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22 octubre 2007

Vendetta ortodoxa

Por Carlos Abrego

Muchos crímenes y muchas violaciones a los derechos humanos se cometieron antes de la guerra. Esos crímenes y delitos, esas violaciones se perpetraron en nuestro país de manera sistemática, se erigieron en método de gobierno. Esos crímenes se presentaban —cierta prensa continúa haciéndolo— como el único recurso que tenía el estado salvadoreño para preservar la paz social, defender nuestros “valores occidentales” y garantizar todas nuestras libertades.

La situación social y económica era simplemente injusta y constituía un verdadero desastre, una calamidad permanente: mortandad infantil, desnutrición casi generalizada, desempleo masivo, analfabetismo, alcoholismo, mendicidad, etc. Todo eso era un mal crónico. Al lado de todo este panorama existía en nuestro país la opulencia de unos cuantos. ¿Acaso no es este el estado de cosas que defendían y mantenían los gobiernos sucesivos? ¿Acaso no es contra este estado de cosas que se abogó el derecho a la insurrección?

La guerra se emprendió para abolir esa situación social, económica y política. Este era el objetivo declarado, es por eso que se le exigió a muchos jóvenes el sacrificio de sus vidas. La generosa entrega de miles de personas que abandonaron hogares, trabajos, estudios, carreras, etc. se obtuvo por un sentido agudo de la justeza y la justicia de la lucha emprendida. Muchachas y muchachos lucharon para poder construir otro país, para edificar una sociedad que le brindara a cada uno de sus hijos un cuadro que le permitiera una vida decente.

Hay quienes le llaman a esos años “de locura”. Tal vez tengan razón, no en el diagnóstico clínico de una patología social. Hubo locura, sí, pero quijotesca, locura que quiso vencer en lucha desigual a los inmensos monstruos que se interponían en su camino para realizar sueños y designios de justicia. Sí, se trata de esa locura. Pero los crímenes que se cometieron no fueron locura.

No obstante la guerra se perdió. La realidad actual lo grita. La injusticia social persiste campante, el régimen político sigue siendo autoritario y tiende hacia lo despótico. Claro, la izquierda guerrillera no admite su derrota política y militar. La derecha no necesita proclamar su victoria. La obtuvo y goza de ella.

Amnistía consensuada

En estos momentos se discute una consecuencia de esa derrota de la izquierda y del triunfo de la derecha: la Ley de Amnistía. Se nos afirma que la amnistía fue discutida, consensuada. La negociación se hizo de espaldas a la gente, en secreto, usando la diplomacia de puertas cerradas que tanto detestó Lenin, que proponía la diplomacia abierta y pública. Es evidente que las circunstancias no daban para tanto. Pero fueron en esas negociaciones que hubo acuerdo sobre la necesidad de no reclamar justicia para las víctimas civiles de la guerra. Hoy se nos dice que fue para darle posibilidad a la paz.

Dije a espaldas de la gente pues esas negociaciones duraron años y poco fue público de lo que se discutió y de cómo se discutió. Ahora sabemos (por los decires de Salvador Samayoa) que los negociadores del FMLN aceptaron que se acordara la amnistía en cambio de la paz y por el temor a un nuevo caos. Los Acuerdos de Chapultepec vinieron pues a consagrar la derrota de la guerrilla. En esos acuerdos el FMLN se colocaba en la imposibilidad de controlar y de exigir el cumplimiento de esos mismos acuerdos. Los negociadores del Frente fueron tan poco lúcidos, tan poco inteligentes que ni siquiera pusieron en el tapete su propio estatuto político una vez lograda la paz. De fuerza beligerante se convirtieron en fuerza disuelta y desarmada, política y legalmente inexistente. El Frente tuvo que recolectar firmas para inscribirse como fuerza política con derecho a participar en los procesos nacionales, para participar en la vida pública nacional.

Si empecé este escrito recordando los objetivos por los que se inició la guerra, lo he hecho en vista de que aparezca de manera manifiesta, nítida el calamitoso cierre de la misma. No concluyo esto como historiador, no lo soy, ni presumo substituirlos. Necesitamos todos de su labor. Lo que estoy diciendo tiene carácter político, concierne la vida política nacional.

Se cambiaron los objetivos

Los que podemos recordar lo que sucedió, sabemos que después de la anunciada “ofensiva final” de enero de 1981, hubo un cambio brusco de los objetivos de la guerra. No es la primera vez que afirmo esto: la guerra perdió sus objetivos sociales y políticos. Perdió su coherencia interna. Estoy hablando de la parte popular, del FMLN. La guerra empezó a tener como objetivo obligar al adversario a sentarse a la mesa de las negociaciones. Algún historiador podrá algún día darnos los detalles de este viraje fundamental. El objetivo ya no era la derrota del enemigo, sino obligarlo a negociar. Todas las fuerzas políticas se volcaron hacia este único objetivo. No obstante nunca quedó claro qué se iba a negociar. Lo que estaba en juego antes de la guerra y en las primeras batallas de la guerra era el poder. Ese era el objetivo político, lo que permitiría poner en práctica los objetivos sociales de transformación.

Es cierto que ahora cuando se habla del conflicto, se tiende a evacuar este aspecto fundamental de la guerra. La guerra era un medio, se concibió y se promovió arguyendo esos objetivos. No se trata pues de una guerra de rapiña, de conquista. La derecha luchó para mantenerse en el poder. Usó al estado para eso, usó todas las instituciones para ese objetivo, uso a todos los órganos represivos y militares, la derecha creó afuera del estado organismos represivos y criminales con el objetivo de perpetuarse en el poder. ¿Estoy sobreinterpretando, estoy desfigurando alguna verdad?

Desde 1982 he venido preguntando ¿se podía obtener en la mesa de negociaciones que la derecha cediera el poder, se podía obtener en la mesa de las negociaciones que la derecha emprendiera las transformaciones que iban a limitar su poder económico y político? Poco a poco la respuesta se fue haciendo clara, no podemos ganar la guerra, el empate es obligatorio, la gente no quiere más guerra, está cansada. La derecha ganó la guerra cometiendo crímenes, masacres y bombardeando a civiles, sometiendo a torturas a los prisioneros civiles y militares. La derecha sigue en el poder, la derecha no procedió a ninguna transformación social y económica que aliviara la vida de la gente. El régimen actual produce una fuga constante y creciente de nuestros jóvenes hacia el extranjero. Las remesas no pueden constituir ninguna esperanza de nación.

Resulta que ahora un cronista que no termina de definirse, ser o no tránsfugo, explica que los “ortodoxos” se oponían a la amnistía, que no eran realistas, que cómo se iba a decirles a los de enfrente, “negociemos la paz y una vez firmada la paz te vamos a meter preso”. Pero es que este era el mismo argumento de muchos extranjeros y nacionales que le preguntaban a los ortodoxos, como a los heterodoxos ¿Ustedes creen que la derecha les va a entregar lo que no pudieron obtener con la guerra?

La paz no está en peligro

No niego que se ha obtenido un simulacro de democracia, que existen dentro de este simulacro algunas posibilidades para expresarse y que existen ciertas premisas para construir una sociedad democrática y de derecho. Una de esas premisas es que la derecha tiene que argüir para oponerse a la abolición de la amnistía. Los argumentos no son muy sólidos. Ahora ya no existen fuerzas capaces de continuar la guerra. La paz ya no está en peligro, se puede juzgar y castigar a los que cometieron delitos contra la humanidad y que cometieron crímenes de guerra. El leguleyo oficial Méndez Flores frente a los representantes de la OEA lanzó el barbarismo de “vendetta”. Con esa palabra de fuertes connotaciones quiso calificar la justa ansia de justicia, el deseo de reparación de las víctimas y de los familiares de las víctimas. Concedámosles que en 1992 no había condiciones para emprender esos juicios, para establecer responsabilidades. ¿Pero qué lo impide hoy?

Salvador Samayoa, en el mismo foro, de manera muy poco honesta quiso descalificar a los que exigen la abolición de la Ley de Amnistía, arguyendo que el candidato a la vice-presidencia del Frente no podría presentarse hoy, si respecto a Sánchez Cerén se aplicara la recomendación de la Comisión de la Verdad que establecía que algunos militares quedarían inhabilitados para no participar en la vida pública. Puesto en el lado que nunca debió abandonar, Samayoa ejerce un chantaje bastante infame. Pero además se arroja el derecho de juzgar sumariamente y de condenar sin apelación a Sánchez Cerén. Cuando esta ley sea abolida, Salvador Samayoa podrá presentarse ante los tribunales para aportar las pruebas que condenen a Sánchez Cerén, pero antes de ese acto de civismo futuro que se abstenga de administrar justicia. Pero ¿Samayoa no perteneció a la misma organización político-militar? ¿Ignoraba todo lo que pasaba? ¿Era o no miembro de la dirección? ¿De quién recibía las consignas para negociar?

Tal vez el cronista que no se decide a ser tránsfugo y el leguleyo oficial se unan y digan que lo que yo pretendo es una “vendetta ortodoxa”.

Hay otro aspecto que me parece importante en esto. El Frente sabe que para construir nuestro futuro debemos apoyarnos en el pasado, aprender de él. No se trata que los procesos futuros van a venir a aclarar puntos oscuros de nuestra historia. Tampoco se trata de alimentar nuestra memoria histórica. Creo que nadie ha olvidado por el momento nada de la barbarie que nos impusieron. Esto lo van a recoger los historiadores y darán incluso detalles e interpretaciones útiles. Los procesos futuros servirán para otra cosa. Para romper con la impunidad que ha reinado en nuestra historia. Desde siempre los que han masacrado en nuestro país no han respondido ante la justicia por esos actos. Las víctimas fueron ignoradas, su sufrimiento negado, incluso su existencia ha llegado a ser discutido. Entonces el problema no es histórico, no es simplemente ético. La abolición de la Ley de Amnistía y las consecuencias judiciales de esa abolición son políticas, éticas y sociales. Es por eso que es urgente que el candidato del Frente se comprometa ante el pueblo a abolir esa ley de la infamia.

También se nos dice que esos procesos vendrían a remover un pasado doloroso y que nada bueno puede salir de ellos, que lo que hay que perseguir es la reconciliación y el perdón. Pero ese argumento no es válido por muchas razones. Ese argumento simplemente niega la necesidad de que existan instituciones que impartan justicia. ¿Acaso no todo proceso remueve un pasado doloroso? ¿Acaso los tribunales no han sido instituídos para vencer los instintos de odio y venganza?

Se pide y se clama que la reconciliación y el perdón deben prevalecer. ¿A quién voy a perdonar si nadie ha sido reconocido como culpable del crimen? Y no se trata de que vamos a juzgar a sesenta mil personas, instituyendo sesenta mil responsabilidades. El leguleyo oficial Méndez Flores simplemente nos falta al respeto al traer ese tipo de argumento. Pues el soldado fue amaestrado al crimen, pero ¿quién lo domesticó y con qué designios? ¿Quiénes dirigían las masacres, quiénes obligaron al crimen a toda la sociedad?

8 comentarios:

  1. Anónimo12:46 a. m.

    Se puede decir más alto pero no más claro.

    Kantauri

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  2. Anónimo2:44 a. m.

    Si Ud. lo recuerda dentro de los acuerdos hay un acapite del foro economico social q nunca se realizò y viendo en perspectiva alli fuè la trampita, pues ingenuamente la guerrilla creyò o se dio paja q por alli se iba arreglar la situacion, pero la derecha lo sabe y hay q quitarse el sombrero q el pisto todo lo compone sino veamos el acuerdo de san andres, los volvieron a majear y asì por el estilo.
    A mi manera de ver esta derecha intolerante, oligarquica )la de las bolas) no los empleados, tiene q aprender a respetar y ser mas justa y equitativa, a huevos y en la presente coyuntura a travès del voto.

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  3. Anónimo2:50 a. m.

    Apreciable sr. Abrego:
    Un hombre de firmes convicciones como es Usted no necesita de felicitaciones por su excelente artículo, Usted no lo escribe para eso, lo escibe porque hay que decir verdades para despejar la neblina que ha invadido las mentes de muchos de nuestros paisanos, unos por ignarancia de los hechos y otros por deseo de encubrirlos, ocultarlos.
    Lo que a mi siempre me ha llamdo la atención es el hecho de la promulgación misma de la ley de amnistía, por qué Cristiani y su asamblea lo hicieron? si fué por presiones de los altos jefes militares, la excusa mejor o por lo menos la que yo habría dado estando en su lugar era precisamente el informe de la comisión de la verdad preparado por el Senador Mockley de los Estados Unidos. Simplemete decirles, esto ne es cosa mía, es de los gringos y en esa forma se habría logrado llevar a la justicia a todos los señalados en dicho informe. Es casi seguro que los militares habrían contado con una bateria de los mejores penalistas del país ( pagados por el estado) y habrían sido absueltos, pero habrían enfrentado la justicia y mas que todo y esto es lo que no tiene excusa, se habría encarrilado al país por los senderos de la ley. este es para mí, el error imperdonable cometido es este pseudo proceso de paz. La situación en que actualmente nos encontramos justifica mi análisis.
    Las generaciones jovenes del presente ya no se acuerdan de mucho de lo que pasó,las historias que oyen les parecen películas armadas en Hollywood por Oliver Stone. Desconocen que las raíces de este conflicto vienen antes del alzamiento del 32, hecho que ya fué un indicio claro de la situación de miseria y marginación en que viviía nuetros campesinos y muchos de nuestros obreros. Pero el martinato no solamente sofocó esta revelión sino que para desgracia nuestra, segó, le quitó la luz, la posibilidad de ver claro a una si no dos generaciones de jovenes salvadoreños durante su permanencia nefaste en el poder. Creo que Usted y yo, pertenecemos a esa generaciones. Tuvimos que leer libros prohibidos a riego de prisión o expatriación para poder entender que hay otros mundos otras posibilidades y de esto nace la conciencia de la situación y la necesidad de luchar por un cambio, Dasafortunadamente no son muchos o mas bien muy pocos quienes poseen esos sólidos principios, esa firmeza de convicción. Algunos que expresaron rebeldía en su momento parece que lo hicieron porque estaba de moda, era lo "cool" de ese entonces y ahora reniegan de ello y lo que es más atacan a quienes conservan sus convicciones.
    Carecemos en estos momentos de un serio programa de izaquierda que nos oriente hacia una verdadera democracia, a un orden político del "demos", no solamente para unos cuantos.
    Como siempre, disfruto grademente sus artículos. Gracias por ellos.
    Atentamente,
    Gustavo

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  4. Kantauri :

    Seré también parco: ¡gracias!

    Anónimo de las 2:44 AM.

    Sí, creo que es necesario que aprendamos de lo que ha pasado.
    Te recuerdo que otra práctica ha sido el fraude electoral.

    Gustavo:

    Tengo esperanzas que los historiadores futuros desmochen toda espuma ideológica que cubren los hechos. Espero que alguna vez los jóvenes estudien historia y no historietas.
    Por otro lado, mi opinión está aquí expuesta para ser discutida. No la estoy dando como un dogma. Aunque se trate de una convicción.

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  5. Gustavo:

    Corrijo mi frase: Tengo esperanzas que los historiadores futuros desmochen los hechos de toda la espuma ideológica que los cubre.

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  6. Anónimo4:01 p. m.

    Recuerde que la historia la escriben los vencedores, por lo menos la oficial.

    Su Post refleja la verdadera autocrítica que debe imponerse en todo partido, lastima que ya no sea parte militante del mismo.

    Recuerdo que mi suegro (Q.E.P.D.) me decía con sencillez pero con mucha sabiduría que al FMLN siempre le comían el mandado los de ARENA, esto fué verdad hasta ahora en que lograron por fin consolidarse, pero no son suficientes, con solo el voto duro no alcanzarán ni por asomo la victoria en el 2009.

    Es necesario que se haga el acto de contricción y se borre de una vez esa ignomminiosa anmistía que tanto daño nos hace ya que solo cubre con un emplasto la herída que ya se infectó, no ha cicatrizado y quienes se empeñan en mantenerla solo cubierta son los que la causaron.

    Saludos.

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  7. Anónimo10:46 p. m.

    Aprecible sr, Abrego:
    Me permito adjuntar una dirección de blog que me gustaría Ud. tuviera a bien visitarlo. Hay allí la sugerencia de dar a conocer el reporte de la comisión de la verdad y la sugerencia se hecho con el objeto de ponerlo a discusión y sobre todo a dicsusión crítica,se insiste que de dicho reporte puede desprenderse elemntos para una discusión político-filosófica, pero el autor del blog no acepta la idea.
    El proponente lo ha hecho en forma anónima, pero ud reconocerá el estilo.
    Con un cordial saludo,
    Atentamente,
    Gustavo
    http://netorivas.blogspot.com/

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  8. Anónimo6:35 a. m.

    Es una verdadera lastima haber desperdiciado tantas vidas utiles en una guerra que no nos dio lo que esperabamos, yo jamas tuve un papi paga perdonen la expresion YO, PERO PARA HABLAR DE DOLOR PRIMERO HAY QUE HABERLO SENTIDO y tanto las capas medias como las capas bajas de nuestra sociedad sufrieron perdidas valiosa en la lucha por encontrar un mejor El Salvador, Las capas altas y oligarquicas tambien sufrieron pero ellos lo hicieron por defender su hacienda llamada El salvador como verderos soldados defensores de su capital y porque en ninguna parte del mundo les iria mejor en su proceso de explotacion immisericorde especialmente a la clase trabajadora.
    Pero esperen un momento, Quienes estaban verdaderamente detras de esta guerra estaban los narcos los traficantes de armas, los aprovechados y los aprovechadores de la sangre joven de nuestros hijos, y porque digo esto esque fijence ustedes que cuando uno busca en los anales de la historia y despues de lo vivido con este pueblo y no como aventurero sino como cuidadano con suenos de cambio se da cuenta de que detras se enconttraban un monton de sinverguensas; imaginense usted el ejercito vendiendole toneladas de armas a la gueriila esto esta documentado, Pablo Escobar le pidio a America Latina que erigieran un busto en algun lugar por la ayuda prestada en el proceso de liberacion casi como iso huber matus con la ayuda que le dio a cuba para su liberacion el ejercito salvadoreno trasnportando cocaina desde sus hangares hasta mexico aprovechando la guerra tambien esta documentado en conclusion los que fueron responsable de crimenes contra la humanidad y se aprovecharon del conflicto tienen que pagar por sus delitos por lo tanto la ley de amnistia tiene que abolirse para hacerles justicia a los criminales de guerra sean del lado que fueren.

    Finalmente la guerra jamas nos dio los resultados que esperabamos solo hay que ir al Vajo Lempa a los cinturones de pobresa de las zonas marginales, revisar el problema de la privatizacion del agua, la salud, las medicinas caras la falta de trabajo la inmigracion en exeso de hasta 500 salvadorenos por dia segun lo dijo mauricio funes en fin lo que dijo David Escobar Galindo un dia en una entrvista al S.B.S. Especial Broacasting Service de Australia, dejennos cerrar esta pagina de la historia Salvadorena y habrir una nueva como quien dice enterremos anuestros muertos y olvidemolos y que sus asesinos sigan en libertad en busca de mas victimas.
    Para mi el exilio no es la solucion pero si me ba ayudar a morir con dignidad que nunca la encontrare en el salvador que solo me dio miseria dolr y tortura.
    Desde Australia con carino a los que creen en la justicia el joaco.

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