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08 octubre 2010

La ANEP se disfraza de Robin Hood

El hecho que voy a comentar es bastante delicado. Pues toca un tema que está en el centro de la vida social y política de El Salvador. Todos tenemos en mente lo que ocurrió el 20 de junio pasado, en la ruta 47 de microbuses. Este crimen conmovió fuertemente al país. El tema de la violencia y de las pandillas se impuso aún con mayor fuerza que de costumbre.


Hubo controversia en el país sobre el tratamiendo que hay que darle a estas bandas, esta controversia continúa aún ahora que la “Ley antimaras” ya fue promulgada. No se trata de un tema sencillo que puede despacharse con frases hechas y con denunciaciones demagógicas. Todos sabemos que es necesario dar término a esta violencia. Las divergencias no son en torno a que haya o no represión, sino que se discute sobre las prioridades entre la represión y la prevención. Todos sabemos que es necesario combinar estos dos aspectos.


Pero desgraciadamente este tema sirve también a un juego político de demogogia enfermiza. Hoy he leído la noticia que nos informa que la ANEP se presentará como parte querellante ante el tribunal que va a juzgar a las personas capturadas y acusadas del crimen del 20 de junio. Este papel que va a asumir la asociacioón patronal lo hace por supuesto con el acuerdo de las familias de las víctimas. Las familias, evidentemente, han aceptado el ofrecimiento de ayuda jurídica de la ANEP por sus propias razones y motivaciones. Lo que hay en esto de cuestionable, lo que no queda claro son las razones particulares que han movido a los dirigentes del patronato a proponer esta ayuda y por las que quieren asumir un protagonismo singular.


No es la primera vez que la ANEP asume el papel de querellante. Ya lo hizo en otras ocasiones. Lo hizo en el caso de secuestros. Pero esta vez se trata de algo que va a cobrar una repercusión particular. No creo que en esto haya mucha generosidad. Ha habido otros dramas, otros crímenes y la ANEP no ha mostrado la misma diligencia, ni la misma generosidad.


La ANEP quiere sobre todo usar de esta tribuna, que se volverá importante en nuestra vida social, para objetivos exclusivamente políticos. La ANEP tiene sus objetivos en tanto que organismo patronal, últimamente ha dejado de lado su actuación extrictamente profesional y ha venido ocupando parcelas del terreno político. Incluso en los primeros meses de la derrota de la derecha, cuando ésta se encontraba en estado de choc, casi enmudecida, con poca posibilidad movilizadora, fue la ANEP la que asumió el papel de partido político contra el gobierno de Funes recientemente instalado. En otras ocasiones, ha secundado a ARENA en sus campañas contra los ministerios que dirigen miembros del FMLN y contra la política del gobierno en general.


Pero ahora pretenden asumir el papel de Robin Hood. Y lo hacen con ostentación, se aprovechan de la pobreza de las familias, de la necesidad de ser representadas por abogados con experiencia, por penalistas de renombre que el patronato puede pagar. Esta generosidad se vuelve más que sospechosa. He tratado de entender, bajo que pretexto esta organización profesional puede asumir el rol de querellante en un juicio privado. Aparentemente la ley de nuestro país lo acepta, lo acepta porque no existe un cuadro que indique claramente cuando un organismo de este tipo puede representar a un civil que no sea su miembro. Todos conocemos las organizaciones de defensa de los derechos humanos, que asumen con frecuencia estos servicios. Estas organizaciones están inhundadas de quejas y no siempre pueden prestar la ayuda que la gente les pide. He visto los objetivos generales de la ANEP. Me cuesta encontrar cuál es el punto que les sirve para proponerse como asistente jurídico a estas familias. Se puede interpretar tal vez de manera exageradamente lata el punto quinto. Pero no creo que hayan tenido estos escrupulos de tratar de fundar en algo esta desviación de sus objetivos.


En esto hay algo indecente. Pues la ANEP es un organismo patronal que ha influenciado con mayor peso, que cualquier otro, en las políticas de los gobiernos areneros. Es la ausencia de una política social la que ha conducido a la desintegración de miles de familias. La ANEP se ha negado siempre a asumir sus obligaciones fiscales para que los gobiernos puedan actuar en el campo de la seguridad y de la prevención. Ahora de manera fácil quieren presentarse como los paladines de la lucha contra la violencia. Pero son ellos, los patrones que despiden, que dejaron a miles de familias sin trabajo en el campo, porque había otros sectores más rentables, son los patrones los que ahora mismo ejercen la más implacable violencia social, cuando de un día para otro dejan en la calle a los trabajadores y a sus familias en la dificultad.

3 comentarios:

  1. Anónimo4:08 a. m.

    Esta actitud de la ANEP se puede describir con un dicho popular salvadoreño que dice: "Saludar con sombrero ajeno".La ANEP está aprovechando este horrible hecho para llevar agua a su molino, tratando de lucir bien, lucir sensibles ante la tragedia de las personas que fueron víctimas de esa matanza. Esa gente que usa este medio de transporte es por lo general, clase trabajora y tradicionalmente la clase patronal no se ha preocupado por el bienestar de los asalariados. Cabe preguntarse : Por qué si en esta oportunidad?
    Parecería que la oportunidad es propicia para ganar puntos en favor pretendiendo preocuparse por los afectados, pero la historia nos ha demostrado lo contrario.
    Atentamente
    Quijo-t

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  2. Anónimo6:25 p. m.

    ja,ja,ja,. Usted siempre dandole a donde mas les duele a estos : CINICOS SINVERGUENZAS.Estimado sr. Abrego adelante.
    Hay ue darle duro a estos: SINVERGUENZAS CINICOS.

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