Desde hace cierto tiempo ha aparecido una teoría según la
cual existe en El Salvador una burguesía emergente, nueva, que ha comenzado a
disputarle a la oligarquía su dominación. Se afirma que esta nueva burguesía está
asociada de alguna manera al partido FMLN y al ejecutivo actual, algunos
señalan como centro de este surgimiento la sociedad mixta Alba-Petróleos. No
obstante hasta ahora no he tenido oportunidad de leer un análisis concreto que
presente cifras y demuestre con ellas la realidad de esta nueva burguesía. Lo
poco que se sabe de la apropiación de capitales o el uso personal de los
capitales de Alba-Petróleos es un reportaje publicado ya hace más de dos años
en el semanal El Faro. En él se señalaba créditos consentidos a familiares y
allegados a J. L. Merino, dirigente del FMLN y administrador de Alba-Petróleos.
La opacidad actual de la vida económica, en la que
escasea la información impide realmente llevar adelante un minucioso análisis
de la situación real de la economía, aunque se puede encontrar algunos libros
de economistas salvadoreños que han recaudado mucha información. Huelga decir
que la información accesible concierne apenas los parámetros macroeconómicos y
los detalles incluso de estos hay que buscarlos.
Lo que deseo plantear es lo siguiente, ¿en qué medida se
justifica esta visión de una burguesía emergente y en qué medida es palmaria su
capacidad de competir con la oligarquía y a término desplazarla?
La dificultad de responder reside en que los que pretenden
su existencia no dan datos, sino que apenas sugieren hechos no confirmados o
meramente hipotéticos de carácter político más que económico. Se dice que esta
nueva burguesía está aliada al FMLN y por consiguiente al gobierno, el que por
supuesto la beneficia. Pero como esto se afirma sin mayor detalle, es imposible
refutarlo, pues hace falta que los analistas que afirman esto, nos indiquen
cuáles son las medidas gubernamentales que favorecen a la burguesía emergente y
perjudique a la oligarquía. Es posible que cierto amiguismo en el reparto de
algunos contratos exista, pero como la ley impone que a partir de cierto monto
es imperioso proceder a licitaciones, difícilmente se pueda establecer un
prodigioso enriquecimiento que venga a introducir en el reducido círculo de
oligarcas a un neo-capitalista salvadoreño.
El surgimiento de una empresa, en cualquier rama de la
economía, entra a competir con el resto de capitales. Esta competencia se da en
permanencia, en grandes proporciones entre los capitales monopolistas
internacionales, que se absorben, atacándose en permanencia hasta producir
quiebras y cesación de actividades. Esta lucha tiene como fuente un principio
mismo del funcionamiento del capitalismo, la reproducción del capital y su
extensión. El que no logra aumentar su capital tiende a desaparecer en esta
despiadada lucha inter-capitalista. Esto sucede también en El Salvador. Esta
competencia no impide que la clase burguesa no tenga consciencia de su posición
dentro de la sociedad y actúa dentro ella cohesionada como clase dominante.
Dentro de la
estructura social salvadoreña la oligarquía ocupa un lugar predominante y
ejerce un poder que supedita a sus intereses al resto de su propia clase y al
Estado mismo en su globalidad, lo oligarquía domina a toda la sociedad. Es esto
lo que no debemos perder de vista.
Algunos pensaron durante mucho tiempo que la oligarquía
estaba constituida por catorce familias, en estos días algunos afirman que esta
oligarquía se ha reducido a cinco familias. Los datos que acaba de publicar una
agencia internacional (Oxfam) afirman que 160 personas en El Salvador acumulan
21 mil millones de dólares, lo que representa 87% del producto interno bruto.
No hay indicación cómo dentro de este grupo se reparte la riqueza, pero en todo
caso su limitado número nos mueve a pensar que el menos rico es
multimillonario.
Tengo para mí que los amigos ricos del FMLN, que algunos
identifican como la nueva burguesía emergente, no tienen capacidad para entrar
a competir realmente con la dominación oligárquica. Esto debe de cambiar la
apreciación que muchos se hacen de la política del FMLN y de sus repercusiones
sociales.
Muy hábilmente el gobierno y ANEP se han puesto a pelear
por la publicación de una lista de deudores del fisco. Hubo en todo esto, todos
lo sabemos, incluso la mentira presidencial de que la Sala de lo Constitucional
había prohibido esta publicación y esto vino a desatar toda una campaña indigna
contra la institución judicial. Esta campaña ha hecho mella, muchas personas
sensatas, inteligentes piensan que tanto ruido es porque el río arrastra
piedras. Incluso un partido —que se pone como posible alternativa— introduce a
la Sala de lo Constitucional como un componente del bloque de la derecha y
aliada a los intereses de ANEP, dejando entender que le sirve a la oligarquía.
El problema mayor en estas afirmaciones es que como en lo anterior no hay nada
concreto que venga a confirmar lo dicho. ¿De qué manera los fallos interfieren
en el mundo económico? ¿Cuáles son los fallos que en concreto benefician al
bloque de derecha y sobre todo cómo?
Es cierto que algunos pueden juzgar que las medidas cautelares sobre los bonos del fisco para reunir los 900 millones por el Ejecutivo, lo pone en dificultad y se podría pensar que esto beneficia a la derecha para que muestre la ineficacia gubernamental. El problema en esto es que dentro de la actividad económica, esos 900 millones —cualquiera que sea su reparto en rubros— en última instancia van a ir a parar en las cuentas de los principales capitalistas nacionales e internacionales. En particular buena parte de esos millones es para pagar los intereses de la deuda. Los intereses de clase que representa ARENA y también el FMLN se verían perjudicados si estas medidas cautelares vinieran a confirmarse con un fallo de inconstitucionalidad emitido por la Sala.
La demagogia de acusar a la Sala de ser responsable del
recrudecimiento de la criminalidad actual salta a la vista. Sin embargo la
mentira es tal que algunos se la tragan aunque tengan que abrir la boca de
manera exagerada por lo grande que es. Me refiero a la mentira.
Hechos concretos demuestran que el FMLN defiende
fielmente los intereses de la oligarquía y que le disputa a ARENA activamente
el congraciarse con esos 160 multimillonarios, los recursos fiscales del
presupuesto nacional se reparten de esta manera: el 65% de los ingresos
tributarios del gobierno proviene de impuestos indirectos y el 35% de impuestos
directos, Algunos empresarios evaden el
35% de los impuestos, y también se benefician de 26 leyes que les permiten no
pagar impuestos. Se calcula que en El Salvador se pierden anualmente
1,200 millones de dólares al año vía elusión fiscal. Como esta situación es
actual y fue heredada por el FMLN de los gobiernos de ARENA, el pretendido
antagonismo de estos partidos es de fachada, nada ha cambiado en la política
procapitalista de los dos últimos gobiernos, ni Funes tuvo barruntos de cambio,
ni Sánchez Cerén se apresta a volverse, en sus viejos años, revolucionario. Tuvo
siempre la mira de llegar al poder y ejercerlo, no de cambiarlo. El socialismo
que nos propone es ponerle forros a los libros que reparten, agregarle azúcar al
vaso de leche, dar también los calcetines con los zapatos y tal vez durante las
campañas repartir más tamales en proporción igual a las promesas enunciadas.
Quizás es la oligarquía descalza que está tomando cuerpo.
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