Podemos leer en el cable que se reproduce lo siguiente “Según precisó a Europa Press la abogada internacional del CJA, Almudena Bernabéu, al expresidente Cristiani se le acusa de «un delito de encubrimiento de crímenes contra la humanidad», mientras que a los 14 militares se les acusa de ser autores materiales de «un crimen de lesa humanidad y asesinato en el contexto de crímenes contra la humanidad».
Bernabéu manifestó que «hay pruebas suficientes» para demostrar la responsabilidad de estas personas en los hechos, lo que según dijo, permite mantener unas «altas expectativas» de que la querella prosperará”.
Nosotros los salvadoreños hemos sufrido durante todos estos años de la negación de justicia hacia las víctimas de la represión estatal. Los que atentaron contra la dignidad humana, los que torturaron, los que asesinaron están protegidos por la Ley de Amnistía del 20 de marzo de 1993. Durante esta campaña se ha vuelto a hablar de esta ley. Se ha argumentado en favor de su mantenimiento bajo el falaz argumento de preservar la paz y la democracia. También se arguye que de abrogar la esta ley se pone en peligro la gobernabilidad del país.
Otro argumento que se ha esgrimido siempre es la necesidad del olvido y la urgencia del perdón. Hoy esta noticia nos pone enfrente nuestra responsabilidad nacional.
Los argumentos de preservación de la paz y de la democracia caen al suelo, pues no se pueden aceptar como válidos. ¿Quién puede amenazar la paz en estos momentos en El Salvador? ¿Por qué estos juicios traerían discordias? ¿Significa esto que existe entre nosotros personas que no reconocen los derechos humanos como inalienables, como universales? ¿Significa esto que existen entre nosotros personas que no consideran crímenes las masacres cometidas durante la guerra?
Los que nos proponen el olvido para dirigir nuestras miradas hacia el futuro no se dan cuenta que están argumentando una canallada. Nos piden que olvidemos nuestros muertos, que olvidemos nuestras víctimas. Nos exigen que hagamos caso omiso de nuestra historia. ¿Se puede realmente construir un país libre y democrático sin la aplicación de la justicia?
No se puede aceptar esta falsa alternativa, la vida pública normal, sana exige todos los derechos fundamentales. Entre estos derechos un lugar primordial lo ocupa la justicia.
Cuando se nos dice que la instalación de tribunales que enjuicien a los asesinos de guerra traería la ingobernabilidad, estamos diciendo que padecemos de una amenaza contra la legitimidad del Estado. ¿Quién atenta contra la legitimidad del Estado? Si en realidad existe esta amenaza, no podemos ignorar que tiene carácter terrorista, pues se trata de insubordinación al Estado de derecho
Tal vez ustedes se pregunten ¿por qué traigo de nuevo este tema? Pues siempre he sido partidario de que esos crímenes deben ser juzgados en El Salvador. Pero ante la negación de justicia dentro de nuestro Estado, debemos aceptar que la universalidad del derecho se cumpla, en nuestro caso, afuera de nuestro territorio.
La abogada española Almudena Bernabéu nos dice que “existen pruebas suficientes” de la culpabilidad de las personas que serán inculpadas mañana 13 de noviembre de 2008.
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