He tenido la oportunidad de ver varios vídeos en los que se ha expresado la secretaria de organización del FMLN, Lourdes Argueta. La escuché con mucha atención. Al parecer sus declaraciones causaron cierto resquemor entre algunos dirigentes o exdirigentes del partido y mucho entusiasmo en otros; uno de los entrevistadores le insistió si ella se expresaba en su nombre propio o si era una posición de alguna corriente o de la dirección. Ella fue clara sobre esto, lo que afirma resulta de las resoluciones de la última Convención Nacional. En uno de los vídeos participa con otro miembro de la Comisión Política, Mario Monge, ambos tuvieron el mismo discurso.
No voy a resumir sus intervenciones, pero sí las voy a comentar. Uno de los términos que se repetían era “reestructuración del partido”, otro “aprendamos a debatir”, “no tenemos cultura del debate”, estos últimos se acompañaban de una invitación a los miembros del FMLN a continuar el debate y abordar otros nuevos temas, además de invitar a la gente de izquierda que no pertenece al FMLN a incluirse en el debate, a aportar sus pensamientos, sus críticas. Se trata de llevar adelante una política de apertura y de reconquista de la gente, de devolverle el “instrumento” al pueblo.
En esta ocasión voy a referirme principalmente a dos asuntos que me parecieron importantes en tanto que revelaciones y críticas a la conducta pasada de la antigua dirección. En uno de mis viejos artículos me refería a la supuesta estructura organizativa leninista que se ha dado por llamar “centralismo democrático”. En ese artículo señalaba que ese tipo de organización no tenía nada que ver con Lenin, sino que fue una forma puesta en práctica durante el dominio estalinista del movimiento comunista. En ese tipo de organización el verticalismo y el centralismo se convirtieron en el modo de funcionar, el adjetivo democrático estaba de adorno. Entonces recordaba que para Lenin el centro no era ni el “buró político”, ni el “Comité Central”, ni ninguna otra instancia de dirección. Para Lenin el centro era el Congreso del partido. Cuando escribí ese artículo criticaba al partido “revolucionario, leninista” (FMLN) de no haber hasta la fecha celebrado ningún congreso y recordaba que hubo años en que el partido de Lenin organizó varios congresos. Años después tuvo lugar el Primer Congreso. Critiqué su organización, las viejas formas estalinistas de organizar el debate. Documentos “prefabricados” que se pueden enmendar, pero no rechazar o proponer otros. Pero el asunto principal fue que esos documentos que fueron aprobados nunca se le presentaron a la gente, ni a todos los militantes. Lourdes Argueta en una de las entrevistas dijo que las resoluciones del Congreso fueron engavetadas. Hasta el día de hoy todas mis búsquedas de los documentos del Primer Congreso han resultado vanas. Lourdes Argueta prometió que iba a tratar de poner a la disposición de la gente esos documentos y los de la última Convención Nacional.
Lourdes Argueta insistió en la importancia de esos textos y de plasmarlos en la realidad del funcionamiento mismo del partido. En realidad no creo que los textos del Congreso sigan teniendo en estos momentos validez. Los cambios políticos ocurridos en los últimos cinco años son substanciales y la correlación de fuerzas ya no es la misma y los objetivos del FMLN ya no pueden ser los mismos que hace cinco años. Ignoro cuál es el contenido de las resoluciones de la Convención Nacional.
En todo caso lo que deseo recalcar es que me ha sorprendido el tono y el contenido del discurso de Argueta. El tono es libre, abierto, decidido y franco. El contenido se puede resumir en la necesidad de devolverle el “partido al pueblo”, “que el partido viene del pueblo” y que es un “instrumento de lucha del pueblo”. Demostrarle al pueblo que “hemos escuchado sus quejas y que las hemos tomado en cuenta”. Afirmó con énfasis que no basta “reconocer los errores y pedir perdón”, sino que hacer todo lo posible por reconquistar las posiciones perdidas en el seno del pueblo y cambiar de actitudes y formas de conducta.
Al parecer algunos criticaron a Lourdes Argueta por el momento en que ha decidido tomar la palabra, en estos momentos de elecciones. Esta crítica me parece adolecer de la vieja enfermedad electorera y oportunista. Priorizar las elecciones a enunciar de manera tajante en qué realmente consiste el carácter revolucionario del partido y cuales son sus objetivos primeros es continuar con ese viejo oportunismo que incluso prefirió “engañar” a la gente sobre las “alianzas” y los “beneficios electorales” de dichas “alianzas”. Lourdes Argueta ha criticado justamente esa “política de alianzas” en la que no se definieron claramente en qué consistían, ni se determinó nunca los fines de las mismas.
Esta manera franca y abierta de hablar es nueva y sobre todo no se trata de darse golpes de pecho, sino que de manera consciente abordar los problemas internos de funcionamiento, de formación, de comunicación y de definición de las políticas. No se trata tampoco de rechazar el pasado, sino que también de rescatarlo, ver todo lo positivo realizado, volver con entusiasmo a los principios que movieron a tanta juventud a arriesgar y dar sus vidas.
Dejo hasta aquí este escrito, voy a volver, pero quería dejar públicamente mi apoyo a esta nueva actitud dentro del FMLN y dejar claro que deseo participar desde este blog al debate por una renovación y reestructuración del FMLN.
Toda esta parafernalia no es la causa del hundimiento de un partido, mucho menos la simplera de la falta de critica y autocritica...
ResponderEliminarPero esto lo deberia tener claro el autor, que busca en las resoluciones o en la falta de ellas la imposibilidad de la reestructuración.
En lo interno.. no saben como inyectar sino esta publicidad.. en lo externo pasaron 10 años y no tocaron lo interno. Eran años de ganar elecciones y crecer con programas. Mas interesante que este analisis seria ver en wue fallaron los programas, las consignas, las acciones y las promesas..
Un mecanismo de procesamiento de productos y no esta verborrea con musica de Lenin...
Como siempre superficial. No puedo predecir nada, qué va a pasar con este intento de reestructurar el FMLN, de volverlo en realidad un partido de acción y de lucha. Lo que me ha parecido encomiable es el intento de llevar abiertamente, ante toda la gente la discusión.
EliminarSe trata de eso y de nada más, el gran problema es que tu opinión sobre el régimen actual de mentiras y pactos con las maras es totalmente positiva y lo defendés hasta con las uñas de los pies o tal vez solo con eso.
Denigrar por denigrar es tu método.
En personas ya típicamente etiquetadas como Pseudo izquierdistas tal es el caso de muchos ex miembros del ERP que se quedaron en el tiempo congelados en su traumatizada fobia anti efemelenista, entre otros Enrique Trigueros y Edgar Joya quienes antes que desarrollar un argumento basado en un razonamiento analítico sustentado en una realidad se impone en ellos el razonamiento no neuronal sino el visceral y es tan evidente que en esa conducta atacan hasta quien ha estado con ellos compartiendo trinchera.
EliminarFelicitaciones Carlos por tus comentarios
ResponderEliminarEl problema no se resuelve con darnos palmadas en el pecho o decir que línea hizo daño al partido. El problema fue que la dirección del partido se olvido que tenía que estar apegada a la gente que le dió vida al partido y se pusieron a quedar bien con el diablo y se olvidaron que ése diablo no le dio vida al partido; sino que fue la gente que vive en el campo y que es ahí donde tiene que estar los mayores exfuerzos de un partido porque en nuestro país la mayoría de nosotros,los que realmente luchamos por un cambio, vivimos en el campo y fue del campo que el frente se olvido. Ahora lo que le toca a la dirección es diseñar una estrategia para devolver esa confianza
ResponderEliminaral partido. Realmente el partido debería pensar en una persona que conecte con la gente, conel campesino,el de la clase media y alta y no estar pensando en la misma rueda de Caballitos que siempre han tenido.
"Centralismo Democrático" rima con "Realismo Mágico". Una combinación de palabras antitéticas a más no poder. No existe la democracía en una organización que concentra el poder en unos cuantos dinosaurios.
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