Acabo de recibir la respuesta de la Dirección de Canal 10 a la Carta Abierta de Álvaro Darío Lara. En esta respuesta me sorprende el desmentido general, sin aludir a los detalles que contiene la denuncia de Álvaro Darío Lara. Esto realmente le resta peso y credebilidad al desmentido.
Por otro lado me divierte que la Dirección necesite ensalzarse aludiendo ser "profesionales de la Comunicación" de "amplia trayectoria". Esto parece ser suficiente para hacerlos garantes del respeto de la libertad de expresión.
También me sorprende que de la parte de funcionarios nombrados por un gobierno de izquierda traigan como ejemplo de su manifiesto pluralismo, la entrevista con Aleida Guevara, hija del comandante Ernesto “Che” Guevara. Realmente se trata de un hazaña. Estos comentarios muy superficiales que hago a este escrito, no debe impedirles leer el original que he publicado en mi otro blog.
Parece ser que en el programa censurado se iba a hablar sobre Fidel Castro.
ResponderEliminarAhora se rasgan las vestiduras los mismos que defienden o ignoran que en la dictadura castrista no existe libertad de expresión ni de prensa desde hace 50 años.
No les gusta la misma medicina que nos recetan.
Cuando los comunistas y los fascistas desaparezcan de la escena política salvadoreña, podremos empezar a construir una democracia al servicio del pueblo y no este espejismo burdo que padecemos desde hace 20 años, con unos políticos que tienen secuestrada nuestras ansias de progreso, bienestar y libertad VERDADERA.
Ah, por cierto, Don Carlos.
ResponderEliminarSi me permite la sugerencia, no se crea todo lo que le cuentan.
Y si no, lea esto por favor:
http://www.lapagina.com.sv/editoriales/28298/El-coronel-Salado-y-el-plan-cultural-del-FMLN
Mi amable corresponsal anónimo de las 10:23 PM me aconseja o sugiere que no crea en todo lo que me cuentan. No sé de donde ha sacado tal convicción de que creo todo lo que me cuentan. Y al mismo tiempo me recomienda leer algo, para que crea a pie juntillas lo que ahí se cuenta...
ResponderEliminarMe sorprende tanta amabilidad de su parte y al mismo tiempo su absoluta precipitación al juzgarme. Y su total inocencia al creer sin crítica lo que cuenta el comentarista que me recomienda.
C'est la vie!