Aniversario

Ya van a ser tres años que ando por la « blogósfera ». He tenido bajones y virajes en mi presencia aquí. Poco a poco me he ido abriendo paso, me he acostumbrado a expresarme por este medio. No he mantenido un camino derecho, he ido buscando atajos. Traté que el aspecto literario se mantuviera, a pesar de que lo político fue tomando mayor impulso. Los aspectos extrictamente personales se han hecho más esporádicos. Es tal vez por eso que sentí la necesidad de abrir Crátilo, que está siempre aquí al ladito.

Pero debo confesar, que cuando el 8 de septiembre de 2005 lancé estas Cosas tan pasajeras, nunca pensé que iba a durar tres años, que iba a tener lectores asíduos y que esta tribuna me acarrearía en ocasiones algunos problemas. Nada realmente grave, no. Pero mi mayor satisfacción ha sido que he conquistado amistades fuertes por este medio, que he ido aprendiendo de mis lectores cierta prudencia y a veces a ser comedido. Esto último me ha costado, por mi carácter impulsivo y a veces en extremo irreflexivo.

Me hubiera gustado mantener una conversación más ágil con mis lectores, pero tuve que imponer filtros a los comentarios. En ocasiones los insultos, tomaron el lugar del argumento, la calumnia y la difamación contra terceros trataron de aparecen aquí mismo. Me di cuenta de la intransigencia de algunos, de mi propia intransigencia.

Como se trata de un aniversario tan corto, tres años, no voy a hacer un balance. Quiero simplemente marcar mi sorpresa por mi propia perseverancia.

También, y esto es lo primero, agradecer a mis lectores, a todas las personas que tomaron en cuenta mi opinión, los que reprodujeron en sus blogues y en hojas sueltas algunos de mis materiales. Asimismo agradezco a todos los colegas blogueros que han puesto enlaces hacia Cosas tan pasajeras. A muchos lamentablemente no he podido corresponder.

Sé que algunos periodistas se han quejado por la aparición de los blogues. Han dicho que ellos atacan la libertad de expresión. Esto es simplemente irrisorio. Estos periodistas se habían acostumbrado a no tener nunca contradictores, de repente los tienen. Siempre negaron el derecho de respuesta, ahora hay quienes les responden y los dejan mudos por su propia impotencia ideológica. Es cierto que entre nosotros han aparecido blogues que no respetan en lo más mínimo cierta compostura y se dejan ir por el insulto y muchas expresiones soeces. No creo que tengan mucho impacto en la opinión. Se les puede ignorar muy fácilmente.

Pero hay otros muy interesantes que merecen atención y que ayudan a darle coherencia a nuestro sentimiento nacional. Sé que nuestra diáspora está atenta a esta producción, que se informa a través de ella y que la aprecia.

En la blogósfera salvadoreña hay de todo, cada cual que haga su selección. Hay para todos los gustos. Pero no todos estamos en el mismo saco y supongo que esto salta a la vista.