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26 febrero 2011

Las inflexiones de Lorenzana

Lo que antes estaba recto, plano adquiere un torcimiento o una comba, eso es una inflexión. Aunque se puede interpretar como un cambio de dirección, tal vez como una atenuación, como cuando nos referimos a la voz. En todo caso, según el diputado Roberto Lorenzana, el “FMLN históricamente ha mantenido una relación (hacia los Estados Unidos) que ha tenido un conjunto de inflexiones”. Además de expresarse curiosamente, pues en concreto nos dice que han mantenido una relación cambiante, o sea que históricamente no han tenido, ni mantenido una posición de principio. Pero esto no es lo que ha querido decir, sino que la historia los ha ido obligando a cambiar de posición respecto a los Estados Unidos.


Esto es cierto. El oportunista sigue los vaivenes y los cambios del viento, se acomoda en toda situación, se apoltrona en el sillón de la circunstancia, se arrellana holgadamente en el oportuno puesto que se le ofrezca. Recuerdo, como si fuera ayer, la insistente distinción que se hacía durante la guerra, entre el pueblo y el gobierno de los Estados Unidos. Uno era nuestro aliado, el otro nuestro peor enemigo, del que debíamos liberarnos, independizarnos. El FMLN ha ido flexionando, encorvándose ante la dura realidad del poderío imperialista. Ahora el diputado Lorenzana, portavoz del FMLN, no se limita a producir una inflexión a partir de aquella posición, sino que nos ejecuta una voltereta circense y nos saca del sombrero la perfecta unidad entre el pueblo estadounidense y el gobierno.


Estas declaraciones del diputado Lorenzana, además de revelarnos el regocijo del FMLN por la visita de Barak Obama al país, su cambio de posición respecto al imperialismo, el vocero efemelinista nos confía algo de suma importancia: la visita del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica es “un acontecimiento especial de extraordinaria importancia para el FMLN” y tal vez el “acontecimiento político más transcendental en lo que va de la administración del Presidente Funes”. Ni más, ni menos que eso. No han sido las medidas sociales y económicas, que tanto insisten que ha hecho este gobierno en favor del pueblo, ni el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, luego de medio siglo de haberlas roto.


En todo caso, uno se dice que tal vez nuestro diputado tenga argumentos densos para tan astutas suposiciones y que nuestro horizonte nacional se va a aclarar y pronto encontraremos el rumbo hacia la solución de todos nuestros males. No obstante tenemos que resignarnos, Roberto Lorenzana es un mequetrefe más de nuestro mundillo político, la vacuidad de sus conjeturas las rellena de palabras pomposas.


Los periodistas que lo entrevistaron, quisieron saber si este acontecimiento político de extraordinaria importancia, tal vez el más transcendental del gobierno de Funes hasta hoy, iba a traer un cambio para nuestros compatriotas que viven clandestinamente en los Estados Unidos. El diputado con mucha responsabilidad, con cierto miedo de que lo mande a callar el presidente Funes, nos dice que no puede “adelantar nada de eso, pero si tenemos claro que el Presidente Mauricio Funes ha adelantado que hará un planteamiento especial al Presidente Obama para que mejore la situación migratoria de los salvadoreños y salvadoreñas”. Lo que sabemos todos es que Mauricio Funes nos aseguró que durante su pasada conversación con Obama le planteó el problema de los salvadoreños inmigrantes. Vimos ya el resultado, nada. La proroga del TPS es lo poco que se logró y como todos sabemos eso abarca una mínima parte de nuestros compatriotas que viven en los Estados Unidos. Esto era lo que le acordaba G. W. Bush al ex presidente Saca.


El diputado no puede dar mayores detalles porque ignora la agenda. ¿Cómo se atreve a concluir que va a ser un acontecimiento trascendental? En realidad, el diputado se limitó a expresar lo que le gustaría sobre todo, respecto a los compatriotas emigrantes. Y el saldo que según Lorenzana tiene ya la visita de Obama es “una manifestación de confianza al pueblo salvadoreño, es un reconocimiento al esfuerzo que hace por salir de la situación crítica en que se ha encontrado, un pueblo que ha hecho enormes esfuerzos por alcanzar resultados positivos en su desarrollo, salimos de un conflicto, hicimos un proceso de negociación exitoso, hicimos un proceso de reconstrucción del país, iniciamos un proceso de transición democrática que ha dado como resultado este cambio que ha sido una transición bastante positiva, en tanto que no se generó rupturas que llevarán a la desestabilización política en el país y creo que ese es un reconocimiento a todo el país y especialmente al liderazgo del Presidente Mauricio Funes”.


¿No les parece demasiado idílico este resumen de la historia de las últimas décadas en El Salvador? El problema de escamoteo de la historia es recurrente, lo hacen los editorialistas de la derecha y los dirigentes del FMLN. Si leen con atención este resumen se darán cuenta que la guerra de liberación nacional se transforma en conflicto (sin nombre, ni apellido), que las negociaciones fueron exitosas y su resultado aún mayor, pues con la derecha en el poder “hicimos un proceso de reconstrucción del país”. ¿Recuerdan lo que se decía sobre esto apenas hace dos años? Y el papel que jugó los Estados Unidos en el “conflicto” fue incorporarse al grupo de los cuatro y que se convirtió en “cuatro más uno”. Su participación en la guerra, activa y millonaria, ha quedado escamoteada, no se puede hablar de eso ahora, este tema hay que evacuarlo de nuestra historia, ahora somos aliados estratégicos. Los Estados Unidos nos trajeron la paz.


Para el diputado Lorenzana el intervencionismo de los Estados Unidos en el Oriente Medio se convierte en interés geo-político. Pues Mubarak se mantuvo en el poder con la complicidad y el apoyo del imperialismo, la represión en Egipto, como en Tunez, no es de estos últimos días, la represión fue constante, cruel y sangrienta. ¿Los Estados Unidos ignoraban esto? Pero el diputado del FMLN celebra que Obama no anule su gira por Brasil, Chile y nuestro país para dedicarse de lleno en los intereses de las compañías petroleras en aquella región. El diputado confundió Argentina con Brasil, se trata de un detalle, pero en fin, hasta en esto no pone la necesaria atención.

18 febrero 2011

La miseria del pensamiento

Estos días han visto aparecer una campaña que pretende demostrar el benéfico papel que juega en la economía nacional el patronato y su participación en el esfuerzo necesario para sacar al país del estancamiento en que se encuentra. Esta campaña se ha desatado en reacción a la irresuelta voluntad del gobierno de un ligero aumento impositivo. A esta veliedosa maniobra le llaman “pacto fiscal”. El cual se debió discutir, según proposición gubernamental, al interior del Consejo Económico y Social (CES), instalado por el presidente M. Funes.


El atraso general y permanente del desarrollo económico de El Salvador no es imputable al gobierno actual, esto tampoco entra totalmente dentro de la herencia desastrosa dejada por ARENA, pero ya la responsabilidad es mayor y patente, pues veinte años en el poder no han servido para despuntar la producción, sino que para aumentar su estancamiento y el surgimiento y ascenso de dos nuevos males que se han vuelto crónicos, el éxodo de la mano de obra y la violencia delincuencial.


Uno de los destinos del posible dinero recaudado sería destinado a combatir la galopante criminalidad, según lo anunciado por el presidente y su “secretario técnico” Alex Segovia, que además es coordinador del CES.


Las organizaciones patronales optaron por bloquear las discusiones en la CES. Sus principales dirigentes hicieron declaraciones alarmistas y escandalizadas. Ellos han denunciado que el gobierno se propone un aumento de impuestos, que los sorprende ahora al tratar de discutir el tema en la CES, después de que durante un año los organismos patronales han venido proponiendo discutir un "pacto fiscal". Ahora exigen una “mesa técnica” afuera de la misma Comisión Económica y Social y sobre todo con la presencia de los partidos políticos.


Considero que este tema de la contribución fiscal del patronato debe tratarse públicamente. ¿Qué significa esto? Institucionalmente los debates sobre el Presupuesto, sus entradas y sus aplicaciones las elabora el Ejecutivo y son analizadas y votadas en la Asamblea. Es lo que manda la Constitución. El ministro de Finanzas no acude a cada hogar para conversar con el padre de familia cuáles son sus problemas financieros y económicos ¿Cuál es el monto de su déficit, de sus deudas? Los padres y madres de familia pobres y con dificultades son millones y todos participan a diario en el esfuerzo fiscal, en detrimento de su esparcimiento y de su vida normal. Todos pagan el impuesto más injusto que existe, el IVA, que es igual para el millonario, como para el más pobre. Pero el peso en el presupuesto familiar de los pobres es enorme, mientras que para las capas acomodadas este pago es insignificante. Por eso es necesario una reforma de este impuesto, disminuyendo o anulándolo en los productos básicos de la vida diaria de los salvadoreños. Es necesario que se aumente este impuesto para los productos suntuosos, que produzca un justo equilibrio y no disminuya las entradas fiscales.


El patronato pretende ser creador de riquezas, de las riquezas del país. Esta desfachatez procaz del patronato es tal que se olvidan simplemente que es el trabajo el que transforma la materia, que es la fuerza de trabajo, que pagan con salarios de hambre, la que efectivamente crea las riquezas. Ellos alquilan la fuerza de trabajo y se apropian de lo producido y de una parte que no pagan de donde sale los beneficios. Por el nivel elevado de beneficios y por los bajos salarios existentes en el país, es imposible medir el atraco diario que cometen a la economía nacional. Ellos se erigen en irremplazables, en imprescindibles. ¿Pero qué cuerpo sano puede vanagloriarse de alimentar parásitos?


¿Quiénes fueron los que expropiaron las tierras comunales y ejidales? Los empedernidos e impenitentes defensores de la burguesía dirán que es ocioso seguir mirando hacia el pasado y necesario apuntar nuestra mirada hacia el futuro. Pero enfoquemos nuestra mirada en el hoy, en esta semana. La Unidad de Análisis y Seguimiento del Presupuesto (USAP), por pedido de la Comisión de Hacienda y Especial del Presupuesto, ha establecido que desde 2001 a 2009, algunos sectores del patronato (los más grandes, el gran capital) acumularon 9 mil 35 millones de dólares por todo tipo de exoneraciones fiscales. Estas medidas fiscales se practican para favorecer la creación de puestos de trabajo. Recuerdo que uno de los grandes argumentos patronales es que son ellos los que dan trabajo a la gente, olvidándo que es ese trabajo explotado el que produce las riquezas y sus beneficios.


Los miles de millones no han servido para la creación de trabajo, lo más probable es que hayan servido para la expeculación financiera o la misma destrucción de empleos. Este abuso no es nuevo, se ha institucionalizado, es lo que ha servido, en el lenguaje tecnocrático del neoliberalismo, como incentivos fiscales para la inversión. Estas prácticas fiscales abundan y son mayores en las zonas francas y en las industrias maquileras. Son en estas donde menos se respetan las frágiles leyes laborales del país. Lo que significa que en estos lugares la sobreexplotación llega a su máximo. Esta pérdida de la renta fiscal del Estado ha sido suplantada por el creciente endeudamiento del país.


La clase capitalista ha sido siempre en nuestro país parasitaria. Porque el robo de las tierras que le sirvieron a una casta para eregirse en clase dirigente, sirvió para la opulenta acumulación de riquezas, pero no sirvió para crear infraesctructuras industriales. Se hizo lo mínimo: ingenios y secadoras de café, ingenios de caña, moliendas. Pero esto porque era imposible exportar la materia prima sin este mínimo de reelaboración.


Los oligarcas salvadoreños son una casta rentista, de muy baja cultura, que ha sido incapaz de darle coherencia a la nación. Con esta casta el pueblo no ha obtenido el mínimo de lo que pudo traer la introducción salvaje del capitalismo. Digo salvaje pues fue a través del robo de tierras comunales y ejidales y la expulsión de sus pobladores hacia la una vida errática. Pero este despojo no fue sólo material, sino que también cultural, en el doble sentido de la palabra. Se abolieron modos de vida, pero también cultivos tradicionales y el conocimiento que estás prácticas contenían.


Esta casta oligárquica que ha estado al mando del país, es una de las que menos ha invertido en la educación y formación de la población. Esto es necesario recalcarlo con insistente fuerza, pues es una de las causas primeras de nuestro atraso en todos los ramos del conocimiento y de las prácticas modernas. Las últimas décadas han mantenido esta desastrosa tradición.


Esta casta se ha apoderado de empresas antes nacionales y que contribuían a la renta del Estado, ahora están en sus manos, sin que aporten realmente beneficios a la comunidad. Los beneficios que se obtienen allí son privados, que sirven a una acumulación estéril para la satisfacción de las necesidades nacionales. El estado del país, su pobreza, su atraso, no es el producto de una maldición, no se trata de una fatalidad, es el resultado de una gestión en beneficio exclusivo de esta casta. El cambio por el que votó la mayoría de salvadoreños es justamente en este sentido, dejar atrás, en el pasado, políticas que beneficien exclusivamente a una casta parasitaria, que se emprendan políticas radicalmente en beneficio de las mayorías.


Se trata de implementar políticas de reconquista de nuestro patrimonio, políticas atentas a las necesidades de la población. Pero esto no se va a lograr si los gobernantes piensan que es posible reconciliar el egoísmo de los oligarcas con los intereses de los desposeídos.


La famosa Comisión Económica y Social debería ser “un instrumento fundamentel para alcanzar acuerdos nacionales y para construir la unidad nacional”, según las palabras del presidente del país, Mauricio Funes. Pero estas palabras llenas de vacuidad conceptual son lo que son y manifestaban intenciones de imposibles objetivos. Además de que la composición no era representativa de la diversidad de los sectores, traía ya de entrada una traba, su actividad no era ligante en sus resoluciones, era una asamblea de intercambios, de reflexión sin obligación de puesta en práctica. Uno de sus miembros publicó un artículo en que se quejaba del modo de funcionamiento, me refiero al rector de la UCA. Las quejas son múltiples.


En las últimas semanas, los representantes patronales boicotearon las reuniones de la CES, simplemente no vinieron, aplicando una política de la silla vacía. Y ahora el boicot llega a bloquear la discusión sobre el famoso “pacto fiscal” y exigen una mesa técnica con la presencia de los partidos políticos. El diálogo, la convivencia, la armonía, la unidad nacional son palabras hueras para el patronato, su pacto fiscal consiste en no aumentar los impuestos a la oligarquía, al capital, "la crisis que vivimos no lo permite, la escasa inversión se esfumaría, espantaría a los inversionistas extranjeros, etc". El mismo arsenal argumentativo de siempre. Para el patronato nunca es buen tiempo para aumentar los impuestos que debe pagar, al contrario siempre proponen exoneraciones, los patrones se quejan cuando se les exige lo que deben, cuando se anuncia la persecusión del fraude fiscal, la fuga al extranjero de capitales y ganancias. En su gran cinismo, los famosos tanqueros del pensamiento que son los miembros de la oficina de propaganda patronal, FUSADES, han llegado a insinuar que existen huecos fiscales que hay que aprovechar como es el “mercado informal”, han sugerido que se establezca un IVA a los vendedores ambulantes. La agudeza de esta proposición es espantosa, no se dan cuenta de la complicación de llevarla a cabo y las repercuciones en la economía familiar de estas personas y de sus clientes. Esto es simplemente miseria del pensamiento.

14 febrero 2011

Escobar Galindo analiza a medias

Las frases del editorial (El FMLN Y ARENA: vidas paralelas) de David Escobar Galindo suenan bonitas y hasta cierto punto aparecen como ciertas. Pero la verdad no admite medias tintas, no basta con darle colores relucientes a la fachada, hay que ir al fondo. En el análisis que Escobar Galindo llama “comprensivo”, afirma la necesidad de ir al origen y confrontar los destinos históricos de los dos principales partidos políticos de El Salvador.


La afirmación de David Escobar que ambas entidades surgieron en los inicios del “momento más traumático de la historia nacional, es decir, en las fases iniciales de la guerra interna ya en el terreno militar”, no es del todo falsa, pero se trata de una verdad renca. Con verdades que conjean es imposible alcanzar las metas que se propone el articulista: “entender a fondo lo que son, en su propio devenir, sujetos orgánicos fundamentales de la vida nacional como éstos”.


El problema es que ni el FMLN, ni ARENA aparecen en la realidad nacional como expresiones propias en un contexto dado, ambas organizaciones son el resultado del mismo proceso de la sociedad salvadoreña, un proceso largo y hasta antiguo. Escobar Galindo no se engaña, se trata de un enfrentamiento político. No obstante la expresión política de una de las partes fue siempre oprimida. La otra desataba toda la fuerza del Estado en una represión permanente. Escobar Galindo no es un jovencito, por la tanto no puede ignorar que desde los años cincuenta, en el país hubo desapariciones, se practicaba la tortura, las palizas, destierros y no existía la posibilidad de expresar públicamente una opinión divergente, discordante. Esto no se detuvo al pasar a la década siguiente. Lo que nuestro bardo llama “combustibles socieconómicos explosivos” vienen aún de más lejos, son más antiguos y tienen la espantosa realidad del hambre, la fealdad de la miseria. Es esta la realidad primera, pues al lado de esta miseria en el país ha existido una ostentosa y desvergonzada opulencia. Es para defender y preservar esta opulencia que van a surgir todos los órganos estatales de represión, la Guardia Nacional, La Policía Nacional, La Policía de Hacienda, el Ejército y los órganos paramilitares civiles, que fueron las tristes “patrullas cantonales”.


La lucha política popular fue clandestina y la represión espectacular. A medida que el tiempo avanza y que la situación económica, social y política se agrava, las aspiraciones crecen y el movimiento popular empieza a manifestarse con fuerza. La represión también crece. Esta situación social polar va adquiriendo formas definitivas. En el seno popular surge la necesidad de oponerle a la represión, a la privación de todas las libertades, la fuerza de la resistencia.


No obstante esta idea política no va a plasmarse ideológicamente con holgada facilidad. En el seno del pueblo, en su única organización política de entonces, el Partido Comunista de El Salvador (PCS) gran parte de dirigentes y militantes de manera enunciativa se proclamaban favorables a la lucha armada contra las dictaduras, pero en la práctica no se emprendía absolutamente nada en concreto para darle efecto. Creo que volver a este hecho político es necesario, pues explica mucho de lo va a suceder luego en el devenir del FMLN. Para que se planteara política e ideológicamente la necesidad histórica de la lucha armada fue menester una ruptura en el seno del PCS. Surgen las FPL. En el seno de esta organización se va a elaborar una ideología y se va a llevar adelante una política determinada, se enuncia la “guerra popular prolongada”. Pero la lucha armada aún no es lo fundamental en los inicios de los años setenta. Poco a poco van surgiendo organizaciones de masas capaces de movilizar miles y miles de salvadoreños. Es en el seno de estas organizaciones de masas que van a elaborarse las principales reveindicaciones económicas y sociales. Estas organizaciones no son únicamente profesionales o sindicales. Ellas asumen también papeles políticos, pues reclaman para el país la posibilidad de hacer política libremente y muchas de sus exigencias eran estrictamente políticas. La fuerza represora del Estado se va a desatar ferozmente contra ellas.


La guerra comienza también de manera paulatina, surgen pequeños grupos, estos van a crecer y se harán presentes en las manifestaciones como acompañantes, como protectores de los civiles que son atacados por las fuerzas represivas.


La derecha política también desata entonces su lucha ideológica, va volviendo más crudo su lenguaje, sabe que ante el crecimiento de las luchas populares es necesario también ocupar el terreno, salir con nuevas organizaciones. La oligarquía cuenta con las “patrullas cantonales”, perciben la necesidad de llevarlas a un nuevo grado de militarización. Es en los años setenta que van a surgir los “escuadrones de la muerte”, bajo distintas denominaciones, pero todas supeditadas a mandos militares y son las encargadas de subir la temperatura de la situción social. Todo esto va echando las bases en las que se va a desarrollar la guerra y en la que va ir adquiriendo mayores envergaduras. De pasada recuerdo aquí que desde los años setenta los consejeros y asesores militares estadounidenses están presentes y activos en el conflicto, son el “aliado estratétgico” del Ejército y del poder.


Pero la guerra ya está presente en los finales de las años setenta. Es falso que la guerra comenzó en enero de 1981. Es decir tanto el FMLN y ARENA no surgen en un terreno vacío como expresiones políticas inéditas. Constituyen ambas un paso más en el terreno político. El PCS fue arrastrado hacia la guerra por el inminente peligro de perder toda credibilidad y entrar en un absoluto aislamiento. El PCS dejó de un lado su lenguaje agresivo y hostil contra las organizaciones guerrilleras y opta por incorporarse.


La formación del FMLN no produce una unificación estratégica de lucha, al contrario desde el inicio comienza una batalla interna por imponer visiones opuestas. No creo que Escobar Galindo ignore a estas alturas que durante la famosa ofensiva “final” del 10 de enero de 1981 se manifestaron con toda agudeza las discordias internas, las distintas estrategias. La ofensiva no fue una derrota, ni una victoria contundente. En los dos estados mayores se proclamaron los triunfos. Pero esta ofensiva va a cambiar radicalmente el carácter de la guerra. Por un lado de parte del Frente se consolidaron las posiciones ya conquistadas y se agregaron otras substanciales, que incluso dio lugar a proclamar algunos territorios como “liberados”. El estado mayor del Ejército también se congratuló por el triunfo obtenido, pues al cabo de la ofensiva la dictadura seguía en pie. No obstante se dieron cuenta que ante una nueva ofensiva de mayor o igual fuerza no iban a poder resistir. Es a partir de este momento que la intervención imperialista va a ser determinante. Nuevas armas, aviones y helicópteros, mayor presencia de los asesores, incluso en el terreno de los combates y en la conducción de la guerra.


Pero a pesar de que el Comando Central del FMLN cantó victoria, en su seno prevaleció el análisis derrotista del PCS. Pues si hasta este momento el objetivo de la guerra era la victoria sobre el enemigo, derrotarlo para liberar al país de la dominación imperialista y emprender las reformas radicales para transformar la sociedad, en breves semanas este objetivo se transformó en obtener las negociaciones.


La injerencia estadounidense era tal que en los "Comités de Solidaridad" el énfasis de sus campañas era exigir el cese de la ayuda militar, de la ingerencia extranjera. Esta exigencia tomaba fuerza y contundencia en el mismo seno del pueblo de los Estados Unidos. No obstante la famosa Comisión politico-diplomática recorrió los principales países en donde crecía el apoyo popular hacia la lucha de liberación en El Salvador y la exigencia de cesar toda ingerencia, en esa gira los “diplomaticos” revolucionarios exigieron que se dejara de lado la lucha contra la injerencia y se pusiera todo el esfuerzo en campañas por las negociaciones. Esto tuvo repercusiones en la baja de la solidaridad.


Por otro lado, ARENA surge para radicalizar la política anti-comunista. En eso tiene razón Escabar Galindo, no es la Democracia Cristiana el principal enemigo, lo enfrenta, pero porque no conviene en la lucha contra el FMLN. Pero esta lucha no fue verbal, hubo masacres, asesinatos. ARENA fue una pieza clave en la guerra y en la recaudación de fondos para combatir al FMLN. ARENA fue un catalizador y un gran unificador de las capas de la población dominadas por la oligarquía, les dio un cuadro ideológico fuerte, cohesionador. Este cuadro perdura y ha sido eficaz.


Estos pocos datos que he agregado al resumen de David Escobar Galindo destacan que el análisis incompleto nos deja pocas posibilidades de entender. Pues ahora en la posguerra, ambos movimientos se han convertido en partidos políticos y se enfrentan como tales. El FMLN al cambiar los objetivos de la guerra tiene mayores facilidades de adaptarse a la nueva situación. Durante todo este tiempo se ha beneficiado de su aureola de organización revolucionaria, aunque ya no pretendía a cambios radicales. Entró de lleno al parlamentarismo, dejando de lado las luchas sociales, a dirigirlas, a provocarlas. Abandonó la batalla ideológica contra el capitalismo, contra el imperialismo. Me refiero en los actos, no en palabras.


Ambos partidos sabían de la necesidad de mantener un discurso agresivo hacia su rival, en esto el FMLN ha sabido luego de su triunfo desempeñarse mejor, poco a poco se ha ido adaptando a las capas medias, que al mismo tiempo conquistó para lograr el gane de las presidenciales, ahora trata de seducirlas proclamando la necesidad de guardar el sistema tal cual está. Mientras que ARENA durante sus gobiernos mantuvo el mismo discurso, no sintió a tiempo la necesidad de renovar sus argumentos, de cambiar su discurso. Por el momento, pienso que confían en su eficacidad. Es por eso que la prensa y los ideólogos de la derecha cierran los ojos y no quieren ver los cambios estructurales en la ideología y en la política del Frente, siguen presentándolo como un partido de la revuelta y de la revolución.


ARENA sufrió una derrota a la que no se había preparado. Al desboronarse el grupo que ahora constituye GANA, se paralizó, no pudo medir la necesidad de cambios para reconquistar el poder ejecutivo y legislativo. Sus partidos satélites en parte le voltearon la espalda, sin romper, convertidos ahora en electrones libres que gravitan al rededor del mejor postor. GANA se erige en una alternativa de derecha, tal vez lo logre, pero no puede ser tampoco un objetivo de corto plazo, por razones de historia. En El Salvador la derecha siempre estuvo unificada en un bloque monolítico. Este hecho pesa en los análisis que hacen en el COENA y en su actitud frente al gobierno de Funes. ARENA confía que su radicalismo puede ayudarle en su reconquista. En todo caso, ahora tiene dos frentes, uno por la hegemonía en la derecha, por conservarla y el otro por la hegemonía a nivel nacional y desplazar de nuevo al FMLN hacia la oposición parlamentaria.


Escobar Galindo no comparte esta estrategia de ARENA, el propone un cambio de actitud, un cambio de discurso, no le molestaría una dosis de moderación. Por el otro lado nuestro editorialista se da cuenta que el FMLN ha cambiado. Finge al forzar el paralelismo. Pero se le escapa justamente este juego de muchachones caprichosos, que tienen que comportarse como adultos, como Dios manda. Al hablar del FMLN no puede omitir que se ha adaptado, que ha entendido que las cosas no son como ellos querían que fueran antes de llegar al poder. En esto el ideólogo de la derecha es claro y no puede ponerse a jugar.


Veamos que nos dice del FMLN en el poder: “al FMLN porque se vio de inmediato que la victoria traía más desafíos que satisfacciones, y eso le exige un ejercicio de racionalidad que está muy distante de sus postulados más sentidos”. Para nuestro hombre de negocios, pues además de poeta, Escobar Galindo defiende intereses personales, obedecer las leyes del capitalismo implica un “ejercicio de racionalidad”, todo que vaya en contra es falta de cordura. La satisfacción de las necesidades de la población es simple locura, eso no concuerda con el principio del capitalismo: el máximo beneficio. Esta es la racionalidad a la que se refiere Escobar Galindo, los “postulados más sentidos”, ahora ya olvidados por el FMLN, son simples ilusiones, son irreales e irrealizables.


Pero no podemos ignorar que la situación actual sigue estando “alimentada por combustibles socieconómicos explosivos”, que nada ha cambiado substancialmente en la vida diaria de los salvadoreños, el mismo alto nivel de desempleo, la misma necesidad en alimentos, vestidos, habitaciones, etc. Queda claro que satisfacer estas necesidades es irracional para Escabar Galindo, la racionalidad es acatar el precepto primordial de la constante alza de la tasa de ganancias, aunque se sepa que hay una tendencia hacia la baja, por eso la necesidad del despilfarro de capitales, por eso la busca incesante de la mayor productividad del capital invertido a costas de la sobreexplotación de la fuerza de trabajo. El objetivo de la economía capitalista no es la satisfacción de las necesidades de la población. Su objetivo es el mayor beneficio en detrimento de la vida misma, en detrimento de las población, en detrimento del medio ambiente. La racionalidad capitalista es convertirlo todo en mercancía.


Según Escobar Galindo el FMLN ha entendido esta racionalidad y ha abandonado sus dementes “postulados más sentidos”.

12 febrero 2011

Siguen las amenazas en Cabañas

Comunicado del Comité Ambiental de Cabañas en Defensa del Agua y la Cultura CAC.

Antes las constantes amenazas de muerte, llamadas telefónicas y mensajes anónimos realizados desde el 2009 a los miembros de la junta directiva y líderes del Comité Ambiental de Cabañas y los asesinatos de los compañeros Ramiro Rivera sindico del CAC y Dora Sorto y ahora ante las amenazas y hostigamientos a Francisco Pineda presidente del Comité, las nuevas agresiones verbales a Alejandro Guevara vicepresidente del CAC recibidas en su celular y las amenazas de muerte al Padre Neftalí Ruiz secretario del CAC recibidas el pasado 08 de febrero del presente año. Para evitar más agresiones y asesinatos de nuestros compañeros: Los líderes, lideresas y la junta directiva del comité ambiental de Cabañas declara, al pueblo salvadoreño y a la comunidad internacional:


· Que como Asociación ambiental y defensora de los derechos humanos nos sentimos indignados por dichas amenazas y hostigamientos a los miembros de la misma.


· Que como ambientalistas no estamos en contra del progreso del país más bien estamos a favor de que haya un mejoramiento en las condiciones de vida de todas y todos los salvadoreñas, pero con un ambiente sano y saludable y en armonía con la naturaleza.


· Que somos campesinos y campesinas que luchamos por defender a nuestra madre tierra que nos alimenta día con día y que queremos dejarles a nuestros hijos e hijas, donde poder vivir y por algo que poder luchar, como nos lo han heredado nuestros antepasados.


· Que todo aquel o aquella persona, organización, empresa nacional o extranjera, Iglesia (pastores, obispos, sacerdotes, religiosos, feligreses), ente gubernamental o no gubernamental que se presta para cometer o incentivar a la realización de dichos actos en contra de nuestros compañeros, son cómplices de los verdaderos agitadores del mal, violadores de derechos humanos, amenazadores y asesinos o engendros del mal.


Por dichos actos exigimos a la Policía Nacional Civil y a la Fiscalía General de la República, que realicen una investigación exhaustiva ante tales amenazas y dar con el paradero de la o las personas naturales, empresas u organizaciones nacionales e internacionales y funcionarios estatales que estén involucrados y se castigue con el peso de la ley.


A los diputados y diputadas de la asamblea legislativa a que aprueben una ley que diga no a la explotación minera metálica en el Salvador.


Antes estas amenazas el Comité Ambiental: ratificamos que no daremos un paso atrás en la lucha contra la explotación minería metálica y otros proyectos de muerte que atenten contra la creación de Dios y la vida misma como también que permaneceremos siempre vigilantes para que se respetan y cumplan los derechos humanos.


Todo verdadero Salvadoreño debe de cuidar su tierra que lo vio nacer!!

Dado en Ilobasco el 11 de febrero de 2011.

08 febrero 2011

La ley de transparencia saldrá empañada

Se dieron cuenta muy tarde, demasiado tarde. Anduvieron de lenguones, prometiendo a diestra y siniestra que iban a transparentar toda la gestión del Estado y ahora ya no saben como salirse del apuro. El presidente pide tiempo, un añito para encontrar como salirle al paso, tal vez tiempo para encontrar la trampa. Sigfrido Reyes, según se rumorea, compró traje en los Campos Elíseos, pero ahora anda metido en camisa de once varas. Sacó las cobijas al aire y denunció abuso y medio en los salarios de los empleados y una plétora de “asesores”. Ahora quiere echarle un paño encima al escándalo, porque dice que ha prometido una “gestión armoniosa”.


El nuevo presidente de la Asamblea se queja de que nadie le pregunta por las leyes que están pendientes, que sólo lo interrogan sobre los sobresueldos y otros despilfarros que se dan en la Asamblea. Afirma que ““Yo, como he prometido llevar una gestión armoniosa (con las fracciones), no quiero empezar a revelar cosas que comprometerían a varios de sus diputados y diputadas (de ARENA) en gestiones (...), cómo se han beneficiado de la Asamblea, yo eso lo voy a dejar atrás, yo estoy enfocado en una agenda positiva de futuro”, comentó el presidente legislativo. Esto nos reporta el diario El Mundo.


En realidad la cosa es muy sencilla, hablando claro y pelado se trata de una declaración de amistad y lealtad hacia los que se aprovecharon del dinero del pueblo, a los diputados de la derecha. Porque además de la complicidad que esto encierra, la declaración de Sigfrido Reyes contiene el grito de gloria: ¡nos llegó el turno! ¡Ahora nos toca a nosotros!


Pero esta desfachatez, este cinismo se dan a la semana de haber denunciado el robo en la Asamblea y al mismo tiempo están como apurados por promulgar la Ley de Transparencia. Por último ya sabemos para qué va servir la nueva ley. Antes sospechábamos el desfalco, pero no sabíamos el monto. Ahora vamos a saber a ciencia cierta de que hay desfalco y el monto. Pero esto no dará lugar a juicios, a que se persiga a los ladrones, pues esto puede traer una desarmónica gestión legislativa. ¡Aquí robamos todos por parejo! ¡Y circulen, no hay nada que ver!


Por ahí aparecen algunos comentaristas en los blogues que preguntan “¿cómo se siente ser de Arena?”. Esta gente piensa que levantar la voz ante estas conductas de sinvergüenzas, es hacerle el juego a la derecha. Pero realmente no se trata de un juego. Sigfrido Reyes afirma que prefiere dejar atrás la denuncia con nombre y apellido de los que han robado, en aras de sus buenas relaciones con los diputados de ARENA. ¿Quién le hace el juego y le presta servicios a la derecha?


Para denunciar y tomar medidas a fin de que este desfalco acabe, se necesita honestidad, integridad y valentía. Pero nuestro nuevo presidente de la Asamblea tiene la misma mano que el presidente de la República, que aseguraba que la suya, su mano, no iba a temblar y que castigaría a los corruptos. Luego Mauricio Funes se nos enfermó, tiene olvidos constantes y le ha entrado una tembladera en las manos, que para qué les cuento. Hace una semana cuando felicitó a Reyes tal vez lo contagió... El caso es que Reyes no quiere hablar de los carros, de las múltiples prebendas de los diputados, esas cosas, para nuestro revolucionario, son nimiedades, él prefiere “una agenda positiva del futuro”. ¿De qué futuro positivo podemos hablar, si se cimienta en tanta corrupción y tanta pudredumbre?


¿Es con este tipo de actos, con estas declaraciones que el nuevo presidente de la Asamblea quiere redorar el prestigio de la representación nacional? En realidad les importa un comino lo que pueda pensar la gente. Pues tienen seguridad de que los electores, llegado el día del voto, no van a tener otra opción que votar por ellos. La ley que votaron con ARENA para impedir las condidaturas individuales los mantiene tranquilos. Luego ya votarán la reforma constitucional para preservar sus privilegios de casta politiquera. El desgaste la democracia representativa los tiene sin cuidado. En El Salvador la gente sigue yendo a las urnas, aquí no pasa como en la gran democracia del Norte, donde apenas acuden unos 20% de los posibles votantes. Si el modelo puede tener esa afluencia electoral, en nuestro país aún estamos lejos de ese desapego. Es esta clase política, son estos partidos actuales, los que están sembrando en el país el desinterés por la cosa pública, es a ellos, a quienes les interesa que la gente no se meta en nada. “Votá y callate”, es la divisa.


Nuestro pueblo necesita otro partido, con otro tipo de gente, con otra visión de mundo, con otra estrategia, con otros principios. Se necesita un partido revolucionario, que se apoye en los trabajadores, que sea realmente su vocero, el organizador de sus luchas, el que las promueva. Un partido que eleve el nivel de conciencia de los trabajadores, que eduque, que se proponga una real transformación social. Su necesidad es manifiesta. Pero el nuevo partido no va a salir solo, ni será la creación de un grupo. Obligatoriamente todo debe ser distinto, todo, hasta la manera de surgir, de funcionar. Hasta en esto se urge una total renovación.

05 febrero 2011

Los matices de la encuesta de El Faro

Más allá del título alarmista y un tanto amarillista de El Faro, la encuesta que ha publicado merece tranquila atención. Me voy a deterner de entrada en la pregunta que ha causado el alarmado escándalo. “Si problemas como el económico y el de seguridad pública siguieran sin resolverse ¿usted estaría dispuesto a apoyar que los militares tomaran el poder en reemplazo de un gobierno democrático? Los encuestadores afirman que la respuesta afirmativa fue de 45,6%.


Lo relevante y perverso es lo que oculta la pregunta y que al mismo tiempo sugiere: un régimen militar sería capaz de resolver nuestros problemas. No es pues de sorprenderse que muchos salvadoreños hayan caído en la trampa. Tal cual fue formulada la pregunta, la respuesta no nos entrega mucha información. Podemos imaginarnos que los problemas económicos son tan inaguantables para esa porción de salvadoreños, que están dispuestos a consentir el abandono de ciertas libertades, duramente logradas, si un régimen totalitario los resuelve. La respuesta en este caso se vuelve síntoma de una profunda desesperación.


El llamado abierto a un gobierno autoritario, ya sea civil o militar, reune menos en el segundo cuadro que presenta El Faro. Pues al darle a escoger varios tipos de gobierno, la gran burbuja baja a 11,1% en favor de los militares y a 8,8% a un gobierno civil autoritario. El total es ya menor y suma 19,9%. El resultado nos indica que la quinta parte de la población opta abiertamente por el autoritarismo. ¿Es algo sorprendente? ¿Es algo nuevo en nuestra sociedad?


No hace mucho casi un cien por cien de la población apoyó y sigue apoyando que el ejército ande patrullando en las calles de las ciudades y por los caminos rurales. Hace unos meses escribí un largo artículo que titulé: “La violencia en nuestra sociedad” e intenté allí esbozar una opinión sobre este fenómeno. En varias oportunidades me he referido al carácter despótico de nuestro Estado, del autoritarismo que recorre todo el tejido social salvadoreño, desde la familia hasta la cúspide del Estado, pasando por instituciones educativas.


O sea que si un 11,1% se declara en favor de una dictadura, cuyo verdadero nombre fue disfrazado por los encuestadores al llamarlo “Gobierno militar”, no debe sorprendernos e incluso hasta podemos considerar que muchos otros que piensan lo mismo, optaron por responder otra cosa. No me voy a parar en esos curiosos y hasta misteriosos “gobiernos” que propusieron a los encuestados. Esos nombrecitos son parte del folclor salvadoreño. Especialmente que todos los gobiernos hasta hoy, todos, incluyendo las sangrientas dictaduras pasadas, como el actual gobierno de “izquierda”, todos, repito, han tenido “una visión empresarial” y todos, absolutamente todos, han defendido los intereses de la gran empresa. ¿Es posible que los encuestadores sugieren un “golpe de Estado” de la ANEP?


El tercer cuadro viene a matizar aún más el panorama, pues a la pregunta sobre si tienen alguna preferencia sobre el gobierno que resuelva los problemas del país, pues los encuestados, dicen que no, no tienen en realidad ninguna preferencia, poco importa qué nombre se le ponga, lo importante es que los problemas de la gente se resuelvan y este 72,3% muestra lo que ocultaba el primer cuadro y que incluso desvirtuaba. Aquí merece que subrayemos el hecho siguiente, los que siguieron optantando abiertamente por un gobierno autoritario ha bajado considerablemente, es de 7,3%, autoritarismos civil y militar mezclados.


Como vemos los salvadoreños a pesar de toda su angustiante situación siguen pensando que la democracia vale la pena, aunque saben que es poco lo que los gobernantes los toman en cuenta, siguen pensando que las elecciones son necesarias para la solución de los problemas.


Sin embargo este sondeo de opinión como tantos otros, nos muestra que el sistema democrático representativo tal cual funciona está en crisis y que la desconfianza de la población hacia la clase política salvadoreña es simplemente enorme.


En conclusión es falso que los salvadoreños estén dispuestos a sacrificar la democracia y que sus preferencias vayan abiertamente hacia un régimen militar dictatorial. Lo que muestra la encuesta es que la población, en su inmensa mayoría exige urgentes respuestas a sus problemas económicos y de seguridad. La aspiración a vivir mejor de los salvadoreños es patente y está ante nuestros ojos.


Otra conclusión es que la desesperación, la angustia del mañana que experimentan tantas familias, puede fácilmente dar lugar a cualquier desliz demagógico y hasta provocar irreparables actos de despotismo. Lo que nos preocupa es que la puerta está entreabierta para una aventura totalitaria y que la “democracia” actual se está mostrando incapaz de defenderse. El presidente incluso, con su propensión autoritaria, su afición a las proposiciones fáciles y demagógicas, pareciera prepararle la cama a un régimen militar. El ejército en las calles, como en tiempos de la guerra, sirve ahora también de carcelero en las prisiones. Esto último muestra la pequeñez de espíritu ante el grave problema de la rehabilitación de los delincuentes. Es cierto que la corrupción había llegado hasta los empleados de las cárceles. Pero ya se comenzaron a manifestar los mismos casos entre los miembros del Ejército. Este problema de la corrupción también está minando la moral de los salvadoreños.


La clase política es vista por la gente como una parte corrupta de la sociedad, que vela exclusivamente por sus intereses, que miente y que pisotea sus compromisos. Han sido muchos los actos de corrupción, incluso criminales en los que se han visto mezclados diputados, ministros y altos funcionarios del Estado. La purificación moral anticorrupción prometida en la última campaña electoral por el actual presidente resultaron ser simples palabras tiradas al aire. Ahora hasta parece ridículo recordar las poses de tribuno romano que adoptaba amenazando con mandar a todos los corruptos ante los tribunales, todo vuelto un Cicerón, nuestro presidentillo, vociferaba a los cuatro vientos el horror que le causaba tanta corrupción.


Los carceleros caen en la misma corrupción, policías caen en la misma corrupción, la misma en la que han caído altos personajes de la vida pública. Los primeros son despedidos, enjuiciados. Los otros, salvo algunas raras excepciones, gozan de los dineros mal habidos, delante de todos, sin inmutarse, descaradamente.


La sociedad salvadoreña está ahora huerfana de ideales, de altos valores. No tiene mucha fe en los partidos políticos, ni en los hombres políticos. Sienten los salvadoreños que el horizonte está tapado, que no existen perspectivas y que las opciones políticas actuales no pueden de nuevo alimentar su esperanza.