Voy a poner aquí un artículo que escribí hace ya algún tiempo, el 13 de abril de 2007. Entonces el FMLN estaba en la oposición y ARENA con el presidente Antonio Saca manejaban las riendas del país. Ahora las cosas han cambiado. ARENA ya no tiene el gobierno y es uno de los partidos de la oposición.
Mi opinión sobre uno de los actores de entonces ya no es la misma, me refiero al FMLN. Mis divergencias las he ido exponiendo durante estos últimos meses. Recientemente uno de sus principales líderes, José Luis Merino, presentó un libro de entrevistas bajo el título “Comandante Ramiro”. Durante la conferencia, según nos narra El Mundo, el miembro de la Comisión Política ha anunciado que el FMLN emprenderá una campaña internacional para dotarse de una estación de televisión.
El artículo que me propongo volver a publicar, habla de este tema, de un órgano propio, autónomo, para el partido que pretende transformar el país. Lo publico tal cual, sin cambiar nada, pienso que algunas cosas las diría ahora de manera distinta, aunque lo esencial de lo dicho lo sigo pensando de igual manera.
Un órgano de prensa que organice y eduque
Por Carlos Abrego
Hace algunas semanas escribí un texto en el que promovía la creación de un marxismo salvadoreño. Durante décadas, muchos jóvenes salvadoreños arriesgaron sus vidas tratando de leer o leyendo textos de Marx, Engels y Lenin. Las dictaduras eran feroces y no permitían ni siquiera la mención pública de los nombres de estos personajes, aun menos el estudio de sus obras y la discusión abierta de sus tesis. Si ha existido marxismo entre nosotros, ha sido ilegal, clandestino. En otra ocasión anterior me expresé sobre la dificultad de desarrollar un pensamiento libre en tales condiciones.
El centralismo y el verticalismo de las organizaciones que se reivindicabanmarxistas limitaban la posibilidad del debate y del análisis marxistas. El centralismo y el verticalismo eran impuestos por la necesidad de sobrevivencia de las organizaciones revolucionarias, ya que se trataba de partidos que conspiraban contra las sangrientas dictaduras y contra las cuales fue necesario emprender una guerra popular. Se trataba de circunstancias reales y muy concretas. No obstante si en lo militar el verticalismo y la subordinación al dirigente no constituyen inconvenientes, ni desventajas, al contrario en el terreno ideológico la falta de discusión y de diálogo es nefasta para los avances revolucionarios.
¿Cuál es la situación actual? En lo que concierne al régimen —aunque se vuelve cada vez más autoritario y despótico— no podemos realmente caracterizarlo como una dictadura. Lo es en el sentido general de imponer toda la fuerza del estado para defender y proteger los intereses particulares de las clases dominantes. Los trabajadores lo experimentan cada vez que se enfrentan a sus patrones, la policía y los tribunales intervienen para desalojarlos, para reprimirlos. Nunca se ha visto que la policía intervenga para obligar a un patrón a pagar los salarios retrazados, ni para imponerle que respete la escuálida legislación laboral existente en El Salvador. En esto no creo que haya que insistir por el momento.
Causas internas
Por ahora en El Salvador, existe espacio para el marxismo. No obstante este espacio sigue vacío. ¿Por qué? La primera causa es que para ocupar este espacio es necesario luchar ideológicamente, porque este espacio existe en el sentido de que todavía no se encarcela por las ideas políticas. El anticomunismo sigue igualmente violento en sus declaraciones y ocupa por el momento la casi totalidad del espacio ideológico. En este sentido la guerra aún no ha terminado. Pero estos momentos de relativa libertad —logrados por los esfuerzos de varias generaciones y con el alto costo de miles de vidas de revolucionarios y patriotas— surgen cuando las fuerzas revolucionarias se encuentran en receso después de sufrir duras derrotas durante todo el siglo pasado. La principal derrota fue por causas internas al movimiento. La osificación ideológica, la represión interna, lasacralización de líderes, el creciente y poderoso burocratismo, la sumisión de todo el movimiento comunista mundial al estalinismo han sido las principales causas del descalabro sufrido en las últimas décadas del siglo pasado.
No obstante no todo fue derrota. El marxismo, aún ahora que muchos lo declaran muerto, sigue siendo un útil eficaz de análisis económico e histórico. Muchos de sus conceptos son utilizados por la ciencia universitaria. Y podemos considerar fundamental el hecho de que si aún existe una esperanza de transformar el mundo y volverlo mejor, en gran medida, se debe al marxismo.
Las fuerzas revolucionarias salvadoreñas por primera vez, en la historia del país, tienen la posibilidad de discutir públicamente su estrategia y su táctica, el contenido de su programa e incluso la forma de organización interna que más les conviene en las circunstancias actuales. Por primera vez también diputados pueden defender los intereses de los trabajadores en el seno de la Asamblea Legislativa. Es evidente que al no ser mayoritarios sus protestas y sus proposiciones no reciben forma material y tienen escasa influencia en el acontecer político nacional. Sobre todo que los grandes medios de comunicación se esfuerzan por minimizar su actuación y en la mayoría de las veces simplemente deformarla y lo que es peor ocultarla. Una imperiosa necesidad para un partido político que pretende llegar al poder para transformar la sociedad es dotarse de los medios que le permitan entrar en contacto directo con los trabajadores.
La escritura es una condición de la reflexión
En un momento crucial de la historia de la revolución en Rusia, en el primer año del siglo XX, V. I. Lenin, se tomó el tiempo para escribir una largo artículo en “Iskra” bajo el título de “Por dónde empezar” que le sirvió de esquema para luego redactar una de sus obras claves, “¿Qué hacer?”. En esta obra Lenin insiste con fuerza y particular ahínco sobre la necesidad —para el partido de la revolución— de un órgano de prensa central. En primer lugar para la educación y formación ideológicas de sus militantes y para la clase trabajadora. Un órgano central de prensa le permite al militante saber exactamente las orientaciones y posiciones del partido, de informarse de las luchas que se desarrollan y además sirve de catalizador de la actividad militante. Cada uno de estos puntos están argumentados en detalle por el líder ruso. En El Salvador nunca ha existido un órgano de prensa que se distribuya y se venda libremente a nivel nacional y que tenga un contenido de defensa de los intereses de la clase obrera y demás trabajadores.
Ahora existen otros medios de comunicación mucho más poderosos, como son la radio y la televisión. Son poderosos desde el punto de vista político en el sentido de que son utilizados para darle a la gente un cuadro de referencia interpretativa de la realidad y que estructura a corto y medio plazo la opinión y la mentalidad de los radioescuchas y de los televidentes. La televisión en este aspecto es mucho más eficaz que la radio. La radio permite el debate y la reflexión. La televisión se basa justamente en la liviandad del trato de la información, la superficialidad es su método. Pero el sustento que le aporta la imagen la vuelve eficaz, pues le sirve para aparentar el reflejo fiel de la realidad. Combatir esta eficacia es muy difícil.
Lo más pernicioso de la televisión consiste en la costumbre, en el hábito que se va imponiendo de mirarla e ir poco a poco aceptando la pasividad intelectual. Eltelevidente es un ser inactivo, casi irreflexivo. La persuación que impone latelevisión es por momentos ostentatoria. Pero en la mayoría de veces se presenta como un espectáculo que distrae, pero nunca abandona su carga ideológica.
A veces uno está tentado en creer que para combatir la mediocridad de latelevisión basta con crear una televisión inteligente. En muchos países se han abierto cadenas televisivas culturales de rico contenido pedagógico. No obstante en casi todos los casos el carácter recreativo se incrusta desde la concepción misma de los programas y es el desenfado lo que subyace en la realización. En los programas educativos que no se acompañan de un mínimo de escritura por parte del tele-estudiante raras veces alcanzan sus objetivos. La palabra escrita es una condición imprescindible, necesaria para la reflexión. Es por eso que aunque resulte difícil contrarrestar la eficacia de la televisión, una revista semanal puede aportar a los militantes, a las direcciones locales, a los trabajadores un refuerzo para su formación intelectual y darle los medios que le permitan argumentar adecuadamente en cada caso que presenta la vida política nacional y local.
El Fmln no tiene capacidad intelectual como para implementar un canal de televisión. Lo que harán es traer cubanos para que le hagan el favor. No hay capacidad analítica en el frente, basta con escuchar lo que hablan por televisión sus lideres. Peor con la letra escrita. Lean la carta semanal de la CP o visiten la página web del frente; solo verán propaganda burocrática, "documentos oficiales", etc ningún análisis económico del pais, ni tan solo un articulo sobre la dolarizacion; etc. Puro bagazo. Entonces abrir un canal por ellos no garantizará nada para educar a la población. No quiero imaginarme las bayuncadas conque saldrán.
ResponderEliminar