Ya son más de tres años que el "niño" Nayib pide, ruega, patalea, insiste, transa, se desliza por ser candidato. Primero fue dulce y manso con los dirigentes del FMLN, trató de convencerlos, de amansarlos, pero no hubo tales y al darse clara cuenta que no cederían se volvió impertinente e hizo declaraciones contra el gobierno y su partido de entonces semejantes a las que pudiera hacer Cristiani. Pero no fue por esto que los cupuleros decidieron expulsarlo, sino un episodio de rabieta infantil contra la sindica del concejo municipal. Pero en estos tres años se fue construyendo la imagen de alguien que justamente no iba a transar con nadie, de rectitud extrema, lanzando a la faz de la gente, "si no se roba, el dinero alcanza" (el dinero de la alcaldía de San Salvador no le alcanzó, dejó déficit) y sobre todo que en su gestión iba a realizar una obra diaria, pero de todas esas obras la única que queda en la memoria es el suntuoso gasto para arreglar a su gusto el centro capitalino. Quedó bonito, según algunos, pero ese remodelaje deja a la municipalidad siguiente un gasto permanente de electricidad y agua que se veía obligada a heredar. Pero el que ahora salta a la memoria de todos es que "su corazón está a la izquierda y nunca entraré en GANA".
Ahora es miembro de GANA, el candidato a la presidencia de GANA. Al parecer esto no es significante para muchos, pero sí y demasiado para otros. Los episodios legales realmente no son insólitos. El primero es que la Ley Electoral le da a los partidos un lapso anterior de seis meses máximo antes de declrarar la candidatura, este requisito ya no podía cumplirlo Nuevas Ideas, incluso que hubiera sido declarado legalmente como partido en un proceso "expres", fue por eso que Bukele nunca se hizo miembro de Nuevas Ideas. En esto nadie tiene la culpa, si no contamos la ley, la culpa es suya. Pudo comportarse más impertinente y más pronto con los dirigentes del FMLN, para que lo expulsaran con mayor antelación, aquí, en este tiempo politiquero, que reside el hueso duro que le lanzaron los cupuleros. Pero la conducta alagartada de Bukele, sin paciencia, como un niño que se tira al suelo, se puso a patalear, creyendo los sofismas de Ulloa de que sí se podía interpretar la Ley al gusto de "su cliente". Pero eso no es así, la ley de partidos se aplica a los partidos legalmente constituidos e indica qué se necesita para serlo. Y esto que es una medida legal y política, no tiene interpretaciones coyunturales, ni mucho menos politiqueras. Eso el grupito que lo rodea lo sabe muy bien. Sin embargo todos en concierto le hicieron creer a la gente que no legalizaban al movimiento "Cuáles Ideas" para que Bukele no se presentara, que era un complot, una confabulación anti-democrática. Con esto resumían todo, si no se le cumplen los caprichos al "niño" Nayib se viola la democracia, si le dan gusto la democracia salvadoreña se mantendrá brillando como el parque Cuzcatlán.
La idea sorpresiva de entrar al CD fue un mal cálculo, pensaron que no iba a repetirse con este partido lo que le hicieron al PCN y a la DC, pero sí lo hicieron, también esos partidos tenían entonces diputados y aplicaron la Ley con atraso. Esto también para el grupo de "consejeros publicistas" de Bukele fue un definitivo crimen contra la santa democracia salvadoreña, cuya esencia es la posibilidad de que el "niño" Nayib se presente como candidato presidencial. Pero el TSE aplicó la implacable y dura ley. Aquí los partidos no dejan de tener su responsabilidad, pues en el TSE cada uno tiene su cuota de autoridad y de antojo. En nuestra democracia (tan brillante como una plasta en pleno sol) las leyes la hicieron todos los partidos a espaldas de los ciudadanos, con la posibilidad de chantajes y nocturnas y escondidas "encerronas". Es esta democracia que ha revivido después de su "asesinato" al declarar ilegal al CD. Ahora renace blanca, inmaculada, brillante porque el "niño" Nayib tuvo una intervención quirúigica espiritual y le pusieron su divino corazón al lado derecho y sin mayores escrúpulos, ni remilgos pudo entrar a GANA. Nulas fueron las promesas, nulas quedaron las antiguas convicciones, nulas se volvieron todas las críticas a la partidocracia.
El mundo es ahora nuevo, todo está a salvo, ya los golondrinos podrán dejar sus "ideas" nuevas o viejas y campantes entrar a GANA si a ellos también se les antoja, podrán los encargados del negocio NI pactar con GANA los secretos arreglos que ya tuvo su "niño" Nayib. Todo está salvado, todo cobra esplendor, Nayib Bukele ya puede presentarse como candidato. Y como esta era la condición central para que todos los salvadoreños tuvieramos democracia, podemos dejar todo tipo de luchas para extender nuestros derechos y dejarles a los partidos que "mangoneyen" todas las instituciones de nuestra "república bananera".
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