Como en otras ocasiones, los dirigentes de la UCA denuncian una situación inviable, de una extrema crisis social, económica y cultural del país.
La
polarización, es decir la extrema oposición entre los partidos ARENA y
FMLN no se ha dado en la diferencia de sus políticas, sino que en la
búsqueda de una hegemonía en el poder estatal. Desde la elección de Funes a la
presidencia la hegemonía de ARENA dejó de ser total y entonces comenzó
un reparto mayor al que venía sucediendo desde los Acuerdos de Paz. Pues
el FMLN con muchas municipalidades y una cantidad suficiente de
diputados para bloquear las decisiones del Ejecutivo gozó del mana
estatal. Al pasar el poder ejecutivo al FMLN los papeles se invirtieron y
la vida política (en las declaraciones públicas) ha seguido siendo
polarizada. Aunque hemos visto que en muchas oportunidades han podido
encontrar acuerdos de conveniencia.
Ante
esta situación pareciera justo y apropiado el llamado de la UCA a la
responsabilidad de los dirigentes a ponerse de acuerdo en una política
acorde a los intereses de los más necesitados y del país en general.
Pero esto realmente se trata de una apariencia de algo razonable, pues
el análisis reposa en una falsedad, los políticos no sólo tiene
desacuerdos en el usufructo de los dineros del Estado. En la sociedad
salvadoreña domina una casta muy limitada en personas, se trata de la
oligarquía que es la que en realidad impone el rumbo al país. ARENA se
pliega a los intereses de esta casta y le sirve, el FMLN durante años se
presentó como el defensor de los oprimidos, pero ya en el poder no
cambió esencialmente la política que ha venido haciendo ARENA. Esto lo
vemos todos, esto lo ven los dirigentes de la UCA. ¿Entonces por qué
hacen un llamado a la buena voluntad? Los límites de la posguerra se
encuentran en "la inviabilidad del modelo de desarrollo". Pero este
modelo de desarrollo no ha surgido de repente, ni por arte de magia, es
el que siempre hemos tenido desde más de un siglo, desde los años 80 del
siglo XIX. Con grandes crisis ritmadas por las crises del capitalismo
mundial. He mencionado a la bestia secreta, a la que no se le puede
llamar con todas sus letras por miedo de espantar a las buenas
conciencias: el capitalismo.
Nuestra
sociedad sufre de la dominación oligárquica, sufre del bloqueo social y
económico impuesto por esa casta. No se les puede llamar a estos
empresarios entes que "dinamizan la cultura, la economía". La UCA hace
una lista más larga y al final incluye a unos anónimos empresarios como
si realmente ellos fueran neutrales, como si ellos no tuvieran intereses
propios, como si estos intereses no se manifestaran en las relaciones
de producción y estos intereses se manifiestan en la obsecada y egoista
oposición a un substancial aumento de los miserables salarios de los
trabajadores, en la evasión fiscal y en la exportación de capitales para
invertirlos en otros mercados con mayores tasas de beneficios.
¿Realmente
creen los dirigentes de la UCA que van a ser escuchados por una "clase
política" que hasta ahora ha venido compartiendo el usufructo de las
prebendas del Estado y administrando el país y su economía en beneficio
de los oligarcas? Los oligarcas en ningún momento de la historia han
mostrado alguna flexibilidad respecto a sus intereses y el Estado
despótico y violento que han erigido sigue amoldándose a sus intereses,
usando a veces una cuerda floja, pero cuando se hace necesario se
muestra con toda su violencia.
Los
trabajadores tienen que tomar consciencia que mientras perdure la
hegemonía oligárquica no podrán resolver sus propios problemas, ni los
problemas nacionales.
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