Todo esto ha comenzado renqueando. Cuando digo todo, me refiero a que primero se creyó a pie juntillas en un hombre providencial, se le idolatró, se le entregó la confianza entera de millones y ni siquiera el partido que lo patrocinó juzgó necesario pactar con él claramente, ni planes de gobierno, ni cómo se iba a gobernar. Se le perdonaron repetidos desplantes, incluso hubo quien los juztificara.
El presidente aprovecha hasta el tope el carácter antidemocrático de la Constitución con su exacerbado predencialismo. El partido que lo llevó al poder finge no darse cuenta de que el presupuesto votado en los mismos términos que el anterior, encierra las mismas patrañas que usaban los gobiernos anteriores. Si fueramos honestos, si el coraje no nos faltara, pues reconoceríamos que transparencia no existió ni siquiera en el proceso de designación del candidato. El cambio de los estatutos del Frente, el procedimiento con un solo candidato, la existencia de dos entidades paralelas de preparación de programas, etc. Todo eso lleva la impronta del secretismo, de un antiguo proceder antidemocrático, oscuro y nefasto.
Estamos viviendo episodios de nuestra historia que pudieron ser muy importantes, que aún lo pueden ser, que pudieron seguir los rumbos de una epopeya, pero que se están encaminando hacia una comedia de baja calaña.
Se nos repite con insistencia que el tiempo es corto para juzgar, sí, para dar un juicio definitivo es corto y aún no es tiempo, es cierto, sin embargo el presidente si parece ser más inteligente o más astuto, pues él si considera que puede ya juzgar en este mismo tiempo el trabajo de sus ministros. Y esos ministros han estado con las manos amarradas, con la espada de Damocles sobre sus cabezas, pues sabían que en cada momento podía el presidente sabelotodo desmentirlos, criticarlos, desvalorizarlos. Tenemos pues la figura que describe García Márquez en una de sus obras cumbres, “El otoño del patriarca”. Según cuenta se lo inspiró un célebre gobernante salvadoreño.
Pero algo se puede hacer para que las cosas cambien. Ser honestos con nosotros mismos, con nuestras ideas, con nuestras convicciones. No podemos seguir juztificando con nuestro oscuro pasado, un presente gris.
En dos siglos, primer gobierno de izquierda, ¿dónde está el entusiasmo popular? En la ausencia de medidas necesarias para levantarlo: aumento del salario mínimo, control de precios de los productos de primera necesidad, vuelta del colón, abrogación de la ley de amnistía, ratificación de la ley de sindicatos, cambio de las leyes laborales, disminución drástica de los sueldos del presidente, de los ministros, de los diputados. Por esto último, comenzó Evo Morales, 50% de disminución salarial de todos sus ministros y diputados, incluyendo al mismo presidente.
Interesante artículo. Los que hemos apoyado a Mauricio Funes y al FMLN, lo hemos hecho con la esperanza de ver cambios verdaderos. El monstruo del dinero (el gran capital) debe estar haciendo sus intensas y tenebrosas presiones sobre el Presidente y el FMLN, no cabe duda, por lo cual no debe ser fácil estar en los zapatos de Mauricio y su gobierno. Pero usted lo ha dicho bien, ya es hora de amarrarse bien los pantalones y realizar los cambios anhelados y tan urgentemente necesarios para nuestro pueblo.
ResponderEliminarkiondas viejito, tambien sos arrecho con la pluma vea?
ResponderEliminarDon Carlos:
ResponderEliminarDe epopeya esto no tiene nada y de comedia, quizás tragicomedia, ya que en estas obras hay un libreto, un guión a seguir que es conocido de antemano tanto por actores como por el público espectador y en este caso los espectadores desconocemos el rol de cada personaje ya que el que les suponíamos no se está realizando, más bien parece que el espíritu de Pirandello pulula en nuestro escenario.
El rol del presidente Funes ha quedado mas o menos claro cuando censura a su vicepresidente por la participación que éste tuvo en Venezuela, pero se mantuvo en silencio ante las alabanzas a las políticas del gobierno de Estados Unidos por parte del vicepresidente de la Asamblea y miembro del FMLN, Roberto Lorenzana. El criterio esgrimido por el presidente ha sido que es él quien define la política exterior del país, en ello no habría mayor motivo de preocupación a no ser que se sale de la supuesta orientación de izquierda, socialista que se espera del gobierno actual.
La duda sobre todo el proceso, es decir, la trama de la comedia me viene al leer en la prensa local noticias sobre la manifiesta pugna entre Funes y el Frente, situación que aprovecha Arena para ofrecerle ayuda al presidente Funes. Si la situación es real, sería sumamente nociva para la salud política de El Salvador y de no serla, nos demuestra la capacidad de manipulación de la derecha ayudada por la prensa local.
Pero, ¿Dónde está la voz de la sociedad civil? ¿Dónde está la voz del Frente reclamando apego a los estatutos a un miembro en aparente desviación? Después de todo un presidente debe responder a su pueblo, a sus electores y creo que hasta el momento no se ha dado un foro al respecto.
Creo que es prematuro, si no inadecuado, llamar al presente gobierno, “nuestro primer gobierno de izquierda”.
Atentamente,
Kijo-t
Como siempre acertado. El colectivo, se manifiesta y no se porque razon siento nauseas.
ResponderEliminarLos que sufrimos la represion desde la huelga de maestros del 68, quitarnos el triunfo de duarte y claramont lucero, los que lloramos por rutlio y romero y todos los cheros que se fueron con la guerra y delicuencia, los que tuvimos huevos de ir a ver los pedazos de sesos de segundo montes.
Los que fuimos con gran entusiasmo desde las 3 AM a cuidar el voto y despues del triunfo a gritar como locos al redondel masferrer.
Tengo nauseas...
Vigilemos que se cumpla el plan de gobierno y de todas maneras solo son cinco años.. Funes como tantos otros solo seràn dos renglones en un libro de historia dentro de poco.
chino milton