Por lo que se puede ver en el vídeo publicado por el diario La
Página (haga clic aquí), el autoritarismo de Lorena Peña es el que menos me agrada. Pues
cuando un diputado o diputada, en una comisión no puede exponer tranquilamente,
sin interrupción los considerandos, motivos y presupuestos de su proposición de
ley y se le exige que simplemente entregue la ley, se le priva al diputado o
diputada de su derecho deliberativo.
Sobre el fondo, ALBA-Petróleos no es la única empresa mixta que existe en
el país y aunque Ana Vilma de Escobar niegue que no se trata de una proposición
especial contra ALBA-Petróleos, la insistencia en nombrarla, la insistencia
suya como la de su partido y la del patronato, nos permite suponer que esos
ataques no van dirigidos hacia la obtención de una mayor transparencia, sino
que tratan de desprestigiar la gestión de esa compañía. Los objetivos de la
empresa están claramente expuestos en sus estatutos, ALBA-Petróleos ha sido
controlada casi permanentemente por la Corte de Cuentas. La diputada propone
ahora que los controles de todas las empresas mixtas sean con mayor detalle.
Bien. En principio, uno puede discutir eso, no obstante la evasión fiscal,
las exoneraciones fiscales no ocurren en las sociedades mixtas. La
transparencia está por completo ausente de la gestión de todas las empresas. La
empresa capitalista es el reino del más grande absolutismo, el patrón no da
cuenta a nadie de sus decisiones, ni está obligado a justificarlas. Sus
decisiones incumben a muchas familias, las familias de los empleados y de las
familias que trabajan en las empresas con las que está vinculada, incumben
también a la economía nacional en general. El absolutismo también se da en la
ausencia total de la toma en cuenta de la opinión de los asalariados, ni en la
organización de la producción, ni mucho menos en los objetivos de la empresa. Y
por mucho que Sánchez Cerén considere que los patronos son “el corazón y motor
de la economía”, son los asalariados el principal elemento productivo, son
ellos los que transforman la materia prima para convertirla en productos, en
mercancías. La fuerza de trabajo es la única fuente de beneficios.
Ana Vilma de Escobar acusa sin mayores detalles al FMLN y afirma “sabemos
que [ALBA-Petróleos] está sirviendo para financiar al FMLN, sabemos que está
sirviendo para corromper la campaña política, sabemos que está sirviendo para
comprar la voluntad de los salvadoreños que quieren que voten por ellos”. En
realidad ese “sabemos” no deja de ser más retórico que otra cosa. Pues si
existiese ese conocimiento, no sería en la Comisión de Finanzas que oiríamos a
la diputada arenera, sino en una solemne conferencia de prensa a la que
invitarían incluso a los corresponsales de la prensa internacional.
La insistencia tenaz, casi estoica de ARENA y de los dirigentes de la ANEP
en denigrar a ALBA-Petróleos no es tan sólo una manera de dañar al FMLN, esto
se ve claramente, no obstante existe otra motivación. El éxito de la empresa
pone en evidencia que la obstinada negativa de Antonio Saca (presidente
arenero) de aceptar la proposición del presidente Chávez de crear una sociedad
estatal para importar el petróleo venezolano en condiciones de precio
favorables, no se justificaba y que las razones evocadas entonces eran estrictamente
ideológicas. No se vio el interés del país, el interés nacional. Al partido
ARENA y al presidente Saca no les interesaba en nada introducir en el país el
veneno de una sociedad nacional de importación de petróleo. Eso contradice el
credo liberal, contradice toda la política de privatizaciones que llevaron a
cabo durante la gestión arenera de la cosa pública.
Esto me parece importante destacarlo, este aspecto de la cuestión no es
abordado por los dirigentes del FMLN, por razones también ideológicas, pues
ahora la cúpula efemelenista se ha plegado a las exigencias de la gestión capitalista
de la sociedad. Incluso José Luis Merino, miembro de la dirección del
FMLN y de ALBA-Petróleos, llega incluso a afirmar que la empresa que dirige es
una empresa privada, olvidando por completo que se trata de una sociedad mixta,
con la participación de aportes municipales salvadoreños y de aportes de una
sociedad del Estado venezolano.
Es decir que esta empresa es la muestra patente de que no es necesaria la
existencia de un propietario privado para tener una expansión rápida y de
cierta eficacia. Es cierto también que esta expansión se debe en gran parte a
los precios que practica Venezuela en el cuadro de su cooperación internacional
y su política de ayuda a otros países de la región. Se trata de un tipo de
cooperación internacional que ARENA con su presidente Antonio Saca no podía
aceptar de ninguna manera, pues entonces eran uno de los eslabones y relevos de
la política estadounidense contra Venezuela chavista. Tampoco podían aceptarla
por las razones de carácter liberal que anoté arriba.
Este tipo eficaz de cooperación internacional muestra que no era necesario
tampoco votar una Ley de Asocio que entrega instalaciones y explotaciones ya
existentes a capitales extranjeros. Y lo que es peor entrega a la explotación
extranjera y privada los recursos naturales del país, es decir al capital de
los monopolios internacionales, que no van a sentirse obligados a plegarse a
los criterios de una gestión en beneficio de la nación, sino que van a obedecer
a los criterios del máximo beneficio privado. Es por ello que aunque Funes
ponga carita de cipote regañado, se trata de privatizaciones.
Se corre el peligro de la privatización de los recursos acuíferos
nacionales y de nuevo veremos el alza de las tarifas, con el agravante que esto
entra en un plan de largo plazo del imperialismo yankee de apoderarse de los recursos acuíferos mundiales. Esto no
es un asunto que haya que desatender, va de nuestra soberanía y también del
dominio propio de nuestro destino.
No se crea tampoco que estoy haciendo la apología de la gestión actual de
ALBA-Petróleos. Señalo apenas los beneficios de una empresa mixta de
cooperación internacional. Pero las exigencias de transparencia existen
respecto a ALBA-Petróleos, pues la identificación que se hace de esta empresa
con el partido FMLN no es lícita, pues las alcaldías en tanto que instituciones
del Estado no le pertenecen al partido. Esta identificación es utilizada por la
dirección del FMLN para su propaganda electoral, como si fuera la gestión
partidaria la que ha permitido el uso social de los beneficios. Esta confusión
entre partido y empresa es abusiva, pues los beneficios de los usuarios, de los
clientes, de los proveedores nacionales, etc. son asimilados como “favores” que
le hace al público el partido.
Hay algo más, la dirección de ALBA-Petróleos se comporta con el mismo
absolutismo que practican los patrones en sus empresas. Los asalariados no
toman parte en las decisiones, ni en la determinación de los objetivos. La
administración también es verticalista. Por supuesto que no se le puede pedir
peras al olmo, como no se le puede pedir a los administradores efemelenistas de
ALBA-Petróleos que practiquen la cogestión con sus asalariados, que introduzcan
la participación de los asalariados en todos los momentos de decisión
administrativos y económicos de la empresa. Esto supone tener una concepción
democrática radical del funcionamiento de la sociedad, no existe en el FMLN
nadie que se plantee este tipo de problemas, ni de manera teórica, ni mucho
menos práctica. El exacerbado centralismo en el partido se ve como el único
posible, incluso como el más revolucionario.
Me gusta saber que aunque este lejos conoce los problemas nacionales mejor que nosotros los salvadoreños, claro que la desinformacion para el pueblo es aqui una costumbre desde hace muchos años. Su explicación del asocio publico y privado me aclara muchas dudas, solo que me da rabia sentirme impotenete para aclarar a la mayoria, como ud. sabe es muy dificil que el pueblo quiera salir de la ignorancia y muy dificil que los gobernantes se preocupen por sacarnos de la ignorancia, desde aqui adentro todo se ve confuso porque unos y otros jalan para su lado y al final nadie sabe por quien votar, pues a veces comienzan bien pero terminan igual que los demás. Pero bien esperemos el día de las elecciones para saber si seguimos con los mismos o cambiamos a peor. Gracias por sus aclaraciones.
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