He mencionado anteriormente las pruebas más que suficientes que presenta
Lucien Sève sobre la masiva presencia de la terminología de la alienación en
los trabajos económicos de Marx maduro. Este hecho, esta prueba aportada por
Sève desde su trabajo publicado 1974 (“Analyses marxistes de l’alénation”), ha
quedado como ocultada en la literatura marxista o no, que trata de la
alienación en Marx. Durante años, tres décadas, muchos han preferido ignorar
ese trabajo y seguir manteniendo con Althusser que la palabra alienación
desaparece totalmente del vocabulario de Marx en El Capital. Claro que la puesta
en evidencia desarrollada por Sève obligó a algunos a reconocer su presencia,
pero trataron de interpretarla como una supervivencia, como algo que aparece
apenas en filigrana y tomando en cuenta sólo el aspecto de la alienación/venta.
Sève ha procedido a demostrar numéricamente la presencia del concepto y del
término en los trabajos de El Capital, en el libro mismo del que estoy haciendo
este amplio resumen, el filósofo francés nos entrega 82 pasajes de las obras
sobre El Capital, donde figura o no el término, pero donde funciona y se expone
el concepto de alienación (en castellano tenemos también los términos de
enajenación y de extrañamiento).
Ahora bien la pregunta crucial es
justamente ¿encontramos en El Capital (Sève incluye todas las obras marxianas
que van desde el “Grundrisse” hasta las “Teorías sobre la plusvalía”) un auténtico
concepto de alienación? Y si la respuesta es afirmativa ¿es el mismo o
diferente del que funciona en los Manuscritos de 1844? ¿Y en qué aspectos es
diferente, si lo es?
El concepto que maneja el joven Marx en sus Manuscritos de 1844 se trata
de: una pérdida de sí que se opera en el proceso
personal del trabajo productivo, cuya fuente hay que buscarla en ese
proceso (Selbstentfremdung: el trabajador se aliena a sí mismo), y que es causa más que efecto de la “propiedad
privada”. Al leer los textos recopilados por Sève uno se da cuenta que la
visión de 1844 de manera esencial ha sido invertida en su contrario. La
alienación no es en primer lugar un proceso que se opera en el trabajo
productivo personal, en su fundamento se trata de la gigantesca veta histórica
que ha cavado en el mundo social un enorme abismo entre los productores
directos y sus condiciones materiales de trabajo; no, el trabajador no es la
fuente de su propia alienación, esta resulta al contrario de las relaciones de
producción que lo dominan por completo y que constituyen la inevitable premisa
objetiva de su actividad laboriosa —él no se
aliena, lo alienan. De ninguna manera este trabajo alienado no es
absurdamente la causa de la “propiedad privada”. Es todo lo contrario, la
apropiación capitalista confiscatoria de los medios de producción y de cambio,
confiscación que fue emprendida históricamente en las peores violencias
sociales (en lo que atañe nuestra historia nacional, la violenta e inhumana
confiscación de las tierras ejidales de 1882, además lo confiscado ya durante
la Colonia) y que al reproducirse constriñen a los trabajadores poseedores solo
de su fuerza de trabajo a producir en relaciones de alienación y que por
consiguiente los alienan.
Lejos de ser un concepto vacío en El Capital es el más fuerte de los
conceptos, el del divorcio histórico radicalizado por el capital entre trabajo
productivo y la riqueza social. En la cuestión de la alienación, como en el
resto de asuntos, entre 1844 y El Capital ha intervenido una inversión crucial
de perspectiva a partir de la cual ha sido repensada la idea de alienación
sobre la base del materialismo histórico.
Ignorar en qué se ha convertido la alienación en El Capital y querer permanecer
en el esbozo de 1844 —que bajo muchos aspectos es idealista— para pensar las
alienaciones de hoy se trata de una opción de nefastas consecuencias.
En los textos de Marx que ha compilado Lucien Sève nos topamos con una
expresión en la que es necesario reparar y a la que Marx recurre en varias
ocasiones: fremde Macht (potencia
ajena). Expresión de escasa frecuencia en 1844 que aparece sólo hacia el fin
del texto sobre el trabajo alienado y que cada vez se remite al solo objeto (Gegenstand), al solo
producto del trabajo (Produkt), de manera que la fórmula tiene un alcance muy
limitado. Al contrario, en El Capital esta formulación se vuelve frecuente y se
refiere ya no al solo producto del trabajador, sino que a esos inmensos
conjuntos que son las condiciones de trabajo impuestas, la riqueza social confiscada.
Al mismo tiempo se encuentra, lo que nunca aparece en 1844, la expresión en plural —die fremde Mächte, “las potencias
ajenas”, que se convierten en sinónimo de Entfremdung (alienación). Expresión
cargada de sentido, a la altura de una alienación que ya no es más una simple
pérdida del objeto, sino que una
radical exterioridad hostil de todo un mundo, ese mismo mundo que ha sido
moldeado por el capital. En los Manuscritos de 1844, la alienación es un avatar
de la actividad productiva personal; en El Capital, esta expresión remite nada
menos que a la esencia misma de la formación social capitalista: la implacable
metamorfosis de las producciones humanas —en la ausencia de una apropiación
colectiva— en potencias indómitas que subyugan y aplastan a los trabajadores.
Más que un simple concepto, esta fórmula, es aquí, nos dice Sève, una “categoría
fundamental del materialismo histórico”, una “figura fundamental de la
dialéctica” que expresa “la forma más general de la historia humana” en la
época en donde ésta aún no ha salido realmente de su prehistoria.
¿Se puede decir entonces que la alienación según El Capital rehúsa la de
los Manuscritos de 1844 y la substituye? No, no es lo que muestran los textos. “Estos
muestran un trabajo de pensamiento que a la vez suprime y conserva, opone y
transpone, en una palabra supera el análisis juvenil desplegando la intuición
fundadora en un cuadro teórico totalmente distinto. El tema anti-hegeliano
mayor de 1844: —hay alienación del trabajo asalariado en el sentido que la
productiva “salida de sí” en el objeto es al mismo tiempo la más punitiva “pérdida
de sí” en el sufrimiento— este tema pasa
en los análisis de El Capital, no obstante allí cambia profundamente de
sentido, porque, puesto en escena anteriormente en una decoración
socio-histórica de fantasía que lo hacía aparecer al revés, es de ahora en
adelante puesto sobre sus pies y es retocado según las indicaciones de una
rigurosa crítica de la economía política”.
También aquí el aspecto léxico es probatorio. Este toca la expresión clave
según la cual el trabajador “se aliena” (“sich entäussert”, “sich entfremdet”).
Si oímos en esta formulación únicamente lo que parece hacer del trabajador el
autor de su propia alienación, debemos esperar que no aparezca más en El
Capital. Pero no es el caso, lo que se comprende de la manera siguiente: la
idea —que no excluía claramente el texto tan ambiguo de 1844— según la cual el
trabajador, al ser el actor del
trabajo alienado, es en definitiva el autor
de su propia alienación, esta idea constituye una increíble aberración
económica, pero ella es sin embargo en el primer momento una evidencia fenomenológica,
en el sentido que es justamente el trabajador que al realizar su trabajo
alienado, plasma el efecto humano sobre sí mismo al mismo tiempo que el efecto
económico sobre la reproducción del capital. No obstante totalmente a lo
opuesto de 1844, los textos de El Capital no dejan lugar a cualquier ambigüedad
sobre el fondo: si descriptivamente
se puede pues decir que el trabajador asalariado se aliena al realizar su trabajo alienado, es importante agregar
con toda claridad que explicativamente
la verdadera relación está invertida: el trabajador se aliena únicamente porque
está constreñido a hacerlo por las condiciones objetivas alienadas y alienantes
que son las del trabajo asalariado en el modo de producción capitalista. Esta
inversión crucial de perspectivas trae como corolario la desaparición en El
Capital de un término eminentemente confuso: “Selbstentfremdung”
(autoalienación).
Seguimos con el libro de Sève
ResponderEliminarNelson Carranza.
Bloque Popular Revolucionario BPR
Movimiento Social Autonomo de ElSalvador
No-Electoral contra el Capital.
Don Carlos el tiempo y espacio es importante para la maniobra revolucionaria Marxista Leninista ir al El Salvador a la lucha de clases politicas y sobre la farsa de las elecciones y el voto la via electoralista el Capital y la otra via la de la revolucion proletaria:
Le proponemos talves usted puede seguir con libros de Salvador Cayetano Carpio Comandante Marcial y hacerle referencia historica en la relacion con los frente FMLN de Derecha y sus libros de Shafic Handal y Salvado Sanches Ceren o Jose Luis Merino y abordando el tema de 1932 a la actualidad 2013 y con la perspectiva al 2014.
Si estad en su agenda como Exiliado o Refugiado residente de El Salvador o si ya opto por otra nacionalidad con el internacionalismo proletario y lucha por el socialismo como solucion a los problemas de la humanidad.
Nelson Carranza.
ResponderEliminarAcerca de la alienación de los escritos...
No a la farsa electoral del 2013 - 2014
Contra el revisionismo y reformismo burgues:
Lunes, 04 de Febrero de 2013 / 09:14 h
Marx, el FMLN y la lucha de clases
Alirio Montoya
Para ciertos analistas políticos de derecha, e incluso para algunos socialdemócratas, hablar en pleno siglo XXI de Karl Marx resulta un nebuloso impulso decimonónico, tanto en cuanto sus planteamientos fueron elaborados hace casi dos siglos y que por lo tanto –afirman- han perdido vigencia con el correr del tiempo. Para algunos, los escritos de Marx resultan vetustos y condenados al olvido porque hemos entrado a la llamada “modernidad”. Con esa terrible falsedad la derecha internacional pretende ahogar a Marx en el tiempo y que su enorme aporte científico para las ciencias políticas, filosóficas, sociológicas y económicas queden ahora en el vacío, como simples textos de consultas academicistas.
Pero la verdad es que el marxismo tiene mayor vigencia hoy en día. Nos encontramos en plena crisis económica, y que dicha crisis no es más que la crisis estructural del sistema capitalista como tal. En Europa han tenido que recurrir nuevamente a los escritos de Marx para hacerle frente a la crisis económica que desde el año 2008 está golpeando al mundo entero. Los países que menos han sufrido la actual crisis estructural del sistema capitalista son aquellos que han practicado una política económica de desenganche con los países del Norte. Ha sido justamente Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, Nicaragua y Cuba quienes han logrado salir casi ilesos de la referida crisis. Pero el asunto es que han buscado una relación Sur-Sur y se han desconectado de las políticas de los países del Norte. En esa direccionalidad, como país deberíamos de enrrumbar una relación Centro-Sur para poder salir de la crisis mundial.
El marxismo en estos momentos de crisis ha vuelto a ser consultado por varios analistas políticos porque han evidenciado que la actual crisis es producto de la sobreproducción entre otras cosas. Marx ya había vaticinado esta crisis estructural del sistema capitalista. Y es que esa ha sido la historia del capitalismo, ha sido como lo dice el maestro Samir Amin, “el capitalismo no es otra cosa que la historia de sus crisis”.
Alan Woods señala que hay diversos tipos de marxismos. Pero al marxismo que de manera particular me adhiero es al marxismo heterodoxo, ese marxismo que está despojado de todo dogma pero no despojado de su alma revolucionaria. El marxismo sigue vigente.
Nelson Carranza.
ResponderEliminarsegunda parte
Acerca de la alienación de los escritos...
No a la farsa electoral del 2013 - 2014
Contra el revisionismo y reformismo burgues:
Lunes, 04 de Febrero de 2013 / 09:14 h
Marx, el FMLN y la lucha de clases
Alirio Montoya
No obstante hay que aclarar que tal afirmación marxiana procede de Feuerbach. Pero puede darse el caso ahora en el siglo XXI que esa tesis más que marxista, feuerbachiana, ha de ser discutida, puesto que muchas veces el ser social no viene necesariamente a determinar la conciencia social.
Yo podré ser a lo mejor un “clasemediero”, pero ello no implica que sea un pequeño-burgués o piense y actúe como tal. Esto quiere decir que si estoy en una posición social que no está necesariamente ubicada en el nivel de la clase trabajadora o proletaria –puede decirse-, eso no determinará forzosamente mi conciencia social. La conciencia social muchas veces se obtiene a partir de ciertos avatares de la vida real, como el hecho de ver los fenómenos políticos, sociales y económicos con cierta objetividad. La conciencia social se puede adquirir a través de la lectura, por citar un par de casos. Eso nos indica la heterodoxia marxista.
Respecto de lo anteriormente planteado, puede que yo se sea objeto de las más despiadadas críticas, pero eso es lo más normal. Cuando uno hace el intento por escribir un par de líneas está expuesto a la opinión pública y a ser juzgada por ésta en un determinado momento. Mis escritos estrictamente políticos y filosóficos siempre han tenido una peculiaridad de raigambre marxista –aunque eso incomode a mis detractores, claro está, pero esa suerte siempre se corre-; he escrito acerca de Marx lindando con lo apologético aunque yo no sea tampoco un marxista.
Algo que sí tiene mayor vigencia que nunca es lo afirmado por Marx y Engels: que el motor de la historia era la lucha de clases. Esa afirmación sigue teniendo vigencia, pero claro, la derecha coludida en los medios convencionales de comunicación a esto le llama “odio de clases”, lo cual para ellos no existe porque vivimos en una sociedad altamente “democrática” y que se supera económicamente quien así lo desea. Vaya tesis más calvinista en pleno siglo XXI.
La lucha de clases la veremos evidenciada en las próximas elecciones presidenciales del 2014 en El Salvador. Hay un partido –FMLN- que lucha por transformar las condiciones de miseria que vive la clase trabajadora, mediante ciertos programas sociales que vienen a ayudar a las familias más necesitadas, a la clase proletaria como afirmarán algunos politólogos; pero hay otro partido –ARENA- que bulle porque la oligarquía siga manteniendo los privilegios de los que siempre se ha beneficiado y que a su vez continúe explotando a la clase trabajadora. ARENA en otras palabras, representa los intereses de la oligarquía, esa es una realidad que por ahora no se puede traslapar con articulejos aparecidos en los medios hegemónicos de comunicación. Quienes afirman lo contrario son plumíferos a sueldo que defienden los intereses de clase de la burguesa oligárquica.
¿De qué manera el FMLN representa los intereses de la clase trabajadora, de las mayorías populares? Ya lo hemos dicho en ocasiones anteriores. Los programas sociales de este primer gobierno de izquierda están beneficiando a los más necesitados. Los programas como la entrega de uniformes gratis, útiles escolares, paquetes escolares, el vaso de leche, los programas de alfabetización, entrega de títulos de propiedad y entrega de paquetes agrícolas a los campesinos son ejemplos concretos que demuestran que las cosas van por buen camino.
Nelson Carranza.
ResponderEliminartercera parte
Acerca de la alienación de los escritos...
No a la farsa electoral del 2013 - 2014
Contra el revisionismo y reformismo burgues:
Lunes, 04 de Febrero de 2013 / 09:14 h
Marx, el FMLN y la lucha de clases
Alirio Montoya
¿Que falta mucho por hacer? Eso ya se sabe. Pero en cinco años no se puede desmotar un andamiaje y un modelo que fue implantado a través del tiempo desde que se fundó la República.
Por esa razón no podemos permitir que el partido de la oligarquía regrese al Ejecutivo en el 2014 porque ello implicaría un retroceso en los avances que están sintiendo y experimentando las grandes mayorías populares. El motor de la historia sigue siendo la lucha de clases, eso debemos de tenerlo muy claro. En las próximas elecciones estamos frente a dos proyectos diametralmente opuestos y que son contrarios entre sí. Por un lado el FMLN lucha por beneficiar a la clase trabajadora mientras que ARENA sigue en su afán de beneficiar a la burguesía oligárquica.