El ministro de la Defensa Ehud Barak (su nombre en hebreo significa “relámpago”) lo ha realizado una vez más: un record histórico de más de 200 palestinos matados en un solo “Shabat-relámpago”, el 27 de diciembre. Las encuestas de opînión predicen ahora 5 escalones más para su partido Travallista en las próximas elecciones legislativas de febrero. Lo que da por resultado 40 cadáveres de palestinos por escaño. No es extraño que prometa que se trata apenas del comienzo: a este ritmo le va a hacer falta al partido apenas 2000 cadáveres más para pasar de la miseria a la riqueza, de un partido político muerto a una mayoría absoluta en el parlamento como en los viejos buenos tiempos.
Para Barak las necrologías de Gaza son un asunto de sobrevivencia política, están ligadas a la necrología de su partido. Se trata de la misma lógica nauseabunda que mandó al exprimer-ministro Shimón Peres (Premio Nobel de la Paz, etc. etc.) en 1996 a desbastar el Sud Líbano y a resolver de una vez por todas el problema del Hezbola en la operación “Racimos de la Cólera”, justo unas semanas antes de las elecciones legislativas: en las que fue derrotado por Netanyahu.
Cuando las llamadas “Palomas” se comportan como “Alcones”, los electores prefieren a los verdaderos alcones, siguiendo las palabras talmúdicas: “un huevo de verdad es mejor que algo que se le parezca”. Pero los guerreros como Barak no aprenden nunca. Pero no son los únicos: dos días apenas antes del inicio del martilleo en Gaza, fue el partido Meretz pretendidamente de la “izquierda liberal” que llamaba oficialment a una acción militar contra Hamas. Ustedes saben de quién hablo, Meretz, el partido (Laureado por el Premio de la Paz de Franckfort, etc. etc.) de Amos Oz y de los de su especie, estos seudointelectuales que proclaman siempre haber estado contra la guerra precedente. No hay excepción esta vez, todos están aquí, firmes detrás de los bombarderos o incluso delante de ellos.
Más de 200 cadáveres yacían a la intemperie, detrás del hospital de Gaza, que después de un año de sitio israelí, no puede, de todos modos, ofrecerles a sus pacientes otra cosa que analgésicos. Adivinen cuál era el títular de la primera plana del diario popular israelí “Yidiot Ajaronot” el día siguiente: “Un millón y medio de palestinos de Gaza bajo el fuego”? Andan cerca, pero todavía no arden, el verdadero titular del 28 de diciembre era: “Medio millón de israelíes bajo el fuego”. Efectivamente, un solo civil israelí fue muerto este día por un proyectil de Hamas. De la misma manera la periodista Avirama Golán, en su blog del diario Haaretz, consagra toda su página a las angustias de su gatito histérico en Shderot. Algunos periodistas, sobre todo aquellos que se consideran importantes, tienen un terrible sentido de las prioridades.
Yidiot Ajaronot publicó en la primera plana a seis cronistas y muchos otros en las páginas interiores, los "pom pon girls" de guerra. Nahum Barnea, un periodista “importante”, muy apreciado, ha expresado su opinión muy sucintamente sobre este derrame de sangre: “más vale tarde que nunca”; Dov Weissglass, estrechamente ligado al “proceso de paz” como lo precisa Wikipedia, ha hablado de la misma manera, su artículo se intitula “¡No se detengan!” con signos de exclamación para que las cosas queden claras. “Es menester que sea solamente un comienzo”, aconseja al mismo gobierno que acaba justamente de prometer: “se trata apenas de un comienzo”. ¡Espejo, espejito! Eitan Haber, ex-asistente del ex-primer ministro Itzjak Rabin (Premio Nobel de la Paz, etc. etc.) ha reciclado la usual propaganda de guerra de todos los gobiernos israelíes destinada al consumo interno: como siempre, la oposición de derecha es extremista y loca, pero nosotros, el gobierno, lanzamos una guerra moderada, responsable y controlada. “El argumento político que nosotros hubieramos podido y debido actuar desde hace tiempo no es ni cierto, ni justificado”. Haber se pone en modo pavloviano para servir al gobierno.
Gadi Taub, joven “mainstreamer” ultra conservador, ha escrito un artículo intitulado “Demagogia, Antisemitismo, Ignorancia” de contenido demasiado trivial para ser repetido, pero bastante bien resumido en la primera y última palabra del título. Aunque la demagogia de Taub se queda chica delante de la de Ben-Dror Yemini (un Daniel Pipes israelí) en el Maariv, en un artículo intitulado “La ofensiva la más justificada que haya jamás existido” (milagrosamente las mismas palabras usadas por su gemelo del Haaretz, Ari Shavit para la guerra del Líbano hace apenas dos años), Yemini traza una línea recta desde Hitler a Hamas (no es casual que los dos comiencen por una ‘H’, lo mismo que Hezbola, Sadam Hussein et Hemorroides), y explica que “desde la idelogía nazi... ningún movimiento no ha sido tan peligroso para la paz del mundo como el Islam político”. Disculpenme de citar estas basuras; nosotros urgimos de un demagogo israelí para instrumentalizar el Holocausto, Yemini ha nacido para este trabajo sucio.
En el mismo momento, el excelente cronista B. Michaël eleva una voz crítica en el Yidiot Ajaronot: “He ahí de nuevo lo “ya visto” de la guerra que vuelve periódicamente, el rito sangriento regado en la holla caliente que desde hace decenas conduce a toda la región al infierno. Para ser honesto, nuestra alma está agotada de separar la guerra del séptimo día de la “Guerra de los Seis Días”, en diversas operaciones, guerras, batallas, acciones y ofensivas. De hecho se trata de una y misma guerra ininterrumpida. Un mismo gran matadero, una guerra de ocupante contra el ocupado y la guerra del ocupado contra el ocupante”.
B. Michaël sabe que la mayoría de israelíes ha sido entrenda a olvidar: que a pesar del retiro israelí, Gaza sigue siempre ocupada, incluso antes de la toma del poder por Hamas, Israel mantenía todas las medidas necesarias para asegurarse el control sobre la Franja: desde el control directo de todos los pasajes fronterizos hacia Gaza, a la vez de mercaderías y de personas, hasta el control israelí del registro de la población de Gaza. La única excepción aparente, el punto de control de Rafaj reservado a la entrada en Gaza de los habitantes de Gaza, definidos como tales por el registro israelí, incluso esto se realiza supervisado por israelíes. Pero para la mayoría de israelíes Gaza es independiente, imperio soberano, que fuera ocupado por Israel ya hace lustros, y que actualmente, sin razón ninguna, hace pesar una amenaza existencial sobre sus bienintencionados vecinos judíos.
En los noticieros televisivos de la noche, la escucha atenta sobre todo de reporteros serios como Shlomi Eldar, puede revelar la punta del iceberg todavía submergido de los crímenes de guerra: una prisión de Gaza fue intencionalmente bombardeada, un crimen de guerra evidente. El hospital de Gaza también ha sufrido daños, todo esto en una franja de tierra densamente poblada, en la cual la vida ha sido ya estrangulada por un embargo sobre todo de cemento hasta carburante y equipos médicos.
Hace dos meses, el periodista Amos Harel citó un artículo de una gran personalidad militar respecto a la política israelí para la próxima guerra, que ya sea en el Líbano, en Siria o en Gaza: “Es necesario utilizar una fuerza sin proporción alguna con la amenaza y las acciones enemigas, para dañar y castigar a una escala que necesite largos y costosos procesos de rehabilitación”.
Otro general israelí ha explicado que los pueblos de donde salgan los tiros iban a ser destruidos: “nosotros los consideramos como bases militares” (Haaretz 5 de octubre de 2008. Los nombres de estos dos generales —para la Corte Internacional de Justica de la Haya— son Gaby SIBONI y Gadi ESENCOT). Cuando la guerra comenzó el general de división de reserva Giora Island, ex jefe del Consejo Nacional de Seguridad ha proferido todo esto sin la sombra de la más mínima vergüenza: “Israel no debería limitar sus ataques a los equipos militares, sino que golpear asimismo objetivos civiles. Los asaltos a la población civil deberían ser maximizados, ya que peor sea la crisis humanitaria y mejor y más rápidamente se acabará la operación”. Pues bien, se trata del mismo general de división que provocara un escándalo hace un año, presionando al gobierno para negociar directamente con Hamas. No busquen ni coherencia, ni integridad, ni inteligencia en donde están implicados criminales de guerra.
30 de diciembre de 2008.
Bonita la palabra "pacificación" que usas en el título de tu post. Era la palabra que se utilizaba en Francia para referirse a la "pacificación" de Argelia, a finales de los 50, principios de los 60. Parece claro que Israel está aprovechando el no-man's land político actual en EE.UU. para hacer lo que le de la gana. Sin ningún riesgo además, ya que no creo que el futuro presidente de EE.UU. sea más riguroso en la aplicación de las resoluciones de la ONU que su predecesor. Hay demasiada complicidad en lo simbólico entre EE.UU. e Israel para que sea de otro modo. Los descedientes del May Flower sólo pueden sentir simpatía hacia los del Exodus. La víctima que desembarca en una tierra nueva sin que le importen los nativos y a su vez se convierte en verdugo. Las dos naciones tienen demasiados puntos comunes para esperar nada. De donde el papel de Israel en el genocidio guatemalteco de los 80'. No fueron los únicos, por supuesto, Francia también puso lo suyo. Quien puede matar y/o torturar a un argelino o a un palestino también puede matar a un quiché. ¿no? Thierry.
ResponderEliminarThierry:
ResponderEliminarEl título es de Hacohen, pero se trata de lo mismo.
El hecho de que bombarderos descarguen bombas sobre ciudades densamente pobladas se justifica porque las víctimas son potencialmente "terroristas" o parientes de "terroristas" o potencialmente "islamistas" o parientes de "islamistas".
Todos condenamos el terrorismo. ¿Qué nombre darle al asesinato masivo de civiles? ¿Al ataque de edificios de vivienda, a un hospital, a una biblioteca, a una cárcel, a un lugar de culto? Ya se que todo esto cae sobre la rúbrica de "crimen de guerra". Pero ¿si esta guerra es declarada "sagrada" o de "defensa" o de "respuesta", parece que no es crimen? Si hay quienes dicen que las bombas en Gaza responden a los misiles de Hamas, por eso están más que justificadas.
Nadie puede decir ahora que no sabe. Porque los que lo justifican lo hacen en pleno conocimiento. Los que consienten estos crímenes no podrán decir después que ignoraban lo extendido de las masacres. Este crimen tiene cómplices. Y lo peor es que quieren que todos seamos cómplices.