Un episodio de un largo novelón

La coincidencia entre el aniversario del crimen y la captura de Belloso puede que sea el fruto de una contingencia, pero lo que ya no es casual es el uso masivo que están haciendo de este suceso los medios salvadoreños. Uso masivo para desprestigiar y atacar al partido de oposición FMLN. Se trata de una campaña en la que trasluce un escenario escrito de antemano. De ahí que tampoco parece casual la misma captura.

Muy sorprendente el episodio del video. Sorprende la deontología policial, quiero decir la falta de deontología. Distribuir el video antes de que los jueces hayan tenido noticia de las afirmaciones de Belloso y anotarlas para su futura confrontación con los hechos y las personas designadas, obedece no a la búsqueda de la verdad en el caso, sino participar activamente en la campaña gubernamental contra el partido opositor. Se trata de declaraciones extra-judiciales, lo que significa que no tienen validez para condenar a nadie, ni pueden servir de pruebas acusatorias. Apenas pueden servirle a la policía como indicios para continuar las investigaciones. Preguntémosnos, ¿qué fines persigue la policía con esta difusión? ¿De quién proviene la iniciativa de esta difusión? ¿Del jefe de la policía, de algún ministro? ¿De COENA?

Esta difusión no es una fuga de información, es un acto deliberado, es una pieza externa al juicio, cuyo uso como cuña propagandística, obedece a designios partidarios de ARENA. La policía es una institución del Estado, sus documentos (el video es uno de ellos) no deben ser puestos a la disposición de los medios para “enriquecer” su propaganda.

El otro aspecto sorprendente es la familiaridad con que Belloso conversa con sus interrogadores, no parece un hombre acosado que ha estado escabulliéndose de las garras policiales durante todo un año, su confianza es extrema. Hasta ese instante se pudiera creer que los policías han sido sus peores enemigos. ¿Acaso no es presentado como el presunto asesino de dos policías? En todo caso se lo ha visto —en otro video— con un arma apuntando en dirección de policías… La charla es amena. Apenas hace falta la tasita de café, el cenicero y las bocanadas de humo del plácido cigarrillo. Sus interlocutores le soplan nombres, completan sus respuestas, Belloso sonríe. Lo único que es evidente es que Belloso ignora que es filmado y que esas imágenes serán vistas por todo el mundo. Bueno, esto es lo que supongo, por el mínimo de dignidad que le concedo a todo recluso.

“…ha puesto bastante la cuota…” Esta frase nos sugiere que ha habido un trato, un negociado. No obstante hace falta por el momento probar la culpabilidad de Belloso, traer pruebas materiales, el arma del crimen, pruebas balísticas, etc. Pero parece que esto se irá convirtiendo en secundario, de todos modos Belloso ya está condenado por el crimen, lo que cuenta es como utilizar el juicio para los fines de la propaganda oficial. Incluso ya los jefes policiales y miembros del ejecutivo han dicho que lo más importante es averiguar quién dio la orden. El video es el primer episodio de un novelón.