ser la meta principal. Pero la unión es eficaz cuando no se pierde de vista los principios y las metas reales. Pues ir a una unión olvidando los principios, cediendo posiciones, remplazando los objetivos en vez de darle fuerza al movimiento puede sumirlo justamente en un abismo de espera y hasta obligarnos a adoptar posiciones contrarias a los objetivos y a los principios de base.

Muchos piensan que para llegar a las alianzas es menester hacer concesiones, no niego que exista esta necesidad, pero como siempre depende en qué cedemos, si por llegar a la alianza debemos supeditar los intereses de los trabajadores a los intereses de nuestros aliados, entonces la alianza se convierte en una derrota que se pagará tarde o temprano y los que saldrán perdiendo son las clases oprimidas. En nuestra historia se han dado muchas uniones, alianzas que se consideraron como triunfos del movimiento revolucionario, por lo menos es lo que declaraban los dirigentes y los comunicados. Fue el caso de todo el proceso de unión que llevó a la creación del FMLN.

No obstante una mirada lúcida hacia el proceso mismo puede mostrarnos que lo que nos acaece ahora tiene en gran parte origen en ese momento. Se sabe que entre las organizaciones que integraron el FMLN existían divergencias ideológicas, que los planteamientos estratégicos divergían, que las concepciones militares eran incluso incompatibles entre ellas. Eso se sabe ahora y se sabía entonces. ¿Cómo fue posible entonces que se conformara el FMLN? Sencillamente, pues se entró a aplicar el dicho de “la unión hace la fuerza” sin mayor discernimiento. Incluso se abordó el momento militar aislado de lo político, se pensó que uniendo las fuerzas militares en una sola organización iba a ser más eficaz la lucha contra le dictadura. Pero las divergencias eran tales y tan evidentes que el comando unificado dejaba a cada organización toda la autonomía en el tipo de combates y en las maniobras a realizar. En vez de poner en claro las divergencias profundas que existían y buscar resolverlas, en vez de eso se las ocultó.

Los conceptos insurreccionalistas eran incompatibles con los conceptos de una lucha popular prolongada. Las estrategias y tácticas se oponían, en una visión predominaban los aspectos militares, en la otra la guerra misma se supeditaba a lo político, a las metas políticas. Pero todo esto no se analizó, se hizo como si no existiera, como si la búsqueda del derrocamiento de la dictadura podría ser el común denominador suficiente para la victoria. No fue así. Me he referido solamente a los criterios opuestos de las principales organizaciones con mayor fuerza de combate. Los comunistas al entrar no tenían mucha fuerza militar, pero tenían toda la experiencia de la conspiración. Todo su pasado apuntaba a objetivos limitados, a realizar la “democratización” de la sociedad salvadoreña. Ellos funcionaban bajo el criterio etapista impuesto por Moscú. A simple vista parecía que todos tenían los mismos objetivos: cambiar la sociedad. La retórica de guerra, las alusiones constantes al “marxismo-leninismo”, la meta socialista anunciada y declarada por todos también contribuyó a que no se buscaran profundamente las diferencias y ponerlas sobre la mesa.

La experiencia en la conspiración de los comunistas se impuso. Se impuso tratando de acomodarse a todas las diferencias. Su táctica era de una “guerra que se prolongaba”, detalle astuto y malicioso que adormecía en parte a los de las FPL, con su “guerra prolongada”. Para los comunistas la guerra se iba prolongando por la fuerza del enemigo, por la incapacidad popular de asestarle golpes que realmente pudieran tumbar la dictadura. Pensaban que si se buscaba un momento propicio para una insurrección la “guerra se podía acortar”. Esto no tenía nada que ver con la estrategia de la “guerra prolongada” que en sí no buscaba prolongar la guerra, pero por la fuerza de la dictadura, por la intervención imperialista era necesario preparar al pueblo, a las masas, a poder resistir y llevar adelante una lucha integral de larga duración. No se trataba solamente de derrocar al ejército enemigo, sino que también de construir un movimiento popular consciente de sus objetivos. Pero esto terminó no solo con la muerte de Salvador Cayetano Carpio y de Mélida Anaya Montes, sino que la misma práctica y el mismo desarrollo de la guerra contrainsurgente aplicada por el enemigo, hizo que las masas sufrieran un repliegue y que las organizaciones de masas no volvieran a tener el auge y el empuje de los años setenta. Pero una vez que ya la unión se había logrado, entró a jugar otra dinámica, se volvió una guerra de posiciones con momentos de guerra de movimiento, en espera de la Gran Insurrección popular que nunca llegó a pesar del genio tan cacareado de los comandantes. Pero paralelamente a esto se desencadenó otro proceso que se convirtió en el fundamental, las negociaciones. Todo acto político y militar apuntaba a obtener las negociaciones. ¿Qué se iba a discutir en esas negociones? Pues el término de la guerra sin perjudicar a ninguna de las partes, sin humillaciones.

No se negociaba el rendimiento del ejército de la dictadura, no se negociaba los cambios estructurales por los que se creó el movimiento guerrillero. La unión sin principios aclarados llevó al fin de la guerra y a la “democratización” de la que ahora gozamos, en la que los parches en la fachada de la sociedad oligárquica son los remedos de las grandes aspiraciones por las que tantos y tantos jóvenes sacrificaron sus vidas. ¿La unión hizo la fuerza? Los que terminaron fortalecidas fueron las fuerzas de la reacción, se quedaron con el poder y los oligarcas que siguen con el usufructo de la economía del país.



25 octubre 2013

Pensar la estrategia

Para pensar estratégicamente debemos partir del presente, de la coyuntura  y portar nuestra mirada hacia el horizonte. Si nos quedamos encerrados en este hoy se nos vuelve imperiosa la disyuntiva que nos presentan los socialdemócratas que dirigen el FMLN: “o la vuelta al pasado con ARENA o la continuidad con nosotros”. Insisto en esto pues es el argumento electoral más repetido y tal vez el más eficaz. Son muchos los que entienden lo limitado del argumento, pero que se dejan subyugar por él. Pues tiene además de la eficacia del “menor mal” algo que se enraíza profundamente en la historia recién pasada. En otras ocasiones he afirmado que la guerra sigue determinándonos. Este es un caso, pues la aversión hacia el partido ARENA no proviene sólo de sus años en el gobierno, sino y sobre todo por el papel criminal jugado por ese partido durante la guerra. Si no existiera esta carga histórica puede que el argumento resultara menos eficaz.

En lo que atañe a lo “menos malo” tiene la eficacia de poder convertirse en una opción permanente, dicho de otra manera, en la estrategia. En sus “Cuadernos de la cárcel”, Antonio Gramsci tiene esta reflexión § <45>  “Pasado y presente.  La política de lo menos malo. Pero “peor nunca está muerto’, dice el proverbio popular, y habrá un “menos malo” hasta el infinito, porque lo “menos malo” de mañana será menos malo que el  “peor” de pasado mañana y así indefinidamente”. Es decir que este menos malo se puede convertir en el pan diario de cada campaña electoral. Y esto no es una exageración, ha sido la sempiterna cantinela de los partidos socialistas de Europa. Se trata pues de una estrategia chata y miope, pues nos deja la nariz metida para siempre en la coyuntura.

Pero qué significa portar la mirada hacia el horizonte. ¿Qué pueden ver nuestros ojos más allá de este presente que nos agobia? Sobre todo que ya lo hemos constatado, la correlación de fuerzas tanto a nivel nacional, como internacional no le es favorable a las fuerzas revolucionarias. No obstante también podemos preguntarnos ¿acaso es un descabello proponernos transformar la sociedad? ¿Acaso estamos obligados a negarnos un futuro? Esto significa que nuestra mirada cobra sentido cuando tenemos presente qué fin nos proponemos, pues únicamente ese fin nos puede dar la pauta para nuestras acciones.

El FMLN ya no tiene (¿lo tuvo alguna vez?) como fin transformar la sociedad. Ellos hablan del “socialismo” como un ideal o como una utopía, es decir algo que ni siquiera lo tienen apretado bajo el codo en una esquina del escritorio, sino que bajo aldaba en la más recóndita gaveta. No obstante los que piensan que el objetivo de transformar la sociedad es algo que está planteado vigorosamente por la realidad misma en la que vivimos no tienen organización. Esta es sin duda alguna el obstáculo histórico ante el cual estamos enfrentados.

Ven qué diferencia tan grande existe entre plantearse la tarea de la organización o si Quijano va a quitar el vaso de leche o si Sánchez Cerén va a darles también a los bachilleres. Curiosamente en estos días salió a luz un estudio en el que coloca a El Salvador con Guatemala en el último lugar en la región respecto a la inversión pública en la niñez y adolescencia. El Salvador gasta apenas 4.3% del PIB, mientras que Costa Rica y Honduras el 8.3% y 8.5% respectivamente. Esto depende de la política fiscal, recuérdense del circo de Funes todos estos años tratando de firmar con la oligarquía un “pacto fiscal”. Funes sabía perfectamente que eso era ilusorio, tan ilusorio como el cacareado “plan de nación” que algunos proponen, pues eso implica que den su acuerdo de contribuir los oligarcas y demás burgueses.

Estamos ahora de nuevo como en 1970 cuando algunos revolucionarios se salieron del PCS para fundar otra organización, las FPL. Pero la historia ya no es la misma, el tiempo ha corrido y nos encontramos ya en otra situación: si es cierto que todavía no se han conquistado todas las libertades y derechos que ofrece la sociedad dominada por la burguesía, por lo menos algunas de esas libertades están vigentes, lo que no era así en aquellos tiempos. Esto es de alguna manera una ventaja, se respeta por el momento el derecho de opinión y de reunión. Pero nos enfrentamos ahora a un problema mayor, el nivel de consciencia alcanzado entonces por una franja importante de la población —ahora bajo los efectos de la incuria del FMLN— ese nivel ha retrocedido sensiblemente.

El esfuerzo de organización que es necesario efectuar ahora es mayor. Esto en varios sentidos, los aspectos ideológicos no son desdeñables, son atañeros al nivel de consciencia de los trabajadores y la conquista de las mentes que ha efectuado la burguesía en las últimas décadas, presentando su sistema como el fin de la historia y como el único que puede garantizar la libertad. El mercado es presentado como la panacea y poco importan las repetidas crisis, la permanente miseria en que viven millones de familias, etc. Existen otros aspectos ideológicos: nos debemos de dar cuenta que la forma-partido ha sido incapaz de llevar a buen puerto las luchas populares. Esto lo hemos visto no sólo en nuestro país. La historia nos ha mostrado que ese tipo de organización conduce casi inexorablemente a la autocracia direccional. Monopolio del poder de decisión de una dirección sin control posible, despojo general de los miembros manipulados desvergonzadamente, pesadez de la burocracia permanente, abundancia de posturas hipócritas, un lenguaje estereotipado y todo eso en nombre sacrosanto del partido. El partido encarnado en el grupito del buró político.

No podemos de ninguna manera repetir ese tipo de estructuras, que han conducido a los partidos a reducir todas las batallas a lo que se ha llamado "la conquista del poder". Y como la transformación social es pospuesta sine die, mientras tanto el partido “se resigna” a llevar a cabo actividades preparatorias en al interior del dispositivo político y estatal existente, el que domina la burguesía. Se inscribe pues en batallas políticas y electorales, para ir adquiriendo posiciones, administrándolas, defendiéndolas, se concluyen alianzas de circunstancias, se da una imagen creíble en palabras y en actos de ser un “partido de gobierno”, todo esto ofrece una identidad, pero sometido y obligado de recurrir a las formas y lógicas dominantes, las de una política burguesamente organizada bajo vigilancia en una esfera aislada, con sus manipulaciones estatales y su campo traficado, sus actores profesionalizados, sus discursos de conveniencia, sus prácticas sin escrúpulos y los ciudadanos sin poder. O sea todo lo que constituye la alienación política.

Por consiguiente es necesario que en la cuestión de la forma tengamos que innovar, tiene que estar adaptada al nuevo contenido, el reconocimiento urgente, necesario de transformar la sociedad, de acabar con la dominación oligárquica, la forma tiene que obedecer a la función estratégica que le adjudicamos a la nueva organización dentro del campo político en el que queremos intervenir.

 La organización por su forma tiene que facilitar la apropiación individual y colectiva de la política, interna y externa. Interna a la organización y externa en las luchas y modos de lucha dentro de la sociedad, planteando los objetivos a partir de la realidad misma, con el nivel de consciencia actual. Pero la misma reapropiación de la política permite elevar este mismo nivel de consciencia. La política no es algo que se deba delegar, no se le puede confiar a otros. Son los mismos ciudadanos, los trabajadores que tienen que intervenir en defensa de sus propios intereses.




22 octubre 2013

Muros de resignación y oportunismo

La pobreza argumental de los voceros del FMLN refleja con mucha claridad el resultado de un largo proceso de derechización de la institución. En otras ocasiones me he referido a las dos tendencias que se afrontaban en los años cincuenta en el seno del Partido Comunista Salvadoreño, una reformista y otra revolucionaria. Estas tendencias no estaban organizadas, se reconocían por las discusiones que solían darse entre los miembros de manera informal y por supuesto fuera de las instancias organizacionales del partido. Estas tendencias se fueron marcando cada vez más en el transcurso de los años sesenta y en torno a la discusión dentro del movimiento comunista internacional sobre la vía pacífica (electoral) y la vía violenta (lucha armada), cuyos principales protagonistas fueron la China Popular y la URSS. En El Salvador se dio algo muy paradójico: todos parecían estar de acuerdo que en el país la represión, la ausencia de libertades democráticas, el fraude sistemático, etc. no le dejaban al pueblo otra salida que empuñar las armas. Pero algunos mantenían al mismo tiempo que el territorio salvadoreño, sin montañas como la Sierra Maestra en Cuba, con buenas carreteras que cruzaban el país, su extrema pequeñez, sumado esto a la cercanía del imperialismo estadounidense, volvía imposible la lucha armada. Desde entonces surgió la tesis de la alianza con los militares jóvenes y progresistas y la burguesía nacional y progresista, cuya existencia se intuía como una especie de fatalidad. Este es el eje que va a separar cada vez más a ambas tendencias. La tendencia revolucionaria sale del PCS en 1970, no todos, algunos siguieron al interior del partido por una especie de fidelidad ciega. El caso es que la tendencia “golpista y reformista” se apoderó de la dirección y trató de combinar elecciones y golpes de Estado en esos años. La tendencia revolucionaria fundó las Fuerzas Populares de liberación “Farabundo Martí”. Su estrategia de lucha popular prolongada combinaba las luchas reivindicativas con la lucha de guerrillas. Se inició entonces un amplio trabajo de organización. Sobre esto último tal vez valga la pena volver en otra oportunidad.

He hecho este recuento corto y escueto para mostrar que algunos procesos de hoy son la prolongación de algo que ya se venía gestando desde décadas anteriores. La tendencia reformista, acostumbrada más a la conspiración que al debate, salió vencedora ya en los años ochenta, otra paradoja, en plena guerra. Desde los primeros años, después de la ofensiva “final” de enero de 1981, la lucha armada cambió de objetivo y se tornó en una guerra para obtener las negociaciones. Esas negociaciones fueron impuestas por la guerra y por la correlación de fuerzas internacionales. Los resultados de las negociaciones no cambiaron la vida diaria de la población, se obtuvo la “purificación” del ejército, la disolución de las instituciones policiales represivas y de las fuerzas paramilitares. También el desarme de la guerrilla y la constitución del FMLN en partido político son resultados de las negociaciones. A partir de allí la lucha parlamentaria va a dominar la actividad política del FMLN.

Dos son los argumentos más repetidos por los voceros del FMLN, la primera tiene forma de divisa, “vamos a ganar en la primera vuelta”. Por el momento no se ve en que se funda esta seguridad en el triunfo desde la primera vuelta de las elecciones, pero darle a sus propios correligionarios y electores la certeza del triunfo ayuda a mantenerlos optimistas y fieles. El segundo argumento tiene forma de alternativa, “seguir con los cambios o retorno al pasado”, o sea que los buenos ciudadanos no tiene otra solución que votar por el FMLN, pero en realidad este argumento no es distinto al que usaba ARENA cuando estaba en el poder, infligir miedo del adversario. En últimas cuentas, nos proponen que escojamos por ellos, porque los “otros” son peligrosos, nosotros vamos a seguir con los cambios. Ya algunos lo han dicho, las elecciones actuales nos dan a elegir entre “lo peor o lo menos peor”.

Pero cuál es la ventaja de “lo menos peor”, al parecer no es muy grande. Esto lo podemos deducir de las mismas protestas de Sánchez Cerén que afirma que el programa de Quijano contiene muchas de las principales proposiciones del FMLN. “Nos han copiado”, dijo ante los periodistas. Si el programa del FMLN tuviera un contenido realmente de izquierda, ¿ARENA, el partido de la oligarquía realmente pudiera imitarlo? Por supuesto que no, si el contenido de ese programa fuese la base para transformar la sociedad en algo mejor de lo que tenemos ahora bajo la total dominación oligárquica, los partidos de la derecha lo denunciarían, lo atacarían sin clemencia alguna, no podrían imitarlo, ni copiarlo.

Esta situación de anclaje en la derecha del FMLN: nos propone “profundizar los cambios” y nos enumeran las cinco o seis medidas “sociales” del gobierno de Funes. ¿Los bolsones van a ser más grandes, el vaso de leche va a ser generalizado a los estudiantes de bachillerato, tal vez las suelas de los zapatos van a ser más gruesas? ¿Qué sé yo, que van a hacer? Por allí hay gente que pide que les den a los colegiales computadoras. Bueno, siempre aparece en esas circunstancias una idea “genial”.

No obstante algunos nos dirán, pero si en realidad vuelve ARENA qué vamos a hacer, o mejor dicho, ¿qué van a hacer los areneros revanchistas? Lo que puedan hacer o dejen de hacer los areneros lo sabemos, lo hemos sufrido durante dos décadas, pero el asunto que se plantea es de mayor importancia que el simple retorno de ARENA.

Voy a tratar de plantear lo que me parece lo más importante en la actualidad. El parlamentarismo a secas que ha practicado el FMLN, dejando de lado todo otro tipo de luchas ha hecho que las ideas revolucionarias hayan retrocedido completamente en el país y que la ideología de las clases dominantes se haya apoderado incluso de las máximos dirigentes de ese partido, ya no digamos de la población. Acaso Merino, Sánchez Cerén, Medardo González no han proclamado a los cuatro vientos su fidelidad al gran capital, acaso no han jurado lealtad a la propiedad privada e incluso llegaron a decir que es el patronato el “alma, corazón y vida” de la economía, “el motor” afirma Sánchez Cerén. Es decir que ellos nos están cerrando toda perspectiva histórica, la sociedad del futuro está tan lejana para ellos que la reducen a un “ideal”, a una “utopía” inalcanzable. Esto nos lo repite a diario mucha gente honesta y muy convencida de su verdad.

O sea que lo que está planteado hoy en el país es: ¿vamos a abandonar toda aspiración por la transformación de la sociedad salvadoreña? ¿Aceptaremos que nuestro horizonte histórico es este mismo capitalismo emparchado? El FMLN ha ido retrocediendo ineluctablemente, se ha ido acoplando al sistema, el sistema los ha digerido. Ellos no pueden representar la esperanza, no son ellos los que nos van a guiar en las luchas anticapitalistas urgentes frente a las que está plantada la sociedad salvadoreña actual. Por un lado, este capitalismo nos impone una vida de miserias y nos deja apenas como futuro individual salir huyendo en busca del “sueño americano”. Colectivamente nos quieren educar al consumismo, pero sin recurso, un consumismo miserable en el que tener un “Smartphone” se vuelve “realización” personal y estigma social de pertenencia. Poco a poco nos convierten en publicidad ambulante con los logos de las marcas a la vista. Para los que no pueden pagar el precio, pues las imitaciones sirven de paliativos. Esta sociedad en la que todo se vuelve mercancía, nos condena a vender para siempre barato nuestra fuerza física y mental.

No obstante si queremos realmente otro tipo de sociedad para cada uno de nosotros y para todos no podemos seguir confiando nuestra vos a quienes ya renunciaron al verdadero cambio, al cambio de sociedad. Por el momento el FMLN acapara toda la izquierda, la aglutina. Por lo menos los que piensan que el verdadero enemigo es el sistema oligárquico que nos oprime no pueden dejar que en su nombre hablen los dirigentes efemelenistas. Lo urgente es abrir de nuevo las perspectivas históricas. El FMLN se ha convertido en el albañil que erige muros de resignación y de oportunismo.

Si no emprendemos desde ahora la organización de una alternativa que pueda asumir ya las tareas urgentes de transformación social, seguiremos planteándonos falsas alternativas. Se trata de trabajar desde ahora en las tareas que conduzcan a los salvadoreños, a los asalariados salvadoreños a defender sus derechos, a exigir mejores condiciones de vida. Es decir no se puede admitir que no tengamos sindicatos fuertes que defiendan los derechos de los trabajadores, que el Código de Trabajo no defina claramente las obligaciones patronales y que no exista en el país instancias jurídicas ante las cuales puedan acudir los trabajadores. El FMLN afuera o adentro del gobierno no ha emprendido nada para paliar estas carencias. No lo van a hacer nunca, pues las luchas reivindicativas son productoras de consciencia de clase verdadera.


La urgencia es esta y no saber si el FMLN va a ampliar o no las funestas reformitas.

16 octubre 2013

TELEVISION QUE SI VALE LA PENA VER


SERIE DOCUMENTALES: “MUJERES DEL MUNDO”


Por

Marlene Velasco-Bégué

 “Women and Girls Lead Global”


Hace tres décadas, Wangari Maathai sugirió a las mujeres rurales en su país natal Kenia que plantarán árboles para leña y para detener la erosión de la tierra, una acción que se convirtió en un movimiento nacional para salvaguardar el medio ambiente, la defensa de los derechos humanos y luchar contra la injusticia del gobierno. Los grupos de plantación de árboles que se formaron dieron a las mujeres un motivo para reunirse y participar en la resolución de problemas en sus comunidades.

“Echando raíces: la visión de Wangari Maathai “ sigue el viaje de Maathai, fundadora del Movimiento del Cinturón Verde de Kenia y la primera mujer africana en ganar el Premio Nobel, de activista rural paso a ser una líder mundial. Maathai descubrió la obra de su vida al volver a conectarse con las mujeres rurales con las que había crecido, estas le contaron que caminaban largas distancias para buscar leña, y que además el agua potable era escasa. La tierra estaba desapareciendo de sus campos, y sus hijos sufrían de desnutrición. "Bueno, ¿por qué no plantar árboles?", sugirió Wangari.

Maathai pronto descubrió que la plantación de árboles producía un efecto de cascada para potenciar el cambio. A mediados de la década de 1980, Kenia estaba gobernado por el régimen represivo de Daniel Arap Moi, cuya dictadura prohibió reuniones de grupo y el derecho de asociación. Al atender sus viveros de árboles, las mujeres tenían una razón legítima para reunirse fuera de sus casas y discutir las raíces de sus problemas. Pronto se encontraron trabajando en contra de la deforestación, la pobreza, la ignorancia, los intereses económicos integrados, y la corrupción del gobierno, y se convirtieron en una fuerza política nacional que ayudó a derribar la dictadura de 24 años en el país.

Utilizando imágenes de archivo y testimonios en primera persona, la película documenta los enfrentamientos políticos dramáticos de 1980 y 1990 en Kenia y captura en imágenes la determinación contagiosa de Maathai y su valentía inquebrantable.

Mientras tanto en Afganistán, Sabere sólo tenía siete años cuando su padre murió en la guerra. Su primo le heredó, y siguiendo una tradición practicada hasta ahora en Afganistán, la vendió cuando tenía 10 años de edad a un hombre de unos 50 años y miembro de los talibanes. Durante los próximos seis años, quedó embarazada cuatro veces, y cada vez perdió el embarazo, la causa puede haber sido su juventud, o los abusos que sufrió a manos de su marido. En un viaje al pueblo Mazar-e Sharif, Sabere logró escapar y hacer su camino a un refugio para mujeres. Ahora su hermana menor se encuentra en peligro de correr la misma suerte.

Su madre se volvió a casar y tiene otra hija Farzane. La familia es pobre y
lucha para sobrevivir cada fin de mes, así que cuando Farzane tiene 10 años, su padre la vende a un hombre del oeste de Afganistán. Su precio: 50 ovejas y un pedazo de tierra seca. Como una especie de plan de pago, el comprador paga al padre de Farzane 10 ovejas por año, y tomará posesión de ella cuando cumpla 15 años y el total haya sido pagado.
El documental “Costé 50 ovejas” es la historia de estas dos hermanas y su lucha por alcanzar la dignidad humana y la libertad en un país devastado por la guerra, atrapado entre las antiguas tradiciones y el mundo moderno.

“Vine a testificar”  nos traslada a otro país en una época reciente. Cuando los Balcanes estallaron en guerra en la década de los 90, los informes sobre las decenas de miles de mujeres que estaban siendo violadas sistemáticamente como una táctica de limpieza étnica captaron la atención internacional.  El documental “Vine a testificar” es la conmovedora historia de cómo un grupo de 16 mujeres que habían sido detenidas por las fuerzas serbias en la ciudad bosniaca de Foca, rompió el silencio y decidieron dar un gran paso al tomar el estrado de los testigos en el tribunal internacional de justicia.

Con Bosnia una vez más en las noticias con la captura de Ratko Mladic quien fue general de los Serbios de Bosnia durante la guerra, las mujeres aceptan hablar por primera vez desde la guerra, a condición de que sus identidades sean ocultadas para su protección.  La "Testigo #99", vivió a punta de pistola por un mes con docenas de otras mujeres en un pabellón deportivo en el centro de la ciudad, recuerda: "Nos trataron como animales. Pero ese era el objetivo: matar la dignidad de la mujer ".

La formidable valentía de estas mujeres resultó en un triunfante veredicto que condujo a promulgar nuevas leyes internacionales sobre la violencia sexual en la guerra. Reanudando con Bosnia 16 años después del fin del conflicto, “Vine a testificar”  también explora el abismo entre este seísmo en el cambio legal y la justicia de la posguerra experimentada por la mayoría de las mujeres sobrevivientes de la guerra de Bosnia.

Estas son las historias de mujeres de los cinco continentes, el trazo común de sus historias son las dificultadas que continúan a afligir a muchas mujeres alrededor del mundo la seguridad, la salud, el acceso a la educación, la igualdad en las oportunidades para  alcanzar un nivel digno de vida digno, y  satisfacer las necesidades mínimas requeridas para todo ser humano.

Realizadas por cineastas  y productores independientes galardonados, estas películas muestran a mujeres y niñas superando circunstancias extremas para buscar una mejor vida para sí mismas, sus familias y sus comunidades.
 
La producción y distribución de estos documentales son posibles al trabajo de ITVS Independent Television Service, el mayor productor de contenidos para PBS la televisión pública en los EE.UU., ofreciendo programas televisivos de alta calidad y únicos en contenido a audiencias a nivel local, nacional e internacional.
Los programas de ITVS enriquecen el paisaje cultural con las voces y las visiones de comunidades poco representadas en los medios comerciales tradicionales, y reflejan los intereses y preocupaciones de una sociedad diversa.

Al trabajar en estrecha colaboración con las emisoras de televisión de servicio público y en asociación con organizaciones comunitarias y ONG a nivel mundial, ITVS logra que los programas de la serie “Mujeres del Mundo”  sean accesibles y gratuitos para el público que ha tenido poca o ninguna exposición a documentales independientes internacionales. Estas series son parte del programa de ITVS “Women and Girls Lead Global”, el cual cuenta con el apoyo de la Fundación Ford y USAID Agencia Internacional para el desarrollo.

El  programa “Women and Girls Lead Global” ofrece documentales inspiradores y de calidad que celebran los logros de niñas y mujeres, hasta ahora la serie “Mujeres del Mundo” ha sido distribuida en 9 países que incluyen Bangladesh, Colombia, Egipto, El Salvador, India, Jordania, Kenia, Malawi y Perú.

En El Salvador la serie es transmitida por TVES Canal 10, en colaboración con ONU Mujeres y el ISDEMU. La transmisión de cada documental es acompañada ya sea por un Foro abierto al público, o por un panel de invitados que ponen en el contexto nacional la discusión de los tópicos abordados en los documentales.

Este formato de fórums permite alcanzar los objetivos de una programación para entretener educando e informando a las audiencias, al innovar en la manera de abordar temas difíciles, pero de un interés primordial para toda sociedad democrática, y en particular para el país, con casos elevados de feminicidio, violencia de género y  violencia doméstica.
Además la transmisión de las series es oportuna, considerando que en el transcurso del 2013 en El Salvador se han dado tres casos emblemáticos que ponen en evidencia la situación de la mujer en los aspectos de salud, seguridad, y justicia :  el caso del esposo absuelto del asesinato de su esposa en un notorio caso de violencia domestica; la señora arrollada brutalmente y a sangre fría por un chofer de autobús con todos los pasajeros como testigos oculares; la indignante indiferencia al sufrimiento de la joven madre embarazada por segunda vez y en riesgo de muerte, la cual solicita a la justicia acceder al aborto, para salvar su vida y no dejar a su primer hijo en orfandad.

A lo largo y ancho del planeta la opresión de las mujeres y niñas está siendo combatida con soluciones reales y significativas, a través del cuidado de la salud, la educación y el empoderamiento económico.

En el documental “Ella sí importa”  la directora Maro Chermayeff nos cuenta historias de la India, Kenia, Liberia, Sierra Leona, Afganistán y Vietnam sobre las mujeres y niñas que se han convertido en agentes para el cambio en sus comunidades. Estas lideresas son modelos de resistencia y persistencia, forjando la diferencia en mayor o menor medida. Sus acciones van desde las prácticas simples, como el establecimiento de cuentas de ahorro hasta la valiente resistencia contra las normas comunitarias que relegan a la mujer a la condición de ciudadano de segunda clase. Cada una  de ellas demuestra opciones viables y sostenibles para el empoderamiento.

Las experiencias de estas mujeres y niñas ofrecen un plan de transformación que envuelve formas de abordar los problemas aún arraigados en nuestras sociedades como la violencia basada en el género, el matrimonio y embarazo precoz. Mostrando los beneficios de su trabajo de resistencia y su capacidad de recuperación, los personajes de estos documentales demuestran que aprovechar las oportunidades para mejorar la vida de las mujeres realmente mejoran la vida para todos.



www.wglg.org

14 octubre 2013

Buscar una salida

Es evidente que en la formación de la identidad partidaria, tanto del FMLN, como de ARENA, los años de la guerra y los papeles jugados durante ella, tienen un peso mayor. Esta radical oposición durante ese sangriento y trágico episodio, tan crucial en nuestra historia, ha tenido notable repercusión en la manera de aprehender la oposición política entre ambas formaciones, la polaridad de entonces se fue mecánicamente transfiriendo al presente. Sobre todo que ambos partidos ya sea por inercia, por convicción aún vivas, mantuvieron, han mantenido el mismo discurso, el socialista por un lado y el otro anti-comunista.

Esta oposición radical tuvo mayores beneficios electorales para el partido ARENA durante buen tiempo, el FMLN fue poco a poco conquistando posiciones y manteniendo en el discurso la esperanza de una transformación, que no se pudo plasmar en la realidad por la guerra, pero que se volvía ahora posible a través del voto. El FMLN llegó a ser el primer grupo parlamentario.

Aunque me parece que hay que hacer hincapié en el hecho de la desagregación que sufrió el FMLN en los primeros años después de la guerra, deserciones, disidencias, fugas, purgas, sismas, etc. Esto llevó a la dirección a apretar tuercas por medio de reformas estatutarias fuertes, impidiendo el debate, promoviendo la nominación por la dirección central de todos los puestos de dirección intermedia, la coaptación para entrar en la cúpula del partido. Otro aspecto que no hay que olvidar es que el FMLN a pesar de mantener un discurso con tonos radicales, no asumió sus tareas organizativas de la población, abandonó realmente el debate político de fondo, pues fue echando mucha agua en el vino de sus perspectivas. Poco a poco se fueron abandonando las veleidades de transformación social, cada vez la transformación social era vista como un lejano ideal, una utopía glorificante moralmente, pero como toda utopía no puede tener lugar en la realidad. El FMLN dejó de ser un frente y pasó a ser un partido político sin tendencias. Es cierto que algunos militantes todavía guardan las antiguas identidades, pero en lo fundamental esta vieja identificación se da sobre todo al exterior del partido, ya sea por exmiembros o simpatizantes. No se puede omitir que toda referencia al marxismo fue abandonada, a pesar de que en los estatutos se habla de un partido “marxista-leninista”. Este abandono no es casual, forma parte de la desbandada general que ocurrió después del derrumbe del socialismo “real”. Nada se emprendió para entender lo ocurrido en el Este europeo, incapaces de refundar un pensamiento revolucionario, optaron simplemente por el abandono y abrazar el pensamiento liberal, se volvieron “pragmáticos”.

Los dirigentes se fueron convirtiendo en funcionarios inamovibles tanto dentro de la dirección partidaria, como en los puestos electivos. Su participación dentro del engranaje estatal con todas las prebendas que acompañan los puestos, los llevó a nuevas pertenencias sociales, lo que contrastaba con el discurso “revolucionario” que mantuvieron durante cierto tiempo. Algunos acumularon capitales, se volvieron pequeños empresarios, algunos lograron escalar y tener varias empresas, volviéndose en genuinos capitalistas. Esto no tiene nada que ver con ALBA-Petróleos. Esta sociedad es mixta, aunque su gestión en gran parte pareciera ser propiedad exclusiva de la cúpula efemelenista. Es usada como una compañía que publicita más al partido y no las ventajas de una cooperación internacional de interés y beneficios mutuos con Venezuela. Algunos se equivocan al pensar que esta compañía los vuelve miembros de la oligarquía a los dirigentes del FMLN.

 La actividad parlamentaria y municipal del FMLN se adaptó totalmente al sistema, cumplieron con ser la oposición, con visos de intransigencia, con apariencias de radicalismo, aunque sólo fuera verbal, pues en ningún momento los diputados y los alcaldes y concejeros municipales acompañaron las luchas populares, aún menos las organizaron. Estos visos de intransigencia y de radicalismo fue lo que alimentó el discurso de los analistas que concluyeron en la existencia de una polarización en el país. Esta polarización se ha convertido en tema recurrente, en el sumo del análisis político, no obstante en estos discursos de los analistas fue desapareciendo, como en el mismo discurso político, la verdadera polarización existente en el país, la polarización económica y social, la que existe entre la cúspide social, la oligarquía y la inmensa mayoría que vive en la pobreza y hasta en la indigencia.

Y de lo que se trata justamente es de erradicar las causas que han cavado este abismo económico y social, es el tema realmente relevante ahora y hasta no haberlo resuelto, es el que debe ocuparnos en todas nuestras reflexiones. Y la primera pregunta que debemos plantearnos es ¿puede el FMLN tal cual funciona y es ahora ser el útil social que nos ayude a entender esta realidad? ¿Podemos confiarle a este partido la solución de un problema tan arduo y del que hace caso omiso? ¿Puede un partido autoritario y verticalista aportar soluciones democráticas profundas para subsanar las deficiencias de un sistema criminal? Llamar criminal al sistema no es exageración, ¿acaso no fue con el despojo de nuestros antepasados que se fue construyendo, acaso no fue con el robo de las tierras ejidales y la sumisión por la fuerza de sus ocupantes que se implantó el poder oligárquico? ¿La masacre del 32 no se perpetró acaso para defender los intereses de los poderosos? Y la muerte de tanta gente, de tantos niños que durante décadas no llegaban a cumplir el primer año por la desnutrición y el hambre. Hay tantas cosas que se pueden agregar.

Debemos pensar pues en crear otra organización. No obstante es urgente que meditemos los motivos internos y externos por los cuales el FMLN y muchas otras organizaciones en el continente, se han convertido en “sociedades de interés limitado”. En las sociedades modernas crece la aspiración de participar activamente en los asuntos económicos y sociales. De asumir el papel de agente social, de intervenir en los procesos transformacionales. Un partido realmente revolucionario tiene que pensar justamente como volver desde ahora mismo posible la satisfacción de estas exigencias populares. Esto lo puede y debe de realizar dentro de sus estructuras mismas, arrancando todo autoritarismo, todo dirigismo, todo verticalismo.

Es cierto que junto a esta aspiración participativa sigue existiendo la vieja costumbre de obediencia al caudillo, de sumisión al jefe, de obediencia ciega al dirigente. El culto de la personalidad es algo que no pertenece sólo a los partidos políticos, se ha enraizado en toda la sociedad, se admira al rico, se admira al que presume y al que se le ve triunfar, también se admira hasta al que sabe robar y escapar a la justicia. Todo esto es parte de la dominación ideológica de la burguesía, es también por eso necesario que la nueva organización tenga presente en permanencia evitar el surgimiento del autoritarismo, del caudillismo, para ello es necesario que todos los miembros puedan expresar sus opiniones libremente, sin obstáculos, la nueva organización debe de preocuparse por el aprendizaje de sus miembros, por el estudio, por cultivar en ellos el espíritu crítico. Se trata de acostumbrar a la deliberación a cada paso. Esto implica que cada uno tiene toda la información necesaria, que se ha entendido de qué se trata, que se han hecho propuestas, que cada propuesta ha sido sopesada, que cada opinión ha sido escuchada, aceptada o rebatida con el respeto necesario y con argumentos. Todo esto es necesario para poder llegar a una decisión aceptada por todos. Pero también es necesario que se acepte que no todos puedan estar conformes con la decisión tomada, que cada uno puede persistir en su opinión.