Sondeos de opinión, declaraciones de políticos, sociólogos, periodistas,
comentaristas nos remachacan con martillada insistencia que la primera
preocupación de los salvadoreños es la violencia criminal de las maras o de los
traficantes. No lo pongo en duda, no obstante me sorprende que la
entrevista del ministro de Seguridad, Benito Lara no haya tenido mayor eco
entre comentaristas, sociólogos, políticos, etc. El ministro hace un
planteamiento distinto al que se ha venido barajeando, maneja de otra manera
las estadísticas y señala hechos importantes en los que se necesita poner
atención.
El ministro no se ha ido por la fácil vereda de dar una lista de medidas
que va a tomar o proyectos de leyes que presentará en la Asamblea. En realidad
hace una constatación bastante grave: no
existe un diagnóstico real sobre este fenómeno. Y propone hacerlo afuera de
las cifras contradictorias que han ofrecido las fuentes acostumbradas, los
ministerios, la fiscalía o la policía. El problema no puede ser solamente
socio-económico, no niega la importancia, incluso lo señala como una de las
causas, pero afirma que ese es un lugar común, que decirlo no nos ofrece la
clave para comprender lo que pasa.
En un pasaje clave de la entrevista Benito Lara dice algo que es necesario
un estudio detenido y que el sagaz entrevistador no supo aprovechar para que el
ministro profundizara:
“En este país tenemos entre 85 y 90
municipios –no tengo la cifra exacta a la mano- en los que del 1 de enero al 31
de mayo de este año no hubo ni un solo homicidio. Estamos hablando de casi un
tercio del país y tenemos cerca de 40 municipios en que hay entre uno y tres
homicidios. Más o menos el 80 % de homicidios está bien focalizadito… El punto
tiene que ver con que el gran esfuerzo que debemos hacer es una visión de
planificación estratégica”.
Esto que ha señalado el ministro no es baladí, pues con ello está señalando
algo que nos invita a formularnos cuestiones importantes, ¿cuáles son las
similitudes entre esos pueblos o ciudades en las que no ha habido crímenes?
¿Cuáles son las diferencias entre esas ciudades y las ciudades en las que se
concentra la criminalidad? ¿Se trata de problemas económicos? ¿De posibilidades
de empleo o de desempleo? ¿Esa diferencia tiene que ver con políticas
preventivas concretas? ¿Se trata de un fenómeno temporal o es permanente? Las
preguntas pueden multiplicarse, pero todas son dignas de estudio y que nos
pueden dar la clave para ir extirpando el flagelo. Tal vez las preguntas a
plantearse sean otras, los especialistas tendrán su propia opinión.
No obstante lo que me sorprende es el silencio que ha seguido a esta
entrevista, ningún sociólogo, ningún antropólogo, ninguno de nuestros
intelectuales de renombre se ha atrevido a tomar la palabra para profundizar o
rebatir las reflexiones del ministro. Ustedes, lectores de este blog, saben de
mi constante oposición a la política que lleva adelante el FMLN. Considero que
cuando se presenta la posibilidad de aportar positivamente una respuesta a un
problema tan crucial, no se puede adoptar una posición escéptica o indiferente.
Uno no puede callarse ahora, esperar su fracaso y luego volver a cargar de
críticas al ministro.
Es cierto que ha habido estudios sobre este fenómeno, ha habido especialistas
de orígenes diversos que se han dedicado el tema, hay publicaciones. El
ministro mismo lo afirma en la entrevista, pero parece que no son suficientes y
no le sirven para formular un diagnóstico concluyente para buscar las medidas
necesarias.
Es un fenómeno que concierne a todo el mundo, en el que tiene que
intervenir toda la sociedad. Se trata de formar animadores de barrio, de construir
centros de diversión y esparcimiento atractivos con animadores, examinar con
detenimiento el papel que deben de jugar en esto las escuelas y los cambios
necesarios de programas, de métodos didácticos, pedagógicos, etc. Se debe de
aportar ayuda a las tantas madres jóvenes que se quedan solas con sus hijos. Es
problema puede que esté o no ligado a la criminalidad, pero la fragilidad de
las relaciones familiares no deja de ser un terreno fértil de todo tipo de
problemas sociales. La familia en nuestra sociedad, de manera general, no es
una institución estructurante de la personalidad de nuestros jóvenes. Son
demasiados los hombres que consideran que su única obligación es engendrar a
sus compañeras, abandonándolas luego a la buena de Dios. Es necesario que este
fenómeno —que no es exclusivo de nuestra cultura— sea estudiado,
contextualizado, historiado.
Esta listita que enumero requiere gastos, presupuesto. Y aquí entramos a la
política general, ¿qué parte le toca a pagar a la oligarquía? Se les va a
seguir dando toda la amplitud que ya tienen para eludir impuestos, para seguir
súper-explotando a todos los asalariados y mantener las condiciones de trabajo
en tan lamentable estado. Porque si es necesario un esfuerzo colectivo no se
puede dejar aparte a los principales responsables de nuestra miseria social,
los oligarcas. Pero sobre esto último las declaraciones presidenciales no me
hacen perder mi escepticismo.
Muy acertado.
ResponderEliminarEl problema bien podría ser un círculo vicioso que no cesa: el súperexplotado debe abandonar el hogar para poder llevar de comer a dicho hogar, descuidando por completo a la prole, misma que cae en riesgo de caer en la criminalidad, misma que se da por la falta de atención y problemas culturales y económicos, mismos que derivan de la superexplotación.
También me parece que se debe dar mucho más estudio a la cuestión, pues no existe un estudio serio del fenómeno, me parece a mí, desde el 2000.
Alberto: me has confudido todo con ese uso tan raro del adjetivo "misma". Pues tu misma repetida ya no se sabe a qué califica. Creo que si hubieses usado la forma acostumbrada en estos casos, me hubiera sido más fácil de entender, por ejemplo:
Eliminar"El problema bien podría ser un círculo visioso que no cesa: el súperexplotado debe abandonar el hogar para llevar de comer a dicho hogar, descuidando por completo a la prole, la que cae en riesgo de incurrir en la criminalidad, la que se da por la falta de atención y problemas culturales y economicos, los cuales derivan de la superexplotación"..
Ese círculo vicioso no creo que tenga un solo origen, la sobreexplotación, pues muchos de los más pobres entre los pobres no caen en esos grupos delictivos. Me parece que la pobreza no es una causa sine qua non de la delincuencia. Esto no quiere decir que deja de contribuir y tampoco que no sea urgente eliminarla. Pues como la pobreza generalizada contribuye a crear un clima socio-cultural propicio a la delincuencia. Por lo menos es uno de los aspectos que hay que estudiar con detenimiento.
Misma creo que lo usa consubstancial a la NATURALEZA del fenomeno o referencia en el primer caso: Prole.. misma y luego lo usa como DERIVATIVO DE CAUSALIDAD... criminalidad (coma) misma ... es decir que responde a ta ta ta ta mismos que se derivan de la explortación...
Eliminaral final una multicausalidad derivativa... ver Karl Popper "El Metodo de la Ciencia"
Cuando FOCALIZAR es al menos una referencia de localización a un problema de interés general.
Eliminar"“En este país tenemos entre 85 y 90 municipios –no tengo la cifra exacta a la mano- en los que del 1 de enero al 31 de mayo de este año no hubo ni un solo homicidio. Estamos hablando de casi un tercio del país y tenemos cerca de 40 municipios en que hay entre uno y tres homicidios. Más o menos el 80 % de homicidios está bien focalizadito… El punto tiene que ver con que el gran esfuerzo que debemos hacer es una visión de planificación estratégica”.
Tal vez mi querido Carlos no se le llame Planificación Estrategica ya que eso involucra un particular metodo de planeación en las organizaciones empresariales y públicas. Pero focalizar implica un acercamiento mucho más acusioso de un problema ... significa definir estrategias si, pero muy puntuales con los problemas que tiene planificar sobre actos itinerantes y aleatorios que no permiten en todo los casos poderse evitar con medidas de planeación...
Talvez tenga razón el ministro al decir que nunca se hizo el diagnóstico adecuado. O talvez no, podría también ser una manera astuta de excusarse para no dar una solución a un problema, solución que por cierto hasta ahora nadie presentó. Cabría preguntarse qué tenemos nosotros en el país que otros país no tengan de tal forma que apesar de la pobreza las pandillas no surgieron o se proliferaron como ha sido el caso en El Salvador (guerra, sangrienta, impunidad, migraciones, etc). El problema dejó de ser apenas de pandillas y ahora está infiltrado el crimen organizado y el narcotráfico, entre otros, por lo cuál resolverlo es mucho más complejo que diez años atrás.
ResponderEliminarLa prevención através de programas de inserción para las familias pobres, de cuidar a los niños para que no entren en las pandillas, de escuela integrales, de programas de complemento de renta para las madres solteras o para las familias pobres, la construcción de infra-estructura, vivienda y servicios dignos para las familias de las zonas pobres, son cosas que ciertamente nos ayudarían a parar el ingreso de los niños a las pandillas, pero no resolverían nuestros problemas dado el nivel que alcanzaron y el avanzado estado de descomposición social que nuestro país vive.
Yo me atrevería a decir que sí han habido muchos trabajos, diagnósticos adecuados a la realidad, pero las soluciones o no fueron aportadas o simplemente nunca recibieron el apoyo y financiamiento del gobierno y de la sociedad como un todo.