El autor de este blog agradece la reproducción total o parcial de los materiales aquí publicados siempre que se mencione la fuente.

30 octubre 2024

El 19 de octubre está marcado de blanco

Por Carlos Abrego


Es de común observación que el usurpador sigue su indecoroso y ruin strip-tease de dictador. Ahora juzga afrenta la protesta popular. Todo maestro o maestra que no se someta, va a ser despedido y si sigue con sus protestas correrá el riesgo de arresto carcelario. Una enfermera sufre ya cárcel en Zacamil. A los profesores y demás empleados del Ministerio de Educación, como a los miembros del Ministerio de Salud se le exige que acepten sin rechinar las prescripciones del FMI, reducción de las asignaciones presupuestarias y reducción de personal.

No obstante los despidos van a abarcar muchas otras áreas del Estado, también los empleados municipales van a sufrir el desgrase ordenado por los despiadados burócratas de la agencia financiera mundial. El dictador tiene que obedecer so pena de dejar su imagen millonariamente adquirida de buen gestor de gobierno. La publicidad ha funcionado. Pero la quiebra de todo un país no se puede ocultar. Y el FMI ha puesto sus condiciones y el dictador obedece y se aplica. Esto ya le valió un premio, los demócratas estadounidenses ya le dieron una ayuda millonaria. La obligación de cuidar el Lempa durante años es mero antifaz ecológico.

Esta ayuda de los Estados Unidos recompensa también su aplicación en el buen uso del ejército para reprimir, Bukele se ha convertido en su dictador, el suyo. El dictador encarcela oponentes, mantiene por años un régimen de excepción limitando o anulando libertades democráticas, etc. Todo esto no conmueve a los grandes defensores de los derechos humanos. Claro, estas violaciones son menores comparadas al genocidio del pueblo palestino que el imperialismo patrocina y arma.

Sin embargo este apoyo financiero a la dictadura no deja de advertir al pueblo salvadoreño que seguimos siendo el patio trasero de los Estados Unidos y que no podemos esperar otra cosa del Norte sino agresiones y el socorro a la dictadura. La naturaleza del imperialismo no ha cambiado.

Pasaron también los tiempos de las insolencias del cipote malcriado y entonces apenas aprendiz de dictador. No obstante nunca dudaron allá en el Norte de que podían contar con los Bukele para implementar su política continental, Javier Milei se ha vuelto un amigo de la familia. La ideología de ambas partes coincide, ambos son liberales desde el punto de vista económico y socialmente retrógrados. La educación no puede ser una prioridad en este tipo de gobierno, la salud tampoco.

A nosotros nos toca prepararnos para llevar adelante una lucha prolongada, que desde ahora sepamos que estamos apenas en los inicios, que estamos dando los primeros pasos. Tenemos que tener claro que de nuevo el terror puede aparecer como en los años setenta y ochenta del siglo pasado, el ejército sigue siendo el mismo y sigue siendo el brazo derecho del poder real y del poder de fachada.

La historia no se repite. De esto tenemos que tomar consciencia, tampoco nosotros debemos repetir nuestros errores, desde ahora debemos poner en práctica nuevos principios de funcionamiento, ampliar y desarrollar la democracia interna de las organizaciones, debemos abandonar todo verticalismo. Es urgente obtener la participación mayoritaria de nuestro pueblo en el combate por la emancipación nacional. Esta participación tiene que ser consciente, basada en profundas convicciones de lo que necesita el país y nuestro pueblo. Los objetivos tienen que ser fijados por todos, que obedezcan al nivel de consciencia y al grado organizativo de los militantes.

No podemos caer de nuevo en alianzas superficiales, sin principios. Los que entran al combate no pueden tener objetivos diferentes. El objetivo estratégico no puede ser otro que la emancipación de la nación. En estos momentos ya vemos las dificultades que se anuncian. La dictadura no va andarse con ternuras, lo vemos ahora que el dictador ha elegido la vengaza por la afrenta sufrida. El de la cachucha loca mandó a su comisionada Carolina Recinos de Bernal a parar la marcha de protesta con simples promesas y amenazas de desencadenar sus batallones de acosadores públicos.

Una valiente mujer dijo no, se trata de Idalia Zuniga. Ahora ya se quedó sin empleo, sin su puesto, es víctima de los acosadores que la insultan, la calumnian y tratan de robarle su prestigio. Hasta los diputados puyabotones la acusaron ni más, ni menos de que fue miembro del FMLN, como si el dictador no lo hubiese sido también y que fue gracias a este partido que ellos mismos están gozando de las prebendas estatales y de otros favores que se otorgan ellos mismos, pues fue este partido quien puso en órbita al Bukele, hijo de papá. Muchos de estos diputados también pasaron por las filas del FMLN.

Esta mujer está dando el ejemplo de la necesaria determinación y de su abnegación. Hay que proteger a esta mujer, defenderla. El dictador está herido y como toda fiera herida es muy peligroso. Bertha Deleón sabe de esto, fue por eso que puso al abrigo a sus hijos, pues la vengaza del dictador puede llegar a cualquier bajeza. Esperemos que la lucha iniciada crezca y que la determinación sea aún más grande.



 

19 octubre 2024

Luchar para acallar el miedo

 Por Carlos Abrego

Padecemos ahora en El Salvador una crisis social muy profunda, quizá la mayor de nuestra historia. Sin embargo no debemos caer en el pesimismo, aunque sea por un hecho tan banal como el que una crisis es un fenómeno transitorio y casi siempre se resuelve favorablemente. Esta crisis es grave y recorre todo el tejido social de nuestro país. Nada escapa, desde la función política más alta hasta las capas más bajas de la sociedad.

Nos dirigen ahora gente muy incompetente en la gestión pública, mostrando mucha habilidad en apoderarse de riquezas usando el dinero del erario público. Nadie en la historia nacional ha aumentado su patrimonio en tan poco tiempo multiplicándolo por doce. Y estos cuarenta ladrones alibabescos han perdido toda vergüenza (si la tuvieron alguna vez) que proclaman públicamente su derecho a apoderarse de lo ajeno, de lo nuestro. El principal ladrón pierde los estribos y se pone como un patán a insultar al periodista que puso al descubierto lo mal habido en estos últimos setenta meses.

Pero la crisis es también el constante crecimiento de la pobreza, la caída persistente de la producción agrícola e industrial nacional, el creciente déficit comercial, la inflación real que conlleva a una drástica pérdida del poder adquisitivo, volviendo inalcanzable la canasta básica. El FMI le ha impuesto al gobierno su plan de austeridad para volver a darle créditos. Esto significa los masivos despidos en los ministerios y agencias del Estado, la disminución en el presupuesto de los rubros de salud y educación, el congelamiento (indefinido) del escalafón de los maestros, la anulación de los aumentos salariales de los empleados del Estado y el olvido del aumento del salario mínimo.

La crisis es también el ataque frontal que ha sufrido la incipiente democracia que teníamos: en la Asamblea ya no se deliberan las leyes, los diputados ya no pueden proponer leyes, la oposición apenas si puede expresarse en los plenos, sus propuestas son engavetadas en las comisiones. Ya no tenemos separación de poderes, todo se decide desde la cima del Ejecutivo. Los tribunales se están volviendo instrumentos de venganza del dictador.

El estado de excepción se ha vuelto perenne y ha servido para llevar presos a oponentes y otras personas inocentes. El encarcelamiento se ha vuelto una medida que no lo deciden los jueces, sino que soldados y policías a su antojo. Hay asesinatos en el interior de las cárceles, se denuncia que existen fosas comunes en el interior de la cárcel de Izalco. Cristosal ha documentado la muerte de 261 personas privadas de libertad durante el régimen de excepción en El Salvador y concluyó que el 75% de ellas, es decir, al menos 7 de cada 10, murieron en el Centro Penal de Izalco. Y la falta de transparencia es total, a tal punto que hasta el nombre del director de este Centro Penal es ocultado.

El panorama es sombrío y no se le ve ninguna salida a corto plazo, ni a medio plazo, simplemente el horizonte está clausurado. Gran parte de la población ha claudicado y ha decidido someterse a la voluntad del dictador y aceptar todo lo que quiera imponer y lo apoya con total ceguera. La otra parte de la población vive en el miedo; ya no son las maras las que infunden el terror, sino que los encargados de la seguridad pública. La gente teme que “le apliquen” el régimen de excepción. Con esta amenaza desalojaron a propietarios de locales en el centro de San Salvador, con esta amenaza en el Oriente del país se despoja a campesinos de sus tierras o se les obliga a vender a precios bajos.

Esta descripción no es completa, Cada día organizaciones humanitarias dan cuenta de nuevos crímenes y atropellos, periodistas publican detalles de la represión, de la corrupción galopante de la clica de los Bukele. A pesar de los millones que se gastan en propaganda, su prestigio se desluce. Recientemente el profesor Oscar Picardo afirmó que en sus investigaciones llegó a contar entre cien a ciento cincuenta videos diarios, difundidos en redes sociales en favor del dictador, de buena calidad y publicados desde El Salvador, pero también a partir de países del sur americano. Esto es apenas una parte mínima del derroche del dinero público que efectúa la dictadura.

A pesar de todo esto he escrito arriba que no debemos caer en el pesimismo, pues las crisis no son de ninguna manera algo permanente, sino que son transitorias. Tampoco podemos caer en el optimismo, aun menos en la pasividad. La salida de la crisis no va a llegar sola, es necesario que la preparemos y que ayudemos a nuestra gente a reaccionar ante todos los atropellos e injusticias.

Es cierto que el miedo es real y podemos decir justificado, no obstante nos toca reaccionar pues el destino del país no es una cosa abstracta y ajena a nuestros intereses personales. La salud y la educación no son sectores secundarios, los dos conciernen a nuestra niñez y a nuestra juventud. Este es el país, nuestro país, los cipotes y los muchachos que van a escuelas e institutos inapropiados, con falta de presupuesto para funcionar. Sabemos que hay profesores que tienen que sacar pisto de sus bolsillos para hacer frente a las necesidades. Nuestra juventud merece que sus profesores tengan mejor preparación, que su labor sea mejor valorada. Se trata realmente de elevar el nivel educacional. El estatuto social de los maestros tiene que revaluarse también económicamente.

La salud también es un sector que hay que ampliar, mejorar la atención de los enfermos, darle al personal de las clínicas y hospitales todo lo necesario para que presten el debido servicio y no tengan que cargar con los reproches de la gente ante la falta de medicamentos y servicios. Estas carencias no son responsabilidad del personal. No obstante es el personal el que recibe las protestas de los pacientes.

La dictadura y los burócratas del FMI que exigen esos recortes no se sienten concernidos por estos problemas. No obstante pensemos también que muchos de nuestros problemas, éstos y otros, no se van a resolver si la producción industrial y agrícola siguen bajando y su nivel continúe siendo muy deficiente. Mejorar la producción va de par con la mejora de la formación de nuestra juventud. Necesitamos reformas educacionales que respondan a una ampliación de los conocimientos y de la cultura de nuestros jóvenes. Estas reformas tienen que ser elaboradas con la participación de todos.

Reactivar la economía es urgente, pues cerca o más del 40% de la población activa se dedica a labores informales que proporcionan muy bajos ingresos. Estas mejoras no llegarán por sí mismas, la dictadura es incapaz de hacerlas. Es por eso que las luchas sociales tienen que crecer. Por eso es urgente apoyar las luchas de los maestros, de los médicos y del resto del personal de la salud. Porque estas luchas pueden ser el inicio de algo mayor que logre concienciar a los que por muchas razones ahora apoyan a la dictadura. Las luchas sociales vendrán a silenciar para siempre el miedo.