No puede sorprenderme que con cierta picardía, acaso astucia, Joaquín Samayoa se encargue él mismo de hacer una pequeña parte de la larga letania de acciones intervencionistas estadounidenses en el mundo, olvidándose como es natural, la que nos concierne directamente: el apoyo constante, politítico, económico y militar a las dictaduras salvadoreñas. Como todo buen ideólogo burgués de poca talla, Samayoa reduce el imperialismo a su descarado intervencionismo militar. Lo extraño es que olvida mentar, siquiera fuera por dignidad, el golpe de estado en Honduras y su asolapado apoyo a los golpistas y las bases en Colombia y las amenazas que encierra la reactivación de la IV flota.
Pero según nuestro propagandista todas esas fechorías son cosas de antaño, hoy los imperialistas se portan bien, alentando a los gobiernos de izquierda surgidos en el Sur. ¿A quién alientan los Estados Unidos? ¿A Lula? ¿A Bachelet? El imperialismo yankee no puede ahora propiciar un golpe de Estado en esos países como antes, la correlación de fuerzas actuales no se lo permite. Con cierto servilismo Joaquín Samayoa nos dice que si los Estados Unidos quisieran ya hubieran derrocado a Chávez. Se olvida que propiciaron un putch en Venezuela y le ofrecen a la oposición todo tipo de asesoría a través de toda la red de agencias ligadas a la CIA.
Samayoa tal vez no se ha enterado del hostigamiento que sufre el gobierno de Bolivia de parte de los Estados Unidos. Su actitud servil respecto a las campañas estadounidenses contra Chávez, presentándolo como el demonio, como el enemigo número uno de la democracia, es el velo que le opaca aún más la vista. Pues mantener esa constante guerra propagandística, que tiene como objetivo justificar una futura intervención bélica, no constituye para Samayoa una agresión cotidiana. Ni Obama, ni Hillary Clinton han cambiado el discurso belicista respecto a Venezuela, ni respecto a Bolivia, siguen con la misma actitud agresiva que mantuvo Bush.
Pero Joaquín Samayoa quiere que le digan qué amenaza imperialista se cierne sobre nuestro país. Pero el intervencionismo de los dignatarios estadounidesnses en nuestra vida política es constante. Embajadores, secretarios, diversos engargados de negocios opinan sobre nuestros asuntos sin remilgo y sin vergüenza. Tal vez para Samayoa esas declaraciones sean parte de nuestra dependencia, sean lo normal.
¿Durante cuántos años los Estados Unidos gastaron un millón de dólares diarios para propiciar la guerra que llevaba la dictadura contra el pueblo? ¿No fueron acaso asesores estadounidenses los que instruyeron a nuestros torturadores? ¿No fueron acaso oficiales estadounidenses los que dirigían directamente operaciones militares en nuestro país? Samayoa podrá decirnos que todo eso es ya el pasado y de la misma manera que muchos nos llaman a olvidar a nuestras víctimas de la represión, nos invitan a olvidar el papel que jugó en todo eso “el lobo rapaz del Norte que nos odia y nos desprecia”.
Pero el imperialismo no es sólamente su sangriento intervencionismo. El imperialismo es su despiadada dominación económica. Pues la esencia imperialista es ante todo el despojo de las riquezas ajenas. ¿Cómo ocurre esto? De seguro Samayoa no ignora, por lo menos de oídas, el cambio desigual en las relaciones comerciales entre las potencias imperialistas y los países del subdesarrollo. Las materias primas bajan de precio constantemente y los artículos industriales aumentan constantentemente de precio. Los tratados comerciales que nos imponen no son acaso una agresión permanente, actual, de hoy, no una amenaza futura. ¿El endeudamiento que asfixia nuestra economía no fue acaso una política impuesta por agencias internacionales dominadas por el imperialismo? ¿Las privatizaciones acaso no nos fueron impuestas para beneficiar a los capitales extranjeros? Claro, la oligarquía tuvo su tajada.
Pero incluso en el discurso de los “moderados” durante la campaña recién pasada, no era justamente blandir la amenaza de la posible interveción yankee. Acaso uno de los argumentos en beneficio de la candidatura de Mauricio Funes, no fue para muchos el de buscar un candidato aceptable ante los Estados Unidos, la moderación de los programas, la moderación de las declaraciones no tienen por origen la permanente amenaza de una posible intervención en nuestros asuntos de parte del imperialismo estadounidense. Pero incluso esos que nos llaman a que moderemos nuestras denuncias, no nos advierten que “en respeto a la dignidad" de nuestros inmigrantes, el gobierno puede prohibirles enviar las remesas. ¿Pero esto acaso no sería un atropello a la libertad? ¿Acaso esa prohibición no sería un atropelo a los derechos del hombre? ¿No sería eso ya el inicio de un bloqueo? Esa misma gente tal vez pretenda que esa prohibición sería lo más natural y normal del mundo. Pero eso implica un servilismo ante los amos del Norte. A ellos, a los imperialistas, se les permite violar todas las leyes, enviar soldados a los cuatro puntos cardinales, implantar bases en cualquier parte del mundo. Incluso esa gente es tan servil que justifica por adelantado lo que pudiera ser una agresión contra nuestro propio país.
Pero es cierto lo que dice Samayoa, el imperialismo es obsolescente. Las repetidas crisis que ponen en peligro los equilibrios económicos planetarios, tienen como origen las políticas ultraliberales que le han impuesto al mundo los grandes monopolios imperialistas. El despilfarro de capitales, el despilfarro de los recursos naturales, la ineficiencia de un sistema que empobrece a continentes enteros, en donde el hambre, la miseria se enraízan profundamente volviéndose la causa primera de la enorme mortandad infantil. Este sistema ha sido incapaz de resolver los problemas de la mayoría de los habitantes de nuestro planeta.
La humanidad urge de otro tipo de relaciones económicas internacionales. El mundo no podrá tener un armonioso desarrollo si no se pone en práctica nuevas relaciones de cooperación, en las que el objetivo no sea la desenfrenada búsqueda del máximo beneficio, sino que la satisfacción de las necesidades humanas. La guerra económica actual, en la que la reina la despiadada concurrencia, es la fuente de destrucciones industriales, de despidos masivos, el abandono de fábricas. La concurrencia imperialista es también el origen de toda la amenaza ecológica que ahora pone en peligro la vida en nuestro planeta.
Nuestro país es uno de los más frágiles en el mundo. Lo acabamos de constatar con las inundaciones. Todos los desequilibrios mundiales se manifiestan con mayor fuerza en las zonas que se mantienen abiertas a la dominación de los grandes centros monopolísticos. Eso no es una amenaza futura, es la actualidad, es lo de hoy.
Samayoa, como muchos otros, hablan de los pobres venezolanos. No creo que con Chávez hayan aumentado. Pero me gustaría que Samayoa se dedicara a observar nuestra vida real, los salarios en las maquilas, el trato despiadado que se le da a nuestras mujeres y a nuestros jóvenes en esos lugares de superexplotación. Me gustaría que por un momento hiciera las cuentas que tiene que hacer una familia que posee como ingresos dos cientos dólares y que debe sustentar cinco o seis bocas, vestirse, calzarse. ¿Qué vida tiene esa gente? ¿Es vida acaso? ¿Por qué hablar de los pobres venezolanos y no ver la miseria de nuestros campesinos?
Cuando llego a este tema no me he alejado del imperialismo que da por inexistente Samayoa, sino que voy directamente a una de las consecuencias mismas de su innegable existencia. Es esto que debemos proponernos hacer desaparecer, esa inhumana pobreza. ¿Este objetivo se puede alcanzar si continuamos con el mismo despilfarro actual? En estos momentos se discute sobre la reforma fiscal propuesta por el gobierno de Funes. En realidad le llaman reforma a un simple ajuste fiscal. El gobierno moderó bajo las presiones empresariales algunos montos en los impuestos propuestos inicialmente. Ahora los ideólogos del patronato reunidos en FUSADES propone partir en dos la reforma y postergar los nuevos impuestos para dentro de dos o tres años. Y de nuevo haciendo un derroche de imaginación proponen aumentar de dos puntos la taza al valor agregado. Pero esto únicamente muestra el egoismo empresarial, el principio del máximo beneficio. Pues contribuir al presupuesto nacional de manera decisiva para sacar el país del estancamiento, les parece una pérdida de la competividad. Entonces estos señores recurren a lo mismo de siempre. Proponen incluir nuevas capas de contribuyentes. Tal vez tengan en vista a la gente que sobrevive con sus ventas ambulantes.
La tasa al valor agregado es el impuesto más injusto posible, una proposición audaz sería su reducción drástica para alentar el consumo popular. Proponer un impuesto escalonado de la renta y de los beneficios no sería ningún pecado económico. En nuestro país es una blasfemia.
Entonces pensar en el socialismo para nuestro país se vuelve utopía. Casi una aberración y para muchos constituye un peligro de intervención yankee. Pero ahora que el FMLN se recuerda de que es un partido revolucionario y socialista, el tema se vuelve actual en la agenda nacional. El socialismo no es un régimen de gobierno. Se trata de una opción de sociedad y que obedece a necesidades concretas de cada país. No es pues un tema exclusivo de un partido político. Se trata de un problema en el que todos debemos intervenir.
Pero según nuestro propagandista todas esas fechorías son cosas de antaño, hoy los imperialistas se portan bien, alentando a los gobiernos de izquierda surgidos en el Sur. ¿A quién alientan los Estados Unidos? ¿A Lula? ¿A Bachelet? El imperialismo yankee no puede ahora propiciar un golpe de Estado en esos países como antes, la correlación de fuerzas actuales no se lo permite. Con cierto servilismo Joaquín Samayoa nos dice que si los Estados Unidos quisieran ya hubieran derrocado a Chávez. Se olvida que propiciaron un putch en Venezuela y le ofrecen a la oposición todo tipo de asesoría a través de toda la red de agencias ligadas a la CIA.
Samayoa tal vez no se ha enterado del hostigamiento que sufre el gobierno de Bolivia de parte de los Estados Unidos. Su actitud servil respecto a las campañas estadounidenses contra Chávez, presentándolo como el demonio, como el enemigo número uno de la democracia, es el velo que le opaca aún más la vista. Pues mantener esa constante guerra propagandística, que tiene como objetivo justificar una futura intervención bélica, no constituye para Samayoa una agresión cotidiana. Ni Obama, ni Hillary Clinton han cambiado el discurso belicista respecto a Venezuela, ni respecto a Bolivia, siguen con la misma actitud agresiva que mantuvo Bush.
Pero Joaquín Samayoa quiere que le digan qué amenaza imperialista se cierne sobre nuestro país. Pero el intervencionismo de los dignatarios estadounidesnses en nuestra vida política es constante. Embajadores, secretarios, diversos engargados de negocios opinan sobre nuestros asuntos sin remilgo y sin vergüenza. Tal vez para Samayoa esas declaraciones sean parte de nuestra dependencia, sean lo normal.
¿Durante cuántos años los Estados Unidos gastaron un millón de dólares diarios para propiciar la guerra que llevaba la dictadura contra el pueblo? ¿No fueron acaso asesores estadounidenses los que instruyeron a nuestros torturadores? ¿No fueron acaso oficiales estadounidenses los que dirigían directamente operaciones militares en nuestro país? Samayoa podrá decirnos que todo eso es ya el pasado y de la misma manera que muchos nos llaman a olvidar a nuestras víctimas de la represión, nos invitan a olvidar el papel que jugó en todo eso “el lobo rapaz del Norte que nos odia y nos desprecia”.
Pero el imperialismo no es sólamente su sangriento intervencionismo. El imperialismo es su despiadada dominación económica. Pues la esencia imperialista es ante todo el despojo de las riquezas ajenas. ¿Cómo ocurre esto? De seguro Samayoa no ignora, por lo menos de oídas, el cambio desigual en las relaciones comerciales entre las potencias imperialistas y los países del subdesarrollo. Las materias primas bajan de precio constantemente y los artículos industriales aumentan constantentemente de precio. Los tratados comerciales que nos imponen no son acaso una agresión permanente, actual, de hoy, no una amenaza futura. ¿El endeudamiento que asfixia nuestra economía no fue acaso una política impuesta por agencias internacionales dominadas por el imperialismo? ¿Las privatizaciones acaso no nos fueron impuestas para beneficiar a los capitales extranjeros? Claro, la oligarquía tuvo su tajada.
Pero incluso en el discurso de los “moderados” durante la campaña recién pasada, no era justamente blandir la amenaza de la posible interveción yankee. Acaso uno de los argumentos en beneficio de la candidatura de Mauricio Funes, no fue para muchos el de buscar un candidato aceptable ante los Estados Unidos, la moderación de los programas, la moderación de las declaraciones no tienen por origen la permanente amenaza de una posible intervención en nuestros asuntos de parte del imperialismo estadounidense. Pero incluso esos que nos llaman a que moderemos nuestras denuncias, no nos advierten que “en respeto a la dignidad" de nuestros inmigrantes, el gobierno puede prohibirles enviar las remesas. ¿Pero esto acaso no sería un atropello a la libertad? ¿Acaso esa prohibición no sería un atropelo a los derechos del hombre? ¿No sería eso ya el inicio de un bloqueo? Esa misma gente tal vez pretenda que esa prohibición sería lo más natural y normal del mundo. Pero eso implica un servilismo ante los amos del Norte. A ellos, a los imperialistas, se les permite violar todas las leyes, enviar soldados a los cuatro puntos cardinales, implantar bases en cualquier parte del mundo. Incluso esa gente es tan servil que justifica por adelantado lo que pudiera ser una agresión contra nuestro propio país.
Pero es cierto lo que dice Samayoa, el imperialismo es obsolescente. Las repetidas crisis que ponen en peligro los equilibrios económicos planetarios, tienen como origen las políticas ultraliberales que le han impuesto al mundo los grandes monopolios imperialistas. El despilfarro de capitales, el despilfarro de los recursos naturales, la ineficiencia de un sistema que empobrece a continentes enteros, en donde el hambre, la miseria se enraízan profundamente volviéndose la causa primera de la enorme mortandad infantil. Este sistema ha sido incapaz de resolver los problemas de la mayoría de los habitantes de nuestro planeta.
La humanidad urge de otro tipo de relaciones económicas internacionales. El mundo no podrá tener un armonioso desarrollo si no se pone en práctica nuevas relaciones de cooperación, en las que el objetivo no sea la desenfrenada búsqueda del máximo beneficio, sino que la satisfacción de las necesidades humanas. La guerra económica actual, en la que la reina la despiadada concurrencia, es la fuente de destrucciones industriales, de despidos masivos, el abandono de fábricas. La concurrencia imperialista es también el origen de toda la amenaza ecológica que ahora pone en peligro la vida en nuestro planeta.
Nuestro país es uno de los más frágiles en el mundo. Lo acabamos de constatar con las inundaciones. Todos los desequilibrios mundiales se manifiestan con mayor fuerza en las zonas que se mantienen abiertas a la dominación de los grandes centros monopolísticos. Eso no es una amenaza futura, es la actualidad, es lo de hoy.
Samayoa, como muchos otros, hablan de los pobres venezolanos. No creo que con Chávez hayan aumentado. Pero me gustaría que Samayoa se dedicara a observar nuestra vida real, los salarios en las maquilas, el trato despiadado que se le da a nuestras mujeres y a nuestros jóvenes en esos lugares de superexplotación. Me gustaría que por un momento hiciera las cuentas que tiene que hacer una familia que posee como ingresos dos cientos dólares y que debe sustentar cinco o seis bocas, vestirse, calzarse. ¿Qué vida tiene esa gente? ¿Es vida acaso? ¿Por qué hablar de los pobres venezolanos y no ver la miseria de nuestros campesinos?
Cuando llego a este tema no me he alejado del imperialismo que da por inexistente Samayoa, sino que voy directamente a una de las consecuencias mismas de su innegable existencia. Es esto que debemos proponernos hacer desaparecer, esa inhumana pobreza. ¿Este objetivo se puede alcanzar si continuamos con el mismo despilfarro actual? En estos momentos se discute sobre la reforma fiscal propuesta por el gobierno de Funes. En realidad le llaman reforma a un simple ajuste fiscal. El gobierno moderó bajo las presiones empresariales algunos montos en los impuestos propuestos inicialmente. Ahora los ideólogos del patronato reunidos en FUSADES propone partir en dos la reforma y postergar los nuevos impuestos para dentro de dos o tres años. Y de nuevo haciendo un derroche de imaginación proponen aumentar de dos puntos la taza al valor agregado. Pero esto únicamente muestra el egoismo empresarial, el principio del máximo beneficio. Pues contribuir al presupuesto nacional de manera decisiva para sacar el país del estancamiento, les parece una pérdida de la competividad. Entonces estos señores recurren a lo mismo de siempre. Proponen incluir nuevas capas de contribuyentes. Tal vez tengan en vista a la gente que sobrevive con sus ventas ambulantes.
La tasa al valor agregado es el impuesto más injusto posible, una proposición audaz sería su reducción drástica para alentar el consumo popular. Proponer un impuesto escalonado de la renta y de los beneficios no sería ningún pecado económico. En nuestro país es una blasfemia.
Entonces pensar en el socialismo para nuestro país se vuelve utopía. Casi una aberración y para muchos constituye un peligro de intervención yankee. Pero ahora que el FMLN se recuerda de que es un partido revolucionario y socialista, el tema se vuelve actual en la agenda nacional. El socialismo no es un régimen de gobierno. Se trata de una opción de sociedad y que obedece a necesidades concretas de cada país. No es pues un tema exclusivo de un partido político. Se trata de un problema en el que todos debemos intervenir.
Muy acertado su comentario y como! quisiera que samayoa se dignara a leerlo. Yo me desayunè con el art. en la prensa y despues de leer donde dice que "supuesta intervenciòn" en el caso Arbenz y Allende, sentì que la bilis se me derramò pero hize el esfuerzo de terminar, siendo mi primera intenciòn escribir para puntualizar las sandeces interesadas y faltas a la verdad històrica que incluye, luego me dije que no vale la pena. Bueno, gracias, por su anàlisis y hay me perdona pero lo voy a endosar a mis amigos junto con el de samayoa, para contribuir al debate de altura y objetividad.
ResponderEliminarmira que me perdone samayoa pero su ardor es por algo tan simple:
ResponderEliminarel queria su huezo en el ministerio de educacion y no se lo dieron
ese es su ardor contra el FMLN y contra Funes al cual antes alababa
De Samayoa mejor ni hablar.
ResponderEliminarPero un punto importante Carlos es el hecho, como bien lo describe, que es un imperio. Con todas sus facetas.
En tal sentido, conviene ser su enemigo o conviene servirse de él ? ¿ ser inteligente o romántico ?
De él dependemos, por cuanto es nuestro mayor socio comercial y nuestro financista en remesas, vive allá un tercio de la población.
¿ Cerén al denostar el imperio es inteligente ? claro que queremos ser independientes, pero la manera de llegar a eso es generando riqueza, distrubuyendola.
Pero no sé como se puede llegar a tener respeto si se emula el lenguaje y acciones del prosaico chafarote chamo.
¿ Se pueden atraer inversiones con la retórica de Cerén ? no.
Si se puede desarrollar el país elevando la productividad con educación, tecnología, salud, de eso hay que hablar.
Para que ningún país nos pisotee, de eso hay que hablar no de andar arengado una retórica vetusta.
Perdone Carlos: Pero algunas veces leo estas cosas y no comento, esta vez si me lo permite.
ResponderEliminarde eso hay que hablar no de andar arengado una retórica vetusta.
Interesante manera de decir callate, no hables de eso, y agregar, todo lo que dices no sirve.
No es muy convicente usted, señor Luis; y lo es menos, cuando termina con una descalificación sin argumentos.
Sería interesante que Samayoa comiera, pagara el alquiler de una casa y mandara a sus hijos a estudiar, durante un mes, con el gran salario que las importantes maquilas les dan a sus trabajadores, a ver si después continúa adulando al "buen imperio"; él dice, que gracias a las maquilas y demás "gracias del imperio" estamos bien.
ResponderEliminarPor cierto, LUIS: durante 20 años nuestros brillantes gobernantes y nuestros Padres de la Patria, le han estado hablando bonito a los Estados Unidos, lamiéndoles las botas de la manera más descarada y vendiéndose como prostitutas baratas y si te fijás GRACIAS AL LENGUAJE ADECUADO DE CRISTIANI, CALDERON SOL, FLORES Y SACA -INCLUYO A Cirito y demás familia del PDC y PCN- ESTAMOS PEOR QUE ANTES, ¿Cómo querés que le sigamos hablando bonito a quienes tienen emigrando a los pobres y desintegrando a nuestras familias, lavando platos en ese país y miran de menos a los latinos? ¿Cómo creés que empezaron las maras? Vos quizá vivís aún en el país aquel que Saca describió ante las Naciones Unidas. DESPERTÁ. Joaquín Samayoa, esto último también es para usted, agarre su tajada.
¿ Argumentos ? ahorita hay 240 mil salvadoreños en status temporal, las arengas de Sanchez Cerén contra EEUU ayudan a la situación de ellos ?
ResponderEliminarArgumentos ? cuantos salvadoreños ilegales viven allá ? los queremos acá ? argumentos, es nuestro principal socio comercial, a quien le vamos a vender ? Quien es el mayor cooperante de El Salvador y por lejos ?
¿ Es geoplíticamente El Salvador tan importante para EEUU como ellos para nosotros ?
Es cierto, los salarios son míseros, pero hay pleno empleo para aumentarlo ? no.
El cambio viene por la educación y hacernos más productivos y traer inversión que deje mayor valor agregado.
No se trata de lamerles las botas sino de una relación de respeto.
El Frente mismo tiene afinidades y relaciones con un sector del partido Demócrata, ARENA del nefasto GOP. Entonces ?
Pido pragamatismo, e inteligencia, no mensajes a la grada.
Estimado Luis:
ResponderEliminarNo has aportado ningún argumento. La enumeración de hechos que nos proporcionas, son simplemente el resultado de la dominación imperialista sobre nuestro país.
¿El pragmatismo es someterse a los dictados de la OMC, del FMI, de la BM? ¿Es aceptar el mal trato que sufren muchos de nuestros compatriotas que han emigrado hacia los Estados Unidos?
El hecho de que en los Estados Unidos existan leyes migratorias contrarias al principio, tantas veces cacaraqueados por los defesores de la libertad, de la libre circulación de las ideas y de los hombres, no debe impedirnos denunciar esa iniquidad.
Para que nos respeten, es necesario una política en todo sentido independiente. Nada nos impide buscar nuevos mercados. Hasta hoy nuestros oligarcas no se han preocupado para nada en diversificar las exportaciones, fomentar una industralización.
Los Estados Unidos contribuyeron con creces durante la guerra en la destrucción de nuestro país, perfectamente debemos exigirles que contribuyan en la recostrucción de nuestra economía.
Nuestro país no pesa lo mismo que los Estados Unidos en la economía mudial. ¿Pero esto nos impone que debemos aceptar lo que quieran imponernos?
El chantaje de los emigrantes salvadoreños que viven en los Estados Unidos para imponernos políticas entreguistas, sumisas a los intereses extraños, es absolutamente inaceptable.
Es cierto que las soluciones debemos buscarlas nosotros en nuestro país. Pero es aquí donde viene el quid de la cuestión. ¿Qué medidas se han tomado hoy que nos conduzcan hacia una independencia económica? ¿Es posible avanzar si seguimos aceptando la dominación?
Porque lo que tenemos planteado en el país, como en el continente, es un problema de cambio substancial en nuestras economías, que implique nuevas cooperaciones, búsquedas de nuevas relaciones económicas.
Tu pragmatismo no nos ofrece ningún cambio, sino seguir alimentando el miedo de que la gran potencia del Norte nos intervenga, nos imponga su voluntad. Tu único argumento es ellos son poderosos y nosotros chiquitos, no nos queda de otra que aceptar su dominación.
Lo nuevo y sobre todo lo justo es establecer nuevas relaciones internacionales que sean equitables, de mutuo beneficio. Es lo que dijo Mauricio Funes en su discurso de toma de posesión. Es esta reveindicación que sigue en pie desde hace ya casi dos siglos.
Carlos tan sólido es el argumento que no lo quisistes responder y te fuistes por las ramas, ¿ los 240 mil hermanos que viven ilegalmente y que necesitan legalizarse y por lo menos guardar un status temporal no importan ? para Sanchez Cerén es más importante ponerse al lado de las patanadas de Chávez que ellos ? nosotros debemos de hacer lobby por una reforma migratoria, y eso no es chantaje, desde ningún punto de vista. Osea que para vos los 2 millones de salvadoreños legalizados son imperialiasta opresores también ? vaya esa es nueva.
ResponderEliminarEl objetivo es hacer un país competitivo y exportador, pero no es fácil, y peor con gente como Cerén que con su discurso ahuyenta la inversión extranjera, quien querrá invertir en un país donde el vicepresidente se dice antisistema y ataca la empresa privada ? el gobierno va a generar empleo ?
La bondad de exportar a EEUU es que es un mercado que paga muy bien nuestro productos, todo el mundo quiere tener acceso a ese mercado ! la China comunista vive de ellos ! nadie ha dicho que tenemos que casarnos con ellos pero si son el principal mercado mundial ! a quien le vende su petróleo Venezuela ! Por favor !
Ya lo dije en las relaciones internacionales no hay afinidades, hay intereses ! y con EEUU tenemos grandes intereses !
Seamos pragmáticos ! ya quisiera yo que cientos de empresas de EEUU invirtiera acá y le dieran trabajo a nuestros desempleados !
Luis:
ResponderEliminarDecididamente no nos entendemos. Te lo han dicho ya,la legalización de nuestros compatriotas no depende del lenguaje usado, sino del carácter xenofoba de las leyes de los Estados Unidos. No creo que fomentar lobby sea muy democrático, esa práctica es corriente en ese país presentado como pionero de la democracia, pero los lobby (grupos de presión) eficaces son los de los monopolios farmacéuticos, del armamento, etc.
La inversión extranjera no ha llegado con las leyes librecambistas que le impusieron a nuestro país. Por lo tanto decir que alguien espanta a los inversionistas extranjeros, es simple ignorancia de la realidad econonómica mundial.
Nadie pide que se deje de exportar, ni tampoco de importar con los Estados Unidos. De todos modos, son ellos los que establecen barreras y obstáculos a la libre circulación de mercancías. Son ellos los que ponen barreras legales a los productos extranjeros y exigen entrada absoluta para sus mercancías. Esa es la realidad.
Pero es poco cuerdo pensar que alguien considera al pueblo de los Estados Unidos un enemigo. No es el pueblo de ese país el imperialista, sino que los monopolios y el estado estadounidense. Siempre hemos tenido como aliado al pueblo de los Estados Unidos. O sea que sigues insultando a Cerén, pero por mera confusión. ¿Cómo se te puede ocurrir que voy a considerar a mis compratriotas superexplotados, discriminados, marginados como imperialistas? Por favor, un poco de seriedad, es el mínimo que se te puede exigir, si queremos seguir intercambiando opiniones.
En todo caso, te agradezco tus visitas y tus comentarios.
En 1900 Mark Twain escribía:
ResponderEliminar"He leído con cuidado el tratado de París, y he visto que no tenemos la intención de liberar, pero sojuzgar a la gente de las Filipinas. Hemos ido allí para triunfar, no redimir. Ello, me parece, debería ser nuestro placer y deber de hacer aquella gente libre, y dejarles tratar con sus propias preguntas domésticas de su propio modo. Y entonces soy un antiimperialista. Estoy opuesto a que el águila coloque a sus garras en cualquier otra tierra."
— Mark Twain, Heraldo de Nueva York, el 15 de octubre de 1900.
Mark Twain fue cofundador de la liga anti-imperialista estadounidense.
Don Carlos
ResponderEliminarLo felicito por su respuesta al articulo de este plumifero que es incapaz de ser original, este tipo
lo tienen los sus companeros ex-exes como un tipo oportunista ya que siempre anda buscando un huezo
esta ves como ministro de educacion pero no pudo y es alli en donde publica articulos tan estupidos y tendenciosos como este que viene de publicar sobre el antimperialismo, que seguramente esta escrito a la encomendado por
Mr Blau en cargado de negocios de USA. quisiera agregar, lo primero que Joquin deberia conocer es la realidad de nuestra gente, sino que se lanza con articulo en que el mismo queda en ridiculo, tu le has mostrado que es un buen blandengue como periodista.......
wicho Luna
Carlos entiendo tu punto pero esa no es excusa para el sub-desarrollo. Sinó veamos el ejemplo de Asia, mirá como se ha desarrollado alejandose de posiciones ideológicas.
ResponderEliminarEs obvio Carlos que las relaciones de poder las pone el más fuerte, pero eso es en todas y con todos, lo importante es tratar de salir adelante. Y no el más fuerte es el que se forja en desventaja, hagamos de esa desventaja una oportunidad.
Fijate que a medida agarren poder político los compatriotas en EEUU van a formar parte del stablishment, para bien o para mal.
Me han comentado que los Pollos son ahora los asesores de ARENA, yo creo son sus ideólogos.
Gracias Sr. Carlos por abrirnos aun más nuestros ojos con el artículo escrito por usted, el cual es facil de comprender, hace un análisis muy certero y lógico de nuestra realidad.
ResponderEliminarEn cambio ese señor Luis lo que escribe denota a una persona confundida que no tiene base histórica en donde apoyarse, escribe opiniones enredadas sin haber leído antes la historia de Latinoamerica y anda dando tumbos con sus comentarios tan miopes.
Se le recomienda a ese señor que se instruya más antes de escribir en un blog porque esta escribiendo igualito que ese señor Samayoa, no aportan nada son comentarios estériles...