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18 agosto 2014

Reuniones con la derecha y los problemas reales

La violenta reacción de toda la derecha en contra de las tímidas medidas fiscales del gobierno de Sánchez Cerén muestran con claridad meridiana qué intereses defiende y sobre todo su determinación ante lo que pueda atentar aun de lejos contra ellos. En toda esta actitud no hay nada que pueda sorprender. El coro mediático les  sirve de fondo a los tenores de todos los partidos. No entraron en esas leyes otras proposiciones anunciadas por el ministro de Hacienda, Carlos Cáceres y que probablemente se vea obligado a presentarlas de nuevo en la Asamblea. La hostilidad será mayor, sobre todo que las elecciones se acercan y como de costumbre la campaña extraoficial se adelanta.

Viendo estas reacciones y la desazón que se nota en la clase oligárquica uno se puede preguntar —sin dar muestra de excesiva lucidez— ¿Qué espera el presidente Sánchez Cerén de las reuniones con la derecha? El famoso y cacareado “plan de nación” es una ilusión enfermiza que padecen los que no quieren darse cuenta que no es por ignorancia de la situación nacional o por la ausencia de bondad, que durante décadas de desgobierno de las derechas, nunca dieron un paso hacia la solución de los problemas estructurales de la sociedad salvadoreña. Al contrario, todo se ha venido agravando: el bajo nivel de inversiones en el país y la alta tasa de elusión fiscal y de evasión de capitales son fenómenos permanentes. La situación de baja inversión no se debe a que es la “izquierda” la que está en el poder, todos sabemos que por muchos brincos y rabiatas que diera Funes, su gobierno defendió celosamente los intereses de los pudientes. El desamor de la derecha y de la oligarquía no influyó en la lealtad de Funes a sus amos del Norte y en el respeto de los fundamentos de la sociedad capitalista salvadoreña.

Sánchez Cerén va por el mismo camino. La carpeta del socialismo ya dejó de servirles de cojín nalguero, la han engavetado y le han echado aldaba. La palabra suena de vez en cuando, ya sea como una utopía, un sueño de ilusos o aún más claramente como una total y demente ilusión. Todavía andan por allí algunos descarriados borregos que dan balidos ¡socialismo!, pero es por mero reflejo condicionado. El resto junto a los dirigentes nos explican que las condiciones no están dadas, que la correlación de fuerzas es desfavorable. De esto no me cabe personalmente ninguna duda. Tal es así que los que de una o de otra manera siguen proponiendo otro tipo de sociedad para el país son extremadamente minoritarios y marginales.

¿La salida para nuestra sociedad se encuentra en una alianza FMLN/ARENA? Los dirigentes areneros han acudido a la reunión con el presidente con la clara intención de no dejarle la iniciativa en la búsqueda de la “concordia nacional”. Un rechazo en estos momentos le causaría desventajas electorales. Este circo de cálculos de poco monto y de poca gracia va a durar cierto tiempo, hasta que una de las partes suponga que ha llegado la hora de acusar al rival del fracaso de esas reuniones.

Mientras tanto se inventan temas con mucha astucia para entretener a la galería. Uno de ellos es lo del “Estado fallido”. Cualquiera que sea el aspecto de la realidad salvadoreña que se entrevea, se hallan ruinas. Ya sea la seguridad, la economía, los servicios para el público, etc. se encuentran los resultados acumulados de todas las gestiones desde el inicio del capitalismo en el país hasta hoy. La delincuencia creciente, las maras, la incapacidad policial, el descalabrado sistema carcelario, los tribunales atascados no han caído del cielo, ni han brotado de repente, son el producto de la sociedad. Por supuesto que la derecha dejó que el fenómeno pandilleril echara profundas raíces, se dedicó a atizar el fuego. El gobierno de Funes no quiso realmente enfrentar el problema, demasiado complicado para poner los parches gubernamentales. Trataron el remiendo de la tregua, pero sin hacerse cargo. Este es uno de los problemas que entran en la agenda de las reuniones presidenciales con la derecha.


La violencia se perfila como uno de los temas centrales de la próxima campaña electoral, entonces ninguna de las partes en contienda querrá hacerse cargo de la solución o de las tentativas de solución. Este tema puede ser por donde se rompan los lazos amistosos de las reuniones. Mientras tanto pondrán un parche súper-duro.   

13 agosto 2014

La emergencia de la conciencia

La principal dificultad que enfrentan los investigadores, biólogos, antropólogos, filósofos, etc. para determinar si la conciencia es exclusivamente humana o si la compartimos con algunos mamíferos o más generalmente con otros animales, consiste en que al observar a los animales e interpretar sus conductas muy fácilmente podemos caer en el antropomorfismo. Esta preocupación recorre todo el libro de Derek Denton, “L’émergence de la conscience” (The Pinnacle of Life. Consciousness and Self-Awareness in Humans and Animals). El traductor al francés ha tomado en cuenta las intenciones anunciadas por el autor en su introducción, se trata de ver como aparece (emerge) la conciencia como una ventaja espectacular de sobrevivencia y anuncia que su modo de abordar el problema es darwinista, para Derek Denton la conciencia se ha venido afilando en el yunque de la selección natural. Insiste en que no ha habido ninguna intervención exterior, ni influencia sobrenatural.

En el libro abundan ejemplos sobre indicios de la existencia de lo que se podría llamar pre-conciencia en los animales, por ejemplo las diferentes estrategias de los predadores, las reacciones de algunos animales domésticos. Se habla de la capacidad de algunos simios de reconocerse en los espejos, como indicio de una conciencia de sí mismos. Pero al mismo tiempo, D. Denton señala con énfasis el abismo que separa a los animales de los hombres a este respecto, sobre todo por la existencia del lenguaje entre los humanos. Esta diferencia entre los animales y los humanos D. Denton la correlaciona con el volumen creciente del cerebro y la aparición de nuevas áreas totalmente ausentes en los mamíferos superiores. Estas áreas están todas relacionadas al uso del lenguaje. En su obra D. Denton no logra salir de una concepción muy limitada de la conciencia en la que su principal característica es tener conciencia de su propia existencia. Al mencionar el lenguaje uno podría suponer que va a tomar en cuenta todo lo que el lenguaje permite a los hombres y sobre todo el pensamiento abstracto.

D. Denton da algunos ejemplos de chimpancés que usan algunos signos del lenguaje de mudos o sordomudos o de palancas que tienen inscripciones de letras o palabras. Con estos ejemplos trata de mostrar una cierta capacidad de los simios al uso del lenguaje. Por supuesto que D. Denton nos indica que este uso es limitado, que lo usan solamente para dar órdenes utilitarias, solicitar ayuda, alimentos, etc. Nunca usan esa capacidad para formular preguntas. Estos experimentos son siempre ejecutados con chimpancés en cautividad, lo que es normal. Sin embargo esta limitación de los experimentos debería alertar a los científicos a no apresurarse en sus conclusiones generales. ¿Se trata realmente de un aprendizaje? Pues en todos los experimentos la actuación de los experimentadores es primordial, son ellos los que toman la iniciativa, son ellos los que cambian las condiciones del experimento, son ellos los que recompensan a los animales por sus aciertos y los que en definitiva saben si los simios han usado correctamente o no los signos. En realidad se trata de un amaestramiento muy sofisticado. Hay un elemento que se agrega en estos experimentos se trata que a veces algunos simios aprenden únicamente al “observar” la actuación de sus congéneres. Pero en todos los casos no se ha podido ver a ninguno de ellos en la tarea de trasmitir a sus descendientes el uso de esos signos, ni a otros congéneres adultos. La pregunta es ¿se trata realmente de un aprendizaje? La pregunta puede formularse de otro modo ¿se trata realmente del uso de signos por parte de los simios? ¿O simplemente de una proeza humana en el adiestramiento de estos animales?

La construcción del nido

Todo el mundo ha podido observar en los parques de las ciudades que hay pájaros que se alimentan de lo que los humanos dejan caer y a veces están al acecho de esas migajas. Hay palomas que al ver llegar personas con bolsas y alimentos se acercan. Incluso parece que reconocen a personas que vienen a alimentarlas en los parques. ¿Esta conducta es inteligente o simple adaptación al ambiente urbano? Hay gorriones que vienen a “robar” en los platos de algunas terrazas de restaurantes, como lo hacen con otros animales.


Una vez me ocurrió algo insólito, me había sentado a leer en uno de los bancos de un parque, cerca de la alcaldía del XV barrio de París. De repente, en una de las pausas de mi lectura, vi a una paloma que pulsaba con el pico pedazos de ramas. Vi que desechaba algunos y los abandonaba. Me di cuenta que prefería de cierto tamaño. Tomé algunos pedazos de rama del suelo y los corté al gusto de la paloma. Y cuando la vi aparecer de nuevo a proximidad, le arrojé uno de los palitos que había preparado. Lo tomó con su pico, lo pulsó y tomó vuelo para seguir construyendo su nido. Al corto lapso, volvió y se vino a parar enfrente de mí, como lo hacen con las personas que vienen a darles de comer. Le arrojé otro y sucedió luego lo mismo. ¿Qué se puede concluir de este suceso? No creo que la paloma adquirió el concepto de colaboración o algo por el estilo. En todo caso vio una ventaja en acercarse para que le tirara las ramitas a la medida que necesitaba. Pero cuando retomé mi lectura y dejé de tirarle las ramas siguió tranquilamente, sin enojo conmigo, su tarea de pulsar los palitos. No he tenido la oportunidad de repetir mi “experimento”.

Es totalmente evidente que esta paloma optó por una solución menos laboriosa a su tarea de construcción del nido, que en su cerebro hubo un proceso químico-físico que la guió para pararse en mi cercanía para esperar que le lanzara otro palito. Es de suponer que el resto de palomas hubieran hecho lo mismo, por lo menos las palomas urbanas, las del campo no se acercan a los humanos. ¿Se puede pensar que esa conducta denota un embrión de inteligencia? Mi respuesta es negativa, pienso simplemente que la paloma se adaptó a mi presencia y a mi conducta.

Ahora bien al aludir a los procesos químicos-físicos en el cerebro de la paloma me estoy refiriendo al soporte material de su conducta, procesos similares acaecen en los cerebros de los simios que “aprenden” a servirse de los signos del lenguaje de los sordo-mudos para obtener golosinas. También han de suceder procesos similares en los cerebros de otros mamíferos que optan por alguna estrategia de caza. Lo menciono tomando en cuenta lo que D. Denton ha sugerido que la conciencia es el producto de la evolución natural, que también en esto ha habido diversas etapas de pre-conciencia, un desarrollo gradual. El asunto es que ni la paleontología, ni la arqueología nos pueden llevar al “momento preciso” en que se produjo el salto hacia el lenguaje, que es la base de la conciencia. D. Denton insiste que se trata de un proceso de millones de años, esta insistencia no es vana, al contrario es de suma importancia. Porque esto nos saca de las impresiones corrientes de que de repente apareció el hombre, como si hubiera un “fiat homo” repentino. Este modo de ver se ha incrustado en nuestras mentes por la herencia bíblica o por el lado “materialista” del famoso “salto cualitativo” a la manera estaliniana de concebirlo, como algo repentino y brusco.

No descendemos del mono

Desde hace cierto tiempo, algunas décadas, se sabe que no pertenecemos a la rama de los simios actuales, que tal vez los chimpancés sean los más cercanos a nosotros, pero se trata de ramas paralelas. Pero la creencia o la casi certitud que ha existido en el parentesco entre los monos y nuestros ancestros, toda la terminología conserva hasta ahora el estigma de este presupuesto. Por el momento los paleontólogos han preferido conservar los términos que proceder a una revolución taxonómica. Lo importante de la historia que nos entregan los fósiles (aunque casi todos incompletos) de los que podríamos llamar “antropoideos” que vivieron en la era terciaria, es que se trata de seres que “caminan erectos, tienen brazos normales, tallan útiles uniformizados por algunos golpes con el extremo de una piedra (laja). Su alimentación es parcialmente carnívora. Esta imagen, banalmente humana, no tiene ninguna relación con la de ningún simio, pero se aplica tanto al Pitecántropo como al hombre de Neanderthal. La única diferencia importante es de grado y no de naturaleza, es el tamaño del cerebro, increíblemente pequeño en los Australopitecos: pequeño hasta el punto de suscitar cierto enfado en los anatomistas” (André Leroi-Gourhan, “Le geste et la parole”, Albin Michel, Paris1964, pp. 94-95).

Si es cierto que “la diferencia de grado” ahora ha desaparecido o ha disminuido (individualmente es mínima) entre los humanos y que la “naturaleza” consiste en una nueva organización cualitativamente distinta de la del resto de cerebros anteriores en el mundo animal. Pero la reorganización cerebral no es la única que se ha producido en los antropoideos, pues el mismo cambio de la cavidad del cráneo acompaña el crecimiento cerebral y los cambios faciales. Pero el mismo tiempo la postura erecta lleva a reestructurar casi todo el esqueleto y los músculos.

Todos esos cambios de forma producen o se correlacionan con cambios de contenido en las actitudes, en las actividades de esos nuevos animales humanos: la creación del instrumento más sencillo implica un raciocinio que busca resolver un problema para alcanzar un fin. Este proceso transforma absolutamente las relaciones de los humanos con el medioambiente, pues no sólo se trata de una cuestión temporal, la elaboración del instrumento implica postergar la satisfacción de una necesidad, sino que supone la previsión de lo que va a acontecer y la forma en que va a acontecer. Pero lo más importante es que los hombres en su actividad van a interponer algo entre ellos y la naturaleza. Es decir esa mediatización material va a incorporar, va a cristalizar lo que ha ocurrido en el cerebro. Lo ocurrido en el cerebro también es nuevo, no ha existido antes en otros animales, se trata de la conciencia.

Cambios substanciales en cascada

Llegamos aquí a un punto extremadamente crucial en todo este problema, pues el surgimiento, la emergencia de la consciencia presupone una relación determinada entre la gradualidad cuantitativa y la alteridad cualitativa. Es en esta correlación que toma sentido el abismo que separa a los hombres del resto de los animales, del que nos habla Derek Denton. Estamos hablando de todos los cambios morfológicos que se fueron acumulando en los antropoides, cambios que no se produjeron de un solo golpe, sino que acontecieron en millones de años. Se me ocurre que las palomas seguirán hasta su extinción pulsando ramitos hasta encontrar en la naturaleza los que se adapten a la construcción del nido, pero ese pulsar repetitivo al infinito es probable que se produjera en otros animales que buscaron durante millones de años las piedras más adecuadas para la construcción de sus útiles. Esta actividad se diferencia en algo substancial en la actividad muy parecida de las palomas, estas últimas usan los palitos que encuentra en la naturaleza, mientras que los antropoides buscaban piedras para transformarlas, para volverlas otra cosa. Por muy similares que parezcan las actividades, a ambas podemos presuponerles fines, pero incluso esto es solo una apariencia, la actividad del antropoide tiene un fin proyectado afuera de un ciclo vital animal y su actividad no es inmediata, sino al contrario se trata de una creación, a partir de lo existente en la naturaleza se va a crear algo que no ha existido hasta entonces. El uso del instrumento, ya sea para crear otro instrumento, otro tipo de piedra con otra forma, es una actividad mediatizada y cualitativamente distinta, es la aparición del trabajo.

El trabajo además de contener acciones diestras para adaptar un material al objetivo buscado, va al mismo tiempo mejorando el instrumento corporal, la mano. Otra circunstancia que es menester señalar es que como sabemos los antropoides vivían en grupos y sus actividades eran llevadas colectivamente. El trabajo, la creación de instrumentos que por el momento son extremadamente primitivos, es también una actividad compartida, todos los miembros del grupo saben hacerlo, hay pues intercambio de experiencias, asimilación de la técnica, en una palabra aprendizaje propiamente dicho. Todo esto nos obliga a presuponer la existencia de un medio de comunicación que va mucho más allá de las simples señales de alerta o de alegría, se trata del lenguaje articulado. Es inútil tratar de buscar su estructura inicial, su sonoridad, lo único que podemos producir en este campo son elucubraciones trasnochadas. Todo esto indica cooperación, actividad común, reparto, lenguaje: esto también es otro cambio substancial, los que vivían en grupos gregarios pasan a vivir en sociedades humanas. Esto trae aparejado otro aspecto particular de la sociedad y del género, más allá de la variabilidad genética, existe otra que es la variabilidad social: este se da en el aprendizaje tanto del lenguaje, como de la elaboración de los mazos de piedra, unos son más hábiles que otros en tal o tal actividad. Esto también va a producir algo hasta entonces inexistente en la naturaleza, se trata de una individuación en el comportamiento: en otras palabras aparecen los individuos.

Hemos visto que se han dado procesos correlativos, todos los cambios biológicos, las nuevas estructuras y organizaciones corporales, internas y externas. Muchos definen al “hombre” describiendo estas características, postura erecta, verticalidad, cráneo voluminoso y cerebro más grande y pesado, mano con un pulgar opuesto al resto de los dedos, etc. Muchos agregan a estas características el lenguaje. ¿Por qué solamente el lenguaje? La definición del “hombre” de esta manera, que no toma en cuenta todas las transformaciones que se dieron en el origen y que se fueron profundizando con el correr de los siglos, en el que la acumulación de experiencias y de instrumentos va cambiando la sociedad y a los individuos. Porque este correr de los siglos y todos esos cambios vuelve a los hombres seres con una historia particular, que ha dejado de ser una historia natural, animal, para constituirse en una historia social, humana, que produce individuos a partir de estas relaciones que se instauran en la sociedad.    






12 agosto 2014

Turismo solidario...

Sigfrido Reyes se fue solito, por antojo, por decisión personal. No viaja mandatado por el pleno o parte del pleno de la Asamblea. A pesar de que ncluyendo diputados de su grupo se expresaron poniendo en duda la utilidad del viaje y otros diputados de otros grupos, decide de todas maneras viajar. Dice que va a viajar para manifestar su solidaridad con la lucha del pueblo palestino de Gaza. Pero esta manifestación la pudo hacer con un comunicado, acompañando mítines que se hicieron en San Salvador. Creo que los palestinos se enterarían de eso, pudo manifestar su solidaridad pidiendo, intercediendo ante el Ejecutivo para que se abra una delegación salvadoreña en Palestina. Todo eso lo puso hacer desde país, su presencia en Palestina no agrega nada.

Bueno, sí, agrega gastos, los de los pasajes, hoteles, coches, etc. y los viáticos.

Pero este viaje nos muestra también otra cosa del régimen efemelenista, lo poco que les importa la opinión que pueda suscitar sus acciones en la población, pues no fueron sólo diputados y comentaristas los que lo criticaron. Ya sabemos todos los gastos suntuarios a los que no podemos acostumbrarnos, recordemos la vajilla de plata, recordemos los regalitos, los aumentos de representación, etc.

La negativa de transparencia en los gastos de la Asamblea, el autoritarismo con los empleados y sus representantes, todo esto son características de gobiernos autocráticos, de gobiernos de derecha, en esto hay simple continuidad entre el modo de gobernar de ARENA y del FMLN. Sí, por aquí, en París anduvo Saca con un séquito de amigotes y amigotas, cerca de cuarenta personas. Y todo eso ofrecido con el pisto de los impuestos. Ese viaje fue el último escándalo de la era arenera. Ese viaje fue criticado severamente por los dirigentes del FMLN y nos dejaban pensar que su gestión en ese sentido iba a ser diferente.

Pero el mutismo que ha impuesto Funes sobre sus propios viajes, la testarudez del chato Reyes y su arrogancia ilimitada, pues este hombre se mostró ofendido porque se le criticó los gastos de la vajilla de plata y los suculentos platos con finas viandas y vinos que ofrece a sus invitados.


No creo que Reyes vaya a dar cuenta de nada a nadie. Algunas personas lo invitan a que vaya a "La Campanera" para solidarizarse con los habitantes que sufren la constante agresión de los delincuentes, pues eso también sería otro gasto inútil, pues para su seguridad se movilizaría a toda una compañía de la policía y del ejército. Tal vez también a una señorita para que con una sombrilla lo proteja de los inclementes rayos del sol salvadoreño. 

08 agosto 2014

¿Estado fallido?

Creo que el concepto de "Estado fallido" usado aquí, en el país, forma parte de una lucha ideológica clara contra el gobierno del FMLN. Se usó también contra los gobiernos areneros, pero los media no le dieron la resonancia que le dan ahora. Ese término realmente no corresponde a ninguna realidad, a no ser como en el caso de países en guerra, tales como Iraq (dejado así por la intervención imperialista) y Libia por las mismas razones. En el país existe un estado clasista que cumple su función de garante de los intereses de la clase dominante. 

El concepto restrictivo de Weber de ser monopolio de la violencia funciona perfectamente en el país. No se trata de toda la violencia, sino de la violencia que protege el ejercicio de la propiedad privada para una clase, la clase burguesa. La ideología le promete a las clases dominadas el goce de la misma paz civil que gozan las clases dominantes. Esto se realiza en grandes grados en los países desarrollados, pero aún en esos países existe un recrudecimiento de la violencia delincuencial. La violencia extrema que existe en nuestro país no pone en juego, ni en riesgo, hasta ahora los principios que defiende el Estado clasista, oligárquico. 

O sea que no hay un Estado fallido en el país, pero los diferentes gobiernos en vez de tomar medidas para limitar la delincuencia, tomaron medidas represivas que en definitiva acrecentaron la violencia delincuencial en El Salvador. La violencia delincuencial es un problema social, un problema de la sociedad salvadoreña, es ella la que engendra la violencia. Pero esta violencia que ahora nos golpea a todos, por los atracos, las extorsiones, las violaciones y los asesinatos es una sola cara (visible y patente) de toda la violencia existente en el país. ¿Acaso no es violencia tener que vivir con un salario de 240 dólares? ¿Se han olvidado de la violencia institucional de la que hablaba Monseñor Romero? Esa violencia que deja muchas madres solitarias con sus hijos, teniendo que ganarse la vida vendiéndola por un puñado de dólares diario y con eso tiene que mantener a la familia, dar de comer, vestir, calzar, etc. a sus hijos. Es aquí donde surge la demagogia parchista del gobierno de Funes con sus uniformes y zapatos para los escolares. Pero se trata simplemente de una válvula de escape social muy limitada, pues la miseria sigue subiendo, sigue agobiando, sigue desesperando. 

Al lado de todo esto tenemos una clase que vive en la opulencia, escondida, protegida que puede consumir todo lo que se le dé la gana. Y en las vitrinas hay productos que se ofrecen a la venta y no se pueden adquirir tan fácilmente por todas las familias, tan fácilmente como lo presenta la publicidad. La miseria real está junto a la opulencia, las mercancías están allí para los que puedan cambiarlas por la mercancía universal que es el dinero. El que no tiene dinero y ha perdido los valores morales o no los ha adquirido, al ver que el trabajo no da para vivir, llega a la delincuencia con una facilidad terrorífica que nos tiene a todos espantados, aterrorizados. 

¿Hay solución a estos problemas? Sí, pero para ello hay que salir de los parches, hay que salir a la vana invocación religiosa. Se trata de poner en marcha reformas sociales y societales que limiten o echen por el suelo la dominación de una pequeña casta, la oligarquía. Es esto lo que está en juego en nuestra sociedad desde hace ya un siglo. Es lo que estaba en juego cuando se inició la guerra y sigue estándolo hoy.