Saca, el naufragio, el incendio y los subsidios

El 25 de agosto del año pasado el presidente Saca hizo declaraciones muy optimistas. Ese día no llovió. Porque si cada vez que el mandatario salvadoreño nos trató de adormecer hubiera llovido ya andarías metidos en una Arca... No me estoy inventando nada. Lean esta nota que publicó al día siguiente La Prensa Gráfica. El título del artículo es muy llamativo: Saca: “Sin subsidios el país se incendia”. Ni más, ni menos. De seguro ahora dirá que entonces estaba bromeando, que no era necesario tomarlo en serio, que de todas maneras... No sé exactamente de qué es capaz el presidente Saca.

Pero ahora sabemos que para pagar los subsidios tuvo que endeudar aún más al país, contrariamente a lo que andaba gritando en las múltiples tribunas que mandaba a construir en su permanente campaña publicitaria.

“Vamos a pagar los subsidios y con la plata de los impuestos de los salvadoreños, sin enchillarnos, sin meternos en préstamos, vamos a dejar al país solvente”, desgraciadamente ahora nos estamos dando cuenta que sí nos metimos en nuevos préstamos y que la situación de las finanzas nacionales tal vez no sean tan solventes como lo anunciaba entonces.

Pero el problema de los subsidios no puede abordarse de manera separada como si fuera un peso presupuestario que nos cae fatídicamente del cielo. Detrás de estos subsidios se esconde un suntuoso regalo a una de las más poderosas compañías multinacionales del mundo: AES[1]. Pues en última instancia, bajo el prestexto de ayudar a las familias, se opera una transferencia a los filiales de esa compañía. Por si acaso algunos se han olvidado cuando se vendieron los bienes públicos, entre ellos las plantas de producción de energía eléctrica, se pretendía terminar con la deuda pública y se espera recuadar 2800 millones de dólares. Sabemos que el país sigue enduedado y que perdió todas sus empresas. Estas maniobras se realizaron bajo la tutela de la Banca Mundial y el FMI. No lo olvidemos. Los mismos que elaboraron y nos obligaron a aplicar la doctrina neo-liberal que ha conducido a la crisis financiera actual. Son esos mismos economistas que ahora pretenden seguir aconsejándonos para salir de la crisis. Por supuesto sin salir del sistema en crisis.

Ahora es urgente pensar en otras soluciones. Hemos visto que el modelo neoliberal ha fracasado rotundamente, que los países del primer mundo se han visto obligados a echar al tarro de la basura los dogmas que mandaban a los estados de permanecer al margen de la actividad económica. En nuestro país es urgente que estas compañías que tienen la función de servicio público obedezcan a nuevas reglamentaciones del estado, las tarifas tienen que ser establecidas por el estado. Las tarifas han ido creciendo de manera desproporcionada al costo de la producción y de mantenimiento. Basta ya de seguir dándole regalos navideños durante todo el año a una compañía que de por sí es más rica que El Salvador.

Le añado aquí un enlace hacia una nota del Co-Latino aparecido hoy.

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[1] AES es una multinacional de la electricidad. Tiene su sede en EE.UU., pero sólo desarrolla allí una parte relativamente pequeña de su actividad. También trabaja en Europa, Asia y África. La mitad de su cifra de negocios corresponde a la América Latina, con inversiones en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Venezuela, y también en la República Dominicana, El Salvador, Honduras, México, y Panamá.