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24 agosto 2008

Annecy: una de mis escalas


Alguien me señaló que este edificio (este lugar) es uno de los más fotografiados de Francia. No veo por qué no creerle. Que sea así. Pero lo que quiero es que fijen en la hora que marca el reloj y las sombras en la pared. Les indica la altura del sol. Dentro de tres horas las montañas se lo tragarán.


Ven la mancha roja en el centro de la foto. Se trata de la terrasa de un bar, hace años mis cuñadas lo frecuentaban y era el lugar de nuestras citas. Luego las costumbres cambiaron y cambiaron también nuestras citas. Pero cuando paso por ahí, ahora, todavía echo un ojazo. Al lado izquierdo de la foto ven un puentecito, la foto que sigue lo muestra mejor.


En el fondo se pueden distinguir algunos clientes del bar que menciono arriba. Me gusta mucho este pasaje. Es muy transitado. Tuve paciencia y suerte que estuviera vacío en el momento de mi foto. Al mismo tiempo, tuve un poco de impertinencia, simplemente me interpuse al paso de los que venía atrás...

Me apresuré a captar a esta madre con sus dos hijos. El marido estaba a mi lado y tardaba mucho con su cámara... Me encantó la pose de los cipotes.


Esta es otra parte de los canales. Es, como pueden ver, un lugar lleno de restaurantes "tipicos".

Este es uno de los tantos caminos que llevan al Castillo. Esta vez tuve pereza y no subí. Me perdonan, la próxima vez llegaré hasta la cima y clavaré la bandera del FAS.


En la realidad, este detalle de la ciudad es más elocuente que lo que aparece en mi foto. Espero que se imaginen lo que vi. Tal vez sientan entonces lo que sentí.



Esta no es la Catedral de Annecy. Tampoco la iglesia en donde la madre de San Francisco de Sales vino a pedir un milagro de fecundidad. Es una iglesia que se me antoja muy guanaca y muy colonial.

Estas gradas llevan hacia una plazoleta: dos bancos, dos parejas. Comprendan mi pudor y el silencio de mi cámara. El lugar es para ir acompañado.


Este no es el Castillo. Se me ocurrió tomar la foto por la luna. El sol aún no acababa de ponerse.



El busto es de Jean-Jacques Rousseau. En el basamento, algo se puede adivinar detrás de las rejas, hay una inscripción: En este lugar Jean-Jacques Rousseau se encontró con madame de Warens. Creo que fue un momento muy importante para ambos.

4 comentarios:

  1. Anónimo5:05 p. m.

    Bellísimas fotos... Gracias

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  2. Maravillosos paisajes, profesionales fotografías, inconmesurable envidia (de la buena, claro está)

    Saludos don Carlos

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  3. Anónimo7:55 a. m.

    Mire don Carlos, perdone mi ignorancia y mi jayanería, pero...

    Es cierto que las franchutas son de arranque?

    Va pues, saludos desde Atiquizaya.

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  4. jc, y Alberto:

    Gracias a los dos. Me alegra que les hayan gustado las fotos. Se me ocurrió que era una manera de compartir. Alguna vez también voy a poner fotos del arrabal donde vivo.

    Anónimo: No creo que las francesas sean diferentes a las mujeres del resto del mundo.

    Vos debés saber que a veces las fustraciones nos hacen contar a nosotros los hombres todos los fantasmas que se nos ocurren. Y los fantasmas resultan a veces muy convincentes.

    Espero que no me preguntés eso, porque tenés mala suerte con las cipotas de Atiquizaya y que esperás que afuera te irá mejor.

    De todos modos, gracias por visitar el blog.

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