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21 agosto 2012

Algunas enseñanzas


A la vista de los resultados, después de dos meses de ataques y contraataques, de consultas, de editoriales, de artículos, viajes a Managua y recursos ante una Corte Centroamericana de Justicia —que nada tiene que ver con la constitucionalidad de nuestras leyes y decretos— tras una letanía de acusaciones y contraacusaciones, de una larga serie de discusiones y anochecidas y madrugones en Casa Presidencial, los diputados y dirigentes de los partidos políticos terminaron por ponerse de acuerdo para hacer lo que había ordenado la Sala de lo Constitucional. El resultado es ese. Cabe preguntarse ¿por qué tanta pólvora? ¿Para qué tanta bulla?

Con toda sinceridad no tengo respuestas a estas dos preguntas. Pues no me manejo en los círculos del poder e ignoro los códigos secretos de ese mundo. Pero lo que queda claro es que todo eso no se hizo por gusto, que había un objetivo oculto. Porque ahora los que han aceptado votar lo que durante dos meses se negaron hacer, porque eso contradecía sus principios de honorabilidad, porque votar según determinó la Sala era violentar la Constitución y sobre todo ceder ante la derecha recalcitrante, aliada de la oligarquía, organizada en la ANEP, explican que lo han hecho por espíritu de sacrificio, para demostrar el alto sentido del deber que tienen.

Es decir que los principios, la honorabilidad, el apego a las leyes se ha echado por la borda, al tarro de la basura. Y no se sabe por qué razones. Todos sabemos que esas negociaciones en Casa Presidencial fueron impuestas por el extranjero. El “aliado” de los Estados Unidos, el que no tuvo empacho de declararlo sin reservas, se acaba de dar cuenta que es simplemente un hace mandados. Bastó que un miembro de la dirección del patronato se fuera a quejar al Norte, para que senadores amenazaran con lo que más duele: los dólares.

Mauricio Funes se puso juguetón, quiso ningunear a dos importantes senadores de los Estado Unidos, como lo hizo con algunos empleados de la Embajada respecto a las revelaciones de WikiLeaks, La misma embajadora tuvo que intervenir para corregir al criado. Al parecer nuestro presidente que solo se maniató a esa servidumbre, de vez en cuando trata de adoptar poses de soberano. Pero es reyecito dentro del marco que le confiere la Constitución presidencialista. Pero ese marco no abarca lo que los jefes mandan, sus jefes del Norte.

¿Se puede sacar alguna enseñanza de todo esto? Si, tal vez más de una. Una de ellas es que la dirección del FMLN tiene todavía recursos para petrificar a sus bases y aún más allá de ellas. Pues le ha bastado afirmar que el que no está de acuerdo con la cúpula es su enemigo y un aliado de ARENA y de la ANEP. Los militantes han reaccionado como ante un capote de brega, se han enfurecido y arremetían con todo sin querer parar mientes y entrar en razón. Durante estos tres años de alianzas parciales con ARENA para algunos votos, alianzas secretas como en el episodio del decreto 743, la polarización había perdido densidad, pero ahora ha vuelto al primer plano de la escena política. Esto arrastra otra consecuencia: el fanatismo puede mucho más que la razón. En nuestro país predomina el fanatismo, de ambos lados, en ambos partidos mayoritarios. Algunos militantes del FMLN se olvidaron inclusive que muchos personajes de GANA hasta hace apenas tres años pertenecían a ARENA y que su fuga para fundar otro partido no tuvo lugar a causa de una conversión súbita a otras ideas. Los dirigentes y miembros de GANA siguen siendo de derecha, lo mismo que los del PES y de CN. O sea que el bloque de los cuatro no era un bloque progresista de izquierda, como muchos se esforzaban en presentarlo. Era un grupo de intereses partidarios, de intereses mezquinos. El interés de la patria, la defensa de la legalidad, de la Constitución, de los principios democráticos, de la ética no tenía nada que ver.

Pero al mismo tiempo, la mayoría de la gente solamente ha visto un largo pleito sin fin que se acabó. Que se acabó con negociaciones secretas en un momento que se habla tanto de transparencia. Y que se acabó con la decisión de hacer lo que debieron haber hecho desde el primer día, aplicar los fallos de la Sala de lo Constitucional. No creo que todo esto haya engrandecido la opinión que se hace la mayoría de la gente de la política.

Todos desde el menor de los diputados hasta el mismo presidente hablaban del respeto a la separación de poderes. Pero hemos visto a diputados reunirse en Casa Presidencial para discutir sobre algo que le corresponde a la Asamblea y que nada tiene que ver el Ejecutivo. El mismo Ejecutivo, por las declaraciones del mismo presidente, tomó parte en el pleito, aceptando que una Corte extranjera podía determinar que era constitucional o no, en vez del “único tribunal competente para declarar la inconstitucionalidad de las leyes, decretos y reglamentos, en su forma y contenido, de un modo general y obligatorio”, que es la Sala de lo Constitucional. Sabemos que hubo decretos que fueron aprobados por el presidente para entrampar a la Sala, para maniatarla. La ojeriza presidencial es tenaz, no le perdona a la sala el haber suprimido la famosa “partida secreta”. Y esto que es muy probable que su nuevo amigo, Tony Saca, le habrá enseñado algunas mañas.

El presidente de repente se declara neutral a todo eso, aunque en estos días ha vuelto a repetir que el fallo de la CCJ es válido y aplicable. ¡Vaya que necedad! Pero el papelito sin valor alguno según nuestras leyes, que atestigua del acuerdo entre partidos es el fruto también de la intervención extranjera. Y para que vean que ese papelucho no tiene valor legal, lo firman jefes de partido, el presidente en calidad de no se sabe qué y sin nombrar en base a qué ley se firma. Ese acuerdo es pues un negociado. Un desvergonzado arreglo del que nada se nos dice. Hubo reparto, pero los salvadoreños no se han enterado en qué ha consistido.

Pero la enseñanza más importante que podemos sacar de todo esto es que ningún partido de los que pueblan los curules de la Asamblea representan los intereses de los trabajadores. El patronato defendió a su principal partido. Pero el resto de partidos no son sus enemigos. La oligarquía salvadoreña puede dormir tranquila, pues más allá de la retórica acalorada de estos días, sus intereses no han sido nunca amenazados. Los partidos políticos como chuchos y gatos se pelean el pastel estatal. Es esta la triste realidad de nuestra vida política.

Creo que ante este panorama es muy poco proponer una Constituyente, poco o inútil, pues la vida política nacional está dominada por estos partidos, que serían los que enviarían el mayor número de diputados a la Constituyente. ¿Piensan algunos que en pocos meses de campaña electoral se puede transformar por completo el espectro político nacional?

Creo que la llave de nuestros problemas se encierra en esa última pregunta. En primer lugar no se va a poder cambiar ese panorama si no existe una nueva organización que se proponga esa transformación. Una nueva organización que en la práctica de su propio accionar en la sociedad muestre que es posible hacer política de otra manera. Que el fin real de la política no es el poder como algunos se empeñan en afirmarlo. El poder político es un medio para transformar la sociedad. Pero transformar la sociedad se puede desde ya, justamente introduciendo prácticas y objetivos nuevos que tiendan a volver actores a los ciudadanos que hasta hoy apenas si han sido espectadores.

1 comentario:

  1. Anónimo9:58 p. m.


    visitar http://bpr-elsalvador.blogspot.com

    A ver si los diputados se reunen en "casa"

    presidencial para dar una solucione a esto:

    Miércoles, 22 de Agosto de 2012 / 09:58 h

    Panificadores amenazan con paro de cinco días por alzas en precios de las harinas



    Miembros del sector panaderos de El Salvador marchan esta mañana para denunciar el alza de la harinas.

    Geovany Molina
    Redacción Diario Co Latino

    Esta mañana, una fuerte concentración de panificadores, todos miembros de la Asociación Cooperativa de Panificadores Artesanales de El Salvador (ASCOPARSAL) marcharon desde Ilopango sobre todo el bulevar del ejército para apostarse frente a Molsa, para protestar por los altos precios de la harina y otros insumos para la elaboración del pan.

    Con pancartas y perifoneos, los protestantes denunciaron las prácticas monopólicas de la empresa Molsa y Harisa, principales abastecedores de materia prima para la elaboración de pan.

    El tráfico en la arteria que de Ilopango conduce a San Salvador, lució más congestionada que de costumbre con la presencia de los panificadores
    “Esta manifestación se debe a que nos han subido en más del cien por ciento todos los costos de la materia prima para la elaboración del pan, no solo la harina, sino también la manteca ha subido en un 50%, la levadura un 70%, azúcar, bolsas y todo de un solo golpe”, denunció Franklin Bonilla, Presidente de ASCOPARSAL.
    Bonilla manifestó que como gremial esta es la primera de muchas acciones si no se le pone un paro a esta situación que pone en riesgo sus trabajos “La marcha solo es una demostración, tenemos acciones como un paro de cinco días a nivel nacional de todas las panaderías, estamos hablando de doce gremiales que aglutinamos cerca de diez mil panaderos artesanales”, indicó.
    La marcha que después se encaminó hacia la Asamblea Legislativa, para pedir que se le de vida a la pieza de correspondencia que como gremial presentaron hace un mes.

    Mientras los panificadores recorrían la Alameda Juan Pablo II, la población que transita por esa arteria, aprobaba la protesta por considerar que de cumplirse sus exigencias la población en general era la beneficiada.

    “Esta bien que hagan esto (la marcha) y de manera pacifica, porque lo que están pidiendo es de beneficio no solo para ellos sino también para nosotros que compramos pan, ahorita por una cora ($.25) solo le dan a uno dos pancitos chiquitos”, expresó Miriam Villalta, una joven universitaria que veía la manifestación desde la pasarela a la altura del parque infantil.
    Los panificadores entregaron una carta en la Asamblea Legislativa donde se explica el problema del alto costo de la harina y sus efectos en la economía salvadoreña. Esperan que los parlamentarios le pongan un alto a esta situación y que tomen en cuenta sus peticiones.

    “Ya es hora que los diputados trabajen en beneficio del pueblo, ahora que demuestren que no solo buscan a estos sectores en tiempo de elecciones, si no que también velen por los derechos del pueblo”, acotó Bonilla.

    El gremio de panificadores artesanales explica que desde el 23 de julio comenzó a percibir un “aumento desmedido” en el precio de la bolsa de harina de 50 libras, que hasta esa fecha costaba $8.50; y que al momento ha tenido un incremento de casi el 75%.

    El pasado 29 de julio, diputados del FMLN acompañaron una pieza de correspondencia presentado por esta gremial y solicitaron a la superintendencia de competencia y al ministerio de Economía, la pronta intervención para frenar esta alza.
    Por este tema, el Gobierno, a través del Ministerio de Economía, está evaluando medidas para evitar más alzas en esta materia prima, entre ellas, eliminar temporalmente el impuesto de importación a ese producto con el fin de ayudar a amortiguar los costos de los panificadores y los precios que se trasladan al consumidor final.

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