En estos días ha estallado un escándalo político-judicial en El Salvador. El caso Torres-Silva trae una multitud de fenómenos que han proliferado en nuestra sociedad durante estos años de desgobierno arenero. La mayoría de nosotros ha escuchado atentamente la grabación de la conversación entre Adolfo Torres y Roberto Silva: en ella queda claro que el soborno de autoridades judiciales es institucional, el uso señorial de los puestos políticos y la asociación criminal entre los “meros meros” y los “tigres” del poder son cosas corrientes. Torres ha pertenecido a la argolla. Ahora por su imprudencia se encuentra desargollado.
Hay algo anecdótico en esto, pero importante para retenerlo. Durante la primera llamada de Silva, Torres se hace el desentendido y el sordo. Primero pone en duda la cuestión del dinero, trata de esquivarlo y termina diciendo que no oye bien, que lo llame más tarde. ¿Qué pasó en esos veinte minutos? ¿Fue entonces que habló con el Fiscal General y éste le dio entonces el visto bueno para que aceptara la llamada y le “siguiera la corriente”? En todo caso ya en la segunda llamada a Torres le ha vuelto el oído y ya sabe perfectamente de qué dinero se trata y para qué va a servir.
Ahora Adolfo Torres se encuentra solo. El Fiscal General se descarga olímpicamente de toda responsabilidad, aunque se entrampa solo, pues todos hemos escuchado y leído la conversación y si ésta en sí no es delito, se trata de la planificación de un delito: de soborno de autoridades y tráfico de influencias. El Fiscal Safie que ha estado ocultando estos hechos, trata de convencernos que no hay nada ilícito en ello. El escándalo estalló en el momento justo, cuando sus padrinos areneros se proponían empecinados a mantenerlo en ese puesto clave para la vida institucional del país. Pero con esto se ha puesto a cucar al “tigre”.
Nosotros nos hemos quedado con las ganas de saber quienes son los “meros meros” y quién es el “tigre”. Nos gustaría saber quienes son los abogadones, los jueces y magistrados que corrían a cargo de Adolfo Torres. Por otro lado nos gustaría saber cuál ha sido exactamente el papel jugado por Félix Garrid Safie, pues no puede negar que hubo negociado con Torres. La sábana que los cubría a todos se ha encogido.
Hay dos cosas a las que quiero referirme muy brevemente, aunque las considero dignas de retener nuestra atención. Primero es la autosuficiencia de todos los personajes en acción, todos se consideran impunes, se otorgan derechos y disponen de la cosa pública a su antojo. La ley existe para los otros, la ley para ellos es un simple estorbo que se puede apartar. Realmente era urgente sacar del poder a toda esa gente. Pero esto apenas comienza. Lo que nos espera, lo que se ha estado ocultando va a resultar nauseabundo.
Esto hace aparecer un doble reto para el próximo gobierno: se trata de limpiar llevando a los tribunales a todos los que han abusado del poder y se han enriquecido. En esto incluyo al ex-presidente Francisco Flores, pues por maña alcahueta en la interpretación de la ley de la Corte, nunca se supo cuál era el estado de sus cuentas bancarias después de su mandato presidencial. ¿Qué ocultaban esas cuentas? ¿Va a suceder lo mismo con las cuentas bancarias del presidente Saca?
El otro reto es manifestar en toda la administración pública una conducta ejemplar. En esto es urgente que el país deje de ser tierra de corrupción y de soborno. Porque el desfuncionamiento institucional en el país ha servido justamente para el enriquecimiento ilícito de unas cuantas personas, ha permitido que el amiguismo, el clientelismo sean las verdaderas instituciones del país. Todo esto tiene que ser abandonado. Este reto hay que cumplirlo.
La segunda cosa de la que quiero hablar es la siguiente. En estos días se discute en la Asamblea un proyecto de ley sobre las “escuchas telefónicas”. Algunos pueden pensar que el caso Torres-Silva nos muestra la eficacia del método. No obstante tal cual se ha aplicado en este caso tiene un carácter profundamente inmoral. Que en los Estados Unidos sea cosa corriente es otro asunto, eso nos muestra simplemente que no tienen mucha razón en querernos dar clases de honorabilidad. Pues se trata de una grabación con intenciones de entrampar a Torres para beneficio privado de un delincuente o de un presunto delincuente. En esa grabación hay dolo. La llamada que ha sido presentada ante un tribunal no perseguía la verdad en sí, sino probar que Roberto Silva es perseguido políticamente en El Salvador. Esa grabación no la hicieron ni agentes del Estado, ni magistrados, ni policías, ni fue hecho por orden de juez. Se trata de una conversación privada que se ha hecho pública.
Entonces es necesario que si en El Salvador se aprueba las escuchas telefónicas, el cuadro en que se ejecuten preserve la libertad personal, la vida privada de las personas y que el cuadro de su aplicación sea estrictamente reglamentado. No se puede permitir que cualquier persona, aunque sea abogado pueda usar de ese procedimiento. Tienen que ser personas juramentadas, bajo la autoridad de un juez de ejecución quienes procedan a esas escuchas. También tiene que ser obligatorio que si durante esas escuchas hay hechos que no conciernen el caso jurídico en cuestión tienen que ser guardadas en secreto. Asimismo tiene que haber obligación legal para la destrucción de las mismas grabaciones si ellas han resultado inútiles para el caso.
Por el vínculo institucional que tiene la Fiscalía con el poder Ejecutivo, no puede ser la Fiscalía General quien decida sola si procede o no a escuchas telefónicas. La Fiscalía puede solicitar ante un juez de ejecución dar la orden de ejecutar ese método de investigación, incluso se puede admitir que sea directamente la policía misma a través de un fiscal quien lo solicite. En esto hay peligro de escuchas políticas y policiales que nada tienen que ver con los delitos. Con esto no se puede actuar a la ligera.
Voy a ahora a darles un ajuste. En una conferencia de prensa del Fiscal General de la República, Félix Garrid Safie, adopta un tono solemne, compone su voz, le sale engolada y nos advierte que: “Ahora, hay otro elemento anterior y es importante que el pueblo salvadoreño lo sepa: no es la única llamada que Silva hace a personas de carácter político en El Salvador. La estrategia de la defensa de Silva en los Estados Unidos es hacer este tipo de llamadas comprometedoras a varias personas de carácter político para que sirvieran de argumento en la tesis del asilo político.”
En esta frase Félix Garrid Safie nos alerta solemnemente que Silva usa estas llamadas para comprometer a otras personas. Lo hace afirmativa y apodícticamente. No hay duda, ni modalidad en su habla. Sin embargo a punto seguido, cuando el periodista le pregunta: ¿Con quiénes más habló Silva? Nuestro alto funcionario se vuelve Cantiflas y responde:
— “No, sólo son conjeturas. Pero sí sabemos que era una estrategia de la defensa, y eso lo sabemos, que se contactara a varias personas con el afán de comprometerlas políticamente para que esto sirviera de argumento en el fundamento del asilo político. En este caso, Torres le siguió la corriente y esto pues ha sido fundamento para decir que el partido… que un partido de oposición al partido de Silva lo había perseguido.”
La certitud apodíctica termina en conjetura y en un “sabemos” impersonal e irresponsable.
APRECIABLE DON CARLOS:
ResponderEliminarEn su discusión sobre las escuchas telefónicas Usted nos dice :
"es necesario que si en El Salvador se aprueba las escuchas telefónicas, el cuadro en que se ejecuten preserve la libertad personal, la vida privada de las personas y que el cuadro de su aplicación sea estrictamente reglamentado". Me parece que Usted asume mucho en esta aseveración pues por mucha reglamentación que se establezca para este tipo de acción, que en principio yo considero nefasta, en El Salvador esto no tiene ningún valor, eso queda en letra muerta. Quién determinaría cuándo y por qué se intervendría un teléfono? Esto sin lugar a dudas abre la caja de Pandora en El Salvador. Solamente de pensar en que esto pueda llegar a plasmarse me pone la carne de gallina, da escalofríos. Donde queda la privacidad? Qué hay del derecho que todos tenemos a que nuestra vida privada se mantenga privada?. Quién garantiza que unos personajes encargados de estas escuchas no las usarían para chantajear?
Yo espero, que a pesar de todo Usted tenga una posición firme y enérgica en contra de esta desatinada medida, pues como Usted dice: "En esto hay peligro de escuchas políticas y policiales que nada tienen que ver con los delitos. Con esto no se puede actuar a la ligera."
Atentamente
Quijo-t
Estimado Anónimo:
ResponderEliminarPor las mismas razones que ponés sobre el tapete, mi afirmación es modulada por un si muy condicional.
No obstante las presiones son grandes para que esta medida sea adoptada. Pero la falta de instucionalidad existente en el país me hace temer que pueda usarse para cosas ilícitas.
Pero si se cede a las presiones extranjeras (de los Estados Unidos) e internas (de la derecha), me parece imprescindible que exista un cuadro legal muy restrictivo. Incluso que existan comisiones de control, límites, condiciones y penas por todo abuso, etc.
En países como el que me acoge se han dado "escuchas telefónicas" ilícitas y arbitrarias. Una "celula del Eliseo" (el palacio presidencial francés), en tiempos del socialista F. Mitterand, puso bajo escucha los telefónos de varias personalidades sin ninguna necesidad. Entre estas personalidades varias artistas de cine. Hubo también escuchas telefónicas en sedes de partidos políticos.
Por eso insisto que con esto no se puede jugar. Estamos de acuerdo. Es por eso mismo que me parece absurdo que el caso Torres/Silva se quiera usar como modelo de eficacidad de esas escuchas telefónicas.
El principio mismo que ha regido esta grabación es inmoral desde su raíz. Su finalidad no era el establecimiento de ninguna verdad, sino que entrampar a Torres.
Tal vez sea este uno de los métodos de investigación que se enseñan en ILEA. Por otro lado, la corrupción y el soborno no es una exclusividad de El Salvador. Existen en los Estados Unidos y en todos los países de Europa. Solo que ellos se otorgan el derecho de dar lecciones de moral al resto del mundo.
Perdón, Quijo-t, no advertí antes que eras el autor del comentario anterior.
ResponderEliminarCaundo tu dices que "hay que llevar a los tribunales..." Pues eso me parece una venganza en el más cochino estilo ESTALINIANO Y POLPOTIANO.
ResponderEliminarEste debe ser un gobierno de unidad nacional y debe de haber Borron y Cuenta Nueva.
Ya no mas venganzas ni revanchismos politicos.
Y esto apenas comienza, si fue o no intencional, queda demostrado que cientos de funcionarios públicos se pasan la ley por alto, la ética y la moral hace mucho que se borró del mapa de nuestra sociedad. Estamos tan podridos de esta gente que ya ni nos sorprenden estas cosas, es algo que se sabe pero de lo que no se tiene constancia hasta que alguien tiene valor de hablar, mostrar pruebas y mantener su postura. Tengo la esperanza que algún día veamos metidos tras las rejas a tantos ladrones que nos dejaron un Estado moribundo, con una crisis espantosa, con una ola delincuencial que asusta a cualquier macho coyoludo (disculpe la expresión), con numerosos crimenes marcados con la impunidad... tener que ver un espectáculo de estos, donde solo hay mucho ruido y pocas nueces da sinceramente, asco.
ResponderEliminarEstimado Anónimo de las 7:38: Tribunales no implica ninguna venganza. Justamente son los tribunales, en principio, los que se establecen en la sociedad para evitar la venganza y que entre las partes en conflicto medie el Estado. Los tribunales ejercen su ministerio en nombre de la sociedad.
ResponderEliminarNo puede haber borrón y cuenta nueva. Todos los delincuentes que estuvieron estafando, los que enriquecieron fraudulentamente, sirviéndose de las arcas del Estado, merecen ser llevados a los tribunales. Lo que implica al mismo tiempo que tienen derecho a defenderse y a que se les demuestre realmente su culpabilidad.
En Camboya, donde actuó Pol Pot se está llevando a los polpotistas ante los tribunales para ser juzgados por sus crímenes contra la Humanidad. Alguna vez tendrá que hacerse lo mismo en El Salvador.
No se trata de revanchismo, ni venganza exigir que se haga justicia. No entiendo por qué se les perdonará a estos delincuentes sus delitos. ¿Proponés que se haga una nueva amnistía general, en la que se exonere a todos los delincuentes?
Con esa demanda simplemente estoy pidiendo que el presidente electo cumpla con una de sus repetidas promesas de la campaña electoral.
Por otro lado, también sería conveniente que se volviera a revisar las penas. Su longitud en años es demasiado elevada. A veces se trata de una condena a muerte. Por el estado material de las prisiones pasar ahí treinta años es una inevitable muerte en vida. Las cárceles salvadoreñas tienen que ser humanizadas.
como dijeron por alli:
ResponderEliminar"LA IMPUNIDAD ESTA INSTITUCINALIZADA"....."ES UNA MODA"(la impunidad)...."ES DE BUEN VER CUAN IMPUNE SOS!!"
la historia salvadoreña esta saturada de injusticias, y ya no podia con mas!!!
jajajaj me da risa, esa cantata de borron y cuenta nueva, eso nos tiene en estas condiciones de impunidad y atropello de la justicia, y no es venganza mi amigo, es parar los atropellos de estos miserables narco escuadroneros, es garantizar un futuro legitimo y formal a las futuras generaciones de salvadorenos, que la ley no puede ser solo para unos, ni suavecita para esos pocos... tiene que caer todo el peso de la ley sobre este monton de delincuentes, que quede constancia que ya no toleraremos la impunidad ni la corrupcion
ResponderEliminarQué argumentos pueden esgrimirse en apoyo de la tesis "BORRON Y CUENTA NUEVA"?
ResponderEliminarLegalmente creo que la defensa de esa tesis nos convierte en cómplices de un delito. Conocer la falta y dejarla pasar es simplemente complicidad, y si nos adentramos en los intringulis de legalidad y moralidad, moralmente la defensa de esa tesis nos degrada personalmente, caeríamos en la categoría de insensibles, indiferentes, apáticos y consentidores.
La defensa" de dicha tesis solamente la puede hacer alguien que intenta cubrirse las espaldas ya que insistir en el apego a la ley, llevar a los tribunales a los sospechosos, no puede ni debe entenderse como revanchismo. Llevar ante la ley es dar la oportunidad, que todo ciudadano tiene, de defenderse. Esto no es ni venganza ni revanchismo, es simplemente, apego a la ley.
Atentamente,
Quijo-t