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24 septiembre 2010

Conversación con Diana Barahona

Mi amiga y compañera Diana Barahona ha publicado en su blog una respuesta a mi artículo “La revolución es una asunto de todo el pueblo”. Abajo publico mi propia respuesta, con la que entablo con ella una conversación útil y necesaria. 

En primer lugar quiero agradecerte que hayas reaccionado a mi artículo. Es justamente este tipo de reacciones las que deseo provocar, es esto lo que nos puede ayudar a avanzar en el entendimiento de la situación política y de los medios que tenemos que usar para llevar adelante las ideas de la revolución.

En primer lugar, lo que he dicho no se trata nunca de “verdades” que las considere como dogmas, que haya que aceptarse sin discusión. De lo contrario no hubiese llamado justamente a que todos pensemos y discutamos.

Paso ahora a lo que está en discusión. De entrada, “vía democrática” la opongo a la “vía por la guerra, por las armas”, esta oposición es determinada por el momento político en el que estamos viviendo en El Salvador. Se trata pues de una opción que obedece a esta coyuntura, nada sé concretamente del futuro, ni de cómo puede cambiar la situación actual. Se trata pues de eso. Es decir que me refiero a una actividad política en la que las elecciones sean momentos de todo el proceso, para mi se trata de una actividad permanente de lucha revolucionaria, en la que los trabajadores vayan obteniendo nuevos derechos en sus trabajos, nuevas prerrogativas en la gestión de sus asuntos. Las elecciones serán momentos en los que se medirán la correlación de fuerzas, como barómetros. En mi manera de pensar la revolución no se lleva a cabo solamente en el Estado, sino que en el seno de toda la sociedad.

Has dicho que “literalmente, democracia significa que el pueblo gobierna”. Esta definición, como todas las definiciones de este tipo, son muy abstractas, están despojadas de lo concreto de la historia de cada país y de cada época. Creo que precisamente por el carácter abstracto de esta definición muchos regímenes que en nada son democráticos se adjudican el nombre, pues suponen que la simple participación de la gente en elecciones resulta suficiente para llamarse así. La democracia no es un cuadro, un esquema, creo que la construcción de la democracia es también un combate, una lucha. Incluso el sistema electoral actual no es el mismo, que el que existió al inicio de la Revolución burguesa. Poco a poco se ha ido transformando, nuevas capas entraron a votar, se cambió las edades, las condiciones de acceso al voto, recientemente en esta historia las mujeres obtuvieron el derecho al voto. Pero esto no es todavía la democracia, por las limitaciones concretas de decisión que tiene el simple voto. No entran en esta concepción de democracia muchos aspectos de la sociedad que no se definen desde el “poder” del Estado.

Dices también que “para llegar al gobierno, hay que hacer una guerra de clases, y nunca jamás ha existido un ejército democrático, por razones obvias”. Es este tal vez un punto de oposición entre nosotros, no creo que solamente sea la “guerra” el único camino que conduzca a la revolución, creo que es posible a través del movimiento de masas, de una toma de conciencia general de la necesidad de transformar radicalmente la sociedad. No excluyo que en determinados momentos sea necesario y urgente recurrir a las armas, por el momento la situación política concreta de El Salvador no permite llegar a esta conclusión.

La historia salvadoreña nos ha ofrecido recientemente este caso de lucha armada. Durante años fue imposible en el país tener actividades políticas legales, públicas. Las elecciones eran un festival de fraude descarado, la represión contra las fuerzas democráticas y revolucionarias fue sanguinaria y sangrienta: se hizo necesario pasar de la actividad clandestina de agitación restringida hacia la lucha armada. Esta decisión se tuvo que tomar afuera del PCS, pues al interior la mayoría a pesar de declarar que la “vía armada” era la única posible en el país, encontraba demasiados obstáculos para realizarla: pequeñez del país, ausencia de altas montañas, aislamiento del país, estaba rodeado de dictaduras, poca preparación de nuestra gente para esos ejercicios, etc. La historia se encargó de demostrarle a esa gente que sus pretextos eran falsos. No obstante cuando el “puñado” que fundó la FPL emprendió la lucha armada, tenía clara conciencia de que no se trataba de un “foco” revolucionario, sabían perfectamente que era necesario la creación de un Ejército popular revolucionario, que era urgente crear y desarrollar un movimiento de masas altamente organizado y reivindicativo. Es por eso que desde el principio las FPL le llamaron a sus estrategia “Guerra popular prolongada”. No era simplemente una evaluación bélica, de estrategia de guerra, sino que comprendía precisamente convertir al pueblo en el mar en donde los guerrilleros pudieran nadar a sus anchas. Para ello era necesario un movimiento democrático amplio al interior de la población, que fuera ganando a la gente a la idea de la transformación radical de la sociedad. El PCS durante años le dio batalla a estas ideas. Por supuesto que también y sobre todo el gobierno de la oligarquía y el imperialismo. Esta opción de guerra dio lugar a una lucha ideológica intensa, ahora se trata de ocultar esta lucha, de hacer como si no hubiera tenido lugar. Es por ello que es necesario escribir la historia y sacar las enseñanzas.

Se trataba de llevar adelante la lucha de clases en todas sus formas. Tomando en cuenta la situación interna, como externa. No creo necesario, en este momento prolongar este tema, aquí, en mi respuesta. Tal vez en adelante aborde de nuevo este tema.

No obstante en esta “vía democrática” que propongo para El Salvador no se excluye de ninguna manera la lucha de clases. Es precisamente el centro de todo, su motor, el dinamo de todo. Es por ello que surge la urgencia de organizar a los trabajadores en sindicatos, que defiendan sus intereses inmediatos, que no se dejen imponer la visión patronal de la gestión económica. Es por ello la necesidad de organizar al pueblo en los barrios, en comités, en consejos, en los que se delibere y se encuentre soluciones a muchos problemas que encuentran en el vecindario y que tengan la fuerza necesaria para imponer a las alcaldías otro tipo de gestión municipal, se le llame o no participativa. Todas estas acciones no pueden conducir a otro tipo de democracia superior, si en ellos no se hace la demostración de la incompatibilidad entre los intereses de las clases dominantes y los intereses de los trabajadores.

En lo que concierne a Honduras, no puedo pronunciarme si estamos en una situación revolucionaria. Lo que es claro es que hay una represión sangrienta y que el pueblo hondureño resiste con fuerza a esas embestidas. El pueblo hondureño y sus organizaciones sabrán si se trata o no de una situación revolucionaria. En todo caso, su lucha debe de recibir toda la solidaridad de parte de todos los pueblos de América. El proceso “democrático” en Honduras ha sido interrumpido por el imperialismo y la oligarquía hondureña a través del golpe sanguinario. La complicidad de los gobiernos centroamericanos es insoportable.

Tengo también otra divergencia con tu interpretación de los hechos. Ha sido un constante error pretender que la revolución cubana es obra de un puñado de personas. Es cierto que la guerra de guerrillas se inició con poca gente, pero la revolución estaba muy lejos de haber empezado. Apenas se ponían las bases para desde ahí emprender los ataques contra la dictadura de Batista. Con demasiada frecuencia se olvida o se omite la actividad de Fidel Castro en el parlamento cubano, durante la cual realizó una vigorosa lucha de agitación y que mantuvo correspondencia diaria con sus electores, Fidel expedía centenares de cartas y se fue creando en toda Cuba una red de simpatizantes. Toda esta actividad tuvo su incidencia después en todo el proceso. Hay otras cosas que también no se toman en cuenta o se exponen de manera deficiente, me refiero a toda la activad organizativa que se desarrolló en las ciudades, sin la cual la guerrilla hubiera sido aislada del pueblo. Franck Pais es uno de los héroes de esta lucha en las ciudades. Esta lucha tuvo sus mártires y sus héroes como los tuvo la lucha en las montañas.

Es decir que incluso la batalla final que condujo al Ejército revolucionario desde Oriente hasta la Habana fue posible por las organizaciones de masas. Pero lo más importante que deseo subrayar es que la revolución no estaba consumada con la llegada de los “barbudos” al poder, apenas se iniciaba otro período revolucionario que durante mucho tiempo quedó abierto a desarrollos diferentes.


La declaración de Fidel sobre el carácter socialista de la Revolución cubana fue sobre todo un acto político de resistencia ante las criminales acciones del imperialismo contra la soberanía cubana, ataques armados, bombardeos de instalaciones económicas, incendio de plantaciones, etc. Pero no se trataba de que de una día para otro, de manera mágica, la realidad cubana se convertía en otra cosa. El socialismo cubano apenas empezaba, para ello era necesario resistir con todo el pueblo a los ataques imperialistas, ganarse a todo el pueblo para emprender las tareas de la construcción del socialismo, sin la participación y la aceptación de la mayoría de los cubanos de esos objetivos, el gobierno cubano no hubiera podido resistir al inhumano bloqueo a que sido sometida la isla de Cuba.

No, la revolución cubana no es la obra de un puñado de personas, es la obra de todo un pueblo. Es más, la revolución no es un acto de toma de poder, aunque de manera figurada, metonímicamente se le llame así, la revolución es un proceso de transformación social. Este proceso aún no ha terminado en Cuba. Hay que señalar que se trata de un proceso de luchas, de múltiples luchas internas y externas. En las que el aspecto ideológico es extremadamente fundamental y el proceso de democratización de la sociedad es primordial.

No creo contradecir al Partido Comunista Cubano que la construcción del socialismo en Cuba aún no termina, que se trata de un proceso con todos los problemas propios a Cuba, con sus fases altas y bajas. Es necesario ahora incluso aceptar que en determinados momentos es urgente retroceder y aceptar que la propiedad privada vuelva en algunos sectores de la economía cubana.

La situación venezolana es, como toda realidad nacional, sui generis. En Venezuela no fueron los “golpes de Estado” los que llevaron al poder a Hugo Chávez, ni se trataba en esos momentos de actos revolucionarios socialistas. Pero tampoco las luchas del pueblo venezolano adquieren el carácter socialista porque Chávez hable de socialismo, para que ellas sean socialistas es necesario que el pueblo venezolano sea conciente y tenga esos objetivos. Pero de nuevo aquí, la revolución no es un acto, no son la revolución las victorias electorales del partido organizado por Chávez.

En Venezuela las circunstancias específicas, en que las organizaciones y el partido pretendidamente de la revolución era marginal y poco influyente en la sociedad, dejaba un vacío social que vino a ocupar el partido que se organizó alrededor de la figura de Chávez. Ahora se trata de un nuevo partido. No obstante tampoco en Venezuela podemos hablar de un socialismo acabado. La lucha que lleva el pueblo venezolano es muy variada, abarca muchos campos, tiene la ventaja que el partido que promueve la Revolución está en el gobierno. Pero la construcción del socialismo no se da por la simple voluntad de un puñado, ni de un líder político, sino que se trata de una lucha popular permanente. En Venezuela se lucha, se combate, contra las fuerzas antirrevolucionarias internas y contra el imperialismo. La lucha es también ideológica y esta existe también al interior del Partido Socialista Unido de Venezuela. En Venezuela el socialismo es un proyecto, es lo que se persigue, sus avances dependerán de la adhesión del pueblo a este proyecto.

Me he atrevido a opinar sobre Honduras, Cuba y Venezuela, pero debo de reconocer que no es mi intención inmiscuirme en los asuntos internos de esos países. Lo hago porque los has traído a colación en nuestro debate. Pero en mi artículo he hablado exclusivamente de El Salvador.

El último punto, es sobre la situación actual del estado de conciencia de los salvadoreños. Sigo considerando que por el momento el pueblo salvadoreño es dominado por la ideología burguesa, que en su gran mayoría es hostil a las transformaciones radicales que necesita el país. Los resultados electorales, la conducta misma de los diputados del FMLN, su argumentación, sus posiciones, las posiciones del FMLN muestran que su objetivo inmediato no es iniciar un proceso revolucionario. Durante todos estos veinte años de gobiernos areneros, el FMLN ha abandonado la lucha ideológica por el socialismo, el pueblo no está organizado.

No podemos idealizar la situación, en estos momentos la urgencia es justamente conquistar a la mayoría a la convicción de que no hay solución a los problemas nacionales, sin una transformación radical de la sociedad salvadoreña. En estos momentos, bajo el pretexto de que buena parte de nuestra población se encuentra en Estados Unidos, el presidente puede justificar que su principal aliado es el imperialismo estadounidense. Este argumento es también tomado en consideración por el FMLN y también es usado para justificar su política actual. Los salvadoreños en el exterior y sobre todo las remesas son una coartada para no avanzar hacia la solución de muchos de nuestros problemas.

Hablo del FMLN -aunque de manera implícita hayan abandonado los objetivos socialistas para El Salador- porque es la fuerza política que cohesiona la mayoría de la gente que aspira a cambios dentro del país.

Lo que es inquietante para la construcción del socialismo es que un puñado se apodere del partido, del poder y conduzca al pueblo hacia un callejón sin salida. Lo inquietante es que sean los dirigentes los que tomen las decisiones sin consultar con las bases del partido, sin organizar congresos. Es inquietante que sea un puñado de personas las que decidan y sean los activos agentes y que el pueblo, los trabajadores queden apartados de las decisiones, que se vuelvan pasivos, que sean un simple receptor de las decisiones. Fue esto lo que condujo a los fatales crímenes del estalinismo. Este peligro es constante. Pero no sólo en sus casos extremos, sino también en que el autoritarismo, la ausencia de debate, el dogmatismo, la sacralización del discurso del líder, la sacralización de los medios, etc. amenazan en la ausencia de un pueblo pensante y activo. Por el momento, desgraciadamente el nivel de conciencia y de combatividad de los trabajadores en El Salvador es bajo, negarlo es entregarnos a un virtuoso optimismo, pero totalmente ingenuo. El optimismo que necesitamos debe ser lúcido. Es por ello que debemos entender que las batallas no son pocas y son de larga y prolongada ruta.

Carlos Abrego

5 comentarios:

  1. Anónimo5:37 p. m.

    Me da la impresión de que mucha gente sigue anclada al pasado y no quieren ver los cambios que han ocurrido en la sociedad salvadoreña, uno de ellos a mi juicio es que ésta sociedad se ha lumpenizado.Esta lumpenización abarca a todas las clases sociales.

    ¿ Qué podemos entender por "clase obrera" hoy en el salvador, cuando la actividad productiva incipiente que se inicia con el mercado común centroamericano de los 1970 se ha deteriorado?

    ¿Podrá ser el FMLN un partido de la clase obrera, cuando es un partido donde incluso hay empresarios? ¿hay que expulsar a estos empresarios del FMLN?.

    ¿Después de lo ocurrido en la ex_URSS es bueno seguir con el leninismo?. Preguntas hay muchas y es bueno que se despierte un debate.

    Saludos cordiales.

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  2. Diana Barahona12:53 a. m.

    De acuerdo. Hay que hacer una nueva análisis de las dos clases--la clase trabajadora y la clase capitalista. El hecho de que la clase trabajadora ha sido flexibilzada no significa que deje de ser clase trabajadora. Pero es necesario incluir más sectores a esta clase por definición: los trabajadores cesantes, los vendedores, los que trabajan por cuenta propia, los informales, y especialmente LAS MUJERES. Robinson sugirió que se cambie el lugar donde se concibe a esta clase de los centros de trabajo a las comunidades donde la gente vive.

    Más importante todavía es estudiar el carácter de la clase capitalista. Mi opinión es que hay una concepción muy errónea sobre esta clase, y que esa concepción fue planteada por el FMLN. Handal tenía la idea de que había capitalistas progresistas (o patrióticas) y que el partido debía formar alianzas con ellos. No sé si todavía hay capitalistas nacionales, pero el FMLN ha estado colaborarando con la clase hegemónica, que es la clase capitalista transnacional, que no son ni progresistas ni patrióticos.

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  3. Anónimo3:49 a. m.

    yo digo que mejor deberian de intentar hacer la revolucion por la via armada asi terminan ustedes como mono jojoy o en la carcel tal como deben de terminar los delincuentes comunistas

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  4. Yo prefiero hablar de proletarios y no de trabajadores, entendiendo estos ultimos como asalariados y generadores de plusvalia. Segmento poblacional llevado al minimo, en una situacion donde la mayoria estamos en el sector informal y el sub empleo y el desempleo llano.

    Aunque no es el punto del articulo, considero que todas esas luchas reinvindicativas de los sindicatos como demagogicas y egoistas, ya que el combate de los los niveles de pobreza y marginacion de las mayorias deberian ser la agenda de todas esas organizaciones y no solo de sus afiliados, en el entendido que los recursos del pais son limitados.
    En otra arista: como debo sentirme contento de mis conquistas salariales y de prestaciones si todavia deambulan niños en las calles, hasta el extremo de envenenarse por hambre y otros cuadros tan comunes y degradantes.

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  5. Anónimo4:13 p. m.

    Diana:

    Creo que cometes un error en creer en un potencial"revolucionario" en los informales(¿incluyes a las maras, también?.Precisamente entre los informales incluso la ideología de explotación se encuentra entre ellos; incluso los informales con más poder se han apoderado del territorio en el centro de san salvador y les alquilan a los más débiles las aceras, la derecha se aprovecha de esto, lo que quiero decir es que la ideología capitalista de explotación incluso está entre los más pobres. Creer que los cuasi lumpens y lumpen tienen un "potencial revolucionario" es un error.

    Tambien veo que tu te adhieres al postulado leninista de que las masas ignorantes y los trabajadores son incapaces de liberarse si no tienen la "conducción" "revolucionaria" de los intelectuales. Mira lo que pasó en la exURSS y el resto de la Europa dizque "socialista".

    Sí creo que Handal creyó y muchos en el frente creen que hay una "burguesia nacional"que en determinados periodos se puede confrontar al imperialismo. Esta idea me parece que viene de la tercera internacional, una idea que viene del mismo Lenin y los PC de América Latina la siguieron. En El Salvador ha habido una oligarquia cipaya, antinacional al servicio del imperialismo, pero algunos sectores de empresarios hoy con el neoliberalismo, sobre todo de medianos y pequeños empresarios se han visto afectados; la oligarquia y los grandes capitalistas de El Salvador cipayos han atermorizado con el anticomunismo a estos sectores empresariales y le hado resultados para perpetuarse en el poder.

    Saludos cordiales

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