Casualidades hay muchas en la vida. Quería venir a Granada, "a su Granada", como dijera Antonio Machado, hablando de Federico García Lorca. Todos los días he estado desayunando en la última morada del poeta andaluz, ahora es un hotel y un restaurante. En la calle donde queda mi pensión está la fatídica puerta, que una madrugada se abrió para que lo llevara la Guardia Civil a fusilarlo.
Pero nunca me esperé que se iba a dar una casualidad tal. Tal vez de haberlo buscado no se hubiera dado.
Espero que pueda volver tanto a Sevilla, como a Granada. Me falta todavía Córdoba. Mi visita a Cadiz fue corta. Les iré contando.
Pero nunca me esperé que se iba a dar una casualidad tal. Tal vez de haberlo buscado no se hubiera dado.
Espero que pueda volver tanto a Sevilla, como a Granada. Me falta todavía Córdoba. Mi visita a Cadiz fue corta. Les iré contando.
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