Pero quiero moderar el entusiasmo que se manifiesta un poco por todos lados.
El racismo no se ha acabado en los Estados Unidos porque Obama llegó a la presidencia. Ya hubo ministros importantes del mismo origen y el racismo sigue campante. Es posible que este hecho manifieste, revele que el racismo ha retrocedido. Es posible que este hecho ayude a propinarle nuevas derrotas. Pero tampoco se trata de que ahora está en la presidencia de los Estados Unidos un representante de los oprimidos. No lo fueron ni Powels, ni doña Condolenze.
Lo histórico es la esperanza que ha nacido. La gente ha sufrido mucho en estos largos años de neo-liberalismo y la crisis actual ha empeorado aún más la situación de los más pobres. La mayoría tal vez le ha dado un significado al voto, que no coincide con las posiciones reales del nuevo presidente. Muchos piensan que la cubertura médica va a llegar a todos, sin discriminación ninguna, ni racial, ni económica. Muchos esperan que Obama va a emprender una política económica en sentido contrario a la llevada actualmente. En política extranjera algunos esperan cambios radicales. Piensan algunos que van a disminuir los lugares de tensión y que por lo menos una guerra, la de Iraq va a terminar pronto. Barack Obama ha prometido llevar más soldados a Afganistán. En nombre de lo mismo, la lucha contra el terrorismo. Este pretexto del intervencionismo, lo digo ya, no lo va a abandonar el recién elegido presidente estadounidense.
En lo que respecta a nuestro continente, pues es muy probable que cierre en Guantánamo el campo de tortura. Pero ¿Qué hará con esos presos? ¿Los van a indemnizar por tantos años de torturas y de presidio ilegal?
En lo que nos corresponde a nosotros, ¿seguirán considerándonos como su reserva privada? Las relaciones que emprenderá, ¿serán de mutuo beneficio, de mutuo respeto y de intercambio igualitario? Creo que cabe aquí aquello de: “de lo dicho al hecho, hay mucho trecho”.
El financiamiento de la campaña
Aquí en Francia, tal vez en otros países ha sido igual, los media han sugerido que lo grueso del dinero recolectado para financiar su campaña proviene de Holywood, tengo serias dudas al respecto. Creo que sobre esto nuestro buen Obama no hará mucho la luz. Tal vez algunos recuerden que prometió que para limitar la corrupción electoral, él se comprometía a limitar a su vez los gastos de propaganda, que utilizaría únicamente el financiamiento público. McCain cumplió su promesa. Obama cuando se dio cuenta que estaba colectando hasta tres veces más que su rival, declaró que no iba a utilizar el financiamiento público para tener las manos libres.
Al principio del año, en febrero, se declaró contrario a las intercepciones que no había sido autorizadas por un juez, pero en junio votó en favor de esta medida, argumentando que “la capacidad de vigilar y pistar a las personas que quieren atacar a los Estados Unidos es un instrumento vital del anti-terrorismo”.
Tal vez ustedes ignoren que en 2006 estuvo en Connecticut, durante la campaña electoral de entonces, para apoyar en las primarias a Joe Liebermann (excandidato demócrata a la vice-presidencia con Al Gore, en el 2000). Este señor es un pilar del lobby judio. Ahora este hombre se pasó al campo de McCain, pues considera a Obama muy “pacifista”. Es posible que esto haya influenciado para que Barack Obama se haya comprometido a sostener incondicionalmente la política del Estado de Israel, echando al tarro las promesas hechas a los palestinos.
El retiro inmediato de las fuerzas armadas de los Estados Unidos de Iraq, se ha convertido en una promesa de un “retiro responsable”, lo que significa que va durar en el tiempo y tal vez únicamente parcial. Este “pacifista” se ha comprometido a aumentar de 90 000 unidades los efectivos del Ejército estadounidense y de aumentar el presupuesto de guerra. Hay que tomar en cuenta que en el presupuesto de este año el monto es ya de 635 mil millones de dólares, que es el presupuesto más grande (en términos reales) de toda la historia de los Estados Unidos. El Pentágono gasta más dinero que todo el resto de países del mundo en las rúbricas militares. Obama ha prometido también bombardear Pakistán, país soberano y aliado.
En todo caso, el pueblo estadounidense ha demostrado una vez más que puede influir en el curso de la historia. Porque la salida de los republicanos es un triunfo del progresismo de los Estados Unidos. La gente ha significado con su voto un basta al neo-liberalismo representado por G. W. Bush. No obstante para que las esperanzas no sean frustradas, como en cualquier otro lugar, tal vez más allí que en otras partes, es necesario que la gente tome su destino en mano. Obama como presidente es el primer acto. Si quieren que la pieza imaginada tome la trama deseada, urgida por la esperanza, pues los ciudadanos no tienen que conformarse con ver la continuación a través de la pantalla de la televisión, comiendo sus porn-corn en sus sofás y butacas.
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