El Tribunal de Grandes Instancias (suena con pompa de esta manera) de la ciudad de Lille anuló un matrimonio porque una muchacha musulmana sobre su virginidad. Este fallo absurdo en un país laico y que se pretende ser la vanguardia de las ideas progresistas, suscita protestas de organizaciones diversas, asociaciones de mujeres, sindicatos y muchas personalidades privadas.
El asunto comenzó el 8 de julio de 2006. Una estudiante de enfermería de unos veinte años y un ingeniero de treinta, ambos de religión musulmana, reunieron para su casorio a unas quinientas personas. La fiesta no ha terminado, los convives esperan el famoso lienzo con las trazas de sangre que atestiguan de la virginidad de la esposa. A las cuatro de la mañana el marido baja de los pisos altos, furioso, no hay paño con sangre que mostrar y denuncia el hecho ante los testigos y devuelve a su mujer a sus padres.
Esta es la historia. Un juez francés ha anulado simplemente el matrimonio. Actitud medieval justificada por la ministra de la Justicia del gobierno Sarkozy.
“Es una superstición del espíritu humano el haber imaginado que la virginidad podía ser una virtud”, sentenció Voltaire.
Increíble la cantidad de estupideces que puede suscitar una "telita" de piel
ResponderEliminarque huevos, es ridiculo!
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