La experiencia de este evento me parece que ha sido exitosa. Tanto desde el punto de vista técnico, como desde el punto de vista periodístico, pues la variedad de temas abordados y la variedad de los orígenes de las preguntas lo han convertido en algo muy singular. La diversidad de los puntos de vista políticos también fue manifiesta y se reflejó en el tono y los temas de las preguntas.
En lo que atañe a mis preguntas y la respuesta que les dio el Secretario de Estado de Iberoamérica del gobierno de España, Juan Pablo de Laiglesia, en el resumen que reproducen los organizadores en su sitio, mis preguntas fueron fielmente reproducidas y la respuesta del Secretario de Estado es realmente un corto resumen, aunque el espíritu de su respuesta fue reproducido con mucha fidelidad. El trozo en que aparecen mis preguntas y la respuesta de Juan Pablo de Laiglesia lo reproduzco en mi otro blog.
Voy a hacer un corto comentario, como siempre lo hago, francamente y sin tapujos. En su respuesta empieza manifestando que respeta las opiniones, pero no las comparte. El respeto a las opiniones muy bien, yo también respeto sus opiniones, pero en mi pregunta enumeré hechos reales que no son opiniones y que fueron magistralmente escamoteados por el Secretario de Estado español, mostrando realmente un irrespeto hacia la realidad política centroamericana.
Juan Pablo de Laiglesia simplemente se mostró un excelente geómetra y se disparó por la tangente. Hizo referencia a Contadora, a los conflictos que ensangrentaron a nuestros países y el papel que jugaron algunos países europeos en la mediación. Pero la “pata” política que contempla el Acuerdo de Alianza Comunidad Europea/Centroamérica implica el respeto a los derechos humanos y la vigencia del estado de derecho. En mi pregunta no expresé una opinión, sino que señalé encarcelamientos de sindicalistas en Panamá y Guatemala, el rechazo de firmar los acuerdos de la OIT por el gobierno de El Salvador, que deja sin derecho a la sindicalización a millares de trabajadores salvadoreños y por último el golpe de estado en Honduras, con la sangrienta represión que continúa hasta el día de hoy. Su silencio cómplice con estos hechos muestra que lo que llamó “la pata política” del Acuerdo está ahí simplemente como adorno y cojea lamentablemente.
Respecto al aspecto comercialista del Acuerdo y su parcialidad en lo que concierne a los intereses europeos, no citó ni un solo hecho que probara lo contrario, se limitó a reafirmar los principios que no cumple la realidad del Acuerdo.
Sobre la opacidad del proceso de negociación, lastimosamente el resumen no contiene algunas expresiones del Secretario de Estado. De memoria reproduzco una: en una negociación de este tipo siempre se guarda en secreto una carta para sacarla en el momento oportuno y que este tipo de negociaciones no pueden ser públicas. No le voy a reprochar al Secretario de Estado que sostenga una posición conforme a la ideología del secreto. Los técnicos saben mejor que los pueblos lo que a éstos les conviene. Una negociación secreta con cartas del juego sacadas en el último momento muestran mejor el espíritu de desequilibrio de las negociaciones, pues los que pueden jugar con cartas ocultas son los que tienen mayor peso, mayor fuerza, los países que pueden imponer su voluntad. El le llama al ocultamiento de los alcances de este tratado “reserva”. Es cierto que agregó luego que de todos modos el Acuerdo tiene que ser ratificado por los parlamentos y estos deberán presentarlo a la opinión publica. En esta etapa los parlamentos no pueden enmendar, ni cambiar ningún detalle, porque entonces sería necesario volver a las negociaciones. Y las opiniones públicas se ven enfrentados ante un hecho consumado sin poder intervenir.
Al Secretario de Estado no le inmuta en nada que ninguna de las partes haya hecho público el texto, que posiblemente sea finalizado en mayo de este año.
Respecto a nuestro diputados, algunos de ustedes tal vez recuerden, que cuando se ratificó el Tratado de libre comercio con los Estados Unidos, algunos de nuestros diputados se ufanaron de no haber leído ni una sola línea de dicho tratado...
Lástima que no se podia repreguntar, justo cuando dijo eso de las cartas y que en cualquier caso que el tratado lo aprobaran en la Asamblea era como la garantía de transparencia (?) se me ocurrió preguntar si hubieran buscado una forma para que el pueblo conociese el tratado y no únicamente la asamblea, que gusta de aprobar estas cosas en la madrugada. Ya imagino la respuesta, pero igual hubiera sido interesante plantear la pregunta.
ResponderEliminarSaludos
Victor
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