Todos recuerdan el largo episodio del desabastecimiento de medicinas en el Seguro Social. Hoy nos enteramos que nuestro país adquiere esos remedios a precios mucho más elevados que cualquier otro país en el mundo. La nota que nos informa de esto, no trae las explicaciones del porqué. ¿Cuál es el monto de este despilfarro? Digo despilfarro, aunque tal vez debería decir de esta estafa de que somos víctimas. Me parece que la Corte de Cuentas debería investigar esto. En todo caso es urgente revisar contratos de compra de medicinas y buscar otros proveedores.
También considero necesario que tanto el ministro de Salud y el responsable del Seguro Social le den una explicación al país. No podemos darnos el lujo de ser el país que más caro compra sus medicinas.
También considero necesario que tanto el ministro de Salud y el responsable del Seguro Social le den una explicación al país. No podemos darnos el lujo de ser el país que más caro compra sus medicinas.
Me pregunto muy inocentemente, ¿el Ministerio de Salud y el Seguro Social compran directamente los medicamentos a los fabricantes o existen intermediarios? Sería conveniente volver transparentes los circuitos.
Hola Carlos:
ResponderEliminarNo sabría decir si el estudio acierta o no.
Lo que sí es verdad es que tanto el Ministerio de Salud como el ISSS compran a través de intermediarios (distribuidores debidamente agremiados por supuesto) y supongo que debe haber una razón para ello pero la desconozco.
En cuanto a las medicinas extranjeras (más caras pero más confiables) esa cadena de distribución genera problemas logísticos-burocráticos que dificultan hasta el infinito los procesos de compra.
Por otro lado hay presión política de compadres de Casa Presidencial para que se obvien análisis de calidad indispensables en cualquier país que se digne de serio (como el de bioequivalencia) para favorecer a los amigos productores locales.
Resultado: medicinas de dudosísima calidad (caras seguramente) Pero la excusa es cachimbona: las transnacionales son voraces y los cheros de aquí son salvadoreños bondadosos y desinteresados e igualmente cachimbones que hacen medicinas cachimbonas y por lo tanto no hay que testearlas.
Al menos dos miembros del Gabinete (del Inner Circle) son propietarios de laboratorios locales y han ocupado la presidencia de la gremial local respectiva.
Favorecer a la Industria Nacional le dicen...
salud.
ResponderEliminarLas medicinas genéricas no son lo que se dice
Harry Castro Stanziola
Es de todos sabido que los precios de muchas medicinas, sobre todo las más necesarias, son en muchos casos demasiado elevados. Sería interesante conocer cuántos hogares panameños pueden enfrentarse a esa absurda situación y poder combatir los males de sus familiares.
Este artículo tiene como único objetivo el tratar de explicar a quienes no lo sepan qué es eso de medicamentos genéricos, los cuales también pueden ser utilizados con magníficos efectos y a precios mucho más accesibles.
Ellos se llaman así, porque cada uno tiene una composición química especial. Y comencemos con un ejemplo. Acetaminofén es el nombre genérico de ciertas sustancias que pueden hacer descender ciertas fiebres y aliviar algunos tipos de dolores. Después de que se comprobó que tenía los efectos anotados, esa medicina pasó los controles que tienen los diferentes países del mundo. Si el producto es aceptado puede ser colocado para la venta, pero puede que lo posean diferentes laboratorios, ellos le ponen variados nombres tales como en el caso del acetaminofén: Tylenol, Tempra, Datrin y otros más. Es lo mismo como el caso de la gasolina, este es otro nombre genérico para compuestos que son combustibles y ayudan en múltiples propósitos, pero de nuevo las compañías que la poseen las llaman gasolina Esso, Delta, Shell, etc., pero lo que actúa es el género al cual pertenece el producto y no la marca o el nombre. Pero hay más, ese proceso de ponerle nombres propios a las sustancias originales cuesta mucho dinero, ya que la publicidad tampoco es barata. El proceso de investigación para conocer si un medicamento es útil es verdad que también es caro, pero los productos genéricos también han tenido que pasar por ello. No es que se puedan vender sin haber sido suficientemente investigados. De todas maneras, el no tener que invertir en que se conozcan sus nombres propios significa una gran economía. Tanto es así que países con enormes recursos económicos tales como Estados Unidos de América adquieren para ser utilizados en muchas instituciones gubernamentales los productos genéricos, y se abstienen de usar los que llevan costosos nombres.
A muchos pacientes en nuestro país se les dice cuando no mejoran, que es porque están usando productos genéricos. Esto tampoco es así, otros pacientes tampoco mejoran, aun utilizando medicamentos con nombres propios.
Ojalá que el gobierno panameño adquiriera, eso sí, de casas farmacéuticas bien reconocidas productos genéricos, ningún acto doloso hubiese en ello y se economizarían dineros que ya casi no nos alcanzan para el diario desayuno.
El que esto firma, bastantes genéricos que recetó o que él aún los toma y no me arrepiento de ello.
Cuando estudiamos medicina era muy raro que los profesores utilizaran para enseñarnos nombres propios de medicamentos, lo que teníamos que conocer eran los genéricos y más aún sus efectos. No sigamos cometiendo el poco humano proceder de negarles la salud por razones económicas a tantos desdichados conciudadanos. Todos tienen derecho de preservar sus vidas o no tener que abandonar sus trabajos.
http://ediciones.prensa.com/mensual/contenido/2005/02/12/hoy/opinion/131531.html