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13 abril 2007

Un órgano de prensa que organice y eduque

Por Carlos Abrego

Hace algunas semanas escribí un texto en el que promovía la creación de un marxismo salvadoreño. Durante décadas, muchos jóvenes salvadoreños arriesgaron sus vidas tratando de leer o leyendo textos de Marx, Engels y Lenin. Las dictaduras eran feroces y no permitían ni siquiera la mención pública de los nombres de estos personajes, aun menos el estudio de sus obras y la discusión abierta de sus tesis. Si ha existido marxismo entre nosotros, ha sido ilegal, clandestino. En otra ocasión anterior me expresé sobre la dificultad de desarrollar un pensamiento libre en tales condiciones.

El centralismo y el verticalismo de las organizaciones que se reivindicaban marxistas limitaban la posibilidad del debate y del análisis marxistas. El centralismo y el verticalismo eran impuestos por la necesidad de sobrevivencia de las organizaciones revolucionarias, ya que se trataba de partidos que conspiraban contra las sangrientas dictaduras y contra las cuales fue necesario emprender una guerra popular. Se trataba de circunstancias reales y muy concretas. No obstante si en lo militar el verticalismo y la subordinación al dirigente no constituyen inconvenientes, ni desventajas, al contrario en el terreno ideológico la falta de discusión y de diálogo es nefasta para los avances revolucionarios.

¿Cuál es la situación actual? En lo que concierne al régimen —aunque se vuelve cada vez más autoritario y despótico— no podemos realmente caracterizarlo como una dictadura. Lo es en el sentido general de imponer toda la fuerza del estado para defender y proteger los intereses particulares de las clases dominantes. Los trabajadores lo experimentan cada vez que se enfrentan a sus patrones, la policía y los tribunales intervienen para desalojarlos, para reprimirlos. Nunca se ha visto que la policía intervenga para obligar a un patrón a pagar los salarios retrazados, ni para imponerle que respete la escuálida legislación laboral existente en El Salvador. En esto no creo que haya que insistir por el momento.

Causas internas

Por ahora en El Salvador, existe espacio para el marxismo. No obstante este espacio sigue vacío. ¿Por qué? La primera causa es que para ocupar este espacio es necesario luchar ideológicamente, porque este espacio existe en el sentido de que todavía no se encarcela por las ideas políticas. El anticomunismo sigue igualmente violento en sus declaraciones y ocupa por el momento la casi totalidad del espacio ideológico. En este sentido la guerra aún no ha terminado. Pero estos momentos de relativa libertad —logrados por los esfuerzos de varias generaciones y con el alto costo de miles de vidas de revolucionarios y patriotas— surgen cuando las fuerzas revolucionarias se encuentran en receso después de sufrir duras derrotas durante todo el siglo pasado. La principal derrota fue por causas internas al movimiento. La osificación ideológica, la represión interna, la sacralización de líderes, el creciente y poderoso burocratismo, la sumisión de todo el movimiento comunista mundial al estalinismo han sido las principales causas del descalabro sufrido en las últimas décadas del siglo pasado.

No obstante no todo fue derrota. El marxismo, aún ahora que muchos lo declaran muerto, sigue siendo un útil eficaz de análisis económico e histórico. Muchos de sus conceptos son utilizados por la ciencia universitaria. Y podemos considerar fundamental el hecho de que si aún existe una esperanza de transformar el mundo y volverlo mejor, en gran medida, se debe al marxismo.

Las fuerzas revolucionarias salvadoreñas por primera vez, en la historia del país, tienen la posibilidad de discutir públicamente su estrategia y su táctica, el contenido de su programa e incluso la forma de organización interna que más les conviene en las circunstancias actuales. Por primera vez también diputados pueden defender los intereses de los trabajadores en el seno de la Asamblea Legislativa. Es evidente que al no ser mayoritarios sus protestas y sus proposiciones no reciben forma material y tienen escasa influencia en el acontecer político nacional. Sobre todo que los grandes medios de comunicación se esfuerzan por minimizar su actuación y en la mayoría de las veces simplemente deformarla y lo que es peor ocultarla. Una imperiosa necesidad para un partido político que pretende llegar al poder para transformar la sociedad es dotarse de los medios que le permitan entrar en contacto directo con los trabajadores.

La escritura es una condición de la reflexión

En un momento crucial de la historia de la revolución en Rusia, en el primer año del siglo XX, V. I. Lenin, se tomó el tiempo para escribir una largo artículo en “Iskra” bajo el título de “Por dónde empezar” que le sirvió de esquema para luego redactar una de sus obras claves, “¿Qué hacer?”. En esta obra Lenin insiste con fuerza y particular ahínco sobre la necesidad —para el partido de la revolución— de un órgano de prensa central. En primer lugar para la educación y formación ideológicas de sus militantes y para la clase trabajadora. Un órgano central de prensa le permite al militante saber exactamente las orientaciones y posiciones del partido, de informarse de las luchas que se desarrollan y además sirve de catalizador de la actividad militante. Cada uno de estos puntos están argumentados en detalle por el líder ruso. En El Salvador nunca ha existido un órgano de prensa que se distribuya y se venda libremente a nivel nacional y que tenga un contenido de defensa de los intereses de la clase obrera y demás trabajadores.

Ahora existen otros medios de comunicación mucho más poderosos, como son la radio y la televisión. Son poderosos desde el punto de vista político en el sentido de que son utilizados para darle a la gente un cuadro de referencia interpretativa de la realidad y que estructura a corto y medio plazo la opinión y la mentalidad de los radioescuchas y de los televidentes. La televisión en este aspecto es mucho más eficaz que la radio. La radio permite el debate y la reflexión. La televisión se basa justamente en la liviandad del trato de la información, la superficialidad es su método. Pero el sustento que le aporta la imagen la vuelve eficaz, pues le sirve para aparentar el reflejo fiel de la realidad. Combatir esta eficacia es muy difícil.

Lo más pernicioso de la televisión consiste en la costumbre, en el hábito que se va imponiendo de mirarla e ir poco a poco aceptando la pasividad intelectual. El televidente es un ser inactivo, casi irreflexivo. La persuación que impone la televisión es por momentos ostentatoria. Pero en la mayoría de veces se presenta como un espectáculo que distrae, pero nunca abandona su carga ideológica.

A veces uno está tentado en creer que para combatir la mediocridad de la televisión basta con crear una televisión inteligente. En muchos países se han abierto cadenas televisivas culturales de rico contenido pedagógico. No obstante en casi todos los casos el carácter recreativo se incrusta desde la concepción misma de los programas y es el desenfado lo que subyace en la realización. En los programas educativos que no se acompañan de un mínimo de escritura por parte del tele-estudiante raras veces alcanzan sus objetivos. La palabra escrita es una condición imprescindible, necesaria para la reflexión. Es por eso que aunque resulte difícil contrarrestar la eficacia de la televisión, una revista semanal puede aportar a los militantes, a las direcciones locales, a los trabajadores un refuerzo para su formación intelectual y darle los medios que le permitan argumentar adecuadamente en cada caso que presenta la vida política nacional y local.

8 comentarios:

  1. Anónimo2:21 p. m.

    Concuerdo en la postura y la propuesta.

    De momento podemos convenir que los esfuerzos de expresión radial alternativa y algunos medios escritos son con la finalidad de romper el cerco desinformativo, de las grandes corporativas de informacion masiva que constantemente tienen estos medios.

    Por eso las dos cosas no deben mezclarse.

    Si se puede hablar de abrir una revista con orientacion y tendencia educativa y eso es cosa aparte y se puede lograr, para que la gente tenga un instrumento o herramienta que forme y fundamente criterios a la hora de ver esos canales de TV y/o leer los periodicos.

    saludos.

    http://chichicaste.blogcindario.com/

    .

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  2. Estimados amigos, les agradezco la visita.
    La situación del país se agrava, el régimen recrudece su actitud antidemocrática y la respuesta popular no logra la altura requerida. Nos hemos dejado imponer una ley “anti-terrorista” que pone en real peligro las pocas libertades obtenidas, hay hechos de represión, desapariciones, asesinatos y un sinfín de otros atropellos. El régimen ha configurado un plan de escalada represiva. Es por eso que urgimos de un órgano de prensa de reflexión ideológica y teórica que eduque a militantes y a los trabajadores en general. No se trata simplemente de la denuncia de estos hechos, se trata de concientizar, de darle contenido al cambio social que urge el país.

    No se trata de un simple semanal educativo. Urgimos de un organo de prensa extrictamente político, de pensamiento político.

    Cordialmente,

    Carlos Abrego.

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  3. habemos varios dispuestos, a hacer algo bastante serio y sobre todo a aprender lo qeu nunca se permitieron enseñarnos.

    Si hay algo que plantear y organizar, cuenta conmigo.

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  4. Dientecillo de León, agradezco tu visita y mucho más la oferta que me hacés. No obstante lo de un órgano de este tipo debe asumirlo una organización revolucionaria y no personas privadas. No creo que haya necesidad, por el momento, que un grupo se organice afuera de las organizaciones ya existentes. Para ir hasta el final y hablar con toda franqueza, por el momento, mi propuesta le incumbe al FMLN. Por lo menos ellos se proclaman en los estatutos ser un partido revolucionario y socialista.

    Por otro lado, prácticamente, se me haría difícil asumir esa tarea estando afuera del país. Aunque sé que en El Salvador existe gente dispuesta a emprender una tarea semejante.

    Recibí un saludo cordial

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  5. Anónimo11:14 a. m.

    Amigo Carlos Abrego:

    No se auto excluya. En que medios se puede contar, cuando la gente que se encuentra adentro a veces no posee el apoyo necesario, y creo que esto incluye a todo salvadoreño, aun cuando se viva afuera se puede contribuir.

    Atte.

    Chichicaste.

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  6. Estimado amigo Chichicaste, no me excluyo, de ninguna manera. He dicho que es difícil, esto no significa imposible. No obstante, insisto que no creo que por el momento el órgano de prensa que promuevo sea un asunto personal o de un grupo, le atañe en primer lugar a un partido. Es de su responsabilidad. Pienso, lo repito, en el FMLN.

    Por otro lado, he publicado artículos en Raíces y mantengo una crónica bastante regular en el Co-Latino, en el suplemento “Tres Mil”. Entre otros muchos asuntos suelo abordar el acontecer nacional.

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  7. Si, tiene razon, definitivamente. Ojala el FMLN escuchara su propuesta, pero creo que esta dificil, talvez no porque no quieran, sino porque estan ocupadisimos o que se yo. Igual, cuando alguna vez pase, si el FMLN lo hace, avisa, para ir a aprender y a hacer!

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  8. Me ha gustado mucho el comentario, realmente es desastroso lo que los medios hacen desculturizando a la gente.

    Realmente alguien con visión de futuro podría utilizar la televisión con un fin diferente al actual (esto es, hipnotizar), y mejor emprender su uso como herramienta (sin quitar nunca el papel de la lectura, por eso digo herramienta) educativa.

    Sabe don Carlos, sus artículos están realmente interesantes, voy a procurar ir leyendo los anteriores cuando mi tiempo lo vaya permitiendo...

    Saludos!!

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