Al Editor del New-York Times
New York, 2 de diciembre de 1948
Entre los fenómenos más inquietantes de nuestra época, hay en el Estado recientemente creado de Israel, la aparición del “Partido de la Libertad” (Tnuat Hajeirut), un partido político estrechamente aparentado en su organización, sus métodos, su filosofía política et su llamado social a los partidos nazis y facistas.
Este partido ha sido creado por miembros y partidarios del precedente Irgun Zvai Leumi, una organización terrorista de extrema derecha y nacionalista en Palestina.
La actual visita de Menajem Begin, jefe de este partido, a los Estados Unidos es un acontecimiento calculado para dar la impresión de un apoyo estadounidense a su partido durante las próximas elecciones israelíes, y para cimentar los lazos políticos con elementos sionistas conservadores en los Estados Unidos.
Muchos estadounidenses de reputación nacional han prestado sus nombres para acoger esta visita.
Es inconcevible que aquellos que se oponen al fascismo en el mundo entero, perfectamente informados en cuanto al pasado y las perspectivas políticas de M. Begin, puedan agregar sus nombres y apoyar al movimiento que él representa.
Antes de que perjuicios irreparables sean cometidos por las contribuciones financieras, por manifestaciones públicas en apoyo a Begin y antes de dar la impresión en Palestina que una gran parte de los Estados Unidos sostiene a elementos fascistas en Israel, el público estadounidense debe de ser informado sobre el pasado y los objetivos de M. Begin y de su movimiento.
Las declaraciones públicas del partido de Begin no muestran para nada su carácter real. Hoy ellos hablan de libertad, de democracia y de anti-imperialismo, mientras que hasta recientemente predicaban abiertamente la doctrina del Estado fascista.
Es en sus acciones que el partido terrorista demuestra su verdadero carácter. De sus acciones pasadas podemos juzgar lo que podría advenir en el futuro.
Ataque de un pueblo árabe
Un ejemplo chocante fue su comportamiento en el pueblo árabe de Deir Yassin. Es poblado, apartado de las principales rutas y rodeado por territorios judíos, no había tomado parte en la guerra e incluso había combatido a las bandas árabes que querían utilizar el pueblo como base.
El 9 de abril, según el New-York Times, bandas de terroristas atacaron este pueblo pacífico, que no era un objetivo militar en los combates, han matado a la mayoría de sus habitantes.—40 hombres, mujeres y niños— y conservaron en vida a algunos para obligarlos a desfilar como cautivos en las calles de Jerusalén.
La mayor parte de la comunidad judía ha quedado horrorizada por este acto, y la Agencia Judía ha enviado un telegrama de escusa al Rey Abdula de Trans-Jordania.
Pero los terroristas, lejos de avergonzarse de sus actos, estaban orgullosos de esta masacre, la han anunciado ampliamente y han invitado a todos los corresponsales extranjeros presentes en el país a venir a ver los montones de cadáveres y las daños causados en Deir Yasin.
El incidente de Deir Yasin ilustra el carácter y las acciones del Partido de la Libertad. En el seno de la comunidad judía, ellos han predicado un mezcla de ultra-nacionalismo, de misticismo religioso y de superioridad racial.
Como otros partidos fascistas, ellos han utilizado para socavar las huelgas y ellos mismos han alentado la destrucción de los sindicatos libres. En su Convención, ellos han propuesto sindicatos de corporación según el modelo fascista italiano.
Durante los últimos años de violencias esporádicas anti-británicas, el IZL (Irgun Zvai Leumi) y el grupo Stern han inaugurado el reino del terror dentro de la comunidad judía de Palestina.
Profesores fueron golpeados por haberse expresado contra ellos, adultos fueron muertos por no haber permitido que sus hijos adhirieran a su partido.
Por sus métodos de gansters, de apaleamientos, de rompimiento de ventanas y robos ampliamente cometidos, los terroristas han intimidado a la población y han exigido un alto tributo.
Los hombres del Partido de la Libertad no han participado a las realizaciones constructivas en Palestina. No han retomado ninguna tierra, no han construido ninguna colonia y únicamente han debilitado la actividad de la Defensa Judia.
Sus esfuerzos en la inmigración, muy divulgados, fueron minuciosos y estaban consagrados principalmente a hacer llegar compatriotas fascistas.
Contradicciones
Las contradicciones entre las afirmaciones “en oro” hechas actualmente por Begin y su partido y los informes de su actuación pasada en Palestina dan la impresión de un partido político poco ordinario.
Es la señal indudable de un partido fascista para quien el terrorismo (contra los judíos, los árabes, como contra los británicos) y sus falsas declaraciones son medios y que tienen como uno de sus objetivos la creación de un “Estado Lider”.
A la luz de las observaciones precedentes, es imperativo que la verdad respecto a M. Begin y su movimiento sea conocida en este país.
Es aún más trágico que la suprema dirección del Sionismo estadounidense se haya negado a hacer campaña contra los esfuerzos de Begin, o incluso de exponer a sus propios miembros sobre los peligros para Israel que representa el apoyo a Begin.
Los abajo firmantes adoptan este medio para presentar públicamente algunos hechos aplastantes respecto a Begin y de su partido y para recomendar a todos aquellos a quienes concierne de no apoyar esta última manifestación del fascismo.
HANNAH ARENDT,
ABRAHAM BRICK,
RABBI JESSURUN CARDOZO,
ALBERT EINSTEIN,
HERMAN EISEN, M.D.,
HAYIM FINEMAN,
M. GALLEN, M.D.,
H.H. HARRIS,
ZELIG S. HARRIS,
SIDNEY HOOK,
FRED KARUSH,
BRURIA KAUFMAN,
IRMA L. LINDHEIM,
NACHMAN MAJSEL,
SEYMOUR MELMAN,
MYER D.
MENDELSON, M.D.,
HARRY M. ORLINSKY,
SAMUEL PITLICK,
FRITZ ROHRLICH,
LOUIS P. ROCKER,
RUTH SAGER,
ITZHAK SANKOWSKY,
I.J. SHOENBERG,
SAMUEL SHUMAN,
M. ZNGER,
IRMA WOLPE,
STEFAN WOLPE.
Don Carlos : me permito incluir este artículo publicado en La Jornada de Mexico de este día. Su contenido es mas que elocuente.
ResponderEliminarLe deseo no un simplemente un venturoso año nuevo, sino que al menos el 2009 se mejor que el 2008 para todo el mundo. Atentamente,
Israel
El problema no es que Israel sea un Estado judío, sino que es un Estado terrorista. Aunque hubiese sido fundado y habitado por otomíes, por pashtunes o por noruegos, sus prácticas genocidas merecerían algo más que la condena universal: la intervención inmediata y enérgica de la comunidad de naciones para defender a las víctimas de su barbarie y para llevar a sus gobernantes ante tribunales internacionales de justicia y procesarlos por crímenes de guerra.
Dos razones explican que ello no haya ocurrido aún y que, posiblemente, no ocurra jamás: el (justificado) sentimiento de culpa de las potencias occidentales por no haber impedido el exterminio de judíos que llevaron a cabo los nazis y, mucho más importante y decisiva, la condición de Tel Aviv como aliado estratégico de Europa y Estados Unidos en una región predominantemente árabe, islámica, y por mucho tiempo reacia a uncirse a los dictados colonialistas de las metrópolis. De no ser por esos factores, hace mucho tiempo que Israel habría sufrido un férreo bloqueo económico, habría sido hostigado en forma sistemática y, posiblemente, habría sido arrasado por los bombarderos de Occidente, como les ocurrió a Irak, a la extinta Yugoslavia y a Afganistán.
Y es que el régimen israelí no sólo es culpable de delitos de lesa humanidad, como éste al que asistimos en el fin de 2008, cuando los aviones de Tel Aviv ejecutan sanciones colectivas contra las mujeres, los hombres, los niños y los ancianos de Gaza, sino también de la fabricación de armas de destrucción masiva: las bombas atómicas de Israel, producidas ante las narices de Washington y de Bruselas son, para el mundo, una amenaza mucho más real que las supuestas armas iraquíes cuya existencia inventó George W. Bush para dar justificación a su guerra de negocios. Adicionalmente, el Estado fundado por Ben Gurión y Weismann (vinculados a Haganá e Irgún, organizaciones sionistas célebres por sus represalias sangrientas contra los árabes, y no menos terroristas que las islámicas Hamas y Hizbollá) ha aplicado en Cisjordania y en la porción palestina de Jerusalén una política sistemática de limpieza étnica semejante a la que el extinto régimen de Milosevic puso en práctica en Bosnia; ha saqueado y devastado los recursos naturales de los palestinos, ha reducido a las poblaciones de Cisjordania y Gaza a la explotación inmisericorde, a la miseria y a la humillación y ha implantado, en el territorio israelí, un régimen racista de discriminación y apartheid sobre los ciudadanos árabes.
A estas alturas, el Estado israelí no corre ningún peligro de ser arrasado ni destruido por sus vecinos árabes y musulmanes, y menos por los puñados de desesperados harapientos que de cuando en cuando realizan atentados terroristas contra el sur de Israel. Sus vastos recursos bélicos –obtenidos en buena medida gracias al respaldo incondicional de Washington– le aseguran una ventaja irreversible y aplastante sobre el resto de los países de la región.
Los principales enemigos del régimen de Israel son su propia arrogancia, su impunidad, hasta ahora absoluta, su desprecio hacia la legalidad internacional y la aplicación racista y facciosa de sus propias leyes. Por esa vía, el Estado hebreo (lo mismo daría si fuera mixteco, druso o armenio) se encamina hacia una bancarrota moral irreparable. Occidente debe intervenir, no para destruirlo, como hizo con Irak y con Afganistán, sino para contenerlo, para reformarlo, para rescatarlo de sí mismo y, desde luego, para impedir que siga rindiendo tributos a la barbarie y ofreciéndole al mundo regalos horrorosos como este año nuevo ensangrentado en Gaza. Pero no hay que mezclar las cosas: llegado el momento, cuando suene el shofar, muchos gentiles, con el mismo afecto de todos los años, diremos shaná tobá a nuestros amigos y conocidos judíos, sean israelíes o no.
PedroMiguel
navegaciones@yahoo.com http://navegaciones.blogspot.com
Estimado lector: Muchas gracias por tus parabienes. También te agradezco el artículo que has mandado.
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