Algunos diarios han relatado que la dirección del FMLN ha amenazado a sus
direcciones departamentales, que en caso de desacato a la decisión del partido,
en lo que concierne a la designación del candidato efemelenista a la
presidencia, podrían simplemente ser expulsados.
En realidad, más allá de las amenazas, que tampoco hay que dejar de lado,
es el mensaje dirigido a toda la ciudadanía. Se trata de un mensaje claro sobre
el estado de nuestra democracia en general. Pudiera creerse que el FMLN es el
partido político que más ha peleado por que se extienda la participación de la
gente en la vida pública. Pero esto es simplemente una apariencia. Este aspecto
participativo e incluyente nunca estuvo dentro de sus consideraciones. Las
sucesivas dirigencias se instalaban en el poder partidario e iban dejando
herederos que más o menos eran la emanación de su propia política al interior
del partido. Esta autoproducción de jefes tuvo cierta apariencia democrática pues
todo dejaba pensar que eran los militantes los que proponían candidaturas y
elegían. En el FMLN se acabó con esas apariencias, al cambiar los estatutos,
sin consultar con las bases, ni con las autoridades intermedias, mucho menos
explicarles, en el momento en que se iba a votar las reformas, todas las
consecuencias que estos cambios traían.
La cosa fue muy simple y al mismo tiempo garrafal. Pues la Convención
Nacional que nunca fue una instancia deliberativa, ni propositiva, sino apenas
una instancia sancionadora de lo que la cúpula partidaria le presentaba, al
votar la reforma se estaba enajenando toda posibilidad de poder cambiar a un
dirigente, de cambiar a su dirección. En muchas ocasiones he señalado que las
Convenciones Nacionales no tienen el más remoto parecido con un congreso. El
FMLN no tiene congresos, desde que se volvió un solo partido, nunca tuvo
congresos en los que se discutiera, deliberara y decidiera, que fuera el
producto de la actividad de todas las bases. Con la última reforma la dirección
puede hacer lo que se le cante en gana.
Peor aún, no se trata de toda la dirección, pues el modo efectivo de
funcionar de la dirección consiste en que unos pocos proponen y el resto
acepta, señala algún punto pero demuestra ostentosamente su acuerdo con la
proposición del grupo que en realidad dirige. Es a este grupo que los
dirigentes y los militantes de base le llaman, “el partido”.
Como ahora, para la elección del candidato se afirma de arriba hacia abajo
y de abajo hacia arriba, nuestro candidato será el que designe el partido. ¿El
partido? Pero si no hay consultas, las reuniones que se han tenido han sido de
información y se parecen más en su contenido al de una secta, cuyo pastor llama
a reunirse, a unirse en torno de él, pues por todos lados los acechan, los
asedian, los amenazan, los injurian, los calumnian, los atacan. Y todo aquel
que se oponga al “partido”, a lo que ha decidido “el partido”, es de derecha o
le hace el juego a la derecha. Con este simplismo sectario le proponen al
pueblo, seguirlos para transformar la sociedad.
Si, pues de eso se trata. El FMLN a través de su ya designado candidato Salvador
Sánchez Cerén, se ha vuelto a referir que el FMLN tiene como objetivo el “socialismo”.
Claro matiza, que no será ni como el de
Cuba, ni como el de Venezuela, que va a ser un socialismo propio. Pero aquí la
cosa se pone gruesa, pues este proyecto no abarca solamente a los borregos de
su partido, sino que a toda la sociedad. ¿Piensan esta decena de personas que
la sociedad salvadoreña les va a confiar algo que le atañe a todos? ¿Piensan ellos
que se va a aceptar a esa decena o novena de individuos, que se proclama “el
partido”, cómo los encargados de diseñar nuestra futura sociedad?
Estos hombres tienen ya dos décadas de andar en politiquería, pero son tan
incapaces que un oportunista los encatusó totalmente. Nombraron a Funes su
candidato y no se pusieron de acuerdo públicamente como se debería comportar,
ellos pensaron que un hombre tan astuto y pícaro les iba a servir a ellos.
Ahora los tiene allí en una suerte de limbo. Ellos no saben qué hacer, qué les
conviene en esta encrucijada. ¿Irse del gobierno? ¿Quedarse? Funes parece ahora un gato que
juega con su ratoncito. Si se le antoja los saca, los amenaza, les exige que
presenten su renuncia si no están de acuerdo con su política de derecha.
En la última salida televisiva, Funes afirmó que el FMLN no va a estar de acuerdo
con la política que piensa llevar en estos dos últimos años, que se va a ver
obligado a buscar el apoyo de ARENA y GANA. Esta franqueza o este cinismo, les
dejo esta vez a ustedes que elijan, ya habla claro de lo que separa a Funes de
lo que se esperó de él, lo que lo separa del cambio en el que soñaron los que
votaron por él.
Pues si tiene que buscar al partido que le dejó la famosa herencia de
veinte años, herencia que es real, arcas
vacías, situación económica desastrosa, situación social al borde del
cataclismo, transportes inhumanos, servicios de salud deficitarios, un país asfixiado
por la deuda. Para salir de esa situación era necesario coraje político,
decisiones que rompieran con el pasado reciente y que fuera sentando las bases
para avanzar hacia otra sociedad más civilizada, más fraternal. Ya sabemos lo
que hizo el gobierno Funes/FMLN siguió en lo mismo, no cambió nada de nada. Ah,
sí, los bolsones, los uniformes, los títulos de propiedad, el vaso de leche…
claro, el gran programa social de Funes/FMLN. Pero enfrentarse al FMI,
enfrentarse seriamente a la oligarquía y a las multinacionales requiere no
solamente coraje, que Funes no tiene, sino que profundas convicciones en favor del
país. Los salarios de los trabajadores siguen igual, en algunos lugares de
trabajo los empleados son tratados como esclavos, las mujeres trabajadoras
siguen siendo humilladas, abusadas algunas. La sociedad sigue igual o peor.
Entonces cuando Funes dice que va a recurrir a la derecha para poder llevar
adelante su nueva política económica, pues podemos estar seguros que se trata
de una agravación, se trata de abrirle de nuevo las debilitadas arcas públicas
al capital extranjero y nacional. Pues de eso se trata. So pretexto que se
necesita inversiones, el gobierno se apresta a profundizar aún más nuestra
dependencia.
Ante estas declaraciones presidenciales, dirigentes del FMLN buscan con el
presidente de la oligarquía y de Carlos Slim, puntos de convergencia, posibles
acuerdos.
Sinceramente no creo que el frente se mantenga en el espectro político por mucho tiempo, al menos, no tan fuerte como hasta ahora. Las presidenciales las perderán, sin lugar a dudas. Yo platico con gente que normalmente votan por ellos, sin ser militantes. Pero cada vez somos más los "desencantados". Personalmente, me sorprendió mucho cuando sucedió lo del 743, también cuando sigfrido reyes defendió a ciro (por borracho), después lorena, norma (y otros) defendieron el aumento de sueldo (más de $800!!!), la fiesta de $20,000.00 (con caviar). Son tantos los ejemplos que de verdad no veo como podemos seguir votando por estos insensatos.
ResponderEliminar