Con un título mentiroso un cable desata una serie de comentarios que están fuera de la realidad. Me refiero a este título: “El Salvador es el tercer país con más consumo del mundo”. ¿Qué podemos deducir de esta frase? Pues que en los hogares salvadoreños abundan todo tipo de artefactos domésticos, que las familías poseen varios vehículos, que la alimentación de todos es satisfactoria, que todos se visten decentemente, hasta con cierto lujo, que nuestros domicilios son espaciosos y con todas las comodidades habitacionales. Nos podemos imaginar por el título que nos estamos equiparando a los países más ricos, donde los niveles de vida son los más altos. Es sobre esta falsa imagen que se desatan los comentarios sobre el cacareado consumismo salvadoreño, pareciera que nuestra pobreza se baña en la abundancia.
Pero preguntemos ¿qué países nos preceden en este “consumismo”? Pues países tan subdesarrollados y pobres como el nuestro: Lesoto y Liberia. Esto debería ponerle freno a este fogoso entusiasmo crítico y poner mientes en la realidad de lo que ha motivado un título tan falso, pues lo que se nos dice es que la relación “consumo/producto interno bruto es muy alta”. Lo que esto señala no es un consumo estravagante, sino la extrema pobreza de nuestra producción. Es justamente esta la información relevante, es este el aspecto de la relación que nos debe preocupar.
No se necesita demaciado cacumen para entender que una población con salarios tan bajos, como son los tres salarios mínimos, el más alto no pasa de los 300 dólares y los otros dos son aún más bajos. El alto nivel del desempleo, según el PNUD más del 40% de la población está desocupada y más del 48% de la población activa carece de un empleo de calidad. ¿Qué consumo extravagante y criticable puede tener una población que gana poco y con un alto nivel de desempleo e incapaz de generar ahorro?
La relación “consumo/PIB” es de cada 100 dólares producidos, hay un consumo de 102,4 dólares. La producción es tan baja que las remesas entran en un porcentaje muy alto en el producto interno bruto. El informe del PNUD denuncia la escasa inversión y un bajo ahorro. Las proporciones por los años “2008 y 2009, la inversión promedió el 14% del PIB (producto interno bruto) y el ahorro el 9,3%", añade el documento, e indica que, "en contraste, los países de alto crecimiento económico presentan tasas de ahorro e inversión del 25% o más con relación al PIB".
Los medias salvadoreños han insistido en el consumismo, los redactores del PNUD también pronuncian este sustantivo, pero los medias pasan por alto el raquítico crecimiento de la economía nacional desde 1960, apenas 1.1%. Aquí se encuentra el meollo del problema del modelo que se aplica en El Salvador. ¿Pero acaso este crecimiento procede de que los trabajadores consumen demasiado o proviene de que la clase dominante, la oligarquía, ha preferido exportar capitales, evadir y eludir impuestos? El sometimiento de nuestro país a los dictados del FMI y de la BM fue instaurar leyes que permitan a las empresas extranjeras pagar pocos impuestos o simplemente no pagar y exportar sin impuestos los beneficios. Estos organismos nos obligaron a vender las empresas nacionales a la oligarquía y a los monopolios extranjeros. Este tipo de inversión es ineficaz, pues no es creador de nuevas riquezas, ni de nuevos empleos, sino que se trata de una simple transferencia de propiedad. Estas transacciones totalmente nefastas para nuestro país, pues el resultado ha sido que no tenemos nuestro propio sistema bancario, las empresas que fueron construidas por el erario nacional fueron a parar en manos de patrones que no invierten, que no innovan, que aumentan precios, como la electricidad y la telefonía, bajo el pretexto de restituir el capital invertido. Esta situación aumenta la cifra del consumo sin que la calidad y el nivel de la vida aumenten.
Para poder hablar de consumismo como lo hacen los medias y algunos precipitados comentaristas, deberíamos primero saber como se compone este consumo, qué parte de los salarios va a la alimentación, al alquiler, a productos como el transporte, la electricidad, el gas, las medicinas, la ropa, el calzado, etc. Si nos planteamos este tipo de cuestiones, no se puede hablar de consumismo, ante una población que tiene dificultades para juntar cabo con cabo en los angustiosos fines de mes. ¿Qué consumismo tienen los que ganan el salario mínimo o menos del salario mínimo? ¿De qué consumismo se puede hablar de parte de la población campesina? Si, muchos hogares no tienen acceso a la electricidad, ni al agua potable y a servicios higiénicos.
La solución a la irresponsabilidad ante la nación de las clases dirigentes, los sucesivos gobiernos han profundamente endeudado al país, sin producir realmente crecimiento, ni inversiones productivas. Es esto lo que tratan de ocultar con la palabra culpabizadora de “consumismo”.
Se impone un urgente y estricto control de la circulación de capitales, apremia instituir impuestos sobre los capitales especulativos y parasitarios y facilitar realmente las inversiones creadoras de empleos y productoras de alto valor agregado en el país.
Es decir no podemos entretenernos con la enconada mesquindad de acusarnos mutuamente, porque fulatino gasta sin pensar y bota las cosas sin realmente consumirlas. Es posible que podemos, en algunos casos, medir mejor nuestras compras, pero seamos serios, la pobreza en nuestro país es tal, que no permite realmente la existencia de un consumismo desenfrenado. La alharaca en torno del consumismo salvadoreño persigue ocultar el total fracaso del capitalismo salvadoreño y también de las políticas económicas practicadas por los gobiernos sucesivos.
Realmente necesitamos invertir las prioridades de la sociedad. Hasta hoy se han priviligiado los beneficios privados y la acumulación privada. Pues aunque no lo parezca en el país se han acumulado riquezas y la distancia existente entre las clases trabajadoras y la clase oligárquica es enorme. Esta clase parasitaria durante medio siglo ha acumulado y exportado a otras plazas más rentables sus ganancias.
En estos meses el patronato, su prensa y sus partidos han alegado que se necesita un clima de confianza para invertir, insisten en la gubernabilidad, en la seguridad para sus inversiones, el respeto de las reglas de juego. Pero la ausencia de inversiones y de crecimiento de nuestra economía no data de hoy: el promedio de 1,1% de crecimiento desde 1960 es elocuente en este sentido.
Entre las promesas electorales del candidato, ahora presidente, y del partido que lo promovía, un lugar importante ocupaba la reforma fiscal, todo esto se fue en discursos y simulacros que no produjeron las contribuciones necesarias para invertir en el desarrollo del país. Este gobierno como los anteriores ha continuado la misma política de endeudamiento.
No se puede continuar conservando esta política de salarios de miseria. Sí, otra exigencia es el aumento substancial de los salarios mínimos, el control de los precios de los productos de primera necesidad. Estas pocas medidas chocan con los intereses de la oligarquía, pero corresponden con las necesidades de la población, pues invertir en el bienestar, en la educación y en la formación son medidas que traerán consecuentes beneficios para la economía. La formación de los trabajadores contribuye al aumento de la productividad. Pero sobre todo estas medidas son propicias para el desarrollo de las personas.
La inversión de las políticas gubernamentales no va a venir sola. Ya ha pasado el tiempo suficiente para percibir cuál es el rumbo del actual gobierno en lo fundamental. Es necesario saber y tener en cuenta que las pocas medidas sociales, importantes en la vida diaria para muchas familias, no han tocado en nada la estructura social del país. La pirámide social sigue siendo la misma. En El Salvador hay quienes viven en la opulencia, que gastan en pocas horas lo que un trabajador gana durante un año. El cambio llegará como fruto de la mobilización popular, por el camino de luchas reivindicativas y solidarias.
Hola don Carlos, otra vez usted muy atinado en sus analisis. Este articulo me recuerda con tristeza los dias en que se hizo la campana a nivel mundial de: "El Salvador: El pais de la Sonrisa" antes de celebrar una Feria Internacional y para atraer a los turistas. En esos dias no habian muchas sonrisas entre nuestro pueblo ya que se notaba la desesperacion y la pobreza era cada vez mas eminente, pero esas cosas quedaron escondidas para los visitantes. De esa manera ahora estan tratando de ocultar la realidad de nuestro pais con esas 'estadisticas' que son mas bien creadas por ellos mismos, por los duenos de todos los recursos del pais y ahora por el gobierno que se les ha aliado y que apoya esas gestiones. Siento tristeza de confirmar que a nuestro pueblo se le continua negando el derecho de disfrutar, como seres humanos, de los recursos naturales y de los productos producidos por ellos mismos, solo para que unos pocos sigan viviendo en opulencia. Da tristeza que nuestro pueblo tenga que continuar esperando por una verdadera alternativa que le ofrezca solucion a sus problemas mas sentidos y que una vez mas tiene que poner su cuota de sangre, sudor y lagrimas porque la lucha continua...
ResponderEliminarHOLA DON CARLOS ABREGO:
ResponderEliminarPUES YO NO CREO ESO QUE EL CAMBIO VENDRA POR LAS LUCHAS POPULARES...no se, estoy ya a mi edad convencido que dificil, en el salvador,se de un cambio para mejorar al pueblo.
y es que el pueblo,-tambien no quiere mejorar- nos ha llegado un conformismo,que nunca habia visto.
que creo se genera en la misma vapuleada que el FMNL le da al pueblo, y ya no digamos el gabinete de lujo del presidente que les vale mas que verga, el pais.
-esa en la mera verdad- aunque la palabra suene altisonante, y es mi intencion ponerlo asi..pa que se sienta lo que el pueblo siente.
y esa paja que usted desenmascara del PNUD....es igual a la que nos daban en tiempos de ARENA que eramo UN pais de RENTA MEDIA.
y vaya que algunos creyeron eso.
ASI QUE PARECE SER QUE EL VERBO MENTIR, ESTA DE MODA EN EL SALVADOR. MIENTEN LOS PARTIDOS POLITICOS, MIENTE LA IGLESIA, MIENTEN LOS PERIODICOS, MIENTE EL PRESIDENTE..
MIENTEN Y MIENTEN...QUE YA TODO ES MENTIRA EN EL SALVADOR, MENOS LA CRISIS ECONOMICA QUE SI ESTA SERIA.
Y COMO YA EL SALVADOR ES UN PAIS MENTIROSO..-QUE TODOS DECIMOS MENTIRAS PARA DARNOS PAJA DE LO MAL QUE ESTAMOs-
QUE YA NADIE CREE EN NADA...
ni en revoluciones, ni en partidos del pueblo como decia que era EL FMNL, ni en presidentes con gran popularidad, ni en ministras octogenarias de salud, ni en ex comandantes..ni en oligarquias ni en turcos..
EN EL SALVADOR, HASTA UNO PUEDE SER MENTIRA!!!
Pero las estadisticas sobre consumismo si ubican a El Salvador dentro de los países donde se consume mas desenfrenadamente. Tomando en cuenta que actualmente casi el 100% de los artículos son importados, quien gana son las transnacionales, porque la producción interna está paralizada. Los empresarios estan convencidos que al no invertir van a quebrar al gobierno, ayudados con mantener el terror de la criminalidad que ellos mismos propician.
ResponderEliminarEl Salvador es uno de los países donde el mercantilismo globalizado se ha hecho los bigotes. Cualquier basura se vende, la gente se endeuda, las tarjetas de credito topadas y es un gran negocio para los bancos el credito para el consumo, no para empresas o negocios, las remesas sirven para divertirse en los centros comerciales, la gente sale de ahí aunque sea con unas chancletas taiwanesas, cualquier restaurante de comida rápida hasta el biggest con comida asquerosa se vuelve rentable en El Salvador una hamburguesa, combo, te cuesta lo que gana un obrero del MOP al día. Las carreteras estan topadas de propaganda para apendejar pendejos, y este negocio de los carteles publicitarios a quién enriquese?, todo mundo tiene un celular o más. La gente consume por diversión no por necesidad, los salvadoreños no estamos educados en el consumo.
Si el dinero de las remesas fuera para trabajar y no para consumir, otro futuro se dibujara, pero a nadie con poder en este sistema le conviene un pueblo despierto y no nos demos paja, la gente ya se acostumbró a vivir así, almorzando una sopa maruchan por no cocinar porque no les gusta el "sacrificio", lo que antes era la labor normal de la casa, ni la vida ordenada, son mas atractivas la telenovelas de las lloronas cogionas mexicanas y los partidos de futbol.
Ya le corto mejor. Pero Don Carlos, la felicidad no se obtiene comprando,ni acumulando basura que solo dura un ratito y contamina el planeta, usted lo sabe, pero este pueblo no lo sabe este pueblo todavía se traga la propaganda que le dan los planes de telefonica, que consumiendo más van a ahorrar.
Saludos.
Anónimo: Me gustaría conocer cuáles han sido las fuentes de esa información: "casi el 100% de los artículos son importados".
ResponderEliminarPero vaya al mercado, hasta la yuca es importada, los platanos, las naranjas, los frijoles.
ResponderEliminarSolamente los canastitos de la gente que baja del volcán tiene cosechas propias.
Luego metase en el super y vaya gondola por gondola y marque los productos nacionales, verá.
No es necesario irse a un libro a ver las gráficas, vayase a los mercados y obtendrá los datos de primera mano.
Anónimo, cuando se trata de discutir3 seriamente, uno no puede basarse sobre las impresiones personales.
ResponderEliminarNo obstante, en la hipótesis de que fuera cierto, el problema fundamental sigue siendo el mismo, la producción nacional y no el consumismo, pues los salarios son extremadamente bajas y hay un porcentaje elevado de gente sin trabajo.
cómo dice que dijo?.
ResponderEliminarSi la producción nacional es baja, los salarios bajos y el consumo desmedido, todo está relacionado, todo forma parte del mismo fenómeno.
Ah, lo que usted comprueba con sus ojos y analisa directamente es valedero, pero me supongo que de lejos es dificil.
Anónimo de las 12:31:
ResponderEliminarSi los salarios son bajos no puede haber gran consumo. La producción es baja, se importa muchos productos del extranjero lo que sube los precios de los productos.
Que el gasto en el consumo no implica que haya satisfacción de las necesidades básicas, aún menos un consumismo desenfrenado. Lo que esto indica sobre todo es que la producción nacional es bajísima. Y este debe ser la principal preocupación. Se trata de buscar los mecanismos para reactivar realmente la economía. Pero antes te señalo que el país se endeuda para poder consumir.
Decía que hay que buscar los mecanismos para reactivar la economía, existen de toda índole, los que han empleado los economistas neoliberales, que fracasaron, abrir nuestra economía al mercado mundial, abrogando las pocas leyes proteccionistas que existían y bajando o eliminando impuestos por la instalación de sociedades, se eliminó las tasas sobre la repatriación de capitales y ganancia. Se dieron ayudas a los que compraban compañías existentes, es decir que no acrecentaban la producción, ni creaban empleos. Pero existen otras, por ejemplo subir las tasas sobre la expeculación, poner tasas sobre las ganancias y capitales, controlar y imponer las exportaciones de capitales. También existe otras medidas, como es el aumento salarial, pero en esto hay, un problema que hay que analizar profundamente. Es decir que mientras no se hayan tomado las medidas de protección, el aumento salarial provocará simplemente fugas de capitales, pues muchos productos son importados, incluso algunos de consumo diario.
Claro que todo está ligado, pero el problema es saber cómo.
Con su compermiso don Carlos, pero "si los salarios son bajos no puede haber gran consumo", le diré que sí se consume bajo necesidades creadas por la publicidad y el marketin. No hay critererios de gastos en la población. Tenemos grandes problemas y muy complicado al análisis de este fenómeno porque dentro de la carestía se consume irresponsablemente. Hasta aquellos que viven de un salario mínimo tienen hábitos de consumo perjuiciosos para su economía. Acuerdese que los salvadoreños viven apuntalados por las remesas.
ResponderEliminarLo demas lo comparto con usted, la clave de la independencia económica esta en la reactivación laboral que permita al capital nacional quedarse en el país. A ver quien aguanta más, o los empresarios o el pueblo, o el gobierno que encuentre la formula mágica que nos permita salir como podamos de esta crísis.
Anónimo de las 5:30
ResponderEliminarQue la publicidad tenga influencia en los salvadoreños no lo niego. Que esta impone nuevos hábitos de consumo, que a veces se sacrifique lo esencial por comprar algún producto en el que te han obligado a soñar, es una realidad innegable. No obstante lo tozudo es que con tal cantidad de dinero puedo compar sólo la cantidad correspondiente de mercancías. Y eso es lo que marca la diferencia en nuestros análisis. Con un bajo nivel adquisitivo no puedo consumir montañas de mercancías.
De ahí lo mentiroso del título que critico. Casi todos me han hablado de ese tipo de consumo irracional guiado por la publicidad, pero el consumismo se caracteriza por la bulimia consumidora: eso no puede existir de manera generalizada en El Salvador.