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24 septiembre 2011

Respuesta al comentario 5

¿Por qué desecha usted la hipótesis de que una labor comunicativa como la suya puede venirle de perlas a la derecha? Mire, el descontento de la gente necesita una dirección, una canalización, un marco interpretativo y si ese marco no está bien orientado con el objetivo de fortalecer a la izquierda, con el objetivo de buscar nuevos cauces, cauces positivos, constructivos, esperanzadores, entonces puede darse la paradoja de que el FMLN se convierta en el enemigo principal para cierta izquierda y puede que eso, naturalmente, y aunque a usted no le guste, acabe favoreciendo a los sectores más conservadores de nuestra sociedad. Creo, Sr. Abrego que usted apunta muchas verdades, pero reflexione y preguntese si las los efectos de su crítica no acaban siendo uno solo con los efectos psicológicos de la crítica derechista. Se lo digo sin ánimo de agredirlo.



Tu pregunta, estimado lector, implica demasiados presupuestos que es necesario aclarar.


En primer lugar, que criticar al FMLN implica de suyo la posibilidad de hacerle el juego a la derecha. Esta implicación casi automática tiende a absolver de entrada toda actitud que pueda adoptar el Frente.


En segundo lugar, el corolario del primer presupuesto es que al cerrar los ojos ante la política efectiva del Frente, se acalla otras voces y se le da al Frente la posibilidad de continuar con su política, que es necesario afirmarlo con fuerza, nada tiene que ver con una política de izquierda.


En tercer lugar, tu cuestionamiento también implica que una política de derecha, como la que practica el Frente, se vuelve de izquierda por el hecho mismo que es practicada por el Frente. Esta tautología oculta que no es el nombre del partido que caracteriza a la política, sino que los efectos de ella. Por consiguiente, quien le hace el juego a la derecha es el Frente. Pero no es tanto a la derecha política, que de por sí es beneficiada por el descontento provocado por la política frentista, sino que a la derecha económica que es la que sigue fortaleciéndose en su inhumana dominación.


En cuarto lugar, existe un punto que también me parece importante. Presuponés que la izquierda se resume, se limita al Frente. Por el momento, con el deslizamiento evidente de este partido hacia la derecha, cada vez se hace más difícil asimilar al Frente con la izquierda y sobre todo que pueda representar a toda la izquierda. Y este es el quid de la situación.


La realidad de la política del Frente en todos los campos, no permite depositar de nuevo las esperanzas populares en él. No criticar fuertemente al Frente sería acompañarlo en su política, en su derechización, en definitiva sería simplemente engañar a la gente.


Creo que el papel de una persona conciente es, al contrario, señalar con firmeza la derechización del Frente y una de las principales consecuencias de esta derechización es que el FMLN ha reducido las aspiraciones populares a su propio triundo electoral.


Lo he dicho ya en artículos precedentes: el FMLN está conduciendo a los trabajadores a un callejón sin salida, le está preparando el retorno a la derecha. Este retorno no se le puede adjudicar de manera absurda a los que critican la política del FMLN, sino que a la acción gubernamental, a la política real del Frente, a sus reales alianzas con elementos de derecha, con los Estados Unidos. Los constantes y permanentes abandonos del Frente son evidentes: acaso se puede cerrar los ojos ante las declaraciones de los principales dirigentes del Frente en las que afirman que “no son enemigos del gran capital”. En claro ¿qué significa esto? Pues que son sus amigos. ¿Qué significa que no tienen en sus planes la construcción de otra sociedad? ¿Acaso no se refieren al papel primordial del capital en la solución de nuestros problemas nacionales? Todo esto lo declaran abiertamente, con el mayor descaro. ¿Se le puede acusar a un bloguero de hacerle el juego a la derecha, si denuncia estas posiciones como enteramente oportunistas de derecha, como una entrega al capital?


El FMLN, a través de la voz de sus principales dirigentes, no cuestiona más al sistema económico reinante en el país. El FMLN asume cien por cien la política promovida por Funes de “unión nacional”. Esta política escamotea la principal contradicción de nuestra sociedad: los intereses egoistas de la oligarquía y los intereses de los trabajadores. ¿Quién le hace el juego a la derecha económicamente dominante?


El hecho de que la ANEP se muestre hostil al gobierno, que no acepte los ofrecimientos del FMLN no es una prueba de que la política gubernamental sea de izquierda. Simplemente que los dirigentes del patronato salvadoreño muy inteligentemente han visto que su actitud inconciliatoria le está cundiendo beneficios económicos y políticos. Quien concede es el Frente, quien presta oído a la exigencia patronales es el Frente (el caso de los sindicatos de Claro, es más que un ejemplo).


El FMLN ya no puede presumir representar a todas las fuerzas de izquierda. Ya no es una fuerza revolucionaria. Es su política real, son las declaraciones de sus dirigentes, las que cuentan. Por consiguiente, la tarea actual es la reconstrucción de toda la izquierda, en la que la formación de una nueva fuerza revolucionaria se impone. Como lo he señalado en mis cuatro artículos El Estado salvadoreño y la “partidocracia”, necesitamos un nuevo partido de nuevo tipo, cuya forma de organización se adapte a las nuevas circunstancias y a los objetivos de transformación de la sociedad salvadoreña. El FMLN se presenta ahora como un adversario de las fuerzas revolucionarias. Esto es parte también de la nueva situación. Entonces los “nuevos cauces, cauces positivos, constructivos, esperanzadores” no se pueden depositar en un partido que asume abiertamente la colaboración de clases, en el FMLN.

23 septiembre 2011

No se vayan tan a la derecha

Puede parecer extraño, pero la primera persona que informó sobre la partida de la Dra. Victoria Marina de Avilés del Ministerio de Trabajo, fue un diputado del partido ARENA, David Reyes. Lo hizo por la red de Twitter. Hubo desmentidos semi-oficiales, pero sobre todo se desencadenó desde entonces toda una serie de explicaciones sobre el “despido”. Una de ellas fue que la conducta y convicciones de la Ministra eran incompatibles con la política laboral y sindical del presidente Funes. Su integridad, su seriedad y sobre todo sus convicciones eran un estorbo. Se dijo que algo se estaba tramando.


Esta vez el presidente no ejecutó su cantaleta “ha perdido mi confianza”. Pues ningún ministro del gobierno, ni funcionario ha tenido el reconocimiento de los más interesados en su permanencia, los sindicatos. Los que perdieron la confianza con esta destitución fueron los trabajadores. El nombramiento de Humberto Centeno (exministro de Gobernación) al puesto de Ministro de Trabajo, a pesar de su pertenencia a la dirección del FMLN no levantó mayor entusiasmo. Como siempre y como lo hacen todos los nuevos nombrados, aseguró Centeno que iba a continuar el trabajo emprendido por su predecesora.


No obstante ayer supimos que el nuevo Ministro de Trabajo se apresta a ejecutar una sentencia que a todas vistas es inconstitucional, pero sobre todo es anti-sindical. El ministro del partido “revolucionario” de derecha, FMLN, va a disolver dos sindicatos cuya disolución es exigida por la dirección de la empresa “Claro” de propiedad de Carlos Slim.


Recientemente el presidente se reunió con este multimillonario. Recordarán algunos que el primer encontronazo de Funes con los diputados del Frente tuvo que ver con la anulación de esa especie de renta que perciben de los usuarios las compañías de teléfonos. Recordarán otros que el presidente Funes reconoció que su veto lo aplicaba después de haber tenido conversaciones teléfonicas con los empresarios. Evidentemente a nadie se le escapó que el mexicano era uno de los principales interesados en el veto presidencial. Como esta medida era simbólica y había adquirido de inmediato la aprobación general de la población, el obediente servidor de Slim tuvo que negociar con los diputados y se acordó no superar el veto, mantener la famosa “cuota”, pero reducirla un poco. Fue en este episodio que la desnudez del Rey se hizo manifiesta. Funes es el presidente de los ricos, de los muy ricos, del más rico del planeta.


El nuevo episodio que estamos viviendo con los planes de Centeno (guiado de la mano, no puede caber duda, por el sirviente de Slim) implica aún más a la cúpula efemelenista en la política reaccionaria del gobierno del “cambio”. Puede ser que Centeno sea un mequetrefe, pero también es cupulero y el detalle picante es que fue dirigente sindicalista del mismo sindicato que hoy se dispone a disolver. Fue dirigente del sindicato cuando aún no se habían rematado en la privatización los servicios de ANTEL.


Los detalles de toda esta historia la pueden encontrar en este enlace, hagan el clic aquí.


Se trata de una historia con cola y vieja. La Corte Suprema de Justicia ha declarado inconstitucional la disolución y las sentencias de disolución emitidas por los tribunales complacientes con las exigencias patronales. Los ministros de ARENA le prestaron oído a los tribunales, ignoraron la resolución de la Corte y se hicieron los sordos.


“Fue hasta en 2009 cuando la Dra. Victoria Marina de Avilés revocó las decisiones de sus predecesores, basando la suya en jurisprudencia Constitucional nacional y en los Convenios 87 y 98 así como en la recomendación 143 de la OIT aprobados por El Salvador, otorgando así en septiembre de ese año, personería jurídica a SITCOM”. Esto significa que la Ministra no tardó en darle razón a los sindicalistas, de restituirles sus derechos constitucionales y de aplicar con justicia las resoluciones de la Corte. El nuevo ministro con la misma celeridad se dirige hacia una decisión contraria: va anular lo sancionado por la Dra. de Aviles y rastreramente complace al multimillonario y de ribete al criado del multimillonario.


Esperemos que recapaciten, que no se vayan tan a la derecha, que no quieran aplicar la vieja política de las dictaduras de prohibir los sindicatos.

22 septiembre 2011

Un discurso y acciones de derecha

Roberto Lorenzana es el vocero del FMLN. A través de él se expresa el pensamiento de la dirección del Frente. Todas las semanas da por lo menos una conferencia de prensa. En estos días el diputado Lorenzana tuvo palabras de mucho desprecio hacia los maestros organizados en el sindicato Bases Magisteriales. Afirmó simplemente que el objetivo principal del movimiento reveindicativo de los maestros es debilitar al gobierno y al FMLN.


Además esas intenciones no nacen en el seno de la organización sindical, según el diputado efemelenista le vienen de Tendencia Revolucionaria que dirige Dagoberto Gutiérrez. Esta vez el diputado no adornó sus acusaciones con el ritual “yo respeto a Dago, respeto sus opiniones, etc.”, sino que de plano lo acusó de ser la fuente de esos malvados designios.


Estas declaraciones abiertamente expresan desprecio hacia los maestros, pues los considera fácilmente manipulables y manipulados por Tendencia Revolucionaria y por Dagoberto Gutiérrez. Lleva además un ataque a las reveindicaciones de los maestros, pues estas declaraciones persiguen también ese fin: ocultarlas detrás de esa humareda deshonesta.


Esta actitud de Lorenzana no es nueva en nuestro medio político, ni tampoco es nuevo bajo el cielo político en general. En El Salvador la han aplicado todos los partidos de derecha ante las reveindicaciones laborales de los asalariados. Antes eran los comunistas que estaban detrás de cualquier reveindicación y detrás de los comunistas criollos se asomaba la mano peluda de Moscú. Luego vino el turno de interpretar el papel de la mano oculta y manipuladora al propio FMLN, pero el acusador era ARENA con sus partidos satélites DC y PCN.


El discurso de Lorenzana es un discurso de derecha. Es el mismo discurso que usa cualquier partido de derecha en cualquier parte del mundo. Los trabajadores se dejan siempre manipular, ellos no saben lo que quieren y son tan ignorantes que el primer oportunista que llegue los puede llevar por el camino de las manifestaciones y de la huelga. Sin esa gente que no da la cara, los trabajadores no tendrían motivos para protestar.


Pero este discurso de derecha, que asume el diputado efemelenista en tanto que vocero de su partido, no es una golondrina solitaria en el cielo otoñal de nuestra política. Este discurso acompaña a los actos de los dirigentes. Sánchez Cerén es un alto dirigente del partido. Fue el primero en acusar a los maestros de complotar contra el gobierno y de hacerle el juego a la derecha. Pero sobre todo le niega la justeza a las reveindicaciones y les ofrece como respuesta un no categórico. El hacerle el juego a la derecha ha comenzado ha ser ya el estribillo generalizado de los efemelenistas, sean de la cúpula o de la base.


En los últimos sondeos de opinión se ve que el viento ya no sopla en su favor, el principal partido de derecha ARENA ha pasado al primer lugar en las preferencias de los electores. Los dirigentes del FMLN no ven ninguna otra razón en ello que la conspiración de fuerzas que buscan su debilitamiento y por supuesto su derrota electoral. Esos cambios perceptibles en el electorado no pueden proceder del malestar de la gente, de la desilusión, del disgusto en no ver venir realmente un cambio en sus vidas. Los dirigentes del FMLN están persuadidos que la política gubernamental está cundiendo efecto y que los cambios son más que palpables.


La violencia criminal no disminuye, el Ejército ha pasado a jugar un papel de primer plano, sin que esto se justifique en los resultados contra la delincuencia. El militarismo presidencial es aprobado por la cúpula. La tercera ley de “mano dura” tampoco dio resultados. La prevención es una palabra hueca para los gobernantes salvadoreños. Combatir la fuente de la violencia con medidas sociales es algo que no tienen en vista. El presidente incluso ha propuesto al Ejército como el “educador” de los jóvenes “en peligro de delincuencia”. Esta noción vaga y perversa al mismo tiempo, estigmatiza a los pobres. Pues no se va a ir a buscar en los barrios ricos a estos jóvenes que van a ser encargados al Ejército para que los ponga en el recto camino. ¿Pero qué significa “en peligro de delincuencia”? ¿De dónde viene ese peligro? ¿Por qué encomendarle a militares que no tienen en absoluto ninguna preparación pedagógica el cuidado de estos jóvenes? En esto se ve al meñique que nos gobierna y su pequeñez de espíritu. Ante un problema crucial para el país, ante un problema de formación y de educación de los jóvenes de pocos recursos, no es capaz de volverse hacia las instituciones de educación y formación y analizar sus necesidades y aportar las soluciones que puedan permitirles ocuparse de los jóvenes como es su papel y su prerrogativa. Esta mente carcelaria y militarista vuelve su mirada hacia el encuadramiento militar, la disciplina de hierro, la sumición al grito. El contraefecto ya es previsible.


El desempleo sigue aumentando, el poder adquisitivo está por los suelos, los precios siguen aumentando, los productos básicos para la alimentación se vuelven cada vez menos accesibles. Esto no es el cambio prometido. Pero los dirigentes del FMLN siguen repitiendo que su política está sacando al país hacia nuevas perspectivas. Es por eso que no pueden entender que haya gente que proteste, que haya gente que les de la espalda. Para ellos eso es únicamente el producto del accionar escondido de la Tendencia Revolucionaria y de Dagoberto Gutiérrez.


No hace mucho el chivo expiatorio era el pastor Chamagua, no creo que hayan abandonado este blanco. La campaña de desprestigio que iniciaron contra este antiguo asociado era ya el preludio de una serie de acusaciones. Hoy es el turno de Dagoberto Gutiérrez y de la Tendencia Revolucionaria, luego vendrán otros, los bloguistas izquierdozos, extremistas o utopistas.


Los dirigentes del FMLN son incapaces de cuestionar su propia conducta, son incapaces de pensar que sea su propia acción la que produce los efectos que estamos viendo. Es su política de complacencia con el patronato, sus llamados a reconocimiento por parte del gran capital, su proclamada renuncia a reformar la sociedad, el entierro de toda veleidad socialista, el reconocimiento del papel civilizatorio del capital, todo esto no puede exaltar a la población que pensó que algo iba a cambiar, que aunque fuera poco a poco se iban a ir dando los cambios de estructura, que la vida iba a comenzar a ser diferente. En vez de eso, el estancamiento sinónimo de retroceso es el fruto que se está cosechando.

09 septiembre 2011

El Estado salvadoreño y la “partidocracia” IV

Los temas que he ido abordando en los precedentes artículos mezclan sin duda alguna la teoría y la práctica. Me he refirido al Estado salvadoreño, a su carácter clasista, su papel de insturmento de dominación sobre el resto de la sociedad, he señalado la función de agentes políticos de los partidos y su papel de administradores del Estado en beneficio de la clase dominante, la oligarquía. Me he referido también a la situación inédita que vivimos hoy en el país, aclaro que no me refiero al hecho de que el FMLN haya accedido al poder ejecutivo, sino que políticamente se ha creado una situación en que el enfrentamiento ideológico no conduce ahora, de manera automática, a la represión. Es decir que por primera vez en la historia de nuestro país se pueden expresar ideas que pongan en tela de juicio el sistema de dominación burgués. Al mismo tiempo he insistido que las clases trabajadoras se han quedado sin un instrumento político que desde ahora luche por la transformación de la sociedad capitalista en una sociedad socialista.


Este objetivo se ha engavetado pretextando que la situación actual no es revolucionaria, que la correlación de fuerzas no es propicia a la causa, que tenemos enemigos poderosos como son los Estados Unidos, donde viven además millones de salvadoreños. En realidad, para ser exactos el imperialismo se ha convertido en el principal aliado del gobierno del FMLN y del presidente. También en el interior se abandonó toda lucha ideológica, todo enfrentamiento con las clases dominantes.


En una reciente entrevista, Orestes Ortez, miembro de la Comisión Política del FMLN, presenta a la oligarquía como la principal opositora del gobierno, que denigra toda iniciativa presidencial y gubernamental, pero cuyo pecado fundamental es que no quiere pagar impuestos, “no quiere compartir el pastel”. Además que tampoco quiere darse cuenta de que el FMLN tiene dirigentes que entienden del progreso, que entienden el mundo de los hombres del capital. “¡Cómo no!, sí lo conocemos y hemos venido haciendo una experiencia de aprendizaje en el país… Y mantenemos relaciones con importantes empresarios”.


Este aprendizaje es patente. “Si nosotros somos los que tenemos que dar el primer paso para mejorar la relación con la empresa privada, estamos dispuestos a darlo, aún con el “cucurucho dorado”; estamos dispuestos a discutir en una mesa de país cómo vemos el asunto y escuchar cómo ellos lo ven. Somos una fuerza que ha desmostrado tener capacidad de cambiar, superar la debilidad, la deficiencia de la discapacidad de aprendizaje y ese es un punto fundamental”.


Sí, el FMLN ha cambiado fundamentalmente: ahora llama a la colaboración de clases y cifra en la oligarquía y en toda la burguesía las esperanzas de sacar al país de la crisis. La crisis que golpea al país y no sólo al país, sino que al mundo entero, no es para el FMLN una crisis del sistema, que tiene su resolución en la transformación de la sociedad, sino que, según Ortez, se puede resolver si la oligarquía se decide a “compartir el pastel”, a pagar más impuestos.


El estigma del FMLN


El dirigente del FMLN considera como un estigma que se les juzgue como “enemigos de la empresa privada”. Pero quiero llamar la atención sobre un detalle de la entrevista que no es solamente picante, sino que muy significativo del estado de ánimo de los militantes y dirigentes del FMLN. La pregunta del periodista es la siguiente: “Pero siempre se ha pensado, y no sé si es estigma, que el FMLN es antiempresa privada, debido a su aspiración a un sistema socialista”. Este último elemento de la pregunta es completamente ignorado por Orestes Ortez, pero perfectamente se atreve a una amalgama, pues afirma que “Desde que surgió la lucha revolucionaria, hemos sido estigmatizados como enemigos de la empresa privada”. Falso, mentira, ningún auténtico revolucionario, empezando por Marx y Engels, pensó alguna vez que fuese un estigma ser considerado como enemigo de la propiedad privada, de la apropiación privada de las ganancias, de la empresa capitalista.


Es esta pues la situación de la cúpula efemelenista, pero también de la mayoría de militantes que no sólo la acepta, sino que defiende a capa y espada a sus dirigentes y las posiciones adaptadas por ellos. Digo esto, pues hay quien piensa que es posible transformar al FMLN del interior, volverlo a sus posiciones revolucionarias. Esto es imposible. Es imposible porque los militantes no se lo plantean seriamente y aún si algunos se lo plantean, es imposible por la última reforma estatutaria que no permite que ninguna persona, sin el visto bueno de la cúpula, pueda acceder a un puesto de dirigente. Lo hemos visto en el nombramiento de candidatos para las próximas elecciones, en el que a pesar de protestas masivas de la base en algunas ciudades, la decisión de la cúspide es la que prevalece: a la base se le informa de la decisión de la Comisión Política como lo declaró Benito Lara, Secretario departamental.

Esta entrevista confirma una vez más la deriva derechista del FMLN, su asunción de administradores de los intereses de las clases dirigentes a través del Estado, llevando a cabo la misma política que el partido ARENA, tal vez condimentando con algunas medidas sociales, que en parte alivian la miserable condición de las familias pobres, pero que no cambia en nada fundamental en estructuras socio-económicas del país.

Una exigencia revolucionaria


¿Qué tipo de luchas son revolucionarias ahora en el país? Esta pregunta la hice en uno de los artículos anteriores y por supuesto es necesario encontrarle una respuesta. Esta semana ha vuelto a las primeras planas de los diarios y en los noticieros televisivos el grave problema del transporte urbano e interurbano. Surge por la exigencia de los propietarios de los autobuses de retrasar la fecha del pago de las esquelas. Y amenazaron con irse a la huelga. Más allá del rechazo de cumplir con la ley y las componendas que siempre llegan a tiempo, vuelve a surgir en las mentes de los salvadoreños la necesidad de una reforma fundamental del transporte. Son muchos los que proponen la necesidad que el Estado asuma este servicio, que sea el garante de su eficacidad. Todos sabemos las condiciones precarias en que son transportados los salvadoreños, la anarquía reinante, la total inseguridad y los aumentos sucesivos y constantes de los pasajes. Ahora tenemos una gestión capitalista del transporte, tenemos empresas privadas de transporte y la realidad nos muestra que son incapaces de resolver el problema, de prestar un servicio digno de ese nombre. Es precisamente donde surge la aspiración de un servicio público del transporte, administrado por una compañía nacional. Por el momento los salvadoreños se ven desposeidos de un servicio necesario, lo que tienen no merece ni el nombre de transporte público. Esta aspiración, esta demanda crece de manera espontánea en la población. ¿Qué partido político acompaña a la población en estos pedidos? Ninguno.

Un partido revolucionario no solamente debe acompañar, sino que organizar la lucha para obtener satisfacción a una demanda más que justificada. Un partido revolucionario debe tratar de popularizar el contenido de esta aspiración naciente, dar los argumentos, mostrar los aspectos transformadores, desalienantes de esta demanda. Al mismo tiempo, pues por el momento se vive en el régimen capitalista, el transporte de personas es también y sobre todo el transporte de mano de obra para los empresarios, es evidente que también ellos deben de contribuir en el esfuerzo financiero que significa modernizar el transporte.


Pero en esto se puede ir muchísimo más lejos, porque no basta con crear una empresa nacional de transporte, sino que es necesario que realmente los trabajadores de la empresa y los usuarios se apoderen de ese bien. Los trabajadores deben adquirir el derecho de supervisar la administración de la empresa, de tener instancias de consulta y proposición. Los usuarios deben poder opinar y reclamar constantemente un servicio digno de ese nombre. Es aquí donde la exigencia de transparecia se vuelve necesaria, no solo en la consulta de informes y pedidos de información, sino en el control mismo de la gestión y en el derecho de proposición. Todo esto implica también cambios en la mentalidad de las personas. No sólo se trata de ser transportado, sino que también de considerar el vehículo como algo común, como algo que le pertenece a todos y por lo tanto un bien que hay que cuidar y compartir. Una lucha de este nivel, llevada a cabo en todo el país, sería portadora de cambios significativos en el orden social reinante. Esta batalla sería una escuela de luchas políticas, pues se busca el bienestar común y la manera eficaz de resolver un problema de sociedad.

Pero emprender y dirigir esta lucha no lo puede hacer un partido de derecha, ni un partido que ha abandonado sus objetivos revolucionarios y que predica que en la empresa privada y su desarrollo se encuentra la salida a la crisis que vivimos. (Sigue)