El autor de este blog agradece la reproducción total o parcial de los materiales aquí publicados siempre que se mencione la fuente.

31 octubre 2008

Los camaradas del PCF

Durante mi corta estadía en París en octubre de 1968, año mítico, me impresionó el otoño aquel, cálido y estremecedor. Entonces todavía nombraban ese tiempo “el verano de la San Martín”, ahora como muchas otras cosas son llamadas a la estadounidense, así pues ahora dicen el “verano indio”. No crean que es porque suena más laico, simplemente el dominio cultural que se acentúa cada vez más. Entonces en París las muchachas andaban sueltas y contentas, mostrando anchamente sus cinturas, con blusitas muy cortas y pantalones o faldas más abajo de la cintura y muy arriba de las rodillas. En Moscú las muchachas apenas si habían empezado a mostrar sus rodillas. Las parejas mostraban sus efusiones sin retenimiento y todo parecía iniciar nuevos tiempos.

Mi guía, pues tuve un guía, me traducía y me explicaba lo que me resultaba curioso, a veces se adelantaba con observaciones tales como, “antes de la revolución nadie se hubiera atrevido a eso...”. Varios días anduve confuso. Me sorprendía el sentido histórico de mi guía y de otros que también usaron la misma expresión. Digo esto pues pensaba que se referían a la Revolución de 1889. Pues no, se referían a la revuelta estudiantil de mayo. Ni siquiera a la huelga general que duró más de un mes y que obligó al gran general a ir a entrevistarse con los militares golpistas en Alemania.

Supe que se refería al mayo del 68, pues intrigado le pregunté si era un apasionado de historia. Cuando le expliqué mi pregunta se rió a carcajadas. Acepté la denominación de revolución para esa revuelta. Ahora tratan los mismos protagonistas de que se olvide la gente de aquel espíritu de libertad.

Diré que otra cosa que me sorprendió fue la cantidad enorme de mercancías, de objetos para todo uso, de lo más baladí hasta la más refinada tecnología. Las vitrinas muy elegantemente presentadas. Fui entonces que descubrí realmente el mundo de las mercancías. El mundo en el que todo estaba en venta. Fue entonces que me di cuenta que la batalla soviética por alcanzar la producción capitalista llevaba todas las de perder. “Me di cuenta” no significa que tomé consciencia de lo que eso significaba y tampoco tenía la capacidad de una interpretación acertada de este hecho. Porque no se trataba solamente de cuestiones de organización y de tomar en cuenta a la población, pero entonces ni siquiera ligaba una cosa con la otra. Creo que en aquella época la cuestión que realmente me preocupaba socialmente, en tanto que salvadoreño en Moscú, era la cuestión de la libertad y de la democracia. Sabía y lo escribí entonces: “ese socialismo no lo quiero para mi país”. Lo escribí en una carta a mi hermano. Lo recuerdo simplemente por su respuesta, “estás impregnado del espíritu pequeño burgués”. Mi hermano ya ni siquiera se acuerda de ese episodio, y es mejor así.

Compré en París algunas cositas para llevar de regalo. Entre esas cositas adquirí en ediciones de bolsillo unos cuantos libritos de Sartre, de Camus, de Malraux. No pude conseguirme traducciones que me imaginé fáciles de encontrar de Saint-John Perse, que había obtenido recientemente el premio Nobel, en 1960, quería leer sus poemas traducidos al castellano. No los encontré en ningún lado. Mi guía me llevó a la librería española de la calle Monsieur le Prince, el librero me explicó que el se ocupaba de difundir la literatura hisponoamericana y que los franchutes... Bueno, me dijo que respetaba al pueblo francés que lo había acogido y sobre todo aquellos que habían ayudado a la República. Salí de la librería con dos libritos de piezas de Lope, entre ellas “Fuenteovejuna”. Esta pieza quise dársela a un amigo ecuatoriano, cuando volví a Moscú ya no estaba y nunca más lo he vuelto a ver. Esta ha sido para mí una de las más grandes pérdidas. Perdimos todo contacto.

En mi viaje de retorno, ya con mi documento consular, que atestiguaba que podía casarme con quien me diera la gana y que las leyes de El Salvador no me limitaban esa libertad, tomé el tren. En esa época aún no era muy corriente viajar en avión, por los precios, se entiende. Así que hice el largo viaje en tren. Duraba dos días, cerca de cuarenta horas, un martirio. En la ida en las aduanas de Berlín los alemanes del Este me dieron un susto terrible. Golpearon la puerta de mi compartimento con una violencia tal que desperté en sobresalto. Y al abrir la puerta veo uniformes casi idénticos a los del Ejército Nazi. Alguien me explicó una vez que los alemanes del Este, el gobierno, decidieron dejar el mismo uniforme bajo el pretexto de demostrar que no era el uniforme el causante del nazismo. Tal vez tenían razón, pero esa ha sido una de las pocas ocasiones en que he estado al borde de un infarto.

Estos aduaneros no eran muy amables, sus voces eran agresivas, de poco respeto. Examinaron mi pasaporte como si se tratara de una pieza arqueológica única, de esas que se roban durante las excavaciones... Pusieron lo sellos de tránsito. Los del otro lado del Muro, se esmeraban en ser muy amables, era como si conocieran la mala impresión que me habían causado sus colegas del otro lado. No me sellaron el pasaporte y uno de ellos hasta me dio la bienvenida en castellano.

De regreso pues, en ambos lados me señalaron que mi pasaporte estaba vencido. Pero como tenía las visas de retorno para Moscú no insistieron mucho. Me refiero a los del Oeste. Los otros examinaron de nuevo mi pasaporte, me hicieron bajar del tren, me gritaban, me mostraban la fecha y yo les mostraba la validez de la visa de tránsito. Un ruso bajó del tren para traducir. Pues los aduaneros se negaban a responderme en ruso. Vino un oficial alemán. El ruso le explicó la situación, que yo había viajado ya por las dos Alemanias con ese pasaporte, que tenía todos los visados y que con ese burocratismo estaban alargando aún más la parada en Berlín. El oficial alemán le pidió al ruso que se identificara. Eso vino a arreglar casi de inmediato las cosas. Era un oficial del Ejercito Rojo que volvía de Bélgica o de Luxemburgo, ya no recuerdo, iba de civil. El oficial le hizo el saludo militar y dio órdenes que me sellaran el pasaporte. Esta escena la tengo muy presente, pues por un momento me veía de regreso a la otra Alemania, sin dinero, sin hablar ni una jota del idioma de Goethe.

El resto del viaje la pasé durmiendo hasta la frontera soviética. De nuevo la fecha de mi pasaporte les llamó la atención, pero aquí podía explicarme y no tuve necesidad de la intervención del militar ruso. Además lo importante para los aduaneros soviéticos era mi visa de regreso. Pero hubo algo imprevisto. Entre las maletas designadas para verificación estaba la mía y uno de los empleados deseaba saber de qué trataban los libros que llevaba en lengua extranjera, tal vez eran literatura prohibida. Nunca he tenido más desfachatez que en ese momento:

—Son libros de camaradas del PCF, todos son muy buenos militantes.

El aduanero me escrutó. Resistí a su mirada. Y cerró mi maleta y me dio la mano. Fue así como pude llevar estos libros hasta Moscú, ninguno estaba aún traducido. Pronto lo serían, la censura soviética tenía sus contradicciones.

29 octubre 2008

El “fondo racional” del método de Hegel

El 14 de enero de 1858, Karl Marx le mandó a su amigo Frederich Engels una carta muy corta que ha dado mucho que pensar a los que se dedican al estudio del pensamiento marxista. Esta carta fue escrita durante la preparación de la obra maestra de Marx, El Capital. Hay en ella una frase sobre su deseo de escribir —“en dos o tres pliegos de imprenta”— sobre el método dialéctico.

Lo extraño es que nunca más volvió sobre el tema, dejando únicamente esta corta frase como el testimonio de su deseo. ¿Por qué no lo realizó? ¿Por falta de tiempo como algunos lo presuponen o existen otras razones más substanciales? Marx mismo ha sugerido la primera hipótesis, pues en la carta a Engels escribe: “Si acaso, tengo un día tiempo para ese tipo de trabajo, me encantaría, en dos o tres pliegos de imprenta, volver accesible a los hombres sensatos, el fondo racional del método que Hegel descubrió, pero que al mismo tiempo mistificó.”


Marx señala el tiempo que tal vez tenga algún día. Harto se sabe que el tiempo le escaseaba. Entre sus lecturas intensas y sus investigaciones económicas sufrió de muchas enfermedades. No es pues tan peregrino pensar que el motivo de que no plasmara su deseo en esos dos o tres pliegos de imprenta, fue la falta de tiempo. No obstante eso no explica por qué luego no volvió sobre el tema. Hay otros que piensan que simplemente cambió de planes y que de alguna manera su deseo se encuentra aplicado en la exposición de sus escritos económicos, principalmente en El Capital.

En la misma carta del 14 de enero de 1858, Marx nos da otra indicación muy preciosa. Le cuenta a su amigo Engels que “En el método de elaboración del tema, algo me hizo un gran favor: by mere accident (por mera casualidad), he vuelto a hojear la Lógica de Hegel.” El tema es la “teoría de la ganancia”, que “he echado al aire tal cual ha existido hasta hoy”. Como se ve con claridad absoluta, la palabra clave es la que el mismo ha subrayado: método. Se trata de eso: del fondo racional del método que Hegel descubrió y que él mismo mistificó.

Tenemos pues planteados dos problemas: ¿Cuál es el fondo racional del método de Hegel, en qué consiste? ¿Y cómo lo mistificó? Es natural que no me proponga aquí responder a estas dos interrogantes, por razones obvias de espacio y por las evidentes de capacidad. Sabemos que tanto Engels y Lenin se propusieron darle plasmación al mismo proyecto de exponer el método dialéctico desde el punto de vista materialista. El de Engels quedó inconcluso y su forma fue la aplicación del método a la ciencia de la naturaleza: “Dialéctica de la Naturaleza”. Lenin dejó sus planes sucesivos.

Al plantear de nuevo estas preguntas, mi intención es poner en evidencia que todavía queda mucho por aportar sobre tema. Esto se vuelve urgente hoy que el capitalismo en crisis nos invita a encontrar soluciones a los graves problemas que causa su principio rector: la búsqueda del máximo beneficio. No hace falta enumerar todos los problemas humanos, tanto en los países imperialistas, como en los países periféricos. La crisis actual ha puesto a la luz del día el despilfarro capitalista, tanto en las pérdidas anunciadas, como en las soluciones propuestas para salir de la crisis. El sistema ha entrado en una crisis global y durable. Esto no significa que el capitalismo se va a derrumbar de la misma manera que se derrumbó el “socialismo real”, que fue una mezcla de capitalismo estatal y asistencia social. A esto agreguemos la ausencia de reales libertades ciudadanas. Es inútil hoy seguir mintiéndonos: los regímenes fueron dictatoriales, la ausencia de libertades privó a esas sociedades de la preciosa iniciativa de sus miembros y frenó la creatividad. Los objetivos que se planteaban no eran los de una sociedad futura, sino alcanzar al capitalismo imperialista en la producción desenfrenada de mercancías. En lugar de buscar el libre desarrollo de la personalidades en una sociedad desalienada, se persiguió igualar al capitalismo en el consumo. Fue en esta competición en donde se anotaron la mayor derrota. Los planes eran impuestos a los trabajadores y no eran el resultado de su participación activa y consciente. Sabemos muy bien que fue eso lo que fracasó en el Este europeo.

No obstante fue esto lo que tanto se defendió. Se defendió en nombre del futuro, sin espíritu crítico, aceptando sin reflexión dogmas, en lugar de analizar concretamente aquella realidad, como la realidad que nos rodeaba. Los pueblos del Este europeo fracasaron. Pero los revolucionarios del Oeste europeo también sufrieron su derrota. Los partidos revolucionarios del Oeste fueron incapaces de proponer una real alternativa a la sociedad capitalista, no pudieron entusiasmarla por otro tipo de sociedad que suplantara la actual llena de tantas miserias humanas. Porque es miserable la condición del que vive sin techo en las grandes metrópolis capitalistas, porque es miserable la vida de los que tienen que esperar el socorro de la caridad para abrigarse en los inviernos y comer en los “Restaurante del Corazón”, como muy hipócritamente le llaman a las “sopas populares” en ciudades de opulencia como París. En estas sociedades de tanta riqueza y de tantos avances científicos ¿cuántos son los que no pueden ir al médico? ¿Cuántos son los que no pueden beneficiarse de los cines, teatros y salas de conciertos? ¿Cuántos analfabetos reales hay en estos países?

Por un lado tenemos plétora de mercancías y por el otro abundancia de frustraciones y marginación social. La crisis actual ha puesto en evidencia el derroche de capitales y la inoperancia de las prioridades del capitalismo financiero. Pero como decía arriba no hay que esperar que esta crisis actual llevará al derrumbe estruendoso del sistema. En esta situación todo es posible, una salida hacia una sociedad mejor, como el empeoramiento de las condiciones de vida de millones de gente en el mundo.

¿Pero podemos conformarnos con denunciar el estado del mundo capitalista, sin ofrecer una alternativa, sin proponer soluciones revolucionarias? El mundo por venir está aquí planteado hoy. Pero para escudriñarlo, para sacarlo a la luz necesitamos la clarividencia que puede darnos el método racional que descubrió Hegel y que él mismo mistificó. Pero este método que revirtió Marx y que puso en práctica en sus estudios de historia y economía, fue también mistificado, petrificado por la dogmática estalinista. Es por eso, ahora que vemos que lo que Marx señalaba como desarrollo natural del capitalismo ha entrado una crisis sistémica, debemos de nuevo ver como entendió y en qué forma plasmó el fondo racional del método de Hegel.

Como lo hemos dicho arriba la explicación de la falta de tiempo se queda muy corta, no es suficiente. Lo que nos queda por investigar es en qué forma realizó su idea. Algunos, como he apuntado, muy juiciosamente señalan la exposición misma de su pensamiento en El Capital. El hecho de partir de la “celula” misma del capitalismo (la mercancía) hasta llegar, en los tomos que no pudo terminar, a la mundialización, pasando por todos los procesos del sistema, es ya una preciosa indicación que ahí se encuentra sin mistificación el método dialéctico. No obstante me parece que debemos seguir paso a paso el camino recorrido por Marx. En aquellos años Marx escribe y anota muchísimo. Entre los escritos de esa época se encuentra un texto que no ha sido, me parece, visto como el primer intento marxiano de plasmar su idea, me refiero a la “Introducción a la Crítica de la Economía Política” y el libro “Contribución a la Crítica de la Economía Política”.

Marx le escribe a su amigo el “servicio” que le ha prestado la relectura de la “Lógica” de Hegel para elaborar el método para su análisis económico. Y es en esos momentos que expresa su intención —si algún día tiene tiempo— de escribir de manera accesible unas cuantas cuartillas sobre el fondo racional del método hegeliano.

No voy a lanzar aquí un nuevo llamado a un retorno a Marx. En muchos lugares ya se está haciendo de manera fructífera. Lo que planteo aquí es también la necesidad de volver a Hegel, puesto que no existe, por el momento, de manera detallada y mejor que en sus escritos, una exposición de la dialéctica.

Hace unos días publiqué, aquí mismo y en Tres Mil, un artículo sobre el concepto de democracia. Partí justamente de la definición abstracta y vacía que dan los diccionarios, en la que se usa los criterios predialécticos de la identidad. Hegel somete a una crítica severa la lógica formal y sus principios en su “Ciencia de la lógica” y también en su “Enciclopedia de las ciencias filosóficas”.

Hegel opone la concepción dialéctica de la identidad a la concepción metafísica abstracta que quiere que la identidad sea exterior a la diferencia y vice versa. Estos conceptos de identidad y de diferencia son, según él, “productos de la reflexión exterior y de la abstracción”. Hegel los considera como unilaterales e imperfectos. Al contrario, según la concepción de la dialéctica, la identidad contiene la diferencia y la diferencia contiene a su vez la identidad. Es menester entender la identidad de manera dialéctica como “diferencia idéntica a sí misma” .

Hegel llama al principio de identidad (A = A) “primera ley del pensamiento”. Califica de mera tautología su interpretación tradicional y critica a aquellos que se aferran a “esta identidad inmóvil e impasible”, como a una fórmula cierta. Los que afirman que la identidad y la diferencia son diferentes incluyen por eso mismo el indicio de la diferencia en el concepto de la identidad, puesto que aseveran que la identidad difiere de lo diferente. La identidad contiene la diferencia por su naturaleza misma y no de manera aparente. Los adeptos de la fórmula de la identidad reconocen que ésta contiene apenas una verdad formal, abstracta, por ende incompleta. Se deduce, concluye Hegel, que “la verdad se encuentra realizada de manera perfecta únicamente en la unidad de la identidad y de la diversidad y no es otra cosa que esta misma unidad”.

La afirmación según la cual la identidad abstracta como tal es algo verdadero, la refuta Hegel por la experiencia que nos muestra lo contrario, es decir, la identidad unida a la diversidad. Para exponer su idea de que la identidad abstracta está desprovista de contenido y es vacía de sentido, Hegel nos da algunos ejemplos. Cuando a la pregunta ¿qué es un planta? se asegura “una planta es una planta” o a la pregunta ¿qué es Dios? se profiere “Dios es Dios”, estas respuestas aunque contengan una “verdad absoluta” no tienen ningún valor y son meras palabrerías. Cuando se define “democracia” como “Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado”, estamos simplemente repitiendo perifrásticamente lo que contiene ya la palabra griega. Algunos proponen otras definiciones de lo que tiene que ser la democracia, diversos criterios que tiene que observar, pero aquí se procede de la misma manera, puesto que esos criterios se definen de manera abstracta y lo único que podemos decir que las “democracias reales” no cumplen esos criterios apriorísticos y con ello no hemos avanzado mucho en el estudio concreto de la democracia.

26 octubre 2008

La diputada y el cónsul

Muchos de mis lectores no recuerdan o simplemente nunca supieron de la existencia de Nikolai Podgorny. Este señor fue presidente de la Unión Soviética. Es posible que algunos recuerden a Anastas Mikoyan, también fue jefe del Estado soviético. También voy a citar a Aleksei Kosiguin y por supuesto a Leonid Brezhnev, creo que estos dos personajes aún son recordados, sobre todo el último. A todos ellos les escribí cartas en las que me quejaba que en el Soviet de mi barrio me negaban el derecho de contraer matrimonio con la mujer con que vivía y con la que ya tenía una hija. La ley les imponía responderme. Lo hacía un empleado con un formulario tipo. Me decían que habían estudiado mi caso y que habían trasmitido mi carta al Soviet de mi barrio... Iba pues de nuevo al Soviet de mi barrio y la respuesta era siempre la misma. ¡Ñet! La respuesta siempre fue categórica. Volvía pues a mi pluma fuente y redactaba de nuevo una carta al jefe del Presidium Supremo. Citaba artículos de leyes, citaba a V. I. Lenin, citaba al Pravda y la respuesta era siempre la misma: “hemos enviado su carta al Soviet de su lugar de residencia” y de nuevo el impávido ¡Ñet!

Entre carta mía y la obstinada negativa de la diputada de mi barrio, hubo algunas convocatorias intimidatorias a mi mujer a comparecer ante un oficial de la KGB. Algunas veces me convocaron a mí, pero no al local de la Plaza Dierzhienskaya, como a mi mujer. Ella resistió perfectamente a esas intimidaciones. Por mi lado, pues me llamaban a comentar mis cartas. Me recibían de manera alternada un oficial masculino y un oficial femenino. A veces se juntaban y procedían a un interrogatorio inútil, tratando de convencerme a renunciar a mis demandas. Discutía con ellos sobre la libertad, sobre el respecto de la dignidad, sobre la familia, la educación de los niños, de la responsabilidad de los padres, etc.

Ahora me resulta muy extraño que los agentes del KGB nunca se aprovecharon de la hostilidad que me profesaban algunos de mis compatriotas. Tal vez la compartimentación en ese organismo fuese muy rígida, pero nunca se refirieron para nada a mi vida en la universidad.

Si he citado a Podgorny es para que vean lo largo que resultó el asunto y la tenacidad que manifestamos mi mujer y yo. No sé como sugerir su coraje. Pero no manifestar miedo ante una convocatoria al KGB era para un ciudadano soviético algo imposible. La primera vez que la convocaron fue por teléfono, a eso de las 10 de la noche. Vean la sutiliza de la hora, la convocaban para las ocho de la mañana del día siguiente. La persona que la llamó no le dijo el porqué de la convocatoria. No dio detalles. Ustedes entenderán que supimos que no se podía tratar de una broma pesada. Nadie era capaz de hacer ese tipo de bromas.

Le preguntaron exclusivamente sobre nuestras relaciones, dónde nos habíamos conocido, si sus padres estaban de acuerdo sobre nuestras relaciones, etc. La tuvieron varias horas haciéndole ese tipo de preguntas. A mí me hicieron las mismas o más o menos las mismas. Recuerdo que cuando me preguntaron si sus padres estaban de acuerdo, les respondí con una pregunta ¿A qué edad se obtiene la mayoría en la URSS? Claro, eso no les gustó. Generalmente les trastocaba sus planes de interrogatorio, pues a sus preguntas casi siempre les respondí con otra pregunta o comentando alguna disposición legal. Las leyes soviéticas eran muy liberales, permitían una vida de plena libertad. Era mi tema favorito en las cartas que le escribía al presidente y al secretario general del PCUS.

En una de mis últimas conversaciones con la diputada, me sugirió que obtuviera del gobierno de El Salvador un permiso o una declaración en la que dijera que el Estado salvadoreño no se oponía a los matrimonios mixtos y sobre todo que se le permitía a los ciudadanos salvadoreños casarse con personas de nacionalidad soviética. Si conseguía ese documento, posiblemente el Soviet podría acceder a nuestra demanda de matrimonio. Ya para entonces teníamos dos hijas.

Aclaro de pasada que la vida de mi mujer no fue fácil. Le prohibieron todo trabajo en su profesión. No podía dar clases de lengua, ni hacer traducciones. Tuvo que aceptar como último recurso un trabajo en el correo. Siempre existió la amenaza de que no la dejaran trabajar en ninguna parte y luego enjuiciarla como “un parásito de la sociedad”, “una vagabunda”. La vagancia era castigada con la deportación.

Fue en esto que intervino en mi favor Cayetano Carpio, alguna paz nos dieron los policías por su intervención. Pero sobre esto hablaré más detenidamente en otra oportunidad. En octubre de 1968 viajé por primera vez a París. Venía a renovar mi pasaporte y a que me dieran algún documento, una carta, algo, en que dijera más o menos, lo que pedía la diputada del Soviet de mi barrio. El cónsul Gallegos Valdez no quiso renovarme el pasaporte. Esa fue la primera vez. Hubo otra, ya les contaré. La carta tampoco quería dármela. Le pedía que escribiera en un papel con membrete de la embajada que no existía en El Salvador ninguna ley que prohibiera a los salvadoreños contraer matrimonio con extranjeras cualquiera que fuera su nacionalidad. Las negativas del cónsul se parecían mucho a las de la diputada del Soviet. Ambos me decían como último argumento: “no tengo derecho”. Esto me sorprendió muchísimo. En ruso la misma frase sonaba “ni imieyo prava”. Felizmente Toño Salazar era el embajador entonces. En una de las mañanas en las que iba a la embajada a tratar de convencer al cónsul, nuestro célebre caricaturista salió de su oficina y me preguntó sobre mi problema. Le expliqué mi historia. Bastó una sola mirada de reproche de Toño Salazar para que Gallegos Valdez accediera, pero le dijo “pero es Usted el que me cubre, si hay algo después”.

Con el “documento consular” me presenté al Soviet y nos dieron fecha muy rápido y fue así como pude casarme y oficializar mi paternidad. Aunque ya había reconocido a mis hijas, era necesario el matrimonio para que figurara mi nombre en las partidas de nacimiento de mis hijas.

Este episodio de mi vida lo he contado aquí me manera suscinta, esto es el esqueleto. He omitido todas las implicaciones que tuvo en mi vida y en la vida de mi familia.


20 octubre 2008

La espada de Damocles y la "cadena"

Los columnistas de El Diario de Hoy tienen a veces cierta utilidad inesperada: descubren de su púdico velo las patrañas de la derecha. Este lunes, 20 de octubre de 2008 , Evangelina del Pilar de Sol, firma un artículo, cuya utilidad es innegable. En primer lugar, de manera muy sucinta, pero muy eficazmente califica la gestión de los gobiernos areneros, la voy a citar y se van a dar cuenta que no hay mucho que agregar y nada que quitar: "Ahora, la esperanza estriba en que todo cambiará realmente, terminando con la cadena de continuismo, prepotencias, corrupción, injusticias, que tanto han dañado a ARENA, y sirvieran como abono para la siembra y exitosa cosecha recogida por el FMLN”. La columnista del cotidiano cifra sus esperanzas en Rodrigo Ávila, en una persona que ha participado en esa “cadena de continuismo” y que pretende seguir con lo mismo. ¿Por qué va a cambiar lo que les ha aprovechado siempre? ¿Ávila acaso no ha sido puesto allí, como candidato, por los mismos que ahora nos desgobiernan? Pero la lucidez de nuestra columnista de reconocer sin ambages que lo que ha caracterizado a las administraciones areneras ha sido “la corrupción, injusticias”, me parece loable. De seguro ella maneja detalles, sería bueno que alguna vez nos los confiara.

Pero también tiene otra utilidad su artículo. Pues reconoce que Arturo Zablah es la soda con la que nos quieren hacer tragar el aguarrás Ávila. Está allí para atraer a todos los que dudan de las intenciones de “apertura” de candidato presidencial. Pero parece que ni los mismos areneros se tragan el cuento y hay que convencerlos. Se les ha complicado más la campaña, este nombramiento ha destapado aún más el nido de ambiciones en el seno de Arena.

El resto del artículo es la misma sopa de siempre. Le voy a reconocer que se ha esforzado un poco. Puso en criollo, en folclor nuestro, una leyenda de la antigua Grecia. Y nos dice que Funes es una espada que pende de su propio pelo... En todo caso, como el mismo Zablah, ella nos repite que nos toca elegir en realidad entre Chávez y Ávila. Andan realmente cortos de argumentos.

Pero es cierto que hay como una espada de Damocles que pende sobre la cabeza de los que forman parte de la “cadena de continuismo” que han practicado la corrupción y fomentado las injusticias en nuestro país.

18 octubre 2008

Principio criminal

Los miles de millones de dólares que inyectan al mercado financiero los gobiernos de los principales Estados imperialistas, son presentados como un esfuerzo de los políticos por salvar la economía de sus países respectivos. La compra de haberes viciados, es decir, de los deshechos financieros por los estados se le ha llamado de manera precipitada, nacionalizaciones. Ni el primer hecho corresponde a la verdad, pues simplemente se trata de una transferencia de capital del Estado a manos privadas y el segundo hecho tampoco corresponde a la verdad. Esas compras de haberes no constituyen realmente nacionalizaciones, sino la estatización de pérdidas. La manera de como se nombran estos hechos tienen que ver mucho con la posición ideológica que cada uno tiene respecto al despilfarro financiero del que todos somos testigos.

Vi en no sé qué medio, que la última sobreviviente del naufragio del Tinanic va a vender en una subasta sus recuerdos, una maletita de ropa y no sé cuantos chelines que recibió como ayuda por el gobierno británico en aquella ocasión. La señora se ve obligada a separarse de esos recuerdos a una edad casi centenaria. Tenía dos meses cuando fue salvada del naufragio. Realiza esta operación “especulativa” para pagar su deuda de dos años de pensión que debe a la institución que la aloja. Ella espera pues recibir muchísimo más que el valor real de sus recuerdos,. Durante la subasta sus recuerdos van a cobrar un valor monetario por el símbolo que sus pertenencias representan. Su acción es desesperada. No obstante tiene la misma figura especulativa que lo que ocurre todos los días en las bolsas mundiales. Hago dos observaciones a este hecho. Ella no vive en un país del subdesarrollo, no obstante a su edad el Estado imperialista no asume su responsabilidad de prodigarle una digna vejez (la señora no es banquera). La señora se muestra digna, pues ya pasaron dos años y la institución no la ha echado a la calle. Tal vez esto ocurra porque se sabe que es la última sobreviviente del más famoso naufragio del siglo pasado.Ella quiere pagar sus deudas. Los banqueros especulan, se endeudan, pierden colosales sumas especulando y encareciendo el dinero. Ellos dicen que arriesgan su capital. Ya vimos que no arriesgan nada. Ninguno de ellos va a vender sus recuerdos para pagar el lugar de su parqueo.

Las burbujas financieras van a seguir estallando, las conductas de sube y baja de las bolsas no corresponde a ninguna realidad, sino que a un macabro juego con capitales que bien podrían ser utilizados para fines humanos. Esta semana se celebró no sé que cuál aniversario de la FAO, esa organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, su objetivo declarado es combatir el hambre en el mundo. El presidente de esa organización en su discurso conmemorativo, nos informó que los principales Estados imperialistas a pesar de las entusiastas promesas en todas las cumbres y del compromiso contraído con la FAO de entregarle 22 mil millones de dólares, no lo han hecho. Apenas le dieron el 10% de esa suma.

Les cito aquí otros detalles de la declaración de Jacques Diouf, expresidente de Senegal y actual presidente de la FAO. Estas declaraciones aparecieron en La Prensa Gráfica del 16 de octubre:

"Los montos que han sido pagados han ido esencialmente a la ayuda alimentaria", pero también son necesarias las "inversiones en la agricultura", añadió Diouf.

"La solución estructural al problema de la seguridad alimentaria es aumentar la productividad y la producción del sector agrícola" en los países con una renta baja y con déficit alimentario, recordó el director general de la FAO.

Diouf destacó que la ayuda a la agricultura pasó de $8 mil millones de dólares en 1984 a $3,400 millones en 2004, una baja del 58%. La parte de la agricultura en la ayuda al desarrollo cayó de un 17% en 1980 a 3% en 2006.

Estos hechos que menciono aquí no son solamente posibles, sino que son reales, se trata de una de las cuantas imágenes del Capitalismo real. Algunos nos invitan a aceptarlos como hechos fatales, como necesarios. Son los mismos que nos disuaden de que nos planteemos una salida socialista a este tipo de sociedad. Son los que declaran imposible al socialismo. No obstante las soluciones a los problemas más cruciales de la humanidad están en un uso racional de las riquezas acumuladas, pero para que este uso racional sea posible, es necesario que el principio del máximo beneficio que nos rige, sea abandonado. Este principio es simplemente criminal.

13 octubre 2008

El hermano pródigo

Las ambiciones presidenciales de Arturo Zablah se fueron a pique. No fue porque no hiciera la cacha, pues anduvo tocando las puertas de todos los partidos. Es más, se puso temprano a la tarea. No obstante todas las puertas se fueron cerrando, sin que perdiera cierta reputación de hombre competente y de cierta apertura. Su prestigio político lo fue ganando poco a poco, pero hay que decirlo de entrada, no fue por su participación en los gobiernos areneros, sino que por sus posturas críticas: conquistó su reputación porque quiso tomar distancias del partido de gobierno. Se presentó como el hombre que había sabido dar el paso, el hombre que no tuvo miedo de atravesar la raya y venir a comulgar con la gente de izquierda. Nos quiso hacer creer que había roto el cordón. Es más convenció a muchos. Pero su ambición presidencial lo llevó a volver a la derecha, primero intentó con los partidos sucursales y estuvo a punto de ir por la DC. Pero creo que él mismo se dio cuenta de que por ese lado era una pérdida de tiempo y de prestigio. Sin embargo esa pirueta y coqueteo con la DC, lo mostró como alguien que estaba dispuesto a volver al redil. Es lo que hizo. Pero la silla ya estaba ocupada. Así que aceptó figurar como el Sancho de la Apertura.

Pero ¿de qué apertura se habla? Esperé unos días para ver qué temas audaces iba a plantear para darle sentido a su vaivén electorero. Pues en realidad, sus declaraciones son muy flojas, demasiado convencionales, no aporta nada. Pensé, no sé por qué, que con su participación al lado de Rodrigo Ávila el nivel de la discusión política preelectoral si iba a alzar.

El candidato a la presidencia por Arena no puede salirse de sus furias anticomunistas, de su falta de originalidad y de sus lugares comunes. Ha querido presentarse como recién llegado a la política, como un hombre nuevo, como el reparador de los yerros de su propio partido. Pero con eso no ha convencido a nadie o a muy pocos como para que alcance para conservar el poder. Los tirones y forcejeos en la cúspide (perdón por la metáfora, muy alto no andan) de Arena fueron públicos. Los resultados reales en las encuestas, no los que publica la prensa nacional de derecha, sino que los que ofrecen los datos sinceros, los que realizaban las universidades y otros institutos independientes, esas encuentas mostraban que el candidato de Arena no emprendía vuelo. Había que remediar. ¿Pero cómo? En esto han pasado meses pensando, planificando y peleándose. Por último se decidieron por Arturo Zablah como el comparsa de Ávila en la campaña electoral.

Era urgente mostrar que Arena ha cambiado, que el candidato es un hombre de apertura. Pero esto se limita solamente a la imagen. Arturo Zablah fue de la derecha y ha vuelto. Se trata simplemente de un hermano pródigo que quiso hacer fortuna solo, pero que no pudo. Ahora tiene que pagar su veleidades independistas, tiene que servir de peldaño para Ávila. Pero sólo puede secundarlo en sus promesas de una reforma que nunca tuvieron propósitos de realizar. Porque hay que ser serios. El candidato de Arena no se ha mostrado en su última función oficial como un liberal, como un demócrata, como un defensor de la libertad. Todo lo contrario, fue un fiel ejecutante de los antojos de Figueroa y de Saca. Le vamos a creer que su nominación como candidato le trastocó todo su ser. ¡Vamos! Creer eso es ser ingenuo o simular serlo.

En su papel de hombre de la sociedad civil, de un hombre con ideas nuevas y un hombre de diálogo, Arturo Zablah ha empezado mal. Sus primeras declaraciones no aportan nada nuevo. Promesas vaporosas, eso es todo. Y respecto a su contrincante, con el candidato de enfrente, Zablah vuelve a la misma letanía de siempre. Es en esto que muestra que en el fondo nunca cambió. Vuelve al mismo estribillo: agentes castro-comunistas y pretro-chavistas. Y también Zablah se aferra al miedo: si gana el Frente no habrá buenas relaciones con los Estados Unidos y las remesas corren peligro. ¡Vaya apertura! Zablah ha resultado ser el otro mono, o el mismo, pero mal pintado. No, Zablah no les va a servir de salvavidas.

09 octubre 2008

El concepto de “Democracia”

Para muchos poder hablar con propiedad sobre algo requiere de una buena definición, que nos aclare correctamente los límites de nuestro asunto, que nos señale la identidad de la cosa. Así procede lo que Kant llama el entendimiento. Es lo que contienen por lo general las definiciones de los diccionarios. Apoyándose en la etimología, cuando definen la palabra ‘democracia’, por ejemplo, afirman que ésta es una doctrina o un sistema de gobierno “según el cual la soberanía reside en el pueblo, que ejerce el poder por medio de representantes elegidos por sufragio universal”. Esta definición es la que viene en el DRAE (en internet), se trata de un artículo enmendado, parte del avance de la vigésima tercera edición. La versión anterior, es decir la que figura aún en los diccionarios reza: “Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno” y su segunda acepción es “Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado”. Lo nuevo que contiene la más reciente definición es la indicación de “cómo” el pueblo ejerce el poder y la forma actual del sufragio. Se trata pues de una definición clara y sin contradicción. Según algunos este es un requisito sine qua non para poder practicar la ciencia.


Su contrario la democracia no lo encuentra en su interior, en sí misma, sino que en otros sistemas de gobierno. Por ejemplo, el gobierno por una cantidad reducida del pueblo la “oligarquía” o por por una sola persona, la “monarquía”. Y si algo restringe las libertades en un régimen democrático, lo que viene a contradecir en apariencia su esencia, se trata de que la democracia encuentra sus límites en realidades que le son exteriores: la debilidad o el egoísmo de los hombres u otras circunstancias. La democracia sin contradicción interna goza de la eternidad de un ideal, algunas veces magníficamente encarnado (algunos ponen de ejemplo a las democracias occidentales), a veces ensombrecido por la historia (un ejemplo recurrente son nuestras dictaduras latinoamericanas), pero este ideal siempre permanece fiel a sí mismo en tanto que modelo político universal.


No creo que valga la pena que me extienda sobre cómo el democratismo burgués se enardece con este tipo de abstracciones. Pero si consideramos la cosa, instruidos por la dialéctica materialista, vemos aparecer en esta definición —en apariencia sin contradicciones— una contradicción: al afirmar que es el pueblo quien se gobierna a sí mismo establece una identidad entre el gobierno y el gobernado, pero al incluir la democracia en las formas de gobierno, dicho de otro modo, en las formas del Estado, plantea al mismo tiempo su diferencia e incluso su oposición. Si hay estado, estamos hablando de poder, es decir del poder que ejerce una parte del pueblo sobre otra parte del pueblo, hay pues contradicciones en el seno del pueblo. En la definición se usa abstractamente de la palabra pueblo. Esta contradicción debe conducirnos a un análisis más concreto de las relaciones que encierra la entidad “pueblo”, es decir de las relaciones de las clases sociales.


Siendo una forma de Estado, toda democracia es una forma de dominación de una clase sobre otras. Es por ello que la democracia es en sí misma relación contradictoria entre el ejercicio formal de la soberanía política por el “pueblo” y las relaciones de clase que se oponen al ejercicio real del poder por las masas populares.

Es perfectamente en el interior de sí misma que la democracia es contradictoria y limitada, reproduciendo las contradicciones de clases. El Estado no es simplemente, como lo pretenden algunos, un instrumento administrativo de los asuntos sociales. Por mi parte considero que el poder del Estado reside en la fuerza violenta con la que ejerce su coerción, esta fuerza violenta es latente y virtual, pero inmediatamente realizable según las necesidades del dominio de la clase hegemónica. En este sentido es menester decir claramente que la contradicción entre libertad y Estado es total: “Mientras el Estado existe no hay libertad. Cuando haya libertad no habrá Estado”. Es en este sentido que definida como lo contrario de la dictadura, la democracia encierra en su interior la dictadura de la clase dominante, lo que es siempre susceptible de aparecer en todo su rigor en tal o cual encrucijada de la historia. El golpe de Estado no está nunca muy lejos.


Esta relación que hace de la democracia su contrario no es una relación abstracta, una contradicción en la Idea, es una relación de fuerzas concretas, se trata de un proceso histórico. Es necesario sacrificar (abandonar) las nociones “eternamente fijas”, los “conceptos previa y exactamente delimitados”, necesitamos conceptos que —como ha dicho Ferdinand Gonseth— estén en “estado de devenir”. Engels por su parte en una carta al futuro líder revisionista de la Social-democracia, Bernstein dijo: “Ese concepto se modifica cada vez que se modifica el demos, de tal suerte que no nos avanza ni una pulgada”.


Todo cambio en las relaciones de fuerzas de clase modifica también la forma general de relación que es el Estado. Porque el Estado no lo olvidemos es sobre todo una relación entre las clases, una relación de dominación y coerción. No obstante, como es el caso en El Salvador, en ciertos estadios del desarrollo de la relación entre las fuerzas de clase, la democracia aparece como una conquista popular contra el despotismo y el arbitrio. En nuestra historia plagada de dictaduras sanguinarias y de seudo-democracias salidas del fraude y la represión, la democracia actual es el resultado de una nueva relación de fuerzas que se creó durante la guerra y como consecuencia de ella. No obstante en otros momentos, en otros estadios, las cosas pueden invertirse, también es nuestro caso, el carácter mistificador que se muestra en primer plano, la dominación de clase se presenta como la encarnación misma de la voluntad general (acaso no nos ocurre ahora, que todos los partidos aceptan los intereses del patronato como los intereses nacionales); pero también existen otros estadios en que hay una nueva inversión de la relación de fuerzas sociales y esta democracia se convierte en obstáculo al mantenimiento de la dominación, existen entonces nuevas formas favorables al desarrollo de las luchas del proletariado que cuestiona radicalmente sus límites. Esto aún no ocurre en nuestro país. Las luchas revolucionarias estás estancadas por un doble obstáculo, la dominación ideológica de nuestra oligarquía y del imperialismo financiero y del avance de las ideas reformistas.


¿Entonces qué es la democracia? Pues una contradicción en movimiento permanente entre las masas populares y sus explotadores. La resolución de esta contradicción no es algo que se realiza especulativamente, en idea, sino la supresión histórica de sus bases mismas, la formación de una sociedad liberada de los antagonismos de clase. Es entonces que se puede abolir toda forma de Estado, de la violencia que se ejerce sobre los hombres por otros hombres.


La democracia, entendida como una forma de gobernar a los hombres, puede volverse total, única y solamente si perece hasta que se convierta en un instrumento de administración de las cosas. Pero ese estadio se puede alcanzar con la participación masiva y consciente de todos los trabajadores, a través de una revolución ya sea violenta o no, todo depende de la relación de fuerzas. La revolución también es un proceso y no un momento en la historia, la revolución no es la toma de un palacio, ni se reduce a la violencia de una insurrección, puede ocurrir sin ella, la revolución es la abolición de la dominación de una clase sobre el conjunto de la sociedad. Pero para suprimir esta dominación se requiere que se inviertan muchas cosas, una de ellas es la extensión ilimitada de la democracia en todos los procesos sociales.


La formación de la nueva sociedad no se realiza desde el gobierno, ni por decretos. La nueva sociedad que está planteada ahora mismo y aquí, no puede surgir si no se vuelve exigencia de las mayorías. En estos momentos estamos siendo testigos del despilfarro de recursos a los que la voracidad especulativa de los capitalistas obliga a los Estados. Se trata de utilizar todos los recursos alcanzados por la sociedad humana para satisfacer todas las necesidades de los pueblos y de desarrollar ilimitadamente las capacidades de todos los individuos.


Este despilfarro capitalista produce estos contrastes elocuentes, según un reciente informe de científicos de la United Nations University, la mitad de la población más pobre del planeta posee apenas 1% de todas las riquezas y si todo el capital fuera igualmente repartido, cada uno dispondría de 16 mil euros. Tal vez este otro ejemplo resulte también elocuente, el presidente-director general del grupo BTP Vinci, Antoine Zacharias, despedido en junio del 2006 por el consejo de administración, recibió un cheque de 130 millones de euros que es el equivalente de 790 años que debe trabajar alguien que devenga el salario mínimo francés, su patrimonio sin su stock de acciones, es evaluado a 167 millones de euros, el equivalente de 1 000 años de trabajo de un asalariado que gana el salario mínimo.


El capitalismo reinante produce este cuadro: las tres personas más ricas del mundo son tan ricas que sus haberes representan la riqueza de los 48 países más pobres. Los haberes de 84 personas más ricas supera el producto interno bruto de China. Los 225 personas más ricas disponen de una fortuna equivalente a la renta anual acumulada de 47% de los individuos más pobres del planeta, es decir, 3 mil millones de personas. Bastaría el 4% de la riqueza de esas 225 personas más ricas (1 000 millardos de dólares) para darle a toda la población del globo acceso a los servicios de base y los servicios elementales como la salud, la educación y la alimentación. Estos datos aparecen en el “Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Estos ejemplos del despilfarro del capitalismo mundial, tienen su equivalente en nuestro país. Los volúmenes no son los mismos, pero las proporciones si son equivalentes.

08 octubre 2008

Declaración Final del II Encuentro Hemisférico Frente a la Militarización


"Para callar las armas, hablemos los pueblos"

La Esperanza, Intibucá, Honduras, 3 al 6 de octubre de 2008

Durante los días 3 al 6 de octubre en La Esperanza, Intibucá, Honduras, se llevó a cabo el II Encuentro Hemisférico Frente a la Militarización donde se dieron cita más de 800 delegadas y delegados de 175 organizaciones y de 27 países (México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Cuba, Haití, República Dominicana, Argentina, Perú, Bolivia, Ecuador, Chile, Uruguay, Paraguay, Colombia, Venezuela, Brasil, Puerto Rico, Australia, España, Italia, Holanda, Estados Unidos y Canadá), así como hermanas y hermanos de los Pueblos Originarios de Indoamérica (Mapuche, Aymara, Mayas, Lencas, Garífunas, Chorotegas, Emberá katíos del Altosinú, entre otros).

Frente a la crisis del sistema capitalista se alza en el mundo una crisis múltiple (energética, alimentaria, ambiental, financiera, social y política). Con ello, la militarización se agudiza y sus efectos se recrudecen en el intento del sistema por controlar los espacios, los mercados y los recursos naturales. En nuestro hemisferio la militarización se hace evidente de múltiples formas. En su sentido más amplio, la violencia militar, institucional y policíaca son parte de esta continua escalada de represión, ocupaciones y saqueo de recursos naturales, que responde a la imposición del modelo económico neoliberal.

En este contexto, desde el movimiento social luchamos por nuestros derechos, tierras y territorios. Por eso, diversas redes y organizaciones del continente nos hemos vuelto a articular en un esfuerzo estratégico y urgente para retomar voluntades y definir líneas de acción que permitan avanzar de modo más coordinado y efectivo ante la amenaza continental y global que representan la militarización, las guerras y la represión.

Ante ello consideramos:

* Que la militarización es el principal factor de la violación de los derechos humanos fundamentales, como los derechos a la vivienda, la salud, la educación, etc., y en especial los derechos generales y particulares de los pueblos indígenas y negros;

* Que la militarización también se expresa con violencia, represión e intolerancia a la diversidad sexual, obstaculizando la creación de una cultura inclusiva y de paz para todas y todos sin discriminación;

* Que la militarización genera saldos de presos políticos, torturas y desapariciones forzadas y una fuerte criminalización hacia los jóvenes y maras, con consecuencias no sólo individuales sino también colectivas;

* Que la militarización es la máxima expresión del patriarcado, donde las mujeres son las principales víctimas de la violencia, sus cuerpos se convierten en el campo de batalla y son consideradas botín de guerra;

* Que la militarización se basa en prácticas de reclutamiento forzoso y engañoso que violan los derechos y rompen con el futuro de los jóvenes, lleva a la represión de movimientos antiguerra;

* Que la militarización genera un mayor número de migrantes que son criminalizados bajo las leyes antimigratorias aprobadas en los EE.UU. y la Unión Europea, y son víctimas de violaciones de sus derechos humanos; la militarización de las fronteras lleva a la muerte de miles de personas a manos de las fuerzas de seguridad o en el intento de cruzar las fronteras, siendo los más vulnerables las mujeres y los niños;

* Que la militarización constituye una amenaza a los movimientos campesinos debido a la represión de sus demandas por reformas agrarias integrales y soberanía alimentaria;

* Que la militarización es el mecanismo de control del capital sobre los recursos estratégicos y la energía, y viola los derechos de las comunidades sobre ellos y sus decisiones sobre su tierra y territorios;

* Que el capitalismo no puede existir sin su estructura militar de dominación. En nuestro hemisferio esta estructura actualmente incluye la Iniciativa Mérida, el Plan Colombia, el ASPAN, las bases militares, la Escuela de las Américas, el Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica, la Fuerza Delta, el Comando Sur, la Cuarta Flota;

* Que la militarización va acompañada de un terrorismo mediático, de una estrategia de manipulación y de miedo, de una ideología militar caracterizada por el colonialismo mediático, entre otras formas de dominio y enajenación;

* Que la militarización se alienta con la supuesta "guerra contra el narcotráfico" como la perfecta excusa para militarizar la sociedad y las estructuras del Estado;

* Que la militarización es la respuesta a la criminalización de la protesta social concebida como amenaza al sistema de dominación bajo las llamadas "Leyes antiterroristas" que siguen el modelo estadounidense de la Ley Patriota;

* Que la militarización impulsa el crecimiento del presupuesto militar, favoreciendo a su gran industria en los sectores público y privado, generando deudas externas, y desviando recursos que podrían destinarse a satisfacer los derechos económicos, sociales y culturales;

* Que la militarización es un instrumento para la implementación y la seguridad de los megaproyectos de infraestructura e inversión del gran capital transnacional, como son los casos del Plan Puebla Panamá, la Iniciativa de Infraestructura Regional para Suramérica (IIRSA), los Tratados de Libre Comercio y los Acuerdos de Asociación.

EXIGIMOS:

1) El cierre definitivo de todas las bases militares norteamericanas y de cualquier otra nación extranjera en América Latina y el Caribe, y la prohibición a los traslados o aperturas de nuevas bases en nuestro continente;

2) La cancelación inmediata de la IV Flota que vulnera la soberanía de los pueblos;

3) El retiro inmediato de la Minustah en Haití y su reemplazo por delegaciones de solidaridad, cooperación técnica, reconstrucción, así como la cancelación de la deuda externa ilegítima que lo ahoga;

4) La cancelación de proyectos de infraestructura y megaproyectos que violan el pleno derecho de la población latinoamericana, indoamericana y caribeña a sus territorios y recursos ancestrales;

5) El fin del Plan Colombia y la Iniciativa Mérida que profundizan la injerencia militar norteamericana y contribuyen a la militarización de nuestros países;

6) La derogación de todas las leyes antiterroristas que atentan contra los pueblos y criminalizan la lucha social;

7) El pleno respeto de los derechos de las mujeres y el fin inmediato de la violencia sexual, la prostitución y la trata de mujeres donde están ubicadas las bases militares y las zonas de conflicto;

8) El retiro de tropas norteamericanas y todo intento de militarización de la Triple Frontera, y respeto a los territorios y soberanías de los pueblos del sur.

9) El reemplazo del modelo militarizado de "guerra contra el narcotráfico" con medidas de participación ciudadana, salud comunitaria, etcétera;

10) El pleno respeto de los derechos de los migrantes y la cancelación del "muro de la vergüenza" en la frontera EEUU-México;

11) El respeto a nuestro derecho a tener, manejar y operar nuestros propios medios de comunicación; hacemos un llamado al fortalecimiento y a la creación de redes de medios propios, indígenas, populares, comunitarios y alternativos, así como a recuperar espacios públicos para la comunicación directa;

12) Acceso a la información inmediata y precisa sobre cuánto del presupuesto nacional se dedica a financiar la militarización, para poder “desarmar” dichos presupuestos y exigir que los recursos se utilicen para el bienestar de toda la población;

13) El levantamiento del bloqueo a Cuba sobre todo en este momento en que sufre, junto a los hermanos y hermanas de Haití, las consecuencias de los huracanes Gustav e Ike;

14) El fin de la violencia secesionista y la intervención del gobierno de los Estados Unidos en Bolivia.

Los participantes del II Encuentro contra la Militarización,

- Saludamos la decisión del pueblo y el gobierno ecuatoriano de cerrar definitivamente la Base militar de Manta en 2009.

- Nos solidarizamos con el pueblo boliviano y su lucha por la integridad de su territorio y su soberanía.

- Saludamos la construcción de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) sobre la base del respeto irrestricto de los derechos humanos y de relaciones de equidad.

Considerando todo lo anterior, reafirmamos nuestro compromiso de luchar por un mundo y un continente desmilitarizado, desarmado, libre de guerra, miseria y violencia. Estos días han permitido que profundicemos en el conocimiento de la realidad común que enfrentamos, así como identificar y formular las líneas de acción estratégicas que, como movimientos populares, nos permitan enfrentar la permanente agresión y criminalización que sufren nuestros pueblos y movimientos. Esto queda reflejado en nuestro Plan de Acción continental contra la militarización, que por medio de Campañas y Acciones a nivel de base y con proyección nacional y continental, nos posibilitará alcanzar en un día no lejano el sueño de vivir libres de violencia, exclusión y guerra.

“¡Para callar las armas, hablemos los pueblos!”

“¡Con la fuerza ancestral de Iselaca y Lempira,

se levantan nuestras voces de vida, justicia, dignidad, libertad y paz!”


Este texto lo he tomado de http://movimientos.org

04 octubre 2008

En nombre de la Libertad

La derecha, como siempre, toda la derecha, cerró filas en la Asamblea y mandó a archivar el pedido del FMLN de abrir un proceso de interpelación de la ministra Marisol Argueta de Barillas. Arena y sus dos partidos sucursales defendieron a la ministra que hizo declaraciones escandalosas en los Estados Unidos, en las que exigía al gobierno de ese país intervenir en el proceso electoral para evitar la victoria de la izquierda.

En particular, Estados Unidos necesita poner más atención a lo que está pasando en El Salvador y a las resultantes consecuencias geopolíticas y nacionales”. “Perder El Salvador será una pérdida para la seguridad y los intereses nacionales tanto de El Salvador como de Estados Unidos”, dijo la ministra. Luego recomendo al gobierno de los Estados Unidos de “ser vigilante de que El Salvador continúe en la senda de la Libertad… evitando el populismo que atropella los derechos individuales de la gente”.

Me viene a la memoria el juicio histórico que se le levanta al general Arce y como siempre de carambola también al presbítero José Matías Delgado, por haber pedido la protección de los Estados Unidos frente a la invasión de Iturbide y el cerco de San Salvador del general Vicente Filísola . Ahora una ministra del gobierno Saca le reclama protección frente a un partido político salvadoreño en los próximos comicios. Lo reclama en funciones oficiales en nombre de su partido, pues de eso se trata. El partido oficial y el gobierno saliente temen la derrota y no están dispuestos a acatar el sufragio de los salvadoreños. No se extrañen si que al pedir abiertamente la ingerencia extranjera en nuestros asuntos, lo hagan en nombre de la Libertad, que siempre escriben en mayúscula, pero cuyo respeto ha sido siempre minúsculo.

Porque el mismo presidente Saca, como jefe de partido y en sus funciones oficiales, se dirigió a los patrones para pedirles que ejerzan presión sobre sus empleados para obligarlos a votar por el partido en el poder. El le pide a los patrones que sobornen a sus empleados y si fuera necesario que los amenacen para que se determinen por el partido oficial, por Arena. También este pedido de ingerencia patronal lo hace el presidente Saca, en nombre de la Libertad.

En la Asamblea, los diputados de derecha justificaron a la ministra y repitieron sus mismos argumentos. También en nombre de la libertad. El tema de la libertad es central en la campaña electoral de los que redactaron, siguiendo modelos foráneos, la Ley contra el terrorismo. Esta ley ya fue usada para reprimir al movimiento social y sirve para criminalizar cualquier protesta.

No creo que sea necesario que enumere todos los atentados a la libertad cometidos por los últimos gobiernos de Arena.