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29 noviembre 2007

El Sistema me aprovechó

Cuando me pongo a contar algunas cosas que me sucedieron ya hace algunas décadas no busco tanto hilvanar los hechos con las fechas, sino que ser verídico, aunque tenga que recurrir a juntar hechos que realmente están separados. Los junto en mi memoria, lo más seguido se han juntado solos y eso me lleva sin duda alguna a decir mis verdades, poniendo algunas cosas que no lo son tanto. Esto que me ocurre, les pasa a casi todos los que dan testimonio escribiendo sus memorias. Todas están llenas de olvidos y de mentiras ciertas.

Me gustaría no poner fechas, pero en esta ocasión no puedo evitarlo, lo que les voy a contar tuvo lugar en 1967 y en 1968. Los preámbulos sucedieron en 1967. Resulta que ese año mis compatriotas lograron lo que fue su objetivo durante casi todo el tiempo de mis estudios: que me expulsaran de la Universidad. La cosa se encadenó muy rápidamente, ellos venían a mi facultad (dos horas duraba el trayecto) todos los meses a pedir informes sobre mi conducta y sobre mi asiduidad en los cursos. El decano Mamontof optó por ceder a sus presiones, o tal vez es mejor decir que se aprovechó de esos aliados inesperados. Lo que cuento aquí son realmente cosas muy infantiles, tienen ese aspecto. Por un choque académico durante la defensa de una tesis de traducciones y que interpretó como una cuestión estrictamente personal quiso vengarse. El diferendo surgió sobre problemas de la traducción de ciertos adverbios rusos hacia el castellano y la adaptación de los refranes de una lengua a otra. Un pequeño grupo de latinoamericanas y latinoamericanos habíamos creado una teoría y la aplicábamos en nuestras tesis de fin de estudios. No teman no les voy a dar detalles sobre esto. Bueno, el decano presentó al Consejo Superior de la Universidad una petición para que me excluyeran de la universidad. Acababa de pasar al último año de estudios, me quedaba tan sólo escribir mi tesis. Pueden imaginarse cómo recibí esa noticia. Pero podía ir al Consejo a defenderme. Un tico que supo de mi caso, me convenció que le escribiera al rector Rumiantzev una carta exponiéndole mi caso. Y me dio un consejo que me sorprendió totalmente: escribile me dijo y le usás el dieprichiastie. Se trata de una forma verbal rusa que no tenemos en castellano y que nosotros usábamos corrientemente (tiene ciertas dificultades de uso para los rusos). Esta forma la usan los clásicos rusos, Tolstoi, Dostoievski, etc. Nuestra facilidad venían de estudios especializados.

Seguí su recomendación, le escribí en un estilo muy decimonónico y al parecer le gustó mucho. Me convocó y fui a verlo. Hablamos durante una media hora. Y me dijo al terminar la audiencia, "no se preocupe, no vamos a expulsar a alguien que habla tan bien el ruso y lo escribe excelentemente". Salí muy contento, muchos amigos habían venido a esperarme a la puerta del Rectorado. Les conté mi conversación con el rector. Le había entregado también una carta de mi profesor Dmitri Evguienievich Mijalchí, en la que argumentaba en mi favor (hecho este de gran valor y de coraje, en aquellos tiempos no se acostumbraba opinar abiertamente contra los superiores).

Pero resulta que el día del Consejo el rector tuvo que ir al Comité Central del PCUS y en lugar del Consejo Superior se reunió un Consejo restringido. En ese tipo de consejo no había invitados, incluso el interesado, como lo era yo en ese caso. Al finalizar la reunión me informaron que la decisión había sido mi expulsión. Eso significaba que en pocos meses debía abandonar la Unión Soviética y dejar allí a mi familia. Las autoridades soviéticas me habían negado un derecho tan elemental como es el de contraer matrimonio con la madre de mis dos hijas. Eso me ocupó mucho tiempo, escribí muchas cartas a todas las instancias imaginables e inimaginables, a los dirigentes de la Unión Soviética: Mikoyan, Kosiguin y Brezhnef.

Todos me respondían como la ley los obligaba, pero lo hacían de manera ritual, en unos formularios en los que me explicaban que habían leído mi solicitud y que habían trasmitido a las autoridades de mi sector. Y eran estas autoridades las que no cedían a mis pedidos de oficializar la unión matrimonial con mi mujer y era contra ellas que me quejaba en mis cartas.

Entonces la decisión de ese Consejo restringido me iba a separar de mis hijas y de mi mujer, pues oficialmente no eran ellas nadie para mí. Eso me exasperaba, me puso fuera de mis casillas. Quise ir a hablar con mis compatriotas. Pero ya era tarde y no creo que ellos hubieran aceptado intervenir en mi favor, luego de tantos años de esfuerzos.

También hubo amigos que vinieron a acompañarme durante el Consejo restringido en el que no pude intervenir. Pero de qué se me acusaba. Pues de haber faltado a algunos cursos. Los resultados de mis exámenes eran buenos, en muchas materias tuve la mejor nota posible.

Esa misma tarde me crucé, de casualidad, con el rector. Y me pregunta muy amablemente ¿y cuál fue el resultado de Consejo? Cuando le dije que me habían expulsado se sorprendió. Me dio el número de teléfono directo de su oficina para que concertáramos una cita. Le llamé al día siguiente. La cita era para el día siguiente a las dos de la tarde. Me recibió durante cinco minutos y me anunció que otro Consejo restringido se iba a reunir esa tarde y que de nuevo se iba a abordar mi caso.

¿Por qué cuento esto? En realidad porque el retrato que hizo de mí el decano era muy pintoresco, me acusó de irresponsable, de irrespetuoso y de borracho consuetudinario...y también de no ir a las clases. En realidad es cierto que solía faltar a los cursos, pero entre mis profesores y yo había un acuerdo tácito: podía faltar, pero les debía buenos resultados. Todos fueron muy exigentes conmigo. Y les he agradecido siempre. Pero al mismo tiempo es necesario que cuente esta historia pues en ella el funcionamiento del sistema me fue favorable.

Esa reunión del Consejo al parecer no estaba prevista. La convocó el rector. Estaban ahí los mismos personajes que me había excluido, pero también mi profesor Dmitri Evguienevich Mijalchí. El recto abrió la sesión. Explicó que se iba tratar de mi caso en primer punto y justificó la presencia extraordinaria de mi profesor. El rector comenzó un discurso que resultó corto. "El caso de Carlos Abrego es extraordinario, pues lo vamos a abordar por la segunda vez. Por lo general las decisiones del Consejo son definitivas. Pero todos han leído la carta que me ha enviado el profesor Mijalchí. Espero que todos ustedes antes de tomar una decisión reflexionen muy bien, que tomen en cuenta que nuestra universidad necesita de alumnos como Carlos, pues nunca he oído que un profesor elogie así a un alumno. Quiero también que tomen en cuenta mi intuición, mi experiencia pedagógica. Es por mi iniciativa que este caso se aborda de manera extraordinaria por segunda vez. Les cedo la palabra".

El decano Mamontof tomó la palabra. Por un instante pensé que iba a repetir lo que había dicho en la primera ocasión, me lanzó una mirada que nunca supe interpretar cabalmente. El también fue muy parco. "Camaradas, realmente se trata de un caso extraordinario, todos conocemos la larga experiencia pedagógica de nuestro rector, no puedo si no inclinarme ante su gran intuición. Así que por mi parte retiro la demanda de expulsión de Carlos Abrego".

—Entonces todo está bien. La demanda de expulsión ha sido retirada ya no hay nada más que discutir en este caso. Carlos Abrego queda reintegrado a nuestra universidad. No obstante nos tiene que prometer que no faltará más a sus cursos.

Prometí ir a todos los cursos, quedaba un mes solamente. Luego teníamos seis meses para completar la escritura de nuestras tesis. En 1968, en junio el decano vino a la oposición de mi tesis. El rector había prometido venir, pero mandó un mensaje de excusas. Intervinieron muchos profesores de mi facultad. Fue la única vez que algunos me elogiaron. Mi profesor Mijalchí fue muy parco. El decano me felicitó.

Les suplico que sean clementes conmigo, pero creo que su contenido habla mucho de mis camaradas y de cómo funcionaba el sistema. En mi tesis por primera vez se trataba de las relaciones predicativas en el complemento directo. Se trata de relaciones que tienen una estructura sintáctica peculiar y se realizan únicamente en campos semánticos determinados. Esta estructura la hemos heredado en castellano del doble acusativo latino.

23 noviembre 2007

Represión en Cutumay Camones

La PNC le sirve de escolta a los camiones que vienen a depositar materiales de construcción en los terrenos en donde se obstinan en querer construir un batadero de basura (al que llaman relleno sanitario) en la comunidad Santa Gertrudis de Cutumay Camones. La municipalidad santaneca se obstina y Mena aprovecha los favores de sus nuevos aliados. El origen de los disturbios está en estos hechos.

Las denuncias no son nuevas y se han hecho desde hace tiempo. Hay riesgo —afirman los habitantes de la zona— que los mantos acuíferos puedan ser contaminados. Los responsables de velar por la salud de los ciudadanos aún no intervienen de manera eficaz y acorde con las demandas ciudadanas. El agua es un recurso que puede volverse raro y es inútil insistir sobre su importancia vital. ¿Entonces por qué responder con la represión en algo que para un gobierno con "sentido humano" debería conducir a la negociación, al diálogo?

¿Por qué se conducen como bandidos y traen al relleno los materiales de construcción durante la noche? ¿Y por qué la PCN se presta a estas maniobras? ¿No se trata de una provocación? ¿Por qué la policía toma partido en este caso? ¿Por órdenes de quién la PCN escolta los camiones de la compañía Presys de S.A de C.V.?

El uso de la fuerza del Estado en estas circunstancias ha sido excesiva y su carácter estrictamente represivo es patente. De nuevo nos anuncian que diez menores de edad han sido encarcelados. ¿Qué busca el gobierno con este tipo de acciones represivas?

Y para colmo la muerte de un menor de edad acontece durante estos disturbios. Las circunstancias de su deceso aún no están establecidas claramente. Es urgente que una investigación imparcial se lleve a cabo y si esta muerte ha sido provocada por la acción de la policía deben de tomarse las medidas disciplinarias que se imponen. La policía tiene por obligación de preservar la vida de los salvadoreños y no de provocarla.

Es urgente que los presos sean puestos en libertad inmediatamente y que las autoridades en vez de caldear la atmósfera, recurran al diálogo y que se muestren responsables con la salud de los habitantes de Cutumay Camones.

22 noviembre 2007

Marginalia: totalmente al margen

Por Carlos Abrego

La medida fue ensalzada. Y era cierto que tenía todas las apariencias que la consagrarían como un paradigma de la ley social y cultural. Además traía el prestigio de un régimen que estaba en "état de grâce". Entonces el ministro de la Cultura de Francia, Jack Lang, gozaba del apoyo del mundo intelectual y artístico. Era de la familia. Y vean de que se trata. Entonces mucha gente se mostró preocupada por el estado de la edición, comenzaban a crecer las garras de lo que años después terminaría siendo los grandes consorcios de la edición y muchos denunciaban ya la unificación de la producción intelectual y de la aparición dominante del arte-diversión. Algunos intelectuales agoraban ya la uniformización del pensamiento y la total desaparición del espíritu crítico: el pensamiento único gateaba e incluso daba sus primeros pininos. Mucha gente temió seriamente por la desaparición de la librería del barrio, pues la anarquía de los precios y los descuentos que podían ofrecer algunas casas, iba agotando la clientela del librero. Algunos escritores vinieron en auxilio del librero, este acompañante abnegado y conocedor, que lleva adelante la buena literatura, la literatura refinada y de vanguardia. Entonces en alguna oficina alguien tuvo la idea clave, la fulgurante idea que iba a calmar y a poner de acuerdo a todos: los libros no son una mercancía como las otras, entonces se podía, en contradicción al dogma liberal, fijar un precio único en todo el territorio y para que no hubiera posibilidad de trampa y chanchullo de los supermercados y de otros grandes distribuidores, el mismo precio debía figuran en la contraportada de todos los libros. La idea se lanzó al mercado de ideas a que se rozase con las otras y que saliera aguerrida y con los visos del remedio universal a los problemas en suso dichos.

La memoria también funciona como un laberinto, con sus vericuetos, atajos y hasta con sus remansos de olvido. ¿Quién podrá ahora retrasar la historia de esta medida, las discusiones que desató, los bandos que se formaron? Claro, hubo dos, los pro y los contra, pero como siempre en cada bando los matices rebosaban desde el extremista hasta el sempiterno moderado que se ofusca cuando muchos años después el extremista le recuerda que... Pero la memoria es así, tiene remansos de olvido y para llegar a un punto los vericuetos abundan. La medida no resolvió gran cosa, las pequeñas librerías de barrio y las que no eran de la barriada han seguido desapareciendo, el pensamiento único es ahora profesado por el ex-ministro de Cultura, Jack Lang. Y los grandes consorcios se han tragado casi todas las casa editoras. ¡Ah! No hay que negarlo, ellos consienten preservar los antiguos y célebres nombres, las insignias y los sellos. La literatura es ahora vista como simple diversión y los que tratan de ser vanguardistas terminan vendiendo un arte kitch.

Ahora nos toca añorar aquellas librerías en donde se podía uno codear con algún escritor, con cierto poeta que venía a hojear los libros de sus colegas. Cuántos idilios nacieron detrás de una estantería, en el solitario rincón, pues había tiempo para conversar con la lectora o el lector. Pero sobre todo se añora el consejo advertido del librero o ese mágico gesto cuando te entregaba el libro que realmente te iba a gustar, que iba poner bálsamo en tu angustiado corazón o que te guiaría en el enmarañado mundo de las inhumanas pasiones. El precio único sigue existiendo, ha resistido a los embates de los neo-liberales y sigue sin resolver nada. Como muchas otras medidas de la época. Pero algunos se conmueven ahora por la originalidad manifestada por el oscuro burócrata que se inventó esa medida. Tal vez fue el mismo que lanzó por el mundo el famoso "Día de la Música" que fue también patrocinado por el mismo Jack Lang.

¿Pero acaso la medida era tan original y era tan nueva? Hoy oportunamente tomé el tomo de Mateo Alemán, quise volver a encaramarme a la "atalaya de la vida humana". Y esta vez me atreví a saltarme el prólogo de don Francisco Rico. Y caí directamente en los obligados preámbulos: Aprobación, Tasa, Erratas y El Rey. Con frecuencia también he omitido su lectura, el mea culpa se impone. Esta prosa no siempre es indigesta y en la mayoría de los casos siempre trae alguna enseñanza, un detalle de la historia y sabrosos giros de antes, más añejos que el texto que preceden. Pues resulta que leída la Aprobación me voy topando con un exquisito detalle, en el siguiente preliminar Tasa se menudea el precio que costará el libro al ser vendido por el autor o los libreros. Este precio no era fijado por el autor, ni por el editor y aún menos por los libreros, sino que el Consejo Real. Este precio único figuraba en las primeras páginas obligatoriamente, por orden real.

Al leer este detalle me acordé de la medida social y cultural del ministro Lang y recordé de repente que algunos la presentaron como revolucionaria. Claro que los tiempos cambian, en los de Felipe III el precio único y que figuraba obligatoriamente en los preliminares que precedían las obras era tal vez una medida de rigor, de estricta ordenanza, sin ninguna pretensión social. "Guzmán de Alfarache, atalaya de la vida humana" costaba 192 maravedies. Mateo Alemán le pidió al Consejo Real la autorización de venderlo durante veinte años, le concedieron apenas seis. Los derechos del autor todavía andaban en pañales.

21 noviembre 2007

Funcionarios manifiestan en París



Como ven el tiempo no se presta para hacer un lindo paseo por las calles de París. No obstante la manifestación ha sido muy concurrida. El motivo de la huelga son los bajos salarios y un ataque del gobierno contra las pensiones de los funcionarios y empleados del Estado.





Estas enfermeras manifiestan por los mismos motivos y para defender la calidad de la asistencia médica y de los hospitales.



En el cortejo de manifestantes había dos grupos nutridos de policías. Aquí pueden ver uno de ellos.



Estas mujeres que tienen atravezadas en el pecho una banda tricolor son ediles que han venido a acompañar a sus electores en la manifestación.

Me apresuro a poner estas fotos. Mi modem está hoy muy caprichoso.

19 noviembre 2007

Una preguntita

En Suchitoto fue la PNC la que hizo uso de armas de fuego y de otro tipo de armas. Se acusó en la prensa y ante tribunales de terrorismo a los manifestantes. En pleno centro capitalino manifestantes atacan con armas de fuego a los agentes de la CAM. Nadie habla de terrorismo y nadie se indigna de esos balazos.

Mi pregunta es muy sencilla: ¿Por qué?

¿Acaso es porque esos disturbios entran en el plan de desprestigio arenero contra la Municipalidad capitalina?

Leía hoy un reportaje de la Prensa Gráfica sobre los acontecimientos del domingo, el reportaje lo firma Fátima Miranda. Ignoro totalmente si esta periodista supone que el uso de armas de fuego es normal contra la CAM y un acto terrorista cuando se le tiran piedras a la PCN, cuando ésta reprime con bombas lacrimógenas y tiros a los manifestantes.

Me cuesta mucho entender esta doble medida para indignarse. Y esto lo extiendo a otros reportajes y comentarios.

15 noviembre 2007

Entre conformismo y esperanza

Por Carlos Abrego

No creo que nosotros los salvadoreños estemos atravesando uno de esos períodos que se caracterizan por la honda oposición entre generaciones, no vivimos un momento de crisis intergeneracional. No obstante esta crisis debería de brotar, debería de manifestarse. Pues la crisis de sociedad que vivimos, nos hace incapaces a las generaciones mayores de trasmitir valores y enseñanzas a las generaciones que van surgiendo. Por su lado los jóvenes han adoptado una actitud pasiva, aceptando sin mucho rechinar el mundo que reciben. ¿Qué mundo reciben estos jóvenes? Un mundo que los rechaza, un mundo que no les ofrece ni siquiera las condiciones en que las generaciones anteriores comenzaron a rodar por el mundo. Nuestros jóvenes simplemente se van, se van a riesgo de sus vidas o la integridad física, se van en busca de sus destinos afuera del país. Los que no dan ese paso parecen resignados, como si la capa de plomo ideológica que nos han impuesto las clases dominantes y los media a su servicio, les hubiera asesinado todo impulso de rebelión.

Una parte de nuestra juventud huye y la que se queda se hunde en la aceptación de una sociedad que los tritura, dándoles como consuelo un puñado siempre renovado de mercancías, pero este mundo de la mercancía no les permite realizar sus más profundas aspiraciones. Este mundo no les permite ni siquiera esbozar sus sueños, so pena de aparecer ante todos como simples ilusos. Tener estudios de alta calidad, entrar a la vida activa con un trabajo digno de ese nombre, vivir en una casa que les permita fundar un hogar y ofrecerles a sus hijos un mundo que irá mejorándose, pues esto que todas las generaciones han considerado como el mínimo, nuestros jóvenes no pueden ni siquiera formular como una exigencia. Les han hecho creer que exigir sus derechos, tener pretensiones de mejores condiciones de vida eso es hacerle el juego a los enemigos de la nación, del país.

Las clases dominantes nos pintan a los “hermanos lejanos” como los héroes patrios, como nuestros salvadores, ellos mantienen a flote nuestra economía. Los que se han quedado viven de los que se han ido. Esto se repite sin que los que lo repiten se den cuenta de lo perverso de este discurso.

Este discurso que valoriza al que con motivaciones suyas, muy propias, muy personales, ha abandonado el país, por el hecho mismo de buscar una salida a sus problemas, este discurso deja sin decir algo que debería poner de manifiesto: el fracaso de la sociedad que nos han impuesto. Porque esos jóvenes huyen nuestra sociedad de puertas cerradas. Es cierto que se necesita cierta intrepidez irse a lo desconocido. En esos caminos hacia el Norte lo único que se conoce son los riesgos que existen. Ellos dejan atrás este mundo de sus mayores, lo dejan sin cambiarlo, lo dejan sin cambiar la ideología que les impusieron, la realización de sus personas está en el consumo de mercancías perecederas.

Los jóvenes que se quedan se sienten como privados del arrojo de los que se han ido. “Esta sociedad no nos ofrece posibilidades, nos cierra sus puertas”. Y la realidad aparece agobiadoramente anclada en un presente sin horizontes. “¿Qué podemos hacer nosotros si ya fracasaron todos los intentos pasados?”. Estamos pues viviendo un momento de desesperanza. Las generaciones que deberían trasmitir valores y esperanzas viven sus vidas penetradas de conformismo. Y este conformismo nos lo destilan en nuestras venas.

¿Quién puede venir a sacudir nuestra sociedad de esta somnolencia? ¿Quién puede hacer vibrar nuestros corazones? Pues bien, ese alguien tiene que ser el que haya comprendido que todo es posible aún, que nuestro país no es un largo callejón sin salida, que no es un largo túnel negro. Quien sepa inculcarle a nuestros jóvenes que exigir derechos nuevos ha sido la condición de todas las nuevas generaciones, que si una nación tiene futuro es porque sus jóvenes no se conforman. Los jóvenes tienen que arbolar la esperanza.

Pero no se trata de una esperanza ciega. La esperanza puede y tiene que ser lúcida, también ella debe de ser exigente. La esperanza tiene que depositarse en la energía de nuestros jóvenes, en su capacidad de invertir las situaciones que parecen perdidas. Es en ellos y con ellos que debemos soñar.

En los jóvenes está la clave. Esto no lo ignora nadie. Es por eso que en las futuras elecciones el tema de la juventud va a ocupar un lugar relevante. El jefe de ARENA se está preparando para aprovechar el próximo año dedicado a la juventud, para darle rienda suelta a su demagogia. Este hombre que para resolver lo que proclamó como el problema primordial de nuestro país, la delincuencia juvenil, no acudió a soluciones educativas y preventivas, sino que agravó la situación, imponiéndonos una legislación represiva que legaliza el atropello de los derechos de la niñez. Redujo la edad de reclusión de menores y alargó demencialmente la duración de las penas. Recientemente en Chile osó presentarse como alguien preocupado por los problemas de las jóvenes generaciones. Habló de no sé que proyectos y programas que según el ya están cundiendo efecto. Lo que tenemos es fuga de jóvenes hacia el extranjero y un mundo de puertas cerradas para los que se quedan. Este hombre y su partido no puede venir ahora después de tanto años en el poder, un poder que han ejercido sin límites, sin compartir con nadie el derecho de deliberar y de ejecutar, este hombre y su partido no tiene ninguna credibilidad. Lo único que puede es ensuciarnos con su propaganda e intentar inculcarnos miedo. Esta gente es del pasado, no pueden encarnar la esperanza.

09 noviembre 2007

La derecha ya no puede ejercer su dictadura

(en torno a la ofensiva del 11 de noviembre de 1989).

Por Carlos Abrego

Dieciocho años no nos entregan la perspectiva suficiente para considerar la ofensiva « Hasta el tope » del 11 de noviembre de 1989, sin que lo que pueda decirse adquiera repercusiones políticas atañeras al momento actual. Digo esto pues la vida política nacional sigue siendo determinada por ese período de guerra en que vivió nuestro país y las batallas de ese noviembre tuvieron incidencia directa en todo lo que iba a conducir a las negociaciones y al fin de la guerra. Ambas fuerzas beligerantes pueden reinvindicar el triunfo en esa ocasión. Esto ha venido a dar pábulo suficiente para decretar que hubo empate al final de la contienda. Algunos han empleado el término de equilibrio de fuerzas, que tal vez se apegue más a la realidad, pero también a este término hay que ponerle sus necesarios bemoles. En todo caso se produjo una nueva inversión. De la lucha política clandestina e ilegal se había pasado a la lucha guerrillera, ahora esta misma lucha guerrillera creaba las condiciones para un nuevo paso hacia la lucha política. Esta es la conclusión más difundida.

Mi propósito no es desmentir o rebatir esta conclusión. Pero al contemplar retrospectivamente los enormes sacrificios que fueron consentidos por nuestro pueblo y los resultados obtenidos, a muchos puede parecerles que en esto sí que no se logró ningún equilibrio, no existe ninguna proporcionalidad. Pero esto es lo que sale de manera inmediata y a primera vista a la superficie. Entonces es necesario tal vez ir un poco más lejos, tratar de ir un poco más hacia el fondo.

El primer problema que surge es determinar desde qué momento debemos comenzar nuestro análisis. Porque si abarcamos todo ese largo período en que se fue gestando en nuestra sociedad la necesidad profunda de cambios económicos estructurales, de la obtención de libertades políticas y de cambios radicales en las estructuras de poder, tal vez necesitemos de una preparación académica de historiador y el espacio que hay que dedicar debe ser mayor. Pero esta necesidad de cambios tuvo sus altibajos, se fue gestando a través de un enfrentamiento ideológico feroz. Las clases dominantes fueron creando con todas sus instituciones —pero sobre todo la religión y la escuela— una ideología de la resignación, de la aceptación como natural que el país se plegara a la voluntad de unos pocos hombres. Me refiero a esas familias que dominaban al país, a la oligarquía. Pero la dominación ideológica no bastó. La violenta realidad era tan abrumadora y eran tantas las muertes por desnutrición y el grado de explotación que sufría la gente en el país, pero sobre todo en el agro, que la oligarquía salvadoreña temía siempre una revuelta, una sublevación, entonces para evitarla, para preservar su tranquilidad, creó aparatos represivos y la ideología del autoritarismo despótico que necesitaba.

La represión era el método de gobierno

No fue pues muy fácil crear las condiciones ideológicas y materiales para que la idea de que era posible sacarnos de encima el yugo oligárquico e imperialista cobrara vida, fuera creciendo, tomando fuerza. Durante décadas el movimiento popular estuvo privado de la posibilidad de manifestarse abiertamente. Los partidos políticos de oposición simplemente eran prohibidos. Toda reunión política era reprimida, las libertades sindicales inexistentes. No creo que sea necesario alargar la lista de todo lo que hacía falta para una actuación política libre y democrática. El poder no conocía otro lenguaje que no fuera el fraude, la tortura, la cárcel, el exilio. Pero a medida que las fuerzas populares se iban afianzando, cobrando fuerza, la represión se volvía más feroz, más salvaje. Esto constituía todo un sistema de gobierno. Muchos pensábamos que con esa política represiva habíamos alcanzado los más altos índices de la infamia. Luego vinieron las masacres, los asesinatos selectivos, las desapariciones. El método aplicado fuer el terror. Cuerpos mutilados dejados a las orillas de los caminos. A veces eran llevados a las puertas de sus hogares, la muerte de los opositores era exhibida, puesta en escena. En esto se hizo manifiesta la pericia de los instructores estadounidenses.

Fue en este contexto que la idea de emprender una lucha armada contra la dictadura cobró forma y se materializó. Quiero insistir en esto. Porque la derecha antidemocrática pretende presentar esa decisión como un simple capricho de algunos iluminados, como el fruto de una intervención extranjera.

Pero esta idea de lo que entonces se llamaba en la izquierda “la vía armada” no se impuso fácilmente, también al interior de la izquierda hubo debate, hubo divergencias profundas. Y las divergencias no sólo concernían lo oportuno o posible de emprender la lucha armada, sino las concepciones mismas, los métodos a aplicar. Como ven aquí apenas voy enumerando temas necesarios que hay que ahondar para un justo análisis del período que aún marca nuestra realidad y la vida política de hoy. Porque estas divergencias fueron acalladas cuando se formó el FMLN. Quiero decir que los dirigentes de las diferentes tendencias durante la guerra hicieron como si estas divergencias nunca existieron y como si no persistieran. Por eso empleo el término acalladas y no superadas. Y estas divergencias se manifestaron en momentos cruciales de la lucha. Aquí entra en cuenta el tipo mismo de ofensivas y lo perseguido en ellas, la participación popular, la preparación, simplemente su anuncio y el anuncio de los objetivos cifrados y esperados. Asimismo hubo divergencias en la valoración de la situación, militar y política, tanto nacional como internacional. Algunos ni siquiera trataron de entrar a saber qué era lo fundamental y qué era lo decisivo en las diversas coyunturas y globalmente en la situación nacional.

El objetivo de toda guerra es la derrota del enemigo

El nombre mismo del Frente es elocuente: Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Los objetivos de la lucha eran de liberación, liberación social, económica y política. Los que integraban las fuerzas combatientes estaban impregnados de estos objetivos, realizar cambios profundos que permitieran otro destino nacional. Se pugnaba pues para que todas las potencialidades de la nación pudieran realizarse. Cada uno le daba cuerpo, en esas batallas, a sus sueños, a sus aspiraciones.

Cuando se inició la guerra revolucionaria el objetivo era la derrota de la dictadura para los cambios sociales, económicos y políticos. La guerra fue dura. La intervención estadounidense fue decisiva. Voy a citar a Schafik Handal, un discurso suyo de enero de 1997, para ilustrar este aspecto: “En el caso salvadoreño, el bloque de fuerzas enemigas estaba constituido, además de la dictadura, por la oligarquía, las cúpulas militares, el Estado como instrumento de ellos. Estaba también el gobierno de los Estados Unidos, que participó muy militantemente buscando derrotarnos. Sólo les faltó invadir. Tuvo fuerzas militares en el país, además de asesoramiento, apoyo financiero y militar. Fueron más de 6 mil millones de dólares que invirtieron durante los años 80 para derrotarnos. Más de 6 mil millones de dólares en un país pequeñito: somos 6 millones de habitantes y tenemos 20.000 km. El gobierno de los EEUU en ninguna época ha hecho un donativo semejante a ningún país de América Latina”. Más adelante Handal agrega: “No sólo tenían asesores. Hace poco, ellos confesaron, pues le hicieron un homenaje a sus caídos. Allí salió a la luz que durante los 80 había habido un poco más de 5 mil efectivos militares en El Salvador, que habían estado participando en combates frecuentemente, por lo cual habían muerto algunas decenas. A pesar de que decían que estaban solamente aconsejando». Se trataba realmente pues de una guerra de liberación nacional.

Esta presencia estadounidense en nuestra guerra no se puede dejar de lado cuando pretendemos analizar una de las principales batallas que tuvieron lugar durante la guerra. Puesto que como lo dije al iniciar este artículo la ofensiva “Hasta el tope” vino a determinar una nueva correlación de fuerzas políticas.

Las negociaciones como objetivo

Desde el final de la primera gran batalla, la ofensiva del 10 de enero de 1981, la dirección del Frente planteó como objetivo la obtención de las negociaciones. Este hecho cambió radicalmente el carácter de la guerra. Todas las batallas de envergadura estaban destinadas a hacer presión para imponer las negociaciones. A pesar del nombre de esta ofensiva del 11 de noviembre de 1989, la dirección ya había abandonado el principal objetivo de toda guerra: la derrota del enemigo. Es justamente el abandono de este objetivo que determinó el análisis que se hizo entonces y que ha seguido prevaleciendo hasta el día de hoy.

Los analistas de la dictadura y del Pentágono se dieron cuenta que la guerrilla tenía fuerzas suficientes para resistir durante mucho más tiempo y que era capaz de seguir asestando golpes certeros. Pero el Ejército no quería reconocer el final de esta batalla como una derrota. Aunque el número de víctimas en los campos de batalla era importante, la guerrilla —con fuerzas numéricamente inferiores— pudo ocupar largos días posiciones en el corazón mismo del país. La guerrilla impactó internacionalmente por estas acciones, algunas planeadas justamente con objetivos estrictamente propagandísticos y no meramente militares, como fue la toma del hotel Sheraton y lo que allí aconteció. Las negociaciones aparecieron entonces como la perspectiva. Pero los objetivos esperados no se lograron. El Ejercito se tambaleó, sufrió golpes en sus estructuras, pero no fue derrotado. Su capacidad de mantenerse y de fuego obligó a la guerrilla a un repliegue, que no ocurrió siempre de manera ordenada y en las mejores condiciones.

El FMLN mostró que su fuerza de fuego no había disminuido, al contrario podía penetrar hasta las cercanía de los puntos neurálgicos del Ejército y que era capaz de golpear en varios sitios simultáneamente.

Los años que siguieron fueron primero una combinación de la lucha armada y la lucha política estrictamente hablando. Lucha que se llevaba a cabo sobre todo a nivel internacional y dirigida a obtener una mesa de negociaciones. Es esto lo que hizo posible la ofensiva “Hasta el tope”. Todos sabemos las repetidas negativas de la dictadura a sentarse a negociar. Aceptaban dialogar, pero eso no podía conducir al fin de la guerra, no creaba una nueva situación. A veces las exigencia de la dictadura llegaron a ser simplemente ridículas como el desarme incondicional de la guerrilla. La salida de la guerra no permitió los cambios sociales, políticos y económicos por los que se ofrendaron tantas vidas. No obstante es necesario valorar a su justo valor un hecho. El tipo de gobierno dictatorial, capaz de reprimir toda manifestación política, incapaz de permitir alguna libertad política, la presencia de partidos opositores, ese tipo de gobierno fue derrotado. Ese tipo de gobierno dictatorial que exiliaba a sus oponentes, los torturaba y masacraba a la población civil fue derrotado. La dominación de una pequeña casta oligárquica sigue en pie. Muchas libertades siguen sin existir. El reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre las libertades sindicales es una muestra que nuestra democracia es frágil, que el régimen se ha visto forzado a aceptar las libertades de que gozamos hoy. Estas pocas libertades han costado mucha sangre, fueron el fruto del heroísmo de los que combatieron en las jornadas de noviembre de 1989 y de todas las luchas anteriores.

Por eso urgimos de que estas libertades sean preservadas y sobre todo ampliadas. Necesitamos de nuevos triunfos democráticos, de la ampliación de los derechos sociales, de los derechos económicos de la gente. También urgimos de nuevos derechos democráticos, urgimos promover la participación ciudadana en la elaboración de la política nacional, en la deliberación de las posibles soluciones a nuestros problemas. ¿Estas nuevas victorias podemos esperarlas de la derecha? La derecha está en el poder desde siempre en nuestro país, su balance está ante nosotros: el país depende cada vez más del extranjero, su política monetaria y financiera está supeditada a una moneda extranjera, el ejercito nacional participa en una guerra que no la hemos declarado, ni es nuestra y que fue reprobada por el concierto de naciones. Pero lo peor en este balance es que nuestra juventud ha perdido toda esperanza de hacer su vida en el territorio nacional. La derecha hizo campaña como la única que podía poner fin a la delincuencia de las bandas, todos sufrimos el efecto de su actividad creciente.

Mucho queda por hacer, es cierto, pero la derecha ya no puede todo, ya no puede ejercer a sus anchas la dictadura.

05 noviembre 2007

Huelga contra el Estado de Emergencia

ISLAMABAD (Reuters) - Abogados paquistaníes llamaron a una huelga nacional el lunes contra la imposición del estado de emergencia por parte del presidente Pervez Musharraf, dijo un destacado jurista.

"Estamos lanzando nuestra lucha desde mañana. Los abogados harán huelga mañana. Realizaremos protestas y boicotearemos las cortes," declaró el domingo a Reuters Hamid Ali Khan, ex presidente de la Asociación de Abogados de la Corte Suprema.

Un movimiento de abogados surgió como la vanguardia de una campaña contra Musharraf, después de que el jefe del Ejército suspendió al máximo juez del país en marzo, en una medida considerada como un ataque contra la independencia del poder judicial.


Lahore - Unas mil quinientas personas, entre ellas abogados, magistrados, responsables y militantes de partidos políticos opositores han sido detenidas en Pakistán o puestas en arresto domiciliario desde la instauración del estado de emergencia, decretado el último sábado por el presidente Pervez Musharraf para "combatir el extremismo islámico”.

En la provincia de Pendjab, la más poblada de las cuatro provincias que componen Pakistán, unas 700 personas, en su mayoría abogados, fueron puestos en detención preventiva o domiciliaria, aseguró un alto responsable de la policía provincial que exigió el anonimato.

En la provincia de Sind, cerca de 500 sufrieron la misma suerte, según fuentes policiales y locales. El resto de las detenciones se produjo en las otras dos provincias, Baluchistán y la Provincia de la Frontera del Noroeste, según fuentes policiales locales.

Varios abogados resultaron heridos hoy cuando la policía disparó gases lacrimógenos frente a la Corte Suprema en Lahore, y los golpeó con palos durante una protesta contra el estado de emergencia, mientras unos cien letrados fueron detenidos en diferentes ciudades.

"La policía lanzó más de una docena de bombas de gases lacrimógenos contra unos abogados que se habían reunido frente a la Corte Suprema y luego les golpeó con porras", dijo Sheikh Faisal, un abogado de la corte suprema, contactado telefónicamente por la agencia de noticias AFP, que agregó que varios de los abogados tenían heridas en la cabeza.

La televisión mostró imágenes de abogados, vestidos con sus trajes negros, siendo empujados al interior de camionetas.Varios policías también sufrieron heridas por las piedras lanzadas por los abogados, afirmó Aftab Cheema, el jefe de la policía local.

"Hemos detenido a numerosos abogados ya que intentaban violar la prohibición de toda reunión de más de cinco personas", indicó Cheema.

"Los abogados atacaron a la policía con piedras, la policía no tenía más opción que reaccionar. Varios abogados fueron heridos, así como también policías", añadió.

La policía paquistaní la emprendió a golpes de porra contra los manifestantes y arrestó a unos cien abogados en al menos tres ciudades de Pakistán.

Policías y paramilitares cerraron los accesos de la Alta Corte de Justicia de Karachi, la capital económica del sur de Pakuistán, y cargaron contra un grupo de abogados reunidos frente al edificio.

"Es la primera vez en la historia de Pakistán que se arresta a un número tan alto de abogados", declaró a la prensa el juez Rashid Razvi. "Según mis informaciones, más de cien abogados fueron detenidos en Karachi", afirmó.

En Rawalpindi, cerca de la capital paquistaní, Islamabad, cinco abogados fueron "golpeados sin piedad" cuando lanzaban consignas contra el gobierno ante el tribunal de esta ciudad, indicó el abogado Mudassir Saeed.

En la capital, las vías de acceso a la Corte Suprema estaban bloqueados para impedir la manifestación prevista de abogados ante el edificio de la mayor autoridad jurídica del país.

Fuente: AFP

03 noviembre 2007

Una decisión más política que jurídica

La sentencia de la Corte Suprema de Justicia declarando inconstitucional el Convenio 87 de la OIT por las múltiples deficiencias argumentativas que contiene —a las cuales me referiré posteriormente— me parece que trae mayor valor político que jurídico. En estos días el jefe de ARENA, que accesoriamente es además presidente de la República, en su campaña política pre-electoral hace hincapié en la futura pérdida de libertades en el caso de que el principal partido de oposición llegue al poder. Es en estos momentos que se le niega a un grupo de ciudadanos una libertad reconocida como fundamental, el derecho de sindicalización. El Fiscal de la República por orden del Ejecutivo intercede un recurso de inconstitucionalidad a la ratificación de tratados internacionales que pretenden instituir en nuestro país nuevas libertades sindicales.

Se trata de una larga historia. El ejecutivo durante muchos años se ha negado a ratificar estos tratados convenidos por un organismo internacional, del cual El Salvador es miembro fundador. El pretexto ha sido una pretendida inconstitucionalidad. Pera ante esta supuesta inconstitucionalidad los presidentes de Arena y los parlamentarios de Arena se han opuesto sistemáticamente a toda reforma que subsane esta falla anti-democrática de nuestra Ley fundamental. Presiones internacionales movieron al Ejecutivo y a los parlamentarios de derecha a darse cuenta que no hay nada en la Constitución que pueda interpretarse como una prohibición. Incluso la Asamblea remitió un memorando a la Corte Suprema de Justicia, en el que su interpretación de la Ley no coincide con el fallo. La decisión de la Sala de lo Constitucional de la Corte se convierte simplemente en el último intento de negación de una libertad y de un derecho fundamentales. Confirma pues el carácter autoritario y liberticida del Estado salvadoreño.

Pero hay un aspecto que no es de ninguna manera secundario: se trata del carácter mentiroso e inconsistente de este Estado. Puesto que la Corte ha obedecido los designios políticos del Ejecutivo, que por presiones de la Comunidad Europea se vio obligado temporalmente a subscribir los convenios de la OIT. Ahora dan marcha atrás por un procedimiento que no admite apelación, tratando de darle a este fallo aires definitivos. Pero ¿a quién van a convencer que el artículo 47 de nuestra Constitución contiene una prohibición para los empleados del Estado a sindicalizarse? Lo que salta a la vista es que nuestra Constitución contenía una omisión. Nuestros gobernantes creen que los países de la Comunidad Europea se van a tragar semejantes argucias. Lo que ha mostrado el gobierno arenero es que tiene a algunos miembros de la Corte bajo su bota y que son incapaces de cumplir con sus acuerdos internacionales. Pues la subscripción a estas convenciones fue condición para firmar un acuerdo de carácter comercial con la Unión Europea. El gobierno arenero hizo trampa, se manifiesta internacionalmente simplemente como chanchullero.

El argumento de la Sala es que el artículo 47 es restrictivo en otorgar el derecho a la sindicalización. En realidad el artículo enumera a dos categorías que tienen derecho a sindicalizarse, los patrones y los trabajadores privados y los empleados de Instituciones Oficiales Autónomas. La redacción de este artículo no permite la interpretación restrictiva, para ello sería necesario que aparecieran las expresiones “únicamente tienen este derecho” o “tienen este derecho sólo tales y tales” u otro similar. No hay nada de eso en el artículo.

No obstante en la interpretación de la Constitución no se puede partir de consideraciones tan particulares como lo ha hecho la Sala. La ley suprema nos entrega los grandes principios del derecho y nos entrega una jerarquía de las normas. La Constitución es un programa que proyecta hacia el futuro su normatividad, incluso previendo en su mismo texto válvulas de escape para aprehender valores y derechos no enumerados, pero que surjan y se sustenten en principios constitucionales sí enunciados. En nuestro caso el derecho de asociación (asociaciones, partidos, sindicatos, cofradías, etc.) le es reconocido a todos los habitantes por el artículo séptimo. Es mero sofisma querer oponer la palabra “habitante” a la palabra “ciudadano”, pues la primera abarca más que la segunda, incluye a éstos. Pero existe un principio constitucional y es la igualdad de derechos y la igualdad de tratamiento legal. Todos somos iguales ante la ley. Mientras no haya restricción expresa todo derecho fundamental tiene que ser universal. Y la restricción tiene que ser argumentada. De ahí que los que temen aplicar uno de los artículos de nuestra Constitución porque entonces el Estado podría convertirse en fascista no tiene fundamento y es simplemente un falso pretexto. Me refiero al artículo octavo de nuestra constitución que reza expresamente: “Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda ni a privarse de lo que ella no prohibe”. Es evidente que no se trata de extender la aplicación de este artículo a hechos y acciones que ofendan al orden, a la moral pública o perjudiquen a un tercero. Lo que permite este artículo es la extensión de libertades y de derechos fundamentales.

Toda restricción de libertad es anticonstitucional, el no respeto de las convenciones internacionales que amplían los derechos perjudica el espíritu de nuestra ley fundamental.

Existe en esta historia algo que ha llamado la atención de todos: le celeridad mostrada por la CSJ en este caso. Cabe preguntarse ¿por qué? ¿Se trata de complacer al patronato, a la ANEP? ¿La Corte Suprema de Justicia ha obedecido a órdenes de la Embajada de los Estados Unidos? ¿Se trata simplemente de la última patada de ahogado ante el avance de un derecho que las clases dirigentes le temen como el gato al agua? ¿Esperan tal vez que la próxima asamblea no apruebe la reforma constitucional que abrogue esta injustificada ordenanza?

En todo caso el presidente Saca pretende escabullirse de sus responsabilidades usando de mampara a la Corte. Se olvidan que internacionalmente el Estado es uno. Que de poco vale argüir que el Ejecutivo cumplió con lo que debía, que la Asamblea también cumplió con su voto. Pero al mismo tiempo han hecho campaña para que esa abusiva ordenanza de la Corte tuviera lugar. Nuestro presidente tiene una actitud bastante infantil, se está metiendo la mano en el bolsillo, pero todo el mundo ha visto que ha sido él quien tiró la piedra.

02 noviembre 2007

Oda para que la hierba y los insectos sean testigos

por Carlos Abrego

¿No es cierto que a veces el mar
se derrama gota a gota en la arena
de nuestras mejillas como la tarde
cae lenta con pasos robados a no sé
qué arrepentimiento? ¿No es cierto
que la noche es más intensa boca
arriba y con los ojos abiertos?
Quizás tenga su razón de ser
una simple mesa de pino que cojea
humildemente de tanta mancha en su cara abigarrada,
pero lo que es sin duda una verdad sencilla es que
sus ojos son opérculos y germen de sueños olvidados.
Es necesario que se diga de una vez por todas
que hay manos que nos ayudan a atravesar los portales,
que no son anclas de naufragio, ni cuerdas lanzadas
a un abismo como último recurso. Evidentemente
en el fondo quedará el eco de un gesto desesperado,
de un paso que en otro tiempo buscó esa misma puerta
y no encontró las manos, esas misma manos.

Pero una manopla y un mangual acaso no son un malecón
sin velas. Acaso no son los neutrones explosivos de otra era.
Y era tan simple nos dicen
esa edad
donde no existió sino el reparto equitativo.
Me equivoco es cierto de tiempo.
No ignoro aquella época en que la piedra
fue un sexto dedo que alargaba las manos hasta los mangos chapudos.
Pero no fue una edad de oro,
sino de piedra veloz y fugitiva,
de piedra áspera,
de piedra,
de pequeñas piedras buscadas y rebuscadas.
De infinitas piedras que albergaban
millones de gusanitos sorprendidos.
Y aquel yankee que fue a la luna,
recuerdan,
se puso a correr como un niño travieso
y luego en ancestral retorno se puso
a recoger y a sopesar las piedras de la luna.

Y he aquí el momento
en que la claridad de tus ojos fue sofocante,
en que fue irresistible.
He aquí el momento en que la hierba y los insectos
tienen que ser testigos.
He aquí el momento en que tengo que nombrarte:
María Elena Salinas.
Es muy probable que te anduvieran buscando
desde hace mucho tiempo.
Es muy probable
y no vieron tu inocencia.
No vieron que era una llama.
No obstante tus manos eran un inmenso puente
para ir desde la primera piedra hasta la luna.
No sé como se dicen ciertas cosas.
No sé como hablarle a la hierba de tu muerte.
No sé.
Los insectos, los pequeños insectos
han sido siempre mis amigos
y sé que más de uno quiso poblar tu cuerpo
para que no te quedaras sola con la muerte,
para que tu boca se abriera y pudiera gemir,
pudiera gritar, pudiera rasgar y para que
la sangre de tu cuerpo también tuviera alas.
María Elena,
pequeña compita del Bloque,
¿cómo contarle a los hombres,
cómo explicarles,
cómo decirles al oído
el pequeño nombre de tu pequeña patria?
¿Entenderán si les digo
que el mar no basta para llorarte?
¿Qué peso habrá en su corazón,
que a veces también se ocupa de amar,
si les digo
que fue corto tu vuelo,
que dieciséis años?
Cómo estará la vista de aquellos
que te mataron,

porque te habrán visto a los ojos...

(El 25 de abril de 1979 esbirros de la dictadura le dieron muerte a una joven militante de la Unión de Pobladores de Tugurios, María Elena Salinas).

Mayo de 1979.