El senador suizo, Dick Marty, presentó esta semana la segunda parte de su investigación sobre los vuelos y los centros de detención secretos de la CIA en Europa. Sus conclusiones no dejan ninguna duda de la profunda implicación de varios países europeos en la “cara oculta” de la lucha “antiterrorista” de los Estados Unidos.
—Dick Marty. El simple hecho de raptar y detener personas en secreto fuera de todo sistema legal y de toda garantía judicial constituye en sí una forma de tortura. Además, los Estados Unidos, con el aval de su Administración, tienen actualmente una interpretación demasiado amplia de los tratos a los cuales pueden ser sometidos los detenidos. Los americanos no consideran las prácticas que se autorizan con los prisioneros (encerramiento solitario y ligados, privación de la luz, del sueño y también la exposición al frío...) como torturas. No obstante a mi entender, estas prácticas se inscriben, por lo menos, en una categoría de tratos degradantes e inhumanos. Son pues claramente prohibidas por las convenciones internacionales. Según las informaciones que he podido reunir, por lo menos quince, y puede ser hasta treinta personas, han sido detenidas, en diversos momentos, en los centros secretos de detención.
—Según su parecer ¿quién es el principal responsable de la participación europea en estas prácticas ilegales? ¿Se trata de la OTAN, que Usted cuestiona en su segundo informe, se trata directamente de los gobiernos o de los servicios secretos europeos?
—Dick Marty. Es una buena pregunta. Estamos efectivamente en presencia de un caso típico de disolución de responsabilidades. Es cierto, de entrada, son los Estados Unidos y la administración americana que pusieron en marcha este sistema inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre del 2001. Esto lo sabemos. Pero apenas unas cuantas semanas más tarde, el 4 de octubre del 2001, la OTAN puso en marcha, en una reunión de su Consejo, el mecanismo del artículo 5° de su Tratado, que implica la cooperación de todos los miembros en la defensa colectiva. Todos los miembros entonces deben prestarse asistencia. ¡Pero manifiestamente ha sido abusivo, este artículo 5° fue concebido para el caso de una guerra clásica! Es entonces claro que la OTAN ha servido de plataforma para prestar asistencia a los Estados Unidos en Europa. Además, me he enterado de una serie de acuerdos secretos, siempre en el cuadro de la OTAN, en los que había una clausula sobre la CIA. Este compromiso contraído por países de la OTAN es, según mi opinión, la única manera de explicar por qué a países perfectamente democráticos, como Alemania o Italia, les cuesta abrir y tratar este asunto. Es significativo que incluso las oposiciones en estos dos países, que criticaban a sus gobiernos sobre este asunto, han cambiado totalmente de posición una vez que han accedido al poder y han llegado hasta tratar de parar procesos judiciales contra la CIA (en Milano y en Munich).
—Usted ha utilizado una treintena de testimonios de personas, principalmente miembros de los servicios secretos, que se mantienen anónimos. La APCE (Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa) ha autorizado esto. ¿Hubiera podido llevar a cabo su investigación sin esta condición?
—Dick Marty. Esta garantía de anonimato era absolutamente indispensable, sobre todo para los interlocutores venidos de los servicios secretos. Sin ello no hubiéramos tenido acceso a un número de hechos para este asunto.Pero por el momento, si estas personas aparecieran a la luz del día, arriesgarían por lo menos sus carreras y puede ser que en algunos casos, ¡procesos por alta traición! Estimo que en un caso de tal gravedad, el secreto de Estado no debe cubrir las actuaciones ilegales. Sigo estando convencido que Europa debe hacer toda la claridad sobre este asunto. Sin esto, estoy persuadido, que la verdad saldrá un día u otro en los Estados Unidos, donde, a pesar de las derivas actuales, existe una tradición de transparencia en materia de asuntos públicos. En tal caso sería muy perjudicial para Europa.
—¿Cuáles deben ser los pasos siguientes de su investigación en el plano político y judicial?
—Dick Marty. Yo ya cumplí con mi tarea. Pienso que de aquí en adelante es la sociedad civil y a las opiniones públicas, como a sus representantes en los parlamentos nacionales de reaccionar y de tomar el relevo para que desemboque este necesario trabajo de busca de la verdad.
Esta entrevista fue publicada el 29 de Junio de 2007 en el diario francés l’Humanité.
No se me ocurre nada que decir, excepto:
ResponderEliminar"No hay nada nuevo bajo el sol"
Saludos don Carlos
Alberto Enrique Chávez Guatemala