Realmente, abundan los temas.

Los temas abundan. El descaro de los buseros que manifiestan para protestar que la policía no les permite seguir violando la ley. Lo declaran, no tienen licencias y no han pagado multas. Y le piden al gobierno que les permita seguir en las mismas condiciones. Algunos se dan cuenta de lo incongruente de la situación y piden que se les permita pagar las multas en cuotas mensuales. Esto puede ser parte de la solución del problema, pero no arregla el otro, el problema del transporte público, su falta de eficacia, de comodidad, de seguridad, de urbanidad de los choferes y cobradores, etc. El problema de los precios son también parte del problema, pues los subsidios que reciben, proceden del presupuesto nacional, es decir que de una u otra forma son los usuarios que terminan financiando las altas tarifas. En un reciente sondeo aparece que el 78% de salvadoreños usan el transporte colectivo. Esto debe de darnos una idea de la urgencia en resolver este problema. Felicito a todos los que han tomado parte en la iniciativa de recolección de firmas para una carta abierta al presidente.

Otro tema es el “pacto fiscal” y las gesticulaciones de Funes, de los dirigentes de la ANEP, de la derecha y el silencio de la cúpula efemelinista (a no ser el tácito apoyo o no a lo que decida el presidente). Pareciera que el presidente es el tuerto de los chocos del FMLN.

No hay necesidad de "pacto fiscal", éste se propone darle al patronato la posibilidad de poner sus condiciones para no pagar lo que deben, lo que siguen eludiendo, para que se prolonguen las exoneraciones y para que no se investigue adónde van a parar los impuestos que no pagan. Funes ha declarado que no tiene “un as en la manga”, que no va “aumentar los impuestos”, que “no tiene ningún paquete escondido”. Funes se ha colocado en el terreno del patronato al convocar el famoso Consejo Consultativo, en donde de oficio tienen su puesto reservado los ex presidentes, como en el COENA.

Lo que necesita el país es una profunda reforma fiscal, que permita al Estado asumir todas sus obligaciones, en los campos de la salud, de la educación, de la promoción de la agricultura, de los servicios sociales, etc. En esto nunca se va a lograr un consenso. El patronato siempre va a oponerse alegando que no es el momento apropiado. Para el pataronato nunca es el momento apropiado. Ellos son los únicos que pueden oponerse a aplicar, nunca la han aplicado, la cacaraqueada política de "unidad nacional". Este embuste consiste en someter los trabajadores a los intereses del patronato. Justamente en esta actitud patronal, en las consecutivas concesiones de Funes, se deja ver en qué consiste la "unidad nacional". Lo que necesitamos es darnos cuenta que sin una movilización popular no tendremos cambios substanciales de la política gubernamental.

La exigencia es una reforma fiscal justa, en la que los que tienen más, paguen más. No se trata solamente de controlar y castigar la evasión fiscal, esto va de suyo. La fiscalisación no se ha hecho con eficiencia, a pesar de que esto ha servido de pretexto para negar la necesidad de aumentar los impuestos al patronato. Los consejeros del presidente y los organismos internacionales y el intruso embajador señalaron el abuso de los empresarios en este asunto. La evación y elusión fiscal ha sido una práctica corriente, la promesa repetida, vociferada por el candidato era ponerle coto, un punto final.

Otro tema es el viaje del ministro de relaciones extranjeras a Israel, cuando varios países del continente reconocen al Estado palestino, nuestro país se distingue en su alineamiento reaccionario a la política sionista y estadounidense. Señalo que somos el único país que tiene su embajada en Jerusalén, se trata de reconocer esta ciudad como la capital de Israel. Repito, somos los únicos en este caso. Este viaje se hace también cuando los pueblos árabes, en especial los egipcios, se han levantado contra los gobiernos dictatoriales, que prefirieron someterse a la política de los Estados Unidos en la región y de aceptar a Israel como el gendarme regional y al sistema de apartheid contra los palestinos, apoyando el bloque de Gaza.

Hay otros temas, como el viaje del presidente a Colombia y sus declaraciones. El discurso presidencial durante la ceremonia de inauguracion de la conmemoración del bicentenario del Primer Grito de Independencia. Hay allí muchas aproximaciones históricas, muchos lugares comunes y algunas falsificaciones. Pero también una explotación del evento para promover su política de “unidad nacional” y lanzar de nuevo ataques a los “políticos”. Somos el país de los colmos, tenemos a un presidente que no hace política... este es uno de ellos.