Roberto Lorenzana es el vocero del FMLN. A través de él se expresa el pensamiento de la dirección del Frente. Todas las semanas da por lo menos una conferencia de prensa. En estos días el diputado Lorenzana tuvo palabras de mucho desprecio hacia los maestros organizados en el sindicato Bases Magisteriales. Afirmó simplemente que el objetivo principal del movimiento reveindicativo de los maestros es debilitar al gobierno y al FMLN.
Además esas intenciones no nacen en el seno de la organización sindical, según el diputado efemelenista le vienen de Tendencia Revolucionaria que dirige Dagoberto Gutiérrez. Esta vez el diputado no adornó sus acusaciones con el ritual “yo respeto a Dago, respeto sus opiniones, etc.”, sino que de plano lo acusó de ser la fuente de esos malvados designios.
Estas declaraciones abiertamente expresan desprecio hacia los maestros, pues los considera fácilmente manipulables y manipulados por Tendencia Revolucionaria y por Dagoberto Gutiérrez. Lleva además un ataque a las reveindicaciones de los maestros, pues estas declaraciones persiguen también ese fin: ocultarlas detrás de esa humareda deshonesta.
Esta actitud de Lorenzana no es nueva en nuestro medio político, ni tampoco es nuevo bajo el cielo político en general. En El Salvador la han aplicado todos los partidos de derecha ante las reveindicaciones laborales de los asalariados. Antes eran los comunistas que estaban detrás de cualquier reveindicación y detrás de los comunistas criollos se asomaba la mano peluda de Moscú. Luego vino el turno de interpretar el papel de la mano oculta y manipuladora al propio FMLN, pero el acusador era ARENA con sus partidos satélites DC y PCN.
El discurso de Lorenzana es un discurso de derecha. Es el mismo discurso que usa cualquier partido de derecha en cualquier parte del mundo. Los trabajadores se dejan siempre manipular, ellos no saben lo que quieren y son tan ignorantes que el primer oportunista que llegue los puede llevar por el camino de las manifestaciones y de la huelga. Sin esa gente que no da la cara, los trabajadores no tendrían motivos para protestar.
Pero este discurso de derecha, que asume el diputado efemelenista en tanto que vocero de su partido, no es una golondrina solitaria en el cielo otoñal de nuestra política. Este discurso acompaña a los actos de los dirigentes. Sánchez Cerén es un alto dirigente del partido. Fue el primero en acusar a los maestros de complotar contra el gobierno y de hacerle el juego a la derecha. Pero sobre todo le niega la justeza a las reveindicaciones y les ofrece como respuesta un no categórico. El hacerle el juego a la derecha ha comenzado ha ser ya el estribillo generalizado de los efemelenistas, sean de la cúpula o de la base.
En los últimos sondeos de opinión se ve que el viento ya no sopla en su favor, el principal partido de derecha ARENA ha pasado al primer lugar en las preferencias de los electores. Los dirigentes del FMLN no ven ninguna otra razón en ello que la conspiración de fuerzas que buscan su debilitamiento y por supuesto su derrota electoral. Esos cambios perceptibles en el electorado no pueden proceder del malestar de la gente, de la desilusión, del disgusto en no ver venir realmente un cambio en sus vidas. Los dirigentes del FMLN están persuadidos que la política gubernamental está cundiendo efecto y que los cambios son más que palpables.
La violencia criminal no disminuye, el Ejército ha pasado a jugar un papel de primer plano, sin que esto se justifique en los resultados contra la delincuencia. El militarismo presidencial es aprobado por la cúpula. La tercera ley de “mano dura” tampoco dio resultados. La prevención es una palabra hueca para los gobernantes salvadoreños. Combatir la fuente de la violencia con medidas sociales es algo que no tienen en vista. El presidente incluso ha propuesto al Ejército como el “educador” de los jóvenes “en peligro de delincuencia”. Esta noción vaga y perversa al mismo tiempo, estigmatiza a los pobres. Pues no se va a ir a buscar en los barrios ricos a estos jóvenes que van a ser encargados al Ejército para que los ponga en el recto camino. ¿Pero qué significa “en peligro de delincuencia”? ¿De dónde viene ese peligro? ¿Por qué encomendarle a militares que no tienen en absoluto ninguna preparación pedagógica el cuidado de estos jóvenes? En esto se ve al meñique que nos gobierna y su pequeñez de espíritu. Ante un problema crucial para el país, ante un problema de formación y de educación de los jóvenes de pocos recursos, no es capaz de volverse hacia las instituciones de educación y formación y analizar sus necesidades y aportar las soluciones que puedan permitirles ocuparse de los jóvenes como es su papel y su prerrogativa. Esta mente carcelaria y militarista vuelve su mirada hacia el encuadramiento militar, la disciplina de hierro, la sumición al grito. El contraefecto ya es previsible.
El desempleo sigue aumentando, el poder adquisitivo está por los suelos, los precios siguen aumentando, los productos básicos para la alimentación se vuelven cada vez menos accesibles. Esto no es el cambio prometido. Pero los dirigentes del FMLN siguen repitiendo que su política está sacando al país hacia nuevas perspectivas. Es por eso que no pueden entender que haya gente que proteste, que haya gente que les de la espalda. Para ellos eso es únicamente el producto del accionar escondido de la Tendencia Revolucionaria y de Dagoberto Gutiérrez.
No hace mucho el chivo expiatorio era el pastor Chamagua, no creo que hayan abandonado este blanco. La campaña de desprestigio que iniciaron contra este antiguo asociado era ya el preludio de una serie de acusaciones. Hoy es el turno de Dagoberto Gutiérrez y de la Tendencia Revolucionaria, luego vendrán otros, los bloguistas izquierdozos, extremistas o utopistas.
Los dirigentes del FMLN son incapaces de cuestionar su propia conducta, son incapaces de pensar que sea su propia acción la que produce los efectos que estamos viendo. Es su política de complacencia con el patronato, sus llamados a reconocimiento por parte del gran capital, su proclamada renuncia a reformar la sociedad, el entierro de toda veleidad socialista, el reconocimiento del papel civilizatorio del capital, todo esto no puede exaltar a la población que pensó que algo iba a cambiar, que aunque fuera poco a poco se iban a ir dando los cambios de estructura, que la vida iba a comenzar a ser diferente. En vez de eso, el estancamiento sinónimo de retroceso es el fruto que se está cosechando.
Esta mal informado, su comentario tiene mas de chambre que otra cosa, seria bueno que buscara fuentes de informacion mas presisa, lo de Dago todo la gente lo sabe que el esta en contra del FMLN y la direccion polica esta obsecionado se siente marginado de los cambios y su ego no lo soporta, su tiempo paso lo dejo el tren de la historia.
ResponderEliminarpresiso analisis y muy objetivo. bravo carlos hay que seguir educando.
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