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27 abril 2012

Los representantes del pueblo reclaman aumento


Estas últimas semanas han sido reveladoras del estado ético de los diputados efemelenistas. El argumento de votar en esta legislatura los nombramientos de los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia, del Fiscal General y al mismo tiempo de cambiar radicalmente la composición de la Sala de lo Constitucional ha sido de una pobreza tal que uno se ve forzado a concluir que muy poco es el valor que le conceden a la opinión de la gente. Pues ellos vilipendiaron a los diputados de ARENA cuando procedieron de igual manera, considerando ilegal y desleal esa manera de actuar. Ahora claman que no se demostró que fuera ilegal, que la Constitución no lo prohíbe. Y por supuesto claman que si “ellos lo hicieron, ¿por qué nosotros no podemos hacerlo?”.

Cuántas veces no pusieron el grito en el cielo, cuando se ponía de relieve el continuismo en la política del gobierno, lo que quedó demostrado a lo largo de estos dos años y medio. Pero ahora asumen y no reniegan que esas acciones las hacen a imagen y semejanza del actuar arenero. Lo que hace unos tres años era ilegal, desleal y falto de ética, se vuelve válido cuando ellos, los diputados efemelenistas, lo ponen en práctica. Es inútil citar sus declaraciones, han salido en casi todos los diarios del país, tal vez la más lamentable es la entrevista dada por el vocero del FMLN, el diputado Lorenzana. Hacer algún comentario es incluso hacerles perder demasiado tiempo.

Los diputados del Frente llegaron a un arreglo con los otros partidos, ellos le llaman a eso “Protocolo de Entendimiento” para le legislatura 2012-2015. Allí se consigna que la presidencia la seguirá asumiendo el FMLN y también tendrá la Cuarta Vicepresidencia, la Primera Secretaría y la Quinta Secretaría de la Junta Directiva. Hay que agregar seis presidencias de comisión legislativa. Es un buen negociado para un partido que perdió las elecciones. Por supuesto que ARENA no votó ese “Protocolo”. No sé si algunos recuerdan cuál fue la actitud del Frente al inicio de la legislatura que ahora se acaba, cuando los perdedores conservaron la presidencia, pero mantenían la mayoría en alianza. Pues eso era una conducta antidemocrática. Ahora se felicitan y lo anuncian como un triunfo. Sigfrido Reyes está feliz.

Pero hay algo que no figura públicamente en ese “protocolo”, es el aumento del salario de los presidentes de Comisión parlamentaria. Reyes la explica que es una demanda que se ha venido haciendo desde hace años, por la demasiada carga de esos presidentes, que ellos tienen que estudiar más que el común de los diputados, que tienen mayor trabajo. Lo mismo hizo la jefa del grupo efemelenista Norma Guevara, igualmente lo hizo Lorena Peña. Ninguno habló del número mayor de asesores que tienen los presidentes y que son los que realmente trabajan en la preparación de los documentos y demás papeles. Pero es de suponer, de sospechar, que ese aumento es parte del “pago”, del dando y dando que se acostumbra  en la Asamblea Nacional.

Al conocerse la medida, la indignación popular fue inmediata y manifiesta. Esta vez los diputados del FMLN se vieron obligados a dar explicaciones, claro, no abandonaron las “justificaciones”, pero trataron de sacar prestigio de esta pifia. Con la mano sobre el corazón alegaron que ese “sobresalario” no lo iban a cobrar sus presidentes, que todo aumento de salarios va a parar a un fondo para becas. Claro eso era una manifestación muy generosa, aunque parece que no se dan cuenta que saludan con sobrero ajeno, pues esos aumentos provienen de los impuestos que todos los salvadoreños pagan. Cualquiera puede ser generoso de esa manera, tan barata. A todo el mundo le pareció muy extraño que ese argumento fuera esgrimido post festum.  Se les hubiera podido creer, si lo hubieran manifestado desde el principio. Lo hicieron ante los cuestionamientos, ante la pronta indignación de la gente. Y esta indignación es justa y justificada.

La gente se priva de todo y los diputados que se presentan al pedir los votos, como los futuros servidores del pueblo, ostentan salarios desproporcionados respecto a sus labores y respecto a los salarios de los trabajadores. Ya de por sí los salarios de los empleados son bajos, el salario mínimo en el comercio y servicios es el más alto, pues este es de 224.21 dólares. El aumento es superior a este salario más de tres veces y media. Y con este aumento agregado al salario y viáticos de transporte y comunicaciones resulta ser 21 vez y media del salario mínimo. Lo que significa que un empleado que percibe un salario mínimo tendrá que trabajar casi dos años para cobrar lo mismo.

Pero se dieron cuenta que la indignación crecía, hubo manifestaciones airadas y la protesta comenzó a organizarse. Entonces se inventaron algo, si los presidentes areneros aceptan no recibir esos “sobresalarios”, se lo quitamos a todos. Pero la protesta se escucha fuerte y permanente. Entonces han tenido que reconocer que fue un error votar ese aumento. Y ahora meten en este lío al presidente, “si Funes veta el decreto o lo observa no haremos nada para superar el veto, ni que se vuelva a aprobar”.

Lo que podemos observar es que cuando la protesta popular es rápida, unida y clamorosa se puede hacer recular a los “representantes del pueblo”.


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El aumento de salarios para los presidentes de comisión ha sido abrogado.

16 abril 2012

El imposible examen de conciencia

Los dirigentes del FMLN nos va a dejar en ayunas. El análisis de la desbandada electoral lo prometieron para luego, con calma, sin precipitaciones. Esa artimaña les ha servido de escudo y ahora ya nadie espera que los dirigentes, la CP venga y entregue sus sesudas conclusiones. ¿Para qué?


Un examen de conciencia obligatoriamente los llevaría al origen de este resultado. Ese origen es remoto, cuando ante la encrucijada que les puso enfrente el ejercicio legal de la política optaron por el electoralismo puro y llano, dejando de lado el escabroso y difícil camino de las luchas sociales, la suerte ya estaba echada. Pues pasar de un discurso ultrarrevolucionario y de arengas al capado discurso reformista no era algo plausible, ni tampoco posible a la vista de las esperanzas de entonces. Ese discurso lo mantuvieron para alimentar los ánimos de los que vinieron a formar el electorado “duro”. Crear entonces un nuevo discurso reformista hubiese sido considerado como una traición, entonces siguieron prometiendo las transformaciones urgentes, las reformas de las estructuras, optaron por ser una oposición intransigente (en el discurso). Pero ese discurso ya no correspondía a ninguna práctica real del FMLN. Poco a poco, trataron de matizar sus posiciones, sin abandonar los objetivos declarados, los fueron postulando como actualmente imposibles. Allí surgió el tema de la gradualidad, de que no se puede exigir que todo cambie de la noche a la mañana. Los cambios profundos se convirtieron en un lejano horizonte. Por ahora debemos de moderar nuestros ardores y adaptarnos a las circunstancias.


Esta adaptación ha sido lo más exitoso del FMLN, fue así que convencieron a sus bases y a su electorado “duro” que lo más importante era llegar como fuese al Ejecutivo, ya allí todos íbamos a ver lo que íbamos a ver, solo entonces escucharíamos cantar al verdadero gallo. Pero frente a Funes se comportaron como gallinas cluecas. En realidad no manifestaron disgusto frente a la política presidencial, pues en el fondo correspondía al pensamiento profundo de la dirección efemelenista, tal vez en algún detalle no estuvieron de acuerdo, alguna que otra postura, pero ellos estaban dispuestos a asumirlo todo y beberse el cáliz hasta el fondo. Y se emborracharon de reformismo, pero sobre todo de oportunismo.


Es por eso que del discurso ardiente de las antiguas arengas revolucionarias pasaron al más hondo y sepulcral silencio. Funes hacía y deshacía, cuando pujaban los cupuleros, Funes, todo un capataz, los mandaba a callar. Y se callaban. Lo que anhelaban sobre todas las cosas era un continuismo en sus puestos. Le metieron trancas, aldabas y candados a los Estatutos del partido, nadie puede moverlos, nadie puede moverse en el partido sin su consentimiento. Y al mismo tiempo pasaron a una de las purgas partidarias más totalitarias de nuestra historia, afuera más de cincuenta mil miembros, sin mayor motivo de no tener más de cinco años de ser miembros, ¡vaya falta! Y con los nuevos miembros se fueron hacia afuera los criticones. Se quedaban adentro sólo los que ya habían demostrado con creces la debida sumisión a la dirección partidaria y que estaban dispuestos a cerrar filas sin mayor motivo que un simple silbido de los jefes.


O sea que en esta pendiente, en esta cuesta abajo, es imposible que la CP tenga algo que criticarse, pues todo corresponde a lo que sienten, a lo que piensan. Tal vez si, reconocen algunos, en declaraciones de punta de labio, hemos cometido algunos errores en la campaña, es posible que en nuestra derrota haya tenido que ver la manera en que tratamos el subsidio del gas, tal vez, quizás, quién sabe… Pero un análisis es imposible que pueda salir de esas cabezas ya entregadas en absoluto a la maniobra de corredor en la Asamblea, a las intriguillas de corrillo en el partido.


Les doy un ejemplo, toda su conducta durante el fallo de la Sala de lo Constitucional respecto a las candidaturas independientes para diputados. En esa ocasión se comportaron con una paranoia total, supusieron que eso iba dirigido exclusivamente contra su partido. Vieron un complot, empezaron con exigirle a ARENA que se echara para atrás, luego fueron asumiendo la defensa de la posición de ARENA con mayor ardor, para al final aceptar a regañadientes el fallo de la Sala. Pero todo eso duró meses, de idas y venidas, de transacciones, de imputaciones, con el punto culminante de organizar un mitin contra los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Y si hubieran tenido un tantito así, de molleja, pues se hubieran informado como funciona eso en otros países. Pues nada, esas candidaturas particulares nunca llegan a las Asambleas, ni a las municipalidades, si tal vez en el mundo haya algunas que sí, pero es la infinita excepción. O sea todo ese desgaste político para nada. Sí, eso sirvió para poner al desnudo el miedo que tienen de perder sus puestos, el miedo que le tienen a un avance marginal de la democracia.


Y ahora sin hacer un análisis concienzudo de la derrota, a raíz de un “campo pagado” apresurado y precipitado, en el que un grupo de paisanos les pide que opten por Oscar Ortiz como candidato presidencial, se lanzan sin mayor reflexión a dejar correr “bolas” sobre que ya se decidieron por la candidatura de Sánchez Cerén. Nadie desmiente, que el rumor se propague, ya veremos que resulta. Esto es dejarse llevar por la improvisación, de nuevo se delata su hábito de la intriguilla. Los miembros de la Comisión Política que no aceptan que nadie les sugiera nada, que le tienen tirria a Oscar Ortiz, ya ni se sabe ni por qué, pues todos andan en las mismas posiciones, en el mismo discurso reformista, pues son estos miembros que desean obligar a Ortiz a que dé un paso en falso.


Ahora se viene un jale y apriete tremendo. Pues no creo que no se den cuenta que Sánchez Cerén no es popular en la población, que ni siquiera tiene todo el apoyo al interior del partido. Invocar, como lo han hecho ciertos analistas, su “legendario pasado” para contentar a las bases y al electorado duro es simplemente una burla, “un atropello a la razón” como dice el tango. No, si optan por el “Comandante Leonel” pues es porque tienen miedo de ganar con otro candidato. Bueno, porque no quieren correr el riesgo de ganar con otro. Pues con Sánchez Cerén no ganan. Lo saben a ciencia cierta. Pero llegar directamente al Ejecutivo es tentador, sin funestos mediadores, les abriría el camino real de ministerios y de agencias gubernamentales. ¡Se imaginan la ganga!


Es por eso que me parece ya esclerosis de lo que padecen los cupuleros, ya ni el cálculo politiquero les resulta, ya ni la habilidad intrigante saben desplegar, pues si nos ponemos en su lugar, acaso no es mejor declarar que les parece interesante la proposición que les llega en ese “campo pagado”, pero que aún es prematuro decidirse, que todavía hay tiempo para la reflexión, que no hay necesidad de apresurarse. Podrían mostrarse hasta magnánimos demócratas y decir que van a recoger todas las proposiciones y luego de sopesarlas, elegirán al más idóneo. Pero debemos concluir que en ellos habla más fuerte el galillo de la ambición desenfrenada que la razón.


Lo que les puedo decir es que no me voy a poner de consejero de príncipes. Igual que no tuve esperanza alguna en Funes y no la sigo teniendo, no le doy, ni le di consejos, ni creo que los acepte, ni los pida, él recibe órdenes del Norte. Entonces, como siempre nos queda la implacable pregunta ¿qué hacer? Pues pienso que por el momento nos toca darnos cuenta que las opciones que se nos presentan en el ahora político nacional, ninguna de ellas puede suscitarnos confianza, ni mucho menos esperanzas para resolver nuestros problemas. Es urgente que nos demos cuenta que adentro de ese campo minado de engaños y ambiciones, los de abajo no podemos ponernos a jugar, como si el destino nacional fuera algo al que se le apuesta.


Lo he dicho en otras ocasiones, existe en el país una izquierda que se ha quedado sin expresión política. Es en esto que debemos concentrar nuestros esfuerzos, en crear un organismo político que abra nuevos horizontes, que le dé al país nuevas esperanzas, pero sobre todo un instrumento que le permita renovar con las luchas sociales, que ponga de nuevo en el tapete las reivindicaciones más sentidas de la gente. Si, la seguridad diaria es primordial, pero nos hemos dejado obnubilar y hemos llegado a asumir que la muerte violenta es la única que nos acecha. Pues no, los bajos salarios, las condiciones de vida, las viviendas, los deseos frustrados, las angustias de inicio y fin de mes, el incierto futuro de los hijos, todo eso no es vida, no es para eso que hemos venido a este mundo. Entonces hay que darle sentido a nuestras vidas, no podemos conformarnos con lo que nos pasa, es menester que tomemos conciencia de que otra vida es posible, incluso en El Salvador. No, no se trata de soñar en paraísos terrenales, se trata de darle a todos dignidad humana, en las faenas diarias, en los hogares, en las escuelas, en las relaciones sociales, en el trabajo, etc. Es necesario apropiarnos de nuestros destinos, de apropiarnos de las decisiones que atañen nuestras vidas, en todas las esferas. Es por eso que debemos crear un nuevo organismo que tenga nuevas y inauditas formas de funcionar, que se desligue del mundo politiquero y electorero, pero que tenga una efectividad de luchas y profundos compromisos con las necesidades populares.